martes, 31 de marzo de 2015

Toda luz y toda mía de marzo


San José de Arroyo Blanco
junto a su Diana Mambisa

El espirituano Grupo Toda luz y toda mía se insertó en el festejo popular de esa localidad. Nos reporta la poetisa Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus.



La fiesta popular San José de Arroyo Blanco nos hace un llamado a preservar la tradición campesina. Toda luz y toda mía, diferente cada vez, se insertó a este festejo popular para regalar al poblado el recuerdo de la raíz de la Parranda Los Sánchez, otrora Parranda de Arroyo Blanco. Por esta razón, el espacio fue dedicado a la familia Sánchez Valdivia, de cuya descendencia nació esta tradición parrandera en el lugar cubano.

Parranda Renacer Campesino, integrada por niños y jóvenes que interpretan el punto de Arroyo Blanco.

Y de ellos también el toque de la Diana Mambisa, que despertaba a los pobladores cada amanecer del 19 de marzo para dar inicio el festejo que sostiene la memoria de su parranda, hoy portadora y de cuna mambisa. Esta parranda cultivada desde finales del siglo XIX, motivó el nacimiento, hace cinco años, de la Parranda Renacer Campesino, integrada por niños y jóvenes que interpretan el punto de Arroyo Blanco. Ellos, invitados por Toda luz…, incorporaron a su repertorio un estreno para este día. El punto fue escuchado tras las jóvenes voces que cantaron décimas escritas por el mayor general Serafín Sánchez Valdivia. El poema íntegro le fue regalado al pueblo en un plaquet que compartimos hoy:



Entre aplausos bajo múltiples sombreros, conllevamos nuestra sección “Contigo”, caracterizada por un diálogo entre invitados y ante el público presente.


Esta vez tuvo de protagonistas a directores de las parrandas que participaron en el XVIII Encuentro Regional de Parrandas Campesinas que, en coordinación con el Centro Provincial de Casas de Cultura, se celebra cada año en el marco de esta fiesta tradicional San José de Arroyo Blanco. La hermandad de parranderos espirituanos y avileños puso fin a la cálida tarde luego de despertar cubanísimas energías y voces, motivadas todas por el amor en defensa de nuestras tradiciones.

Aunque nuestro anfitrión resultó ser el patio del hoy sala museo –otrora casa del padre Benito, recordado todavía hoy en el poblado aquel cura español–, el portal de la actual escogida de tabaco de Arroyo Blanco –antiguo cuartel del ejército español– se vistió con afiches rústicos que mostraron décimas escritas por campesinos de la zona. Al día siguiente, frente a este mismo lugar –donde destelló una improvisada plataforma–, Toda luz… otorgó un premio colateral en el concurso de repentismo celebrado dentro del Encuentro de Parrandas. Nuestro premio se dirigió a la mejor controversia y fue recibido por los poetas Reidel Viamonte y Manolo Palomino, campesinos de Arroyo Blanco y Jatibonico respectivamente.


A interludio con el verso improvisado nos estremeció el disfrutar de Irelia García, quien con sus 102 años, aún toca el tres y canta con orgullo. Irelia, una mujer que desde el surco donde tanto tomate recogió en zonas del municipio La Sierpe, ganó el respeto de otros campesinos, para hoy representar tantas voces femeninas que han sido parranderas en Arrollo Blanco. Los de mayor edad de este poblado, memoraron entonces a Isora Sánchez, la mejor cantadora arroyoblanquense, al decir suyo.

Basta saber que colocar la décima sobre el puente entre la cultura y la historia, es una razón que permite a Toda luz… conocer su suerte compartida. Es una suerte de echar a andar tras saber de dónde venimos, quiénes somos y adónde vamos. Acrecienta esa suerte cuando palpamos el vivir rodeados de identidad, del amor patrio que logra unir la nación cubana.


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domingo, 29 de marzo de 2015

Carlos Esquivel, un poeta desde la vida


Le dedica Las Tunas la Feria del Libro


Por Yami Montoya
Tomado de CubaLiteraria

Para quienes hoy buscan las voces de la literatura cubana, no pueden escapar de la obra de Carlos Esquivel Guerra, uno de los escritores que devuelve el alma a los adictos de las letras, cuya obra es reconocida en Cuba, España y Latinoamérica, principalmente.

Por estos días vuelve a ser noticia la figura del autor de Perros ladrándole a Dios, pues la ya cercana Feria del Libro en Las Tunas, que se desarrollará del primero al cinco de abril próximo, dedicará su edición al legado de este esencialmente poeta que nació en el sureño municipio de Colombia y que entre sus lauros más recientes ostenta el Premio Nacional de Poesía José María Heredia 2014, por su obra La autopista cero.

“Todos los homenajes son el reflejo de una relación con José Martí de Honrar, honra. Me siento culpable por las buenas y las malas cosas que he hecho en la vida, y si se atreven me ponen en una prueba de fe mucho más complicada que toda lo que he tenido anteriormente, pues compartir la literatura es un espacio de provocación, un espacio de encuentro”, refiere este hombre sencillo, discreto pero muy observador, cual descubridor del mínimo detalle de su naturaleza, para luego revelar poco a poco sus impresiones, sueños, pasiones por la literatura que le entrega el don de ser libre en su pensamiento creador.

Llega rápido, preciso con su andar, vuelve hoy con un discurso que emana desde lo más singular de la palabra e hilvana cada oración para desvestir su piel de la poesía. Así lo conocen quienes siguen su obra creativa que resaltó en el 2014 por resultar además finalista en los importantes concursos de España, Herralde de Novela, convocado por la editorial Anagrama.

“Soy un hombre marcado por obsesiones, itinerarios, por paisajes a veces convulsos y a veces trágicos, por la búsqueda de una verdad al precio incluso de invertir en esa verdad todas las mentiras que caben en un escritor”, dice y se adentra en su interior y entrega su vida desde la obra misma.

Con una veintena de textos ya publicados, 17 de ellos del género poesía, ratifica así su interés. “Soy un poeta de esos que llaman de capa y espada las 24 horas del día, y aun escribiendo narrativa, género en el cual ahora estoy más hundido, me llamaría poeta, tanto que la poesía es mi oxígeno, mi estado civil, mi marca de permanencia en la vida.

“Es imposible e improbable dar una respuesta justa para seleccionar una de mis obras como predilecta, porque responder por un libro discriminaría a los otros, sería un acto cruel con esos títulos que me costaron el mismo sacrificio, la misma entrega obsesiva en la búsqueda de mi espacio como ser escritural y ser poético. Otro escritor diría el próximo libro o el primero, yo tengo una serie de obras entre las que estaría El bulevar de los capuchinos, Los hijos del kamikaze, Once, que nos marcan en nuestras obsesiones y encrucijadas antológicas y las pasiones de un hombre que piensa y vive como escribe.

Al referirse a la poesía cubana actual y las confluencias generacionales de poetas, Esquivel precisa: “creo que hay un buen momento de la poesía cubana a partir de que ese gran grupo coral, pues tiene distinciones muy particulares, o sea, generaciones fundidas y fusionadas por un interés de expresiones muy trascendentales: dar, opinar y mover un poco lo que estaba implantado con una hegemonía. Hay muchas voces que puedes encontrar en cualquier parte del país desde distintas posturas poéticas desde el verso libre, los versos rimados, desde zonas más conversacionales, más líricas. Hoy hay una amalgama más especial de tendencias y estilos que hacen de la poesía cubana el género más importante de la literatura cubana actual”.

Para escribir su poesía debe vivirla, tocarla y hasta sufrirla, y ello es tan esencial como el mismo proceso creativo. “Por supuesto, el poeta es un hombre o una mujer, un ser social que debe identificarse con las problemáticas que padece como ser humano y con las que padecen sus semejantes; es un fotógrafo interior que debe buscar esas imágenes que están golpeando en su interior y luego sacarlas, y ahí ese paisaje cambia con matices que solo él sabe enhebrar”.

Al acercarse a sus temas para su desarrollo espiritual como escritor los retoma, los palpa, vuelve buscando una mirada diferente; los temas son tan viejos como la necesidad de seguir insistiendo con ellos. “En mi literatura está la guerra, el amor, la familia, la pareja, lo erótico, hay una consecuencia de temas pero siguen siendo mis frutas, mis caminos para encontrar el mismo lector”.

Este año deben salir publicados varios de sus libros como la reedición de Los epigramas malditos y la edición de dos libros de poesía por editoriales cubanas: La autopista cero, por Caserón y bajo el sello de Letras cubanas, El café Lumier, mientras que en España saldrán tres libros de narrativa (dos novelas y uno de cuentos).

“Actualmente me inquietan en mi labor varios libros. Estoy escribiendo una novela que tiene por tema las raíces que resaltan la identidad musical como personaje, y otro volumen con el tema del erotismo como una especie de naufragio hacia una zona conflictiva de la expresión del cuerpo y la poesía de la que no puedo desprenderme”.

De la vida espera mucho, que le imponga un duelo, un desafío, una meta, “que a cambio me dé sueños, un sentido y una expresión de esa libertad, sobre todo una marca de identidad que me lleve más allá de mí mismo, de mis contemporáneos, que me mantenga y me salve junto a ellos”, confiesa seguro, esperanzador ante sus intensas metas.

Tomado de Tiempo 21

Versión original en CubaLiteraria: Carlos Esquivel, un poeta desde la vida.













viernes, 27 de marzo de 2015

La décima es un árbol de marzo


Conversando en el museo
con el poeta Otilio Carvajal
 
Nos reporta desde Santa Clara la poetisa e investigadora Mariana Pérez Pérez, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol y representante del Grupo Ala Décima en su provincia

Foto enviada por Mariana.



 
CONVERSACIÓN
EN LA SALA
DEL MUSEO


Un grupo reducido de personas logra que el ambiente sea íntimo y, por tanto, sugestivo. Así ocurrió este viernes 20 de marzo, víspera del Día Mundial de la Poesía, en «La décima es un árbol».

La lectura de mis décimas «A Caracas», concebida como acción solidaria con nuestros hermanos de Venezuela, dio pie a una conversación extensa, en la que todos aportamos algo, acerca del «país profundo» con sus costumbres y sucesos; dicha conversación contó con la voz, acreditada por vivencias personales, de Otilio Carvajal Marrero, quien vivió allí durante una misión cultural.

La sección «El poeta invitado» se inició con la lectura del texto «Después de quince años: Otilio Carvajal», donde se habla de las décimas que aparecen en su libro Sobredosis (Editorial Capiro, 2012); después todos tuvimos oportunidad de  hacerle preguntas, y finalmente él leyó y comentó sus textos.

También se presentó el Catálogo rimado Nº 89 y, al final, «La pieza del mes», una hermosa escultura en bronce titulada «La Naturaleza se devela a la Ciencia».

Como se dijo al principio, la tertulia fue un espacio de espontaneidad, en el que un sencillo brindis con vino aderezó el diálogo. A veces, una sala llena no es sinónimo de eficacia.


Santa Clara, 23 de marzo de 2015



DESPUÉS DE QUINCE AÑOS:
OTILIO CARVAJAL


Por casualidad han pasado cinco años (y un día) justos desde que, el 19 de marzo de 2010, tuve como invitado en la tertulia a Otilio Carvajal Marrero. Esa vez dije:

«En el próximo mes de julio se cumplirán exactamente diez años de aquel día en que cumplí, con entera responsabilidad, escasos conocimientos y mucho temor, la tarea de presentar el libro de alguien a quien jamás había visto. Ese libro había obtenido el año anterior el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara; su autor era un joven avileño nombrado Otilio Carvajal Marrero. El poemario se titulaba El libro del profanador». (1)

El tiempo —una década más un lustro— me ofrece nuevamente el placer de comentar los libros de este poeta, cuya obra no se circunscribe al verso, sino que se extiende a la narrativa y la dramaturgia. Ahora Otilio Carvajal Marrero (Chambas, Ciego de Ávila, 1968) vive en Santa Clara y cuenta en su bibliografía activa con cinco poemarios, dos libros de teatro y cinco novelas; ha obtenido importantes premios; ha sido antologado en más de cincuenta muestras de poesía y narrativa, así como en revistas cubanas y extranjeras. Además: es profesor del taller de formación literaria El Viajero; pertenece a la Uneac y cumplió misión cultural en Venezuela.

Hoy tengo a Otilio a mi lado para hablar de su libro Sobredosis (2), que contiene décimas, a la par que sonetos y poemas en verso libre, lo que demuestra, una vez más, que mi invitado respeta a «la estrofa nacional», y la escribe con el mismo nivel de calidad que el resto de las formas poéticas.

Sobredosis cuenta con siete poemas en décima, que representan un total de veintinueve estrofas. ¿Se supone que estaría obligada a «interpretar» las imágenes de doscientos noventa versos? Parecería muy difícil, si se piensa en la complejidad poética que caracteriza a la obra de Carvajal; sin embargo, no es tan ardua la tarea, la naturaleza de esas décimas puede aprehenderse mediante la lectura atenta, pues su atmósfera poética contribuye a la revelación de los múltiples significados.

Las primeras décimas en Sobredosis aparecen a partir de la página treinta y tres: «Cantárida por la muerte de mi hermana» (3), extensa elegía en dieciocho estrofas, la cual describe con imágenes conmovedoras la vida familiar, la pobreza y la muerte de Dominga: muerta, sin poder mirarle / las dos ciudades labradas / en sus ojos, las cerradas / mejillas donde besarle. / Muerto yo sin confesarle / que de nosotros, amor / eras tú, viña, temblor / viajera frágil, destino / árbol, nuez, todo el camino / el fuego, el aire, el dolor. La elegía concluye con la expresión del dolor personal y describe cómo ha quedado la casa después de la pérdida. Considero que el autor emplea el término «cantárida» con entera propiedad, por las llagas que deja la muerte de un familiar querido.

Las restantes décimas, todas de una sola estrofa, excepto la última con seis, se titulan: «Interfase o interfase palomitas de maíz», «La mordedura del miedo», «Agazapados», «Testamento del veterano de guerra», «Conversación en la catedral» y «Reguetón por la tercera guerra municipal».

Otilio Carvajal no emplea un sistema tropológico y estructural complejo —como estilan otros actualmente— sino que sustenta sus tesis en la sencillez (aparente) de la espinela, con algunos encabalgamientos. Tampoco emplea mucho la diversidad de recursos poéticos formales que posee nuestra lengua, solamente la anáfora es recurrente; en ocasiones usa la enumeración. Ahora bien, en los contenidos, en el aspecto ideo-temático, es donde el poeta tiende la emboscada y despliega su visión del mundo con gran talento y fluidez, para mostrarnos un universo angustioso, que desacraliza verdades consabidas, pero que —finalmente— deja en el lector la certeza de que ese universo «otro» también es real. De manera que el poeta, a través de la palabra del sujeto lírico, del simbolismo que emplea —a veces peculiar y a veces conocido— y de la intertextualidad («Conversación en la catedral», con Vargas Llosa), muestra un estado de cosas y opiniones que solamente la poesía es capaz de revelar. Sin embargo, que nadie se confunda, detrás de la crítica, a veces lacerante, deja ver su identidad y su amor a la Patria.

Haciendo inventario de los temas principales, se aprecia que sus décimas tratan de: el miedo, el temor a expresarse libremente; la guerra, lo que se pierde, lo que queda; el dolor, el vacío, la sombra, la muerte, así como los problemas cotidianos, que se enumeran y superponen (en una amalgama que sugiere rumor), dentro de «Reguetón por la tercera guerra municipal».

En Sobredosis, Otilio Carvajal ha insertado pocas décimas, pero todas son de óptima calidad literaria, y no empequeñecen a los demás textos. Es curioso que este libro, donde no existen particiones formales, presenta, de trecho en trecho, páginas divisorias donde siempre se lee la misma frase: «es malo saber a dónde se dirigen las hormigas». Confieso que aún no he logrado desentrañar el significado último de esas palabras, solo puedo parafrasearlas: «es bueno saber a dónde se dirigen los buenos poetas, aunque nunca podamos seguirle el rastro a las hormigas».

Santa Clara, 17 de marzo de 2015



MONÓLOGO DEL SUICIDA Y EL AS

Soy un ave en el asilo,
sin tiempo, sin pan, sin lecho.
Se dobla el arma en mi pecho.
La vida es un as que afilo.

Otilio Carvajal


Le pongo pautas al humo
y la muerte vocifera,
humo que sube a la esfera
o enuncia rabias. Yo asumo
agujeros, dados; fumo
un opio abstracto; deshilo
miga y pan; yo clavo el filo
de un machete en la borrasca…
como bestia que se atasca,
soy un ave en el asilo.

En mi garganta combate
la soga; corto ese nudo:
pírrico botín, escudo
que brilla en falso quilate.
No es victoria un jaque mate
al rey fantasma del techo;
ato mi soga en su pecho
y él mira con ojo adusto
cómo caigo de un arbusto
sin tiempo, sin pan, sin lecho.

Un arma hinca su luz
en mi frente, como agujas
del río hambriento, burbujas
para el brazo de la cruz,
donde invocan a Jesús
con un párrafo maltrecho.
El dolor pone en acecho
el arma del regicidio,
mas, cuando ensayo el suicidio,
se dobla el arma en mi pecho.

El arma, la vida, el orto
de un planeta imaginario…
Quienes asaltan mi erario
hacen al tiempo más corto.
Mi vida quiebra —el aborto
de la cordura en su hilo
siento amargo— yo destilo
toda su sangre aburrida,
pero no roben mi vida:
la vida es un as que afilo.





NOTAS:

1.- CARVAJAL [MARRERO], OTILIO, El libro del profanador , 80 pp., Colección Faz; Ediciones Capiro, 2000, Santa Clara.
2.- ________, Sobredosis, 103 pp., Colección Faz; Editorial Capiro, 2012, Santa Clara.
3.- En el libro Sobredosis, Carvajal utiliza la palabra «cantárida» y no «cantálida», como aparece en El libro del profanador. Según el DRAE, 2009: cantárida. (Del lat. canthăris, -ĭdis, y este del gr. κανθαρς). f. Insecto coleóptero, que alcanza de 15 a 20 mm de largo y de color verde oscuro brillante, que vive en las ramas de los tilos y, sobre todo, de los fresnos. Se empleaba en medicina. || 2. Ampolla o llaga que producen las cantáridas sobre la piel.



DE LA AUTORA DEL REPORTAJE:
Muestras de la obra poética de Mariana Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Odiseo en el Erebo y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella aparecen en nuestra sección Decimacontexto: Polizón en la aljaba de Eros, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. Las albas rumorosas, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. La décima cubana durante las guerras de independencia: los poetas de la guerra, interesante aporte sobre ese período. La décima escrita en Villa Clara, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia. Entre los reconocimientos merecidos por su obra en versos, está en el 2013 la mención que recibió en el concurso Oscar Hurtado. En septiembre del 2014, mereció el Premio del VI concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí por su conjunto Embriaguez (rosa, espada, luz). Recientemente publicado en nuestro sitio, su poema A Caracas, en solidaridad con Venezuela.


Visite el sitio web de esta tertulia
en su nueva dirección:


MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA DÉCIMA EN ESTA PROVINCIA HACIENDO CLIC AQUÍ:
VILLA CLARA










miércoles, 25 de marzo de 2015

En Pinar, séptimo aniversario de la Casa


Siete años en diez versos

Nos reporta el hermano poeta Lorenzo Suárez Crespo, desde la pinareña Casa de la Décima Celestino García, el cumpleaños de ese espacio, la premiación de un concurso y la presentación de un libro, todo en un mismo encuentro


SIETE AÑOS EN DIEZ VERSOS


Tres grandes motivaciones afinaron las cuerdas, dieron eco a las voces y enaltecieron la pluma en el Parnaso pinareño a orillas del río Guamá: la celebración del 7mo aniversario de la Casa de la Décima Celestino García, la premiación del Concurso nacional de glosas Celestino García y la presentación del libro Vivencias y otros cantos, del poeta improvisador José (Cheo) Lorenzo Posada.

La alegría de los niños y los malabares de sus juegos ante danzas, payasos y magos en horas de la mañana dejó abierto el panorama de la fiesta decimera que, por esencia natural, tuvo su esplendor en los más pequeños cantores del repentismo.

Poco después de que el sol se colocara en el cénit como mediador del día, el escenario estuvo dispuesto para los diez versos octosílabos en sus más atractivas variantes: ronda, tonadas, pies forzados y los diálogos poéticos.

Dos exposiciones artísticas festejaban la cita de homenaje con los dibujos de Darién Robaina y las piezas de artesanía de Andro Montano.

José (Pepe) Zambrana iluminó los primeros instantes de la música con la interpretación de un tema más que pinareño, universal: El madrugador, del palmero José Ramón Sánchez.

Con la ronda de los poetas, desde los más jóvenes: Anabeyi Rodríguez Álvarez y Julio Pablo Travieso (la Princesa y el Principito), el verso improvisado gozó de un impecable acompañamiento al empaste rítmico de  las cuerdas de los hermanos Rodríguez Cabrera, de  San Juan y Martínez.

La premiación del Concurso Nacional de Glosas acogió en el escenario a varios de los premiados. Con ellos recibieron diplomas y reconocimientos amigos y colaboradores del proyecto, quienes fueron acreedores además de plegables, cuadernos y libros de las Ediciones Amauta, Carta Lírica y del Frente de Afirmación Hispanista de México, coauspiciador del certamen.

El hijo (Sergio, prologador) y el nieto (José Luis, artífice en las ilustraciones) del poeta improvisador José (Cheo) Lorenzo Posada compartieron el momento de la presentación del libro Vivencias y otros cantos; no solo su hijo se refirió a la impronta de este poeta en el repentismo vueltabajero, sino además, como testigos vivenciales, las voces de otros admiradores que tuvieron el privilegio de haberlo conocido.

La décima escrita se disfrutó con la lectura de obras por parte de un invitado especial, Alberto Peraza Ceballos, así como Lorenzo Suárez Crespo y Juan Montano Caro.


El sábado le dijo adiós al sol desde el ranchón con música, versos y letras; una jornada para volver la vista satisfechos a todo lo logrado y a tender una mirada esperanzadora al futuro de la estrofa mágica como expresión de cubanía y esencia identitaria donde al fin se conquiste, como le pertenece, su espacio cimero dentro de las tradiciones y costumbres, sueño de luz  por el que cerraron sus ojos tantos y tan inolvidables poetas, desde Celestino García  Bertrand hasta  Pablo León Alonso.

De la inspiración del poeta José (Cheo) Lorenzo Posada en su libro Vivencias y otros cantos, esta pieza versal.

Me gusta la tierra prieta
cuando alados espolones
le van haciendo renglones
como a una enorme libreta.
Me da la dicha completa
y toma más interés
si luego el guajiro es
quien con sus manos sencillas
va escribiendo con semillas
y borrando con los pies.



PREMIOS DEL PRIMER CONCURSO
NACIONAL DE GLOSAS CELESTINO GARCÍA



PRIMER PREMIO

Ismel Cabo Dovales.
Bahía Honda, Artemisa.
Poeta y repentista. Instructor de Arte.


“LO QUE NATURA NON DAT/
SALAMANCA NON PRESTA”

I

Cuando el tiempo abrió sus piernas
por parir un siglo de oro
la inmensidad tuvo un coro
hecho con voces eternas.
De las insomnes linternas
brotaba una luz tan blanca
que algún gigante sin manca
para desafiar la altura
exprimió de su estatura
las coplas de Salamanca.

II

Espinel tomó prestado
el nacimiento de un sueño
y por consentirse dueño
nunca devolvió el recado.
Tanto tiempo ancló el pecado
del silencio usurpador
hasta que por un favor
mordiendo la endeble gloria
los gemidos de la historia
nos señalan sin error.

III

Es un trapiche el presente
que va moliendo el pasado
y a cada sueño cansado
le deshace la simiente.
Ante el tribunal urgente
de anónimo acusador
juzgado como deudor
por jurar la incertidumbre
desierto de altar y lumbre
Lope ha perdido el honor.

IV

Porque la suerte imprimiera
sobre sí la triste gloria
hubo quien tomó la historia
y le bordó una quimera..
Pero la historia no espera,
no conspira, no se estanca
y aquel gigante sin manca
de reciente encarnación
dejó a Lope sin razón
y Espinel quedó sin blanca.



SEGUNDO PREMIO

Freddy Camilo Morffe Fuentes.
Holguín. Poeta y compositor musical


AL FONDO DEL LABERINTO

El verso zurce la herida
de los tiempos inefables
do inocentes y culpables
siguen del sueño a la vida.
Salvar la fruta prohibida
es agua que no se estanca.
La rosa que no se arranca
perfuma la sed que vistes
mientras aún suenan tristes
las coplas de Salamanca.

Las coplas ebrias de humo
te enceguecen cuando acoplas
al esplendor de las coplas
que silencian el consumo.
En esta glosa resumo
de Cervantes el pudor.
Sangra el jardín del dolor
y las coplas como herencia
los predios de otra existencia
nos señalan sin error.

A veces todo es distinto:
arden en sagrada pira
la verdad y la mentira
al fondo del laberinto.
Uno sabe por instinto
que precio tiene el amor.
Como en un cuento de horror
para bien o para mal
en insondable espiral
Lope ha perdido el honor.

Las coplas tiñen el cielo
con colores diferentes
y ángeles y serpientes
comparten el mismo velo.
La historia sigue su vuelo
de otro destino a la zanca.
Las coplas expresan franca
sentencia de grave lloro:
Lope ha perdido el decoro
Y Espinel quedó sin blanca.



TERCER PREMIO

Jesús Arencibia Lorenzo.
Pinar del Río. Poeta, periodista
y profesor de la Universidad de la Habana.


VIEJO A LA SEMILLA

(Testimonio, con ínfulas socráticas, encontrado
en una botella de Guayabita del Pinar en el Golfo de México)

― ¿Qué es la décima, Maestro?
―Lírica en faz de diamantes.
Diez rostros equidistantes
de un destello culto y diestro. 
― ¿Y eso, cómo lo demuestro?
Siéntalo y ya: mente franca.
― ¿Su razón de dónde arranca?
Buena pregunta, hijo mío…
― ¿Afluentes de ese río?
― Las coplas de Salamanca.

― ¿Pudiera acaso aclararme
cómo esas coplas acoplan?
― ¿Y los vientos, cómo soplan?
― ¿Qué pretende Usted, marearme?
No, joven, no se desarme
tan aprisa, vea el fulgor
de la búsqueda mayor…
― ¿A la Historia y sus enigmas?
Correcto, a los paradigmas:
nos señalan sin error.

― ¿Entonces vuelvo a Espinel
y sus rimas precursoras?
―Puede ser, pero las horas
genésicas no son de él.
― ¿Afirma que hubo un pincel
de diez tonos anterior?
Solo busco el resplandor
de origen… ― Pero… ¿y Don Lope?
― Reubíquese en otro tope:
Lope ha perdido el honor.

― Nada entiendo y ya me hastía
esta genética trunca
― El saber no para nunca
y hay que hacer arqueología.
― Desde la óptica mía
la esencia es lo que no estanca.
Nada importa si en la banca
inicial va Juan, Vicente…
―El dato, imberbe, no miente,
y Espinel quedó sin blanca.



DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:

Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos enlaces los poemas La rosa y el pincel, Definición, ¿Por quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su poemario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

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SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO