jueves, 30 de diciembre de 2010



Detrás
de una
mariposa


(El Indio Naborí
—30 de septiembre 1922 -
30 de diciembre 2005—,
la décima y los anhelos
independentistas
del pueblo cubano)


Conferencia impartida en el IV Encuentro Latinoamericano de
la Décima. San Luis Potosí, México. Diciembre 2010.



Por
Fidel Antonio Orta Pérez


No me
resulta nada fácil reflexionar sobre la vida y la obra de Jesús Orta Ruiz. Entre otras cosas porque se trata de una persona que se me hace muy cercana y entrañable. Lo anterior es algo que ya he dicho en otros lugares, pero luego esas palabras se difuminan y termino desarrollando el tema con un inexplicable orgullo de hijo entre las manos.

Del párrafo anterior se desprende una primera conclusión: si alguno de los presentes advierte demasiada pasión en mis palabras, le pido disculpas anticipadas. Hablar o escribir sobre mi padre es un compromiso de orden práctico que a veces se me confunde con los dictados del alma.

Aunque he publicado algunos libros de narrativa, poesía y ensayo, aunque he impartido conferencias y clases de literatura en los sitios más diversos, sigo siendo, para una gran mayoría, el hijo del Indio Naborí, del gran Indio Naborí; el hombre que renovó la décima escrita y cantada, el hombre que, desde Cuba, y en pleno siglo XX, le construyó un monumento a la antigua estrofa de Vicente Espinel.

Resumiendo: ser hijo del Indio Naborí es una suerte de título honorífico que llevo y llevaré conmigo de por vida. ¡A mucha honra!, digo hoy y diré siempre en cualquier lugar del planeta donde se mencione su seudónimo; tan cubano que sabe a Patria cuando se le pronuncia en Cuba, y tan latinoamericano que sabe a Nuestra América cuando se le pronuncia en México.

Hace un momento mencioné a Vicente Espinel:


No hay bien que del mal me guarde,
tenebroso y encogido,
de sin razón ofendido
y de ofendido, cobarde.

(“Diversas rimas”, 1591)


Está demostrado que Espinel, más que inventor, fue quien le reveló la décima a los clásicos del Siglo de Oro. Pero lo que nunca pudo imaginar aquel eminente poeta español, ocurrió bajo el cielo de
La Habana en 1939: la décima o espinela, dígase la tradición lírica más antigua de Cuba, también se le revelaba a un humilde joven que, a partir de ese mismo año, comienza a utilizar el sobrenombre de Indio Naborí, todo un homenaje a las raíces aborígenes de una Isla que, el 30 de septiembre de 1922, lo había visto nacer en San Miguel del Padrón (barrio pobre de la periferia habanera).

El Indio Naborí, en 1940, le dice a la décima:


Viajera peninsular,
¡cómo te has aplatanado!
¿Qué sinsonte enamorado
te dio cita en el palmar?
Dejaste viña y pomar
soñando caña y café,
y tu alma española fue
canción de arado y guataca
cuando al vaivén de una hamaca
te diste a “El Cucalambé”.


Si Espinel nunca pudo imaginar tal revelación, muchísimo menos pudo imaginar que después el Indio Naborí utilizaría la décima para canalizar su afán de ver a una Cuba libre del entonces yugo neocolonial. Son casi incontables los ejemplos que podrían citarse; sin embargo, y antes de continuar, hago un paréntesis para rendir homenaje al pueblo mexicano, que este año celebra el bicentenario de su independencia y el centenario de la siempre recordada Revolución de 1910.

No me queda ninguna duda de que este IV Encuentro Latinoamericano es el espacio ideal para exponer algunas ideas que, de cierta forma, están anunciadas en el subtítulo de mi intervención: El Indio Naborí, la décima y los anhelos independentistas del pueblo cubano; algo que resulta imposible de separar en este poeta de legítimos relumbres populares, porque décima, independencia y pueblo fue su propia vida.

De ahí que lo social sea un ingrediente principalísimo dentro toda su obra, incluso en poemas donde, en apariencia, no se hace visible ningún elemento de la llamada “poesía política”; un término o concepto que, cuando se estudia la obra del Indio Naborí, tampoco se puede separar de manera tajante, ya que política, compromiso y militancia fue también su propia vida.

Lo social está presente lo mismo en un poema de amor que un poema que trate sobre las penas del campesino cubano. Si vamos a la producción poética naboriana de los años “40” y “50” del siglo XX, observaremos que lo anterior puede palparse con singular nitidez; y que, en este caso, da igual si es décima o romance, da igual si es soneto o verso libre. A toda hora, quien de verdad lo estudie, encontrará la huella de un hombre que sentía una gran preocupación por los humildes, plasmada en las décimas con inigualable gallardía; tal vez porque la décima, además de ser la estrofa nacional de Cuba, fue y sigue siendo la estrofa preferida (o elegida) por los más humildes, tanto del campo como de la ciudad.

Su poema “Guajirito”, de 1953, lo explica todo:


Sus ojos ebrios de llano
se achican de sol y viento
bajo el amparo mugriento
de un sombrerito de guano.
Le impone un sol de verano
toda su inclemencia clara
cuando en sus pies, en su cara,
en su ropa, dondequiera,
hay tierra, como si fuera
un surco que caminara.

Es una perla olvidada,
escondida en una ostra
de harapos, y en una costra
de vianda desenterrada.
Descalzo, con la mirada
terrosa, con la sonrisa
terrosa, mientras la brisa
dulce del central salobre
se asombra de verlo pobre
sobre el tesoro que pisa.


En aquella época, la décima de El Indio Naborí logró sintetizar los anhelos independentistas del pueblo cubano; y el pueblo cubano, a su vez, identificó en la décima del Indio Naborí una heredada necesidad de lucha; además de identificar, bajo el ritmo del octosílabo, la gris silueta de su propia esperanza.

Su canto era algo que estaba como en el aire; y lo mejor de aquella producción poética, lo mismo cantada que escrita, donde también hay que incluir algunos de sus poemas clandestinos, iba pasando de mano en mano sin que mediara el paso del tiempo. Sólo hay que caminar por la Cuba de hoy para entender lo que estoy diciendo. De ahí que cualquier persona, independientemente de su edad o nivel cultural, pueda citar al Indio Naborí con décimas que ni él mismo recordaba.

Simple y llanamente se convirtió en una leyenda activa, en algo que el más modesto de los cubanos tiene asumido como suyo. Yo logro comprenderlo mejor si lo analizo bajo este prisma: Indio Naborí + décima + patria es igual a nación cubana

Que la décima sea una elegida, y que el Indio Naborí sea un elegido del pueblo de Cuba, no es nada casual o impuesto. Todo lo contrario: es identidad, localizable con especial claridad cuando observamos el equilibrio de acción y pensamiento que siempre existió entre el poeta (dueño de un fervoroso eco lírico) y su pueblo (ávido de libertad, justicia y progreso).

Digamos que se trata de un acontecimiento sociocultural que ocurrió como resultado de un proceso de mutua armonía, mucho más entendible cuando el hecho se analiza con un sólido criterio de interpretación histórica.

Entonces no es una ficción peregrina que al Indio Naborí se le considere el poeta de la Revolución cubana, de antes y después de 1959, un título dado por el pueblo (repito, dado por el pueblo) que lleva implícita una alta dosis de responsabilidad ética y estética. Quizá por esa razón, unida a su origen campesino, fue tan conmovedor y auténtico verlo recibir, en 1995, el Premio Nacional de Literatura.

Cierro los ojos y vuelvo a escuchar su voz cuando decía: nada más extraño en mi casa que un libro…Si acaso, un viejo decimario de la Lira Criolla o un ejemplar del semanario de La Política Cómica, cuyos versos, chistes y caricaturas gustaban a mi padre. Él no sabía leer ni escribir, pero se deleitaba oyendo las lecturas de mi hermana…Yo era un niño imaginativo. En la mayor soledad jamás estaba solo. Jugaba y conversaba con niños que no existían más que en mis sueños. Me dolía, recuerdo, ver arrancar un mango verde. Su goteo lechoso me parecía una lágrima.

Debo confesar que a mí, como hijo, todavía me resulta estremecedor escuchar el testimonio de personas que dicen: “yo crecí con las décimas del Indio Naborí”, “yo me eduqué con las poemas del Indio Naborí”, “yo me hice revolucionario con la poesía del Indio Naborí”. ¿Cómo es posible?, me preguntaba yo al principio. Pero luego comprendí que poesía, patria y Revolución, para el Indio Naborí, fueron siempre la misma cosa; convirtiéndose en un hombre que, hasta el final de sus días fue consecuente con la consecuencia de su vida.

Escuchen esta décima:


26 de julio: heridas
por donde vendrá la aurora;
alta fecha vengadora
de las fechas ofendidas.
Caliente sangre de vidas
rotas por el heroísmo
porque traición y cinismo
hoy danzan sobre un calvario
¡Oh, rocío necesario
a la flor del patriotismo!


Tenía que ser muy consecuente para cantar estos diez versos en el año
1954. A sólo doce meses del asalto al cuartel “Moncada” de Santiago de Cuba. Consecuente y valiente, diría yo, pues se sabe lo que podía pasarle a todo aquel ciudadano cubano que dijera en público lo que él dijo. Ahora bien, ¡qué claro estaba este poeta!, ¡qué grandeza de espíritu!, ¡qué iluminado cuando eran pocos los iluminados!

Ah, eso sí, todo el tiempo la décima como denuncia social, todo el tiempo la décima para cantar los dolores de los desposeídos, todo el tiempo la décima como sacada de la entraña misma de la tierra para decir lo que él no podía callarse. Yo lo veo como décima y emancipación, una maravillosa alquimia que años más tarde se convertiría en la emancipación total de la décima.


En aquellos tiempos rudos,
en que apenas el pan tuve,
por estas calles anduve
niño con los pies desnudos.
Eran mis inviernos crudos,
mi escuela trunca y baldía.
Pero ya gracias al día
que de retama hizo miel,
los niños de San Miguel
no tendrán la infancia mía.


Pero hay más, quien de verdad lo estudie, puede encontrar mucho más: muerte, amor, frustración, recuerdos, paisajes, flora, fauna, palabras cubanísimas, efemérides, héroes, mártires, digamos que todo el mundo interior de Cuba cabalgando en la admirada estrofa de diez versos, una verdad que ahora me hace recordar lo que una tarde de 2005, en el mes de febrero para ser exacto, dijera el ilustre Eusebio Leal:

El Indio Naborí buscó —hasta encontrar— las huellas de la primera sangre derramada… Nunca usó su palabra para servir a otra causa que no fuese la justicia social. Por eso, campesinos y obreros vieron en el canto de Jesús Orta Ruiz la más legítima expresión de los sentimientos propios… Esa es la voluntad y el testamento del poeta.

No creo exagerar si digo en esta sala que se puede aprender historia de Cuba asomándose a los versos de Jesús Orta Ruiz. Desde el indio Hatuey hasta Fidel Castro, y desde Fidel Castro hasta los cinco cubanos que hoy sufren prisión en los Estados Unidos de Norteamérica. Lo que explica por qué sus poemas, no obstante el tiempo, todavía pueblan los murales de fábricas y cooperativas campesinas, hacen vibrar las escuelas y son recitados por jóvenes en plazas públicas, cumpliéndose de esa forma un irrefutable pensamiento martiano: enaltecer héroes hace héroes.

Pero existe un peligro: cualquier teórico, con buenas o malas intenciones, puede alzar su voz para decir: “poemas panfletarios”, “poemas por encargo”, “poemas de circunstancias”, “décimas de ocasión”. Las cuatro expresiones son legítimamente discutibles. Claro, para lograr un buen intercambio, análisis o polémica sobre este tema, tendríamos que preguntarnos en la primera línea: ¿quién es el autor?, ¿a quién va dirigido el poema? Dicho esto, dejemos que sea el propio Indio Naborí quien nos explique su punto de vista al respecto:

…el encargo no es ninguna imposición cuando lo que se solicita está en el corazón de quien complace. Otras veces no hay tal petición, sino una coincidencia entre el solicitante y el creador, que también es parte de las masas y siente como ellas… Poesía oral, de rápida comprensión, enfática, nemotécnica es la que se aviene a estos nuevos espacios. Otra cosa no fue la poesía en sus orígenes… Alguien podría preguntarse: ¿por qué esa vuelta a los orígenes dentro de una Revolución del siglo XX? Y yo respondería: porque la negación no es absoluta, y porque, de acuerdo con la ley del desarrollo, la espiral dialéctica vuelve a su punto de partida, en grado superior, claro está… La conocida aceptación popular de estos poemas, algunos memorizados y recitados por varias generaciones, es la mejor prueba de que cuando se hable de poesía y tiempo no hay que olvidar el espacio y la ocasión.

Estamos ante un poeta altamente comprometido con el momento histórico que le tocó vivir, ante un poeta que tuvo una vida intensamente creadora, ante un poeta sumamente atípico. En una misma persona se unen el revolucionario y el intelectual, el periodista y el folclorista, pero igual se unen el poeta culto y el poeta popular, e igual el poeta que escribe y el poeta que canta o improvisa décimas; de ahí que resulte bien complejo realizar un análisis independiente de cada parte sin que al final nos hagamos eco del todo significativo que, en el caso del Indio Naborí, significan las palabras poeta, poema y poesía.

Veámoslo así: la poesía es un contenido psíquico que luego, en las manos del receptor, debe convertirse en una impresión psíquica que favorezca la inmediata comunicación entre ambos lados. Y eso es algo que se cumple al pie de la letra con este poeta cubano, especialmente cuando vemos el poderoso impacto que producen sus versos, lo mismo en lectores que en oyentes, algo que también resulta atípico y muy poco frecuente.

Yo pregunto: ¿placer estético? Por supuesto que sí, ¡placer estético!, que el Indio Naborí logra trasmitirlo porque la expresión de su pensamiento es clara, exacta y económica. Además del ingenio, el verso emocionado, la metáfora oportuna, los desplazamientos calificativos y la imagen efectiva. Todo ello convierte el placer estético en alegría estética. Esta última frase pertenece a Jean-Paul Sartre (1905-1980), no por su existencialismo, sino por su sensibilidad y capacidad para comprender los procesos psicológicos del arte. Pero bueno, en este minuto prefiero dejar a Sartre y continuar con el Indio Naborí, cuya poesía no es otra cosa que comunicación, percepción de emociones y evocación serena de una determinada impresión o plenitud vital.

Aunque no pretendo desarrollar una intervención demasiado teórica, el párrafo anterior me obliga a definir con mayor claridad por qué la poesía del Indio Naborí no es otra cosa que comunicación. Léase aquí una posible respuesta: porque en su caso la comunicación es sinónimo de emoción, porque en su caso no es el tema lo que busca la emoción, es la emoción la que busca el tema.

Acudo al recuerdo y traigo al ruedo “La controversia del siglo en verso improvisado”, protagonizada por el Indio Naborí y Ángel Valiente en el año 1955. Las miles de personas que repletaron el estadio habanero “Campo Armada”, vibraron de emoción repetidas veces. Los aplausos, las flores y la cerrada ovación al término de cada estrofa, multiplicaron el entusiasmo independentista del poeta, quien sin temerle a represalias potenciales, entonces le canta al gran prócer de la independencia latinoamericana:


Bolívar de acero y miel,
yo tiemblo cuando te invoco:
Capitán del Orinoco
con los Andes por cuartel.
Los cascos de tu corcel
iban soltando centellas,
y no dejando ni huellas
de siervos y de tiranos,
te salían de las manos
pueblos libres como estrellas.


Después de 1959, el Indio Naborí se convierte en el cantor por excelencia de la epopeya revolucionaria cubana. Una verdad que puede comprenderse mejor si utilizo palabras del sempiterno Cintio Vitier: “de la conciencia de la poesía a la poesía de la conciencia”.

Ya conquistada la justicia social, el poeta transforma su décima en un arma que a diario, y la palabra diario no es exagerada, defiende la Revolución a capa y espada. La misma Revolución que él vislumbró, la misma Revolución que él ayudó a triunfar y la misma Revolución que se convertiría en el bien supremo de sus días.

Ahora pasa por mi mente otro cubano ilustre: Ángel Augier, quien refiriéndose al Indio Naborí, en noviembre de 2004, escribió lo siguiente:

…Jesús Orta Ruiz… que en la fragua de su admirable inspiración ha forjado el sentimiento ardiente de la patria… ya en su décima magistral, ya en el clásico soneto, ya en el romance de tan pura expresión popular, ha expresado el dolor infinito del pueblo, pero también la condena, cargada de fuerza histórica invencible, de la heroica tradición revolucionaria de nuestra patria, Cuba.

La poesía revolucionaria del Indo Naborí, para el pueblo cubano, se transfiguró en un símbolo de soberanía, dignidad e independencia conquistada; y fue también acicate, y fuerza, y razón, y motor de resistencia para enfrentar los vientos del norte revuelto y brutal, siempre amenazante y deseoso de hacer suya a esa insurrecta Isla del Caribe:


No, no ha muerto el capitán
del pueblo, porque su idea
prosigue, con su pelea
de redentor huracán.
Ladrones de tierra y pan,
asesinos descubiertos,
no veáis cielos abiertos
cuando enterremos medallas,
que el pueblo gana batallas
con su ejército de muertos.


El tono imperativo, o el énfasis, desterrado de la poesía escrita para la lectura unipersonal y de pequeño cenáculo, revive en el verso del Indio Naborí entre el clamoreo de la muchedumbre, el ruido de los altoparlantes y la compañía de la oratoria política, y no está mal que reviva. ¿Por qué se ha de objetar el tono tribunicio a una poesía que se dice en tribuna?

Si tomamos en cuenta todo lo dicho, podríamos concluir con una afirmación: la poesía del Indio Naborí, especialmente a través de su décima, logró representar, primero, los anhelos independentistas del pueblo cubano; y después representó el interés nacional de, contra viento y marea, defender la independencia conquistada en 1959, resumen y gloria de una lucha que se había iniciado el 10 de octubre de 1868.

Los tiempos que corren son tiempos convulsos. Por eso el pueblo de Cuba, que no está ni estará nunca libre de convulsiones, aún necesita del Indio Naborí. Su poesía puede ser lanza y escudo, puede ser daga y coraza, puede ser luz y bandera en la voz de millones de hombres y mujeres que a diario sueñan con un mejor mañana.

¡El Indio Naborí! Dentro de pocos días se cumplirán cinco años de su muerte. Sea, pues, esta intervención un homenaje a su vida pasada y presente. Vamos, poeta, la Revolución cubana siente bajo sus talones el crepitar de tu verso desembarazado y gallardo. Esta hora cumbre vuelve a ser la hora de tu Marcha Triunfal.

Y así, utilizando como cielo su inmenso amor a Cuba, siento en mi alma la cadencia cristalina de una sagrada décima:


Blanco caminito abierto
entre la crecida malva,
de ti salí con el alba
hacia un horizonte incierto.
En mi andar he descubierto
más de una avenida hermosa
con pino, laurel y rosa;
pero nunca me sentí
tan del aire como en ti
detrás de una mariposa.



jueves, 23 de diciembre de 2010

Concluyó V Décima al filo

Ratificada Guáimaro como capital
de la décima escrita por mujeres

Por Odalys Leyva Rosabal,
presidenta del Grupo Décima al filo
y del Comité Organizador del evento

Al centro, Odalys, rodeada por un grupo de las participantes. (Fotos enviadas por la autora de este texto).

Terminó en Guáimaro el V Encuentro Nacional Décima al filo con la alegría y la efusión que lo caracteriza. Un evento teórico como para ser recordado por todos los allí presentes, así como lecturas de poesía, recitales poéticos, presentaciones de libros, conciertos musicales, actividades de grupos de música tradicional en el Rincón de la Décima, controversias, actividades en las comunidades aledañas e instituciones culturales como el Museo Municipal de Guáimaro y la Biblioteca Municipal, hicieron que este evento fuera superior a los cuatro anteriores, gracias al esfuerzo del Comité Organizador compuesto por los escritores: Odalys Leyva, Míriam Estrada, Diusmel Machado y Desiderio Borroto.

Fue determinante el servicio prestado a los escritores y artistas por la familia Leyva Rosabal, que asumieron este evento como suyo, y el aseguramiento de Jorge Naranjo, esposo de Odalys. Merece especial agradecimiento el Frente de Afirmación Hispanista de México, que contribuyó con el financiamiento de este evento nacional de mujeres creadoras, así como la escritora Ada Castilla, miembro del grupo.

El V Décima al filo sesionó del 20 al 22 de diciembre. El evento nacional de mujeres poetas, repentistas, tonadistas, investigadoras, promotoras y estudiosas de la décima contó con la presencia de destacados periodistas que traerán a la luz el primer documental del evento. La alegría y efusión desbordada estaban grabadas en los ojos de los participantes, que abogaron para que en el próximo año todos los implicados dieran su cuota de energía, con un evento que rinde homenaje a la décima, a la mujer, a la cultura nacional y a la patria.

Este año el programa contó con actividades de especial trascendencia como el evento teórico “En una botija de oro”, sobre la tradición y permanencia de la décima en Guáimaro, en Cuba y en el mundo; el recorrido “La décima itinerante”, a los sitios de la ciudad relacionados con su historia y la tradición de la décima; el guateque “Con el punto de Emiliano”, homenaje al improvisador Emiliano Sardiñas por sus veinte años de vida artística; la peña infantil “El patio de los zunzunes”, con la actuación de los poetas y artistas invitados; y la peña artístico-literaria “Navegas, Isla de Oro…”, donde se presentaron varios títulos.

Como nueva iniciativa estuvo invitado el grupo de música flamenca Rioja, que colmó todos los escenarios de público, y grabó dentro del evento su segundo video clip, fue el grupo que animó la noche de inauguración del evento en la casa del promotor natural René Lantigua y la actividad dedicada al hermanamiento de los grupos Ala Décima y Décima al filo, con la participación de la profesora Bertha María Gómez Sedano (poetisa, Licenciada en Derecho, de Ciudad de La Habana).

De izquierda a derecha, Míriam Peña, Bertha María Gómez (empuñando los platillos de la Banda Municipal, con la cual realizaron todos el desfile inaugural por la localidad), Xiomara Maura y Mariana Pérez. Al fondo, Carlos Esquivel.


La actividad de clausura fue en la galería de arte, donde los poetas homenajeados Míriam Peña y Emiliano Sardiñas hicieron disfrutar a los presentes; allí se hizo una visita al Salón Antología de la Décima Mural en Guáimaro.

El Grupo Décima al filo resultó fortalecido con tres nuevas escritoras: dos de la provincia de Camagüey y una de Ciudad de la Habana. Guáimaro continúa siendo y será la capital de la décima escrita por mujeres en Cuba.


ANTERIORES INFORMACIONES SOBRE
EL V ENCUENTRO DÉCIMA AL FILO:

Será el 21 y 22 de diciembre. Un poema de Miroslava Pérez Dopazo. Antecedentes del encuentro.

Yunexis Novalbo, de Camagüey, escritora invitada

Yuslenis Molina, de Las Tunas, escritora y actriz invitada

Mariana Pérez, de Villa Clara, escritora invitada

Diusmel-Machado y Carlos Esquivel, ganadores del Premio Iberoamericano Cucalambé 2010, participarán activamente en el Encuentro

PROGRAMA GENERAL

COMIENZA EL V ENCUENTRO


DE CITAS ANTERIORES:

III Encuentro (junio del 2007)

IV Encuentro (junio del 2008)





sábado, 18 de diciembre de 2010



En el Centenario
del poeta


Lezama
en su isla


Este 19 de diciembre se cumplen cien años del nacimiento de uno de los más grandes escritores cubanos



Imagen: Lezama visto por Jesús Lara Sotelo. Técnica: carboncillo sobre lienzo


Por Yuris Nórido
Tomado
de Trabajadores


Sentado en su sillón, frente a la ventana abierta, mirando la calle Trocadero, escuchando el barullo de la ciudad, José Lezama Lima vivía su aventura cotidiana. Viajaba sin salir de sus cuatro paredes, que es una de las más extraordinarias formas de viajar: las fronteras son las de la propia imaginación. Recreaba el mundo. Creaba un mundo, a la manera de un demiurgo.

Lezama encarnó siempre el ideal del escritor completo, sumergido en su obra y sus lecturas hasta el punto de que constituían otro ámbito vital. Literatura no como oficio, sino como sacerdocio.

“Tú tienes que ser el que escriba”, le dijo su madre cuando él era todavía un niño, un día en que la familia jugaba a los yaquis en el patio de la casa; minutos antes, todos habían reconocido, en el “dibujo” que formaron las piezas al caer al suelo, el retrato del padre muerto.

La anécdota revela, quizás, los detonantes de un universo creativo: la imagen que de alguna forma se impone a la muerte, que eterniza un impulso pues lo redime del mundo ordinario; la imagen como posibilidad múltiple, encrucijada de significaciones, gestora de sentidos, guardiana de sus esencias…

Ese día Lezama recibió un mandato que los años irían perfilando. Las circunstancias, aun las más dolorosas, no dejaban de ser propicias: el niño era enfermizo, sufría crisis de asma —que lo acompañaron siempre—, se veía recluido con mucha frecuencia al espacio doméstico, el lugar donde habitaban los recuerdos, los fantasmas familiares —el padre entre ellos—, el peso retador de una saga de la que se sentía depositario.

Las lecturas hicieron el resto, pues la literatura participa de la misma sustancia de los sueños. Libros y alucinaciones fueron cultivando una sensibilidad que eclosionaría después en “abundante noción”, en “expresión borbotante”, al decir de Juan Ramón Jiménez.

Pero no podemos asumir que para Lezama la imagen, la ensoñación, constituyeron simples sucedáneos. Más que de sustituir un mundo se trataba de completarlo (tarea infinita), de descubrir (vislumbrar, inventar) las mil y una divergencias de las cosas. Por eso en su poesía triunfa el verbo sobre el adjetivo.

Es poesía de la acción, que discurre, eso sí, en un tiempo que no es el nuestro (a no ser que lo conquistemos), en un espacio mítico que se erige en segunda naturaleza.

La poesía, parece decirnos Lezama, no está en las cosas. Las cosas están en la poesía. Asistimos entonces a la naturalización de lo maravilloso, que es un ejercicio arduo, misterioso y cuajado de ardides, un “juego” que resiste muchas veces nuestra comprensión, pero que nos tienta con una promesa de libertad.

Algunos ven (vieron) en Lezama al escritor enajenado y autosuficiente, egoísta y encerrado en sí mismo. Pero su propia biografía desbarata el prejuicio. No dio la espalda nunca a sus circunstancias, es más, se rebeló ante la abulia y la grisura reinantes. ¿Qué fue, si no, el grupo Orígenes, más allá de su hondo impacto literario? Y en tiempos de Revolución, Lezama no quiso ser solo un espectador y afianzó su labor editorial para contribuir a la emancipación intelectual de un pueblo.

Solo que dialogar con su momento histórico no implicó jamás para él renunciar a su propio momento, onírico y poético (ya hemos visto hasta qué punto le era vital), hacer concesiones a modas y tendencias, a cepos e imposiciones “creativas”, seguir los dictados de “gurús” literarios (más bien burocráticos) guiados por la inmadurez, la confusión o el mero oportunismo.

Lezama se aferró a su sistema, a su visión del mundo. Su casa era el pórtico de su aventura. Pero no cerró las puertas ni las ventanas, aunque algunos se empeñaron en cerrarlas desde afuera.

Poesía, narrativa, ensayo, periodismo… José Lezama Lima armó su edificio literario entre dos orillas. No fue un escritor “del pasado” (se rebelaba una y otra vez contra los que pretendían encasillarlo, reducirlo a la categoría de reliquia viviente), pero lo revisitaba para reencontrarse, para redondear la totalidad.

Fue un auténtico cronista —como ha apuntado Reynaldo González—, solo que peculiarísimo: le interesaba apresar el “misterio” de lo cubano, su universalidad, la constante que define esa manera de ser y sentir que trasciende épocas y generaciones, y que él vislumbraba en ritos y costumbres más soñadas que vividas.

Pero la evocación deviene testimonio, aunque muchas veces se sacrifique la diafanidad en pos de la fidelidad a lo vislumbrado.

Ahí está Paradiso, obra cumbre, apoteosis de lo simbólico. El torrente expresivo de Lezama se desboca por momentos en símiles y metáforas que bordean lo absurdo, lo caprichoso (la literatura también es juego, provocación), en construcciones delirantemente barrocas, en idas y regresos, laberintos en los que es difícil encontrar el hilo… pero en el caos hay orden: Paradiso es el viaje a las esencias, el pretendido pacto de convivencia entre lo histórico (no puede olvidarse que es una novela hasta cierto punto autobiográfica) y lo imaginado, asentamiento de múltiples lecturas, examen filosófico y moral, experiencia mística, inventario de costumbres, regodeo sensual y erótico… Todo a la vez, una “summa”, como diría él mismo.

Paradiso fue el cumplimiento del mandato, por más que su autor pensara (supiera) que era obra inconclusa.

José Lezama Lima es el escritor inimitable; estéril y ridículo sería intentarlo: su estilo es consecuencia de la imagen que se formó del mundo. Uno y otra son inseparables, y por tanto irrepetibles.

A cien años de su nacimiento, a 34 de su muerte, su legado sigue siendo rara avis en el panorama literario de la lengua española. Bebió de aquí y de allá, de la vida misma, pero alumbró criaturas que hicieron trastabillar las visiones de lo humano y lo divino.

Isla en una isla, su obra nos sigue retando, seduciendo.



Versión original en
Trabajadores



viernes, 10 de diciembre de 2010


Programa
del V Encuentro
Décima al filo


21 y 22 de diciembre en la camagüeyana ciudad de Guáimaro, identificada como capital de la décima escrita por mujeres
, con el respaldo habitual de entidades e instituciones locales y también con el generoso apoyo del Frente de Afirmación Hispanista, que dirige en México el poeta Fredo Arias de la Canal.





Lunes 20 – Recibimiento de invitados al evento:

8:00 pm – Fiesta de bienvenida. Actividad dedicada al aniversario XVII de la fundación de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé. (Casa de René Lantigua).


Martes 21 – Jornada Inaugural:

8:30 am – Peregrinación “Décima al Filo”, desde el Rincón Guaimareño de la Décima (ubicado en el CDR # 5, Zona 9, del Consejo Popular Guáimaro Sur) hasta el Parque Constitución. Desfile popular con los participantes en el evento y la Banda Municipal de Conciertos.

9:30 am – Apertura del V Encuentro Nacional Décima al Filo, por los poetas Carlos Esquivel Guerra y Diusmel Machado Estrada (ganadores del Premio Iberoamericano Cucalambé 2010).

9:50 am – Inauguración del Cordel Literario de la Décima, por la escritora Odalys Leyva Rosabal (Presidenta del “Grupo Décima al Filo”).

10:20 am – Evento teórico “En una botija de oro”, sobre la tradición y permanencia de la décima en Guáimaro, en Cuba y en el mundo:

Panel teórico # 1, conducido por el MSc. Desiderio Borroto Fernández.

Ponencias:

- La promoción de la décima en el ámbito comunitario de la capital (la Peña “Indio Naborí”). Ponente: prof. Bertha María Gómez Sedano (poetisa decimista, Licenciada en Derecho; Ciudad de La Habana).

- Cristóbal Nápoles Fajardo, el desaparecido. Ponente: Carlos Tamayo (escritor, Presidente de la UNEAC provincia Las Tunas).

- Santa Clara: una villa asaltada por la décima. Ponente: Lic. Mariana Pérez Pérez (poetisa, investigadora, promotora de la décima; Villa Clara)

11:20 am – Intervención “Palabra abierta”: lectura e interpretación musical de décimas, a cargo de poetisas y artistas invitadas.

11:30 am – Panel teórico # 2, conducido por: Lic. Diusmel Machado Estrada.

Ponencias:

- Pinar del Río, una Casa para la décima. Ponente: Lorenzo Suárez Crespo (poeta, promotor de la décima, Director de la Casa de la Décima Celestino García, de Pinar del Río).

- Guáimaro al centro de la décima: la tradición fundada. Ponente: Jorge Luis Arias Reina (poeta, Premio Décima Joven de Cuba 2007).

- Decimar para niños: una fiesta innombrable. Ponente: Lic. Roberto Machado Izaguirre (escritor, promotor cultural).

12:00 m – Almuerzo.

2:30 pm – Recorrido “La décima itinerante”, por los espacios de la ciudad relacionados con su historia y la tradición de la décima.

7:00 pm – Comida.

9:00 pm – Guateque “Con el punto de Emiliano” (homenaje al poeta improvisador Emiliano Sardiñas por sus veinte años de vida artística). Con las poetisas Miroslava Pérez, Míriam Peña, Xiomara Maura, Amparo Alarcón, Karina Mora, Legna Rodríguez, Yunesis Novalbo, Gladis Torres, Ana Ivis Juan, Miriam Estrada, Martha Rosa Fernández, Lucy Maestre, Rubiseida Rojas, Ana Rodríguez, Mariana Pérez, Ariella Bode y Ana.Teresa Guillemí. La cantante Odalys Cruz, la tonadista Mercedes Isla, las actrices Irasema Cruz Bolaños y Mirtha Pupo y la agrupación de música tradional La Tropa.


Miércoles 22 – Jornada Final:

9:00 am (Parque Constitución): Peña infantil “El patio de los zunzunes”, con la actuación de los poetas y artistas invitados.

10:30 am (Museo Municipal Casa de la Constitución): Peña artístico-literaria “Navegas, Isla de Oro…”

- Inauguración de la Muestra “Libros de Autores Guaimareños”, por el escritor e investigador Diusmel Machado Estrada.

- Presentación y lanzamiento de libros: antologías Navegas, isla de oro y Esta cárcel de aire puro, de Mayra Hernández Menéndez y Waldo González López, por Diusmel Machado Estrada; Controversia y aplomo, de Odalys Leyva Rosabal e Isabel Díez Serrano, por Desiderio Borroto Fernández; Código de guerra, de Alexey Amarán Bogachov, por Diusmel Machado Estrada; Génesis de la malara (2da. edición), de Fredo Arias de la Canal, por Odalys Leyva Rosabal; Cuerpo de isla sordomuda, de Diusmel Machado Estrada, por Carlos Esquivel Guerra.

- Lectura de décimas para niños, por: Martha Rosa Fernández, Miriam Estrada, Nitza Núñez Valdés, Odalys Leyva Rosabal, Yuslenis Molina, Ariella Bode Rosabal, Roberto Machado Izaguirre, Randoll Machado Hernández, Diusmel Machado Estrada.

- Miniconcierto con artistas invitados: Eliécer Travieso (guitarrista concertista; Holguín) y Freddy Laffita, poeta y trovador; Las Tunas).

12:30 pm: Almuerzo.

2:30 pm: Guateque “V Encuentro Décima al Filo”, en la CCS “Armando Cardoso” (Consejo Popular El Caimito)

7:00 pm: Comida.

8:30 pm (Galería de Arte): Visita al Salón Antología de la Décima Mural en Guáimaro.

9:30 pm (Patio de la Galería de Arte y la Biblioteca Municipal): Fiesta de despedida, con la actuación de artistas invitados.


Jueves 23 – Despedida de invitados al evento.


El Frente de Afirmación

Hispanista con su ayuda
abre la luz, luego escuda
la Malara con su acción.
Décima al Filo en unión
afinando bien su acento
suelta su verso hacia el viento
y el canto de la mujer
renace y vuelve a crecer
con este ganado aliento.


jueves, 9 de diciembre de 2010

Desde Pinar del Río

El Guajiro Natural
en permanente recuerdo

Encuentro en la Casa de la Décima Celestino GarcíaPor Lorenzo Suárez Crespo
(Enviado por
Zenia Regalado)


Este sábado 27 de noviembre, ocasión en que se favorece el encuentro de los poetas y la realización del guateque campesino, tuvo espacios preferenciales para recordar a uno de los artistas del folclor campesino más populares de Pinar del Río y de hecho de la cultura cubana, el cantautor
Polo Montañez, quien falleciera tras un accidente automovilístico un 26 de noviembre, hace apenas unos años.

El Guajiro Natural tuvo una infancia y una juventud enriquecida por los paisajes bucólicos de la Sierra del Rosario, en la zona del Brujito, impronta que lo marcó en su desarrollo como amante de los guateques campesinos y de la música popular de raíz criolla.

Su camino a las estrellas tuvo antecedentes muy difíciles en su condición de guajiro pobre apegado a los más rudos trabajos del campo, pero siempre lo acompañaba una guitarra en los momentos de alegría y tristezas, de fortuna y de infortunios, de amor y desamor. Así fue haciéndose notar en Las Terrazas con grupitos musicales que tocaban esporádicamente para divertir a los pobladores de aquella comunidad.

Un día la suerte tocó a sus puertas cuando tras una audición musical pudo grabar su primer disco y desde entonces su ascenso fue meteórico hasta alcanzar los discos de oro y platino en Colombia, así como una popularidad solo comparada con los grandes ídolos de la música popular cubana como Beny Moré.

La imagen de Polo Montañez que recuerda su pueblo es la de un artista amante de su entorno campesino, afable, solidario y sencillo en su grandeza musical. La personalidad de un hombre con impecable carisma que se ganaba las multitudes con canciones que pronto se situaron en el hit parade nacional.

Pero el Guajiro Natural que alcanzó su montón de estrellas en tan poco tiempo, vio apagarse su luz en un accidente que enlutó al pueblo que tanto lo sigue amando. El público asistente a la Casa de la Décima y los poetas que se dieron cita este sábado lo recordaron con el mismo amor y la admiración que lo vieron alcanzar una fama que todos compartimos y que nos enorgullece.

La noche tuvo además los variados espacios de tonadas, pies forzados, así como las controversias que en esta ocasión tuvieron como tema laudatorio la imagen siempre presente del Cantor de Las Terrazas, poeta y amigo, entrañable hijo de Vuelta Abajo. En el paréntesis literario a cargo de Lorenzo Suárez Crespo se dieron a conocer los nuevos títulos recibidos desde el Frente de Afirmación Hispanista de México como expresión de amistad y colaboración.

Los dos textos fueron la Antología de la Poesía Oral-Traumática y Tanática de Jorge Luis Borges, uno de los exponentes humano literarios más excelsos de la lengua castellana, así como la Segunda Edición de Génesis de la Décima Malara, por Fredo Arias de la Canal, obra que ha venido siendo de búsqueda muy frecuente entre los amantes de la Estrofa Mágica por la curiosidad que ha despertado al estar tan arraigada la paternidad que se le atribuía a Vicente Espinel en relación con su estructura versal, pero que el erudito sevillano Juan de Mal Lara demuestra con su Mística Pasionaria su primicia estructural.

Las primeras lluvias del invierno que asomaron a la caída de la noche a orillas del Guamá no impidieron que numeroso público de la gran familia de la malara juntara sus manos y sus voces para alzar en letras y canciones el merecido homenaje al poeta y cantor Polo Montañez, genuina expresión de auténtica identidad campesina.

A continuación las malaras reunidas en dos plegables que se dieron a conocer como tributo de recordación al Guajiro Natural.


A POLO M
ONTAÑEZ

Selección: Lorenzo Suárez Crespo
Casa de la Décima Celestino García
Noviembre 2010.


Oneisis Gil Cruz
Ovas, Pinar del Río, 1982:

Poeta, cantor, esencia
de un aguajirado lirio,
has conmocionado a Sirio
con tu inmortal refulgencia.
Tu fuga es solo apariencia,
nave err
ante, pueblo triste
que te espera porque fuiste
en un invisible avión
a traerles el montón
de estrellas que prometiste.


Raúl Sera Adrián
Bahía Honda, 1962:

Te espero, Polo, no dudes
en regresar algún día.
Devuelve esa melodía
que cultivó multitudes.
Cuando donde estás, sacudes
tu montón de estrellas muerdo
las ansias del lado izquierdo
que de extrañarte se quejan
y como siempre, me dejan
casi loco, casi cuerdo.


Lázaro P
érez Martínez
Sandino, 1959:

Polo Montañez, volví
después de la muerte aquella
y el cielo tiene una estrella
que está llorando por ti.
Fíjate si eso es así
que este pueblo no te engaña;
de luto el dolor se baña
para decir que no has muerto
cuando nos brinda un concierto
el sinsonte en la montaña.


Nelson Estrada Núñez
Minas de Matahambre, 1956:

Su “Guajiro Natural”
entre otr
as canciones bellas,
unida a “Un Montón de Estrellas”
lo hacen más excepcional.
Cantautor original
de una metáfora inquieta,
que a su canto se sujeta
con natural sencillez;
porque Polo Montañez
nació músico y poeta.


Manuela Padilla Izquierdo
Rancho Mar, B. Honda, 1944:

Nació en el barrio y creció
en un bohío de guano
y para el punto cubano
su guitarra acompañó.
Todo el
campo recorrió
tratando a todos igual.
En su terruño natal
cantaba con alegría
y con orgullo decía
Soy guajiro natural.


Sindy Manuel Torres
Las Ovas, Pinar del Río:

Fue tu voz aguajirada
en un monte cimarrón
llave que con la canción
nos abrió la madrugada.
Verso vivo, tu mirada
de guajiro natural,
poema al viento, cristal
de perfu
mado lirismo,
puro y fresco como el mismo
murmullo del manantial.


Alberto Rodríguez Gómez
Consolación del Sur, P. Río:

Digo Fernando Borrego,
el Guajiro Natural
y en un río sideral
bote es la luna y navego.
A un montón de estrellas llego
con babalao en la memoria
si como hiciera notoria
la meta que se propuso,
las canciones que compuso
en Cuba se han hecho historia.


Lorenzo
Suárez Crespo
Bahía Honda, P. Río, 1943:

De cantautor hasta el mito,
de sencillo a universal
fue el trovador natural
de los predios del Brujito.
Como raudo meteorito
surcó espacios populares
y aunque luctuosos azares
sellaron la muerte atroz,
siguen su ritmo y su voz
en los planos estelares.


Osvaldo Díaz Ávila
Consolación del Sur, 1964:

Las lágrimas que brotaron
de las más humildes casas,
la raíz de las terrazas
con sentimiento abonaron.
Luego bajo el sol cantaron
su dolor de risa ardiente,
porque, indiscutiblemente,
Polo es un Cristo despierto
y no hay que llorar a un muerto
que vivirá eternamente.


Raúl Pérez Morera
Pinar del Río, 1938:

Las montañas del Brujito
todavía tienen huellas
de quien bajó las estrellas
desde el espacio infinito.
Ya Polo es leyenda y mito
del ámb
ito musical
y en la cinta de cristal
de su arroyuelo sonoro
se grabó la voz de oro
del Guajiro Natural.


Bárbaro Castillo Cordero
Bahía Honda, P. Río, 1953:

Como el mismo manantial
que brota desde la sierra,
así pasó por la tierra
el Guajiro Natural.
La muerte un cerco fatal
le tendió sin más querellas,
pero jamás esas huellas
se borrarán de este suelo
de quien supo, desde el cielo,
bajar un Mo
ntón de estrellas.


José Miguel Mederos Mederos
Bahía Honda, P. Río, 1933:

De sonrisa y guayabera
con la inspiración guajira
supo tañer con su lira
versos en la cordillera.
En su condición campera
del mismo sol al umbral
sembró en Soroa un rosal
de cantos para la historia
y hoy es presencia y memoria
El Guajiro Natural.


Jesús Padilla Concepción
San Juan y Martínez, 1969:

Polo por su simpatía
de tan natural que era
con sombrero y guayabera
a los conciertos venía.
En Colombia todavía
no lo olvidan ni un segundo
y como fue tan profundo
dejó abejas musicales
libando entre los rosales
de las entrañas del mundo.


Freddy Camilo Morffe
Holguín, 1969:

Entre montañas naciste
siendo un niño campesino
sin otro mejor destino
que el carbón con que pudiste
hacer d
e un desvelo triste
el sueño de tu alegría.
Bienaventurado el día
en que te reconocieron
y tus bellos versos fueron
la canción que en ti nacía.


Jorge del Valle González
Pinar del Río, 1946:

Polo con el sello agrario
de Guajiro Natural
hizo en El Brujo un mural
de valor extraordinario.
Cantándole al orquideario,
al río, a las cosas bellas,
a las fúlgidas estrellas,
al esplendor de la luna,
y al pelo arado de una
de sus m
ás lindas doncellas.


Adalberto Izquierdo Acosta
Bahía Honda, P. Río, 1968:

La tierra sufrió una herida
incomparable otra vez
porque Polo Montañez
le dijo adiós a la vida.
No se sabe en esa ida
las glorias que se llevó.
Cuentan que cuando partió
aquel noble guajirito
un sinsonte del Brujito
el duelo le despidió.


José Lorenzo Delgado
Pinar del Río,1940:

Alzo la copa del verso
que solo el amor repleta
y brindo por el poeta
que reina en este universo.
Con su recuerdo converso
cuando voy de canturía,
su música es poesía
y en su arraigo popular
es un ejemplo sin par
de acendrada cubanía.


Rosa Iglesias Labrador
Las Ovas. P. Río, 1986:

Polo Montañez, cantor,
si fue fugaz tu presencia,
no dará p
aso a la ausencia,
pues se oirá tu clamor
Es que acaso el Redentor
quiso en sorpresivo vuelo
cubrirte en plateado velo
junto a tu montón de estrellas
y que tu música bella
también brillara en el cielo.


Reina Ledón Pérez
Pinar del Río, 1928:

Quiero por primera vez
al grabar de este mensaje
dar un válido homenaje
hoy a Polo Montañez.
Por la inmensa lucidez
de su honorable talento,
por su desenvolvimiento
en la música y el canto,
por su fel
iz adelanto
guajiro ciento por ciento.


Bebo, El abuelo Las Terrazas:

Murió, pero está en la mente
de todo el que supo amar
a un Guajiro Natural
sencillo, humilde y decente.
Por eso precisamente
escuche usted mi cantar...
y si ahora va a grabar,
nos quedará en la memoria
convertido en una historia
que jamás se va a olvidar.


Jorge del Valle González
Pinar d
el Río, 1946:

Cuando Polo Montañez
bajó a mostrar sus hazañas
dibujó aquellas montañas
que acunaron su niñez.
No sería pequeñez,
pues la Sierra del Rosario
fue el singular escenario
donde el Titán imponente
encendió en el Occidente
nuestro fuego libertario.


Lorenzo Suárez Crespo
Bahía Honda, 1943:

De surco, arada y guataca,
carbón en la dura brega,
desde el monte hasta la vega,
entre el
insomnio a la hamaca.
El bardo que se destaca
al domar en desigual
reto el arte musical
con talento y sencillez,
ese es Polo Montañez,
un Guajiro Natural.


Celino Alfonso Torres
Candelaria, 1942:

Bajo el ala del sombrero
lugar donde no da sombra,
mi décima es una alfombra
que le cubre el cuerpo entero.
El aire vueltabajero
pasa por el orquideario
de Soroa, un escenario
donde las orquídeas crecen
y al son de Polo se mecen
en la Sierra del Rosario.


Mario Ba
rreto Castellanos
Artemisa, P. del Río, 1937:

No hay dudas que Polo fue
un guajiro de verdad,
que forjó su identidad
entre guateque y bembé.
El buchito de café
con ron lo tomaba a diario
y en el típico escenario
fue su música criolla
una verdadera joya
de la Sierra del Rosario.


Yaser García Cortés
Pinar del Río, 1986:

Cuando Polo Montañez
le dijo adiós a la tierra,
lloró el ángel de la sierra
lágri
mas de sencillez,.
Conmovido ante el estrés
se sintió temblar al monte
y se vio en el horizonte
como halo sobre un rubí
un manojo de aidelí
en los trinos del sinsonte.


Oscar Santana Scull
Pinar del Río, 1956:

A la Sierra del Rosario
en la zona del Brujito
le nació Polo y el mito
luego se hizo legendario.
Cantautor extraordinario
Le cantó a la luna, al cielo
y las estrellas al vuelo
con el don más especial
y hoy es
el más Natural
Guajiro que dio este suelo.


Jesús Serrano Esquijerosa
Macurijes, Mantua, 1952:

La muerte ciega y brutal
para alimentar gusanos
nos arrancó de las manos
al Guajiro Natural.
Las salas del hospital
fueron una amplia plegaria
y cuando la funeraria
lo desintegró del grupo,
en el Bayate no cupo
el grito de Candelaria.


Bernardo Puentes Sierra
Bahía Honda, 1931:

Tu imagen no se me olvida:
franco, cordial, buen amigo
con la Patria por testigo
de tu consagrada vida.
Por el surco de la herida
tu pueblo sufre el dolor
y no hay un fruto mejor
por donde quiera que pasas
que tu huella en Las Terrazas
en la canción y el amor.


Andrés Gustavo García
San Juan y Martínez, 1952:

Marianao, ese hospital
con el gesto más humano
a Polo t
endió la mano
tras su accidente fatal.
El impacto fue mortal
y ante tan cruel conclusión
de agrietado su pulmón
y trasnochar entre penas,
allí le inyecté las venas
con sangre del corazón.


Juan Montano Caro
Mantua, 1952:

Lo más hondo de la sierra
Vio nacer al cantautor
Y fue símbolo de amor
En tránsito por la tierra
Por eso el pueblo se aferra
Al recuerdo más actual
Y obviando el rito fatal
Con las canciones más bellas
Brilla en
su montón de estrellas
El Guajiro Natural.


Roberto Sánchez Peñalver
La Palma, 1952:

Polo Montañez, el alma
de la Patria es tu canción,
así fue tu inspiración,
el penacho de una palma.
No pude aceptar con calma
la noticia de tu muerte,
lloré tan horrible suerte
y desde entonces, amigo,
con la sierra por testigo
vuelan mis ojos por verte.


Santiago Álvarez Cruz
Bahía Honda, P. Río, 1945:

Polo Montañez no ha muerto,
porque
en una trayectoria
tan hermosa no hay historia
con un final tan incierto.
Él siempre estará despierto
en el pueblo que lo admira.
tan solo salió de gira
para el cielo, porque Dios
lo mandó a buscar en pos
de la música guajira.



DEL AUTOR DEL REPORTAJE:

Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. De su decimario inédito La brújula del viajero puede ver mediante este enlace el poema ¿Por quién doblan las campanas?, de su decimario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Es un destacado colaborador de este sito, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.


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