miércoles, 26 de marzo de 2014

Toda luz en la Feria del Libro


Péglez vuelve a toda luz

El Grupo Toda luz y toda mía tuvo su espacio en esta 23 Feria Internacional del Libro Cuba 2014 a su paso por Sancti Spíritus. Nos reporta la poetisa, diseñadora y editora Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en esa provincia; escritora laureada con el Premio Ala Décima en el V concurso Décima al filo 2012. Fotos: Marlene E. García

Péglez entregó a Reinol Cruz su diploma de mención en el reciente concurso Ala Décima.

La décima escrita en Sancti Spíritus fue colocada sobre el puente entre la cultura y la historia. Durante esta Feria Internacional del Libro, Toda luz y toda mía, diferente cada vez; recibió como invitado especial a nuestro Pedro Péglez González, Premio Iberoamericano Cucalambé en dos ocasiones con (In)vocación por el paria, 2000, y Cántaro inverso, 2004, y Premio Toda luz y toda mía 2013, entre otros premios, y quien es presidente del Grupo Ala Décima.


Dentro del espacio sociocultural Toda luz y toda mía, conocemos la necesidad de contar con investigaciones alrededor de la décima, por lo que, dentro de la estrategia de trabajo, tocamos a puertas de especialistas. Esta vez, el geógrafo, profesor e investigador Esteban Acosta asistió al encuentro para ejemplificar la décima escrita en esta tierra yayabera en la segunda mitad del siglo XIX. Así conocimos sobre el agrimensor Próspero Renzolí, natural de Morón, partido pedáneo de Sancti Spíritus en aquella época, quien contaba con su título aprobado por el tribunal de Santa María del Puerto Príncipe en 1851. Acosta vinculó en su comentario cultura e historia y dio lectura al poema escrito en décimas “La Feria de Morón”, de Renzolí, que fuera publicado en el periódico espirituano El Fénix el 1 de enero de 1856. Estas décimas fueron dedicadas a Morón, a razón de la celebración de la fiesta que allí se realizaba por el Día de la Candelaria, patrona del poblado.

Durante el breve recorrido histórico en el marco de esta feria, dedicada también al medio siglo de fundada la Villa del Espíritu Santo, arribamos a la primera mitad del siglo XX, donde la tradición oral expandía décimas escritas en anónimo que eran interpretadas en la oralidad y que, sobre todo, popularizó la Parranda Típica Espirituana, otrora Los Hermanos Sobrino, fundada  en 1922 y con motivo de la fiesta tradicional conocida como el Santiago Espirituano.

Y sobre nuestro puente, la décima escrita en Sancti Spíritus ya en este siglo XXI. Resultó pertinente la extensión (ya habitual) de entrega de premios. El espirituano Reinol Cruz recibió de las manos de Péglez su mención recibida en el Concurso Ala Décima 2014 (premiación ya realizada en Alamar) y ambos realizaron un breve mano a mano, al recuerdo de que Péglez en Topes de Collantes, Sancti Spíritus, escribió Los trabajos distantes, conjunto con el que recibiera el antes mencionado Premio de décima escrita Toda luz y toda mía 2013.

Para nuestro disfrute, Péglez nos regaló sendos momentos de lectura y el primero lo dedicó a quien fuera su compañera en la vida y en las letras, Yazmina Calcines, por quien, en su momento, hizo luto también en tierras espirituanas. De esta lectura, compartimos este especial y ya familiar poema:


PARA UN RETRATO DE YAZMINA

Los cuerpos que se aman jamás son los
cuerpos reales, sino otros que suscita
y proyecta la imaginación de los amantes.

Severo Sarduy


En tus ojos algún dios
se está tomando un café
Sentado está en su porqué
donde urgen dos llamas        dos
Por el pliegue de la voz
(siempre es doble) no le avisto
el pudor
                 No sé si es Cristo
o Atabey     Ochún o Pan
Juana de Arco o Gengis Khan
Sor Juana Inés      o Mefisto

Por el pliegue de tu voz
la luna filtra un visaje
de Julieta
                   Algún tatuaje
lubrica idilio y adiós
Todo en uno      Todo en dos
cuerpos que liban la piel
con la renuncia
                            Y en el
agua que lame tu fuente
se baña Fanny indolente
posponiéndote la hiel

Hay un orgasmo en tus pies
otro en tu puerto      en tu oído
en tu azul       y la libido
te erige en reto otra vez
Todo en una      en dos       en tres
derrotas de la costumbre
El mástil arde en tu lumbre
La Marteuil y Mesalina
nos rocían la opalina
extremaunción de la herrumbre

Luego        Gioconda te alcanza
¿Qué me pides       desde dónde?
¿Qué desacato se esconde
en tu esfinge que me avanza
la ausencia?
                       ¿Qué trunca danza
deja en tus ojos la voz
desabrochada en la tos
de Margarita Gautier?

(En tus ojos el café
se está bebiendo a algún dios)


Casi al término de la tarde, como parte de nuestro formato, el momento de referencias a la literatura. Esta FIL contó con la República de Ecuador como País invitado de Honor y como Toda luz… acostumbra a insertarse en el panorama cultural (también del país), Daniel Cruz Bermúdez, poeta, vicepresidente de Toda luz… y director de Ediciones Luminaria, tuvo a su cargo el comentario de dos libros. Esta vez, Yo, el libro, del ecuatoriano Justino Cornejo y de su hija Marigloria Cornejo Cousin, Semblanza de Justino Cornejo. Merecido tributo, en el veinticinco aniversario de su muerte, a uno de los grandes de la cultura ecuatoriana del siglo XX, reconocido académico de la lengua, con múltiples obras sobre folclore, la lengua, la educación, la literatura y la historia.

El acercamiento a Gertrudis Gómez de Avellaneda, a quien en esta FIL se le rinde homenaje por su bicentenario, también estuvo presente en Toda luz… Para tributar a la fecha histórica-cultural de la más importante escritora hispano-cubana del siglo XIX, la gran romántica, madre soltera y defensora de los derechos de la mujer; recordamos la existencia del sitio Cuba Ala Décima, de imprescindible consulta sobre la décima escrita en Cuba e Iberoamérica. De aquí, dimos lectura a la décima titulada con el nombre de esta camagüeyana y del autor Carlos Esquivel, Premio Iberoamericano Cucalambé 2010 con El libro de los desterrados, donde aparece este poema.

Y en este regreso físico de Péglez,con toda luz propia y nuestra, respondió al breve conversatorio encaminado a conocer sobre el surgimiento de este ya sitio web que dirige y que promueve cada mes, con múltiples entradas, el cuidado que alrededor de la estrofa sostiene esta cofradía.



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martes, 18 de marzo de 2014

Samuel Feijóo por Virgilio López Lemus


La obra mantiene la existencia
 

Estamos celebrando el centenario de Samuel Feijóo (San Juan de los Yeras, antigua provincia de Las Villas, 31 de marzo 1914— La Habana, 14 de julio 1992). Con ese motivo reproducimos la valoración del Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, poeta y ensayista; uno de los más lúcidos investigadores con que cuenta el panorama literario cubano de hoy.






LA OBRA MANTIENE LA EXISTENCIA



Samuel Feijóo sumó muchos creadores, sobre todo fue un extraordinario poeta, y de ello se desprende toda su obra de referencia en la cultura cubana y de altos quilates en ella. Novelista, cuentista, narrador de diarios de viajes y de vida campestre, crítico literario y de artes, pintor y dibujante, diseñador pragmático, fundador de revistas, editor de rango, periodista, folclorista, cronista, profesor, su obra escrita rebasa los cien títulos multigenéricos, sus cuadros y dibujos no han sido contados nunca.

A esta infatigable pasión creativa, algunas personas de menos vuelo la llaman «estar loco». Por sus andanzas de gran caminante y perpetuo artista a veces muy surrealista en su actitud vital, también en ocasiones se le ha tenido por debajo del alto escalón que merece en el panorama de las literaturas y las artes de Cuba y de toda América Latina.

Su azarosa vida, contada en su autobiografía El sensible zarapico, condujo asimismo a variados prejuicios a la hora de valorar su enorme aporte a la cultura nacional. O se le ignoraba o se le subestimaba. Pocas veces alguien lo sobrevaloraba.

Samuel Feijóo visto
por el caricaturista
Pedro Méndez

En el año del centenario de su nacimiento, es hora de que miremos a su intensa labor, a lo que dejó detrás de su vida corporal, y observemos sin mezquindades al hombre en su época y bajo los efectos de sus credos personales, según su propia idea: «la obra mantiene la existencia». Es ella la que le sobrevive y la que obliga a llamar la atención sobre uno de los escritores y artistas mayores del siglo XX cubano.

En las provincias del centro de Cuba, formadas a partir de la antigua Las Villas, las anécdotas sobre este artista de la palabra y de la paleta suelen opacar el nivel poético que alcanzó en poemas como Beth-el, Faz y el Himno a la alusión del tiempo. Se le conoce más popularmente por sus colecciones de décimas, cuartetas, dichos, dicharachos, saberes y cantares del pueblo, y mitos y leyendas cubanas y latinoamericanas, y quizá por ello se deja de saber que fue autor de algunos libros de reflexión en prosa, como sus Alcancías del artesano, en los que resultó ser un claro pensador, un creador de una poética.

Su novela tan ampliamente conocida Juan Quinquín en Pueblo Mocho (llevada al cine y a la televisión), hace olvidar un poco que es el autor de otra aun mejor: Tumbaga, y que en La gira descomunal describió por medio novelado incluso una utopía. Mucho nos reímos con su humorismo criollo en Vida completa del poeta Wampampiro Timbereta, pero más allá del humorismo hay un profundo observador de la identidad cubana, de la que él fue un vocero esencial.

El autor de El saber y el cantar de Juan sin nada es también quien redactó la notable investigación El son cubano. Poética general. Junto con sus antologías Sonetos en Cuba y La décima culta en Cuba entregó su compilación de Cuarteta y décima. Más de 60 revistas Islas y Signos a su cargo, y unos 25 libros de poemas, algunos aún dispersos en la segunda revista, nos hacen pensar muy seriamente en qué «locura» se le atribuía a este hombre asombroso, que apenas tenía tiempo para descansar.

No hay tantos polígrafos cubanos, ni son muchos los poetas a los que podemos señalar con propiedad que son autores de una verdadera y legítima poética original. Samuel Feijóo es uno de esos escasos autores de relieve múltiple.

La ocasión del centenario resulta oportuna para hacer estas observaciones y no para pequeñeces sobre su ejercicio vital. Nos importa su obra, esa que legó al pueblo de Cuba, tan amado por él. Feijóo fue un revolucionario de letra y palabra, amó tan entrañablemente a Cuba, que todo lo que hacía, paisaje o verso, estaba fecundado por ese amor. Él decía que solo había alcanzado a tener siete lectores. Hagamos que su centenario multiplique la siempre apasionante lectura de su obra escrita, y descubramos cuánto de elevado oro hay en ella. «Mi obra es oro —decía—, si no lo descubren, sigue siendo oro». Es tiempo ya de hallar todo ese oro de letras.


Versión original, mediante el siguiente link, en Juventud Rebelde


MÁS SOBRE EL TEMA:








martes, 4 de marzo de 2014

Presentado en la Feria libro de Lorenzo


El poemario en sonetos
Sin pértiga y sin alas

 
En el capítulo de la Feria Internacional del Libro Cuba 2014 correspondiente a Pinar del Río vio la luz este volumen de nuestro hermano colaborador Lorenzo Suárez Crespo, quien fuera laureado en el 2012 con el Premio José Vasconcelos, que otorga el mexicano Frente de Afirmación Hispanista, A.C.



PARA ELEVAR EL VUELO

Por José Raúl Fraguela
(escritor y editor)


He recibido la encomienda, además de mostrarles la hornada 2013 de la colección Laurel de Ediciones Loynaz, de comentar para ustedes el poemario Sin pértiga y sin alas, de Lorenzo Suárez Crespo, uno de los títulos que la componen. Esta colección y en especial este cuaderno tiene un sello muy personal al utilizar la obra de destacados artistas de la plástica; la ilustración de cubierta pertenece a José Iván Morales con el grabado “Atado a mi yo”; reconocer el diseño de Néstor Montes de Oca y el trabajo del equipo de Ediciones Loynaz.

Incansable promotor cultural y autor de más de una docena de títulos publicados por editoriales cubanas y extranjeras, Lorenzo, poeta apegado a la tradición de quien he tenido oportunidad de presentar otras obras para niños y adultos, nos ofrece hoy un volumen que, mientras lo editaba y más recientemente en las nuevas lecturas que hice para organizar estas palabras, me dio más de una vez la impresión de estar ante una especie de testamento, o mejor, un ajuste de cuentas consigo mismo, con la poesía y con una serie de acreedores espirituales y literarios a quienes rinde tributo a lo largo de estas páginas.

Así, se canta en estos sonetos forma compositiva que escoge esta vez el bardo— a personalidades harto conocidas por todos nosotros como los cubanos José Martí, Gastón Baquero a quien "vio partir un día triste / la patria que de amarlo no desiste" (y a quien dicho sea de paso Ediciones La Luz, de la Asociación Hermanos Saíz, acaba de dedicar una antología de más de 130 poemas que autores cubanos le dedican), Elíseo Diego: "Elíseo del alba, renacido" en su Calzada de Jesús del Monte; Mercedes Matamoros; pero también a Sor Juana Inés de la Cruz, al modernista José Asunción Silva, a Pedro Bonifacio Palacios, el poeta Almafuerte, a quien dedica su poema al Quijote, equiparando al espíritu del hidalgo la rebeldía del argentino; en un abanico que abarca un amplio espectro de la tradición lírica hispanoamericana, del que no quedan fuera, entre otros muchos, el asturiano Alfonso Camín, quien en sus años cubanos realizara una ardua labor intelectual, y los contemporáneos más cercanos por su obra no solo poética sino promocional a Lorenzo, Fredo Arias de la Canal y Francisco Henríquez.

Pero no crean que se reduce a esto Sin pértiga y sin alas, desde el "escalón del tiempo" en que la vida lo ha puesto, el autor se ha nutrido de suficientes vivencias como para concebir una filosofía, que late en estas páginas, un modo propio (como muchos quizás que viven lo suficiente) de asumir y valorar la existencia.

Ya en el poema inicial se habla del desamparo del hombre ante lo efímero de la vida, a partir de ahí se exponen una serie de ideas, muchas veces contradictorias, surgidas de esa búsqueda constante de la verdad que es vivir.

"No renuncies al sueño redimible / (...) / mientras seas Quijote en los caminos / no hay lucha sin final y sin victoria" reza "En busca de la luz", del mismo modo que en "Después de todo" conmina a perseverar en cualquier empeño, a fijar la atención que tiene lo bello, que también nos rodea, a no perder la esperanza, para seguidamente advertirnos en "Trampas" las eternas contradicciones de la vida, lo engañoso de las apariencias, el ciclo constante ventura-desventura, asunto también de "La otra mirada": "El ojo de la suerte es algo esquivo" comienza, para cerrar: "Nadie puede evadir su daga fría. / Te da cierta ventaja, pero un día / te cubre con el velo de la muerte".

La incertidumbre ante el futuro, la poesía como tabla de salvación ante la cercanía de la muerte, rondan también estas composiciones, entre las cuales podría destacarse "Confesiones", una especie de autorretrato espiritual en que el poeta desnuda íntimas preocupaciones, deseos y (des)esperanzas; y "Plegaria", lamento ante el declive de la vida sin haber conseguido todo cuanto se ha propuesto, con sueños incumplidos y una obra siempre por terminar, pues cada vez se propone algo nuevo.

No faltan en estos versos la soledad, eterna compañera de los poetas, y la mujer, su belleza: "Eva es fruta, la luz, la transparencia, / una estrella en la noche que se abisma", dice en "Eva canta"; y en "Soneto rosa" asegura "y a la idea, a la flor, al mismo verso / no habrá templo mejor que en ti no sea". Pero el más humano, asentado en la cotidianidad, la convivencia, y por tanto el más genuino, es "Para una luz", donde la mujer amada, esposa y compañera, es refugio, inspiración, incentivo, esperanza.

Pese a encontrar imágenes de gran lirismo y plasticidad como las de "Augurios del ciervo", ante el que nos parece contemplar un antiguo gobelino, el poeta lamenta la insuficiencia del verso como expresión de sus sentimientos, sin embargo, en estos sonetos que como alguien diría ya de la décima y parafraseo ahora "sirven para todo" hallará el lector reflejos embellecidos de sus propias carencias, deseos, ilusiones o frustraciones, para al final, si ha leído bien, comprender que siempre vale seguir adelante, pues para el salto e incluso el vuelo, no son imprescindibles herramientas o aditamentos (la pértiga, las alas), pero sí la voluntad, la imaginación, el empeño, es decir, el hombre mismo, pues de él depende en primera instancia, la consecución de sus más caros sueños. Muchas gracias.


MÁS DEL AUTOR:
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. De su decimario inédito La brújula del viajero puede ver mediante este enlace el poema ¿Por quién doblan las campanas?, de su decimario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

SUS MÁS RECIENTES COLABORACIONES:


SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO