miércoles, 25 de junio de 2014

Toda luz celebró su II Festival


Yunior Fernández Guerra,
Premio del III concurso
Toda luz y toda mía

En vísperas de los 500 años de la Villa del Espíritu Santo, el espirituano Grupo Toda luz y toda mía realizó su II Festival Internacional homónimo y la premiación de su III Concurso. Nos reporta Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus. Fotos: Iro

Al centro, Ramón Díaz Medina, uno de los decimistas homenajeados en el Festival.

Otro de los homenajeados, el poeta improvisador Virgilio Soto.

Como si fuera noviembre
III Aniversario de Toda luz y toda mía

En Sancti Spíritus, el III aniversario de Toda luz y toda mía fue celebrado con su II Festival Internacional homónimo. Recibió el auspicio de la Universidad José Martí Pérez (UNISS) y el Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL) y esta vez fue dedicado al Día del Campesino, al 500 Aniversario de la fundación de las Villas de la Santísima Trinidad y del Espíritu Santo, a la equidad de género, a los poetas Ramón Díaz Medina y Virgilio Soto, así como a los profesores Luis Orlando Alba y Emma Muro.

La sede del evento, la UNISS, ratificó la necesaria hermandad de la academia con la tradición. En el evento teórico, estudiantes y profesores universitarios compartieron con escritores y amigos de la décima trabajos de ciencia y técnica, así como una exposición de los principales resultados científicos de la Facultad de Ciencias Agropecuarias. Se sumaron trabajos relacionados con algunas incidencias del Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) en la provincia, colegiados por el profesor Nelson León Orellana. Asimismo, los escritores Ramón Díaz Medina y Antonio Rodríguez Salvador (Chichito), expusieron sendos trabajos relacionados con la décima y enlazar la razón del espacio. La UNISS tuvo a su cargo la presentación de los libros Familia, género y violencia doméstica, compilado por Reina Fleitas Ruiz y Magela Romero Almodóvar, donde se recogen los resultados de investigaciones con perspectiva de género realizadas en varias provincias del país; y Volver a la Tierra, de Martín Santana Sotolongo y Abel Hernández Muñoz.

La premiación del III Concurso de Décimas Toda luz y toda mía tuvo lugar a la sombra de la brillante tarde en el Patio de los Cinco Robles. Como preámbulo, la lectura de una nota del Grupo Ala Décima, enviada por su presidente Pedro Péglez González y llegada horas antes por vía de correo electrónico. Resultó agradecida, estimulante y oportuna al ratificar que estamos juntos para legitimar la estrofa. El emotivo aplauso de los contertulios estrechó los vínculos y continuó con el momento de premiaciones. Dictaminadas por el jurado equipado por Antonio Rodríguez Salvador, Pedro Péglez y Modesto Caballero; los premios colaterales irradiaron desde el Premio Décima al filo, otorgado a Caridad Tasiana González Sánchez (Villa Clara), por su obra Réquiem; el Premio Grupo Nacional de Escritores Rurales, a Marcelina García Moreno (espirituana residente en La Habana), por su obra Entrañable; y el Premio Solidaridad, otorgado por el ICAP al autor no residente en Cuba, otorgado a Frank Upierre (residente en Moscú), por su obra Diario de la soledad.

El Premio Toda luz —el más alto galardón del certamen—, fue recibido por el joven Yunior Fernández Guerra, de Las Tunas. Compartimos su obra íntegra:



AMAR, TEMER Y PARTIR



Amar y temer

A Raúl Hernández Novás


Ella me devoraba como a un trozo
de pan que hiende al hambre su escalpelo
y en otro laberinto del recelo
trazaba algún pasaje silencioso
Yo moría en sus piernas como un pozo
se pierde entre las rocas y el cadejo
de nombres en la Tierra      y un reflejo
de Dios naciendo al borde de su piel…
Leíamos poesía de Gardel
coreada por un tango de Vallejo

Su cuerpo fue un islote que flotaba
sobre la omnipresencia de la suerte
mi sombra fue la sombra de la inerte
ciudad que tras los muros asechaba
los gritos  fueron flechas en la aljaba
los dedos       estiletes del letargo
mi lengua entre sus pétalos       amargo
principio para un fin inevitable
y el cuervo de mis ojos      despreciable
nacía de su angustia      sin embargo
yo pude ser un tábano     un fantoche
que ansiaba la humedad de ciertas rutas
las voces de Sodoma      las hirsutas
palabras que se pierden en la noche
pudimos ser un mísero reproche
un espejismo gris de madrugada
ella pudo ser crótalo en la almohada
tarántula desnuda     prisionera
de algún placer sabático      quimera
lamiéndome el orgasmo en la mirada

Pero no fuimos más que un cataclismo
de olores y fluidos consecuentes
catálogo de sombras disidentes
que al fin y al cabo son un espejismo
rompimos en pedazos el lirismo
la cruda soledad de algún pronombre
y fui devuelto al polvo     como un hombre
cegado por frugales desenfrenos
Pagué por el olvido de sus senos
y ella cobró      la esencia de mi nombre




Temer y partir

A Ángel Escobar


Otra duda me apuñala en la orilla de este pozo
un aire de calabozo
una herida que acicala mi nacimiento
y escala sobre la muerte infinita de la ciudad
¡la maldita ciudad!
la última piedra
será una voz que no medra
sobre la fuente marchita que transito
la oquedad me consume
no hay clemencia para mí
la intermitencia de mis palabras
la edad de mis pasos
la verdad
corta mi lengua de cuajo
y grito a Dios:
¿Quién carajo me salvará del abismo?

El salto es un silogismo…

No puedo
caer
más
bajo




Partir y amar

A Reinaldo Arenas


Reconozco las razones que conducen al destierro de los poetas      el fierro que lame contradicciones ancestrales      las canciones para ahogar esta penuria van cosidas a la furia que flota sobre el sarcasmo      voy descubriendo mi orgasmo en las ruinas de Lemuria

Otro légamo infinito es el dintel de esta puerta      el pasaje de una muerta verdad que sepulta el grito de las vestales      me excito con la musa que resana su voz en mi sexo      diana para mi orgullo en su nombre

¡Tal vez muera como un hombre mordido por la manzana!

Tal vez el miedo me insiste y derogo la cordura sobre el papel      la clausura de mi cuerpo es el alpiste para el sueño         se resiste mi corazón al destierro y doy crédito al encierro de la conciencia desnuda      Ya puedes morirte cruda realidad      ya no me aferro al vórtice tremebundo de la mano en estampida juzgando a Dios      la salida pertenece a algún profundo pasaje      de frente al mundo que deslucimos      la muerte del escritor se convierte en bendición o bonanza  de las ciudades      me cansa vivir buscando la suerte

Ya sé que cada minuto desnudo mi penitencia y soporto la sentencia de los míos      ya no hay luto para mi alma      el enjuto teorema que regurgito sobre la piel es proscrito enjambre para la casa

Soy un suspiro que pasa por el papel

Un maldito




Como parte de este premio otorgado a Yunior, le fue publicado un plaquet con este conjunto suyo, por cortesía de Ediciones Luminaria.

Miguel Mariano Piñero, presidente del Grupo Nacional de Escritores Rurales, luego de hacer entrega del premio de su agrupamiento, realizó una amena intervención para recordar que la tradición decimística en San José (sede de su proyecto), se agradece a Sancti Spíritus, por la huella cultural legada por espirituanos llegados a aquella tierra tras la conocida “limpia del Escambray”.

Tras este momento de premiaciones se intercambió un diálogo con el poeta repentista Virgilio Soto y con el escritor Ramón Díaz Medina, a quienes se dedicó el evento y por supuesto, una lectura colectiva de décimas para cerrar la armoniosa tarde.

Y al dedicar el evento también al Día del Campesino, la segunda jornada se deslizó hasta la CCS Aramís Pérez (vanguardia provincial y rentable desde sus inicios), del municipio de Cabaiguán. La tarde de contralecturas y la noche de guateque permitió un rico intercambio con campesinos de la zona y cooperativistas, quienes disfrutaron de la magia de la estrofa entre tonadas, controversias, humor y literatura; compartido con la diversidad etárea presente.

La tercera jornada de este evento iluminó la mañana con La Hora de Luminaria, auspiciado por Ediciones Luminaria y que con carácter mensual trata los entresijos del mundo editorial. A cargo del editor Arturo Delgado Pruna, con el atractivo tema “Las publicaciones de antologías de décima en editoriales”, esta vez, contamos con el invitado Alfredo Zaldívar, escritor, ensayista, investigador, director de Ediciones Matanzas y Premio Nacional de Edición 2012; quien tuvo a su cargo exponer elementos relacionados con tan oportuno y polémico tema en un intercambio tras apuntes, vistos a partir de las publicaciones matanceras La brevedad de lo eterno. La décima en Matanzas 1797-2008, 2008, compilación de Fernando García García y Niña que sueña el laúd. Cien décimas y un guateque, 2010, compilación y prólogo de José Manuel Espino.

Zaldívar acotó el olvido que hacia la décima se ha notado en antologías de poesía, por lo que, entre otras razones, resulta necesaria la publicación de antologías de décima en Cuba y observó la ausencia en librerías de estos libros después de publicados.

Daniel Cruz Bermúdez tuvo a su cargo la presentación del decimario Malentendido, de Alfredo Zaldívar, Ediciones Matanzas 2007 y a su vez, este invitado presentó su libro de ensayo Con mucha melancolía. Poesías de Seboruco, Ediciones Matanzas 2013.

En el público, de izquierda a derecha, Daniel Cruz y Alfredo Zaldívar.

Exposición Versoluz II.

Y luego el momento Versoluz, dedicado a los niños que cultivan la décima en sus diversas formas de expresión; para mostrar el real complejo artístico cultural que resulta ser. De forma simultánea, niños del taller de artes plásticas de la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí Tecarey, del municipio cabecera en el Yayabo, ilustraron décimas escritas por otros niños y que resultaron premiadas o mencionadas en el Encuentro Provincial de Niños Escritores 2014, para conformar la exposición Versoluz II, y sumarla al patrimonio de Toda luz y toda mía. Niños tonadistas de los Talleres de Repentismo del territorio vistieron de gala la sombra del Patio de los Cinco Robles con las luces de sus gargantas y de forma participativa, sin competencia, a solicitud de miembros de Toda luz…, a fin de estimular realmente su trabajo en los talleres.


La Parranda Infantil Amanecer Campesino, continuidad de la tradicional Parranda Los Sánchez, en Arroyo Blanco, cantó sus décimas, y el payaso Tato amenizó el intercambio, el que incluyó la improvisación que dedicó a los niños el poeta Virgilio Soto. Luego de esta muestra de la creación de la estrofa desde los niños en las artes plásticas, el teatro, cantada e improvisada y en la literatura, comenzó un lazo de amistad que estrecha intereses comunes entre ellos, lo que les permite iniciar el camino hacia la legitimación de esta parte del patrimonio cultural de la nación.

La noche de clausura, justo en la fachada de la entrada principal de la UNISS, resultó tan atractiva como para detener el paso los transeúntes del paseo en su frente, el que enlazó sus luces a las relampagueantes de nuestro escenario. Al inicio, con un solo de laúd por fondo instrumental, fueron leídas décimas a Sancti Spíritus, dedicadas a su medio siglo de fundadas y escritas por el poeta Nelson González Cruz, de Tuinucú, municipio Taguasco. De nuevo la décima en la música y no solo de corte campesino. La agrupación Síncopa Son, acompañamiento a tiempo completo en este festival e integrantes de este agrupamiento, precedió la voz de Yarileiva, quien interpretó su musicalización de décimas del libro Alucinaciones para un óleo, de Daniel Cruz Bermúdez, Ediciones Luminaria 2013; y a la banda de rock Gatillo, ya colaboradores de Toda luz…


Esta banda tuvo a su cargo un momento sin precedentes (al parecer) en la historia de la cultura espirituana, al interpretar, en modo rock, el poema escrito en décimas Evasión, de Ramón Díaz Medina y que aparece en su libro Espejo de impaciencia, Ediciones Luminaria 2006. Se justifica una vez más nuestro slogan Toda luz y toda mía, diferente cada vez.

Agradecidos de la profesionalidad del sonidista Irenaldo y sus muchachos, sumados a nuestra cofradía durante estos tres años de constituida Toda luz…, despedimos a nuestros invitados tuneros y participantes espirituanos en este tercer cumpleaños y segundo festival con la promesa de continuar siempre al cuidado de la décima.



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domingo, 22 de junio de 2014

Ángeles sobre ¿demonios?


Amelia Fernández Mangly,
una autora que no quiso
escribir más décimas

Amelita, a la izquierda, con su mamá. (Fotos enviadas por Merari)


Ángeles sobre ¿demonios?



Recuerdo aquel evento. Fue el último encuentro Nacional de Niños Escritores (adscrito al Consejo Nacional de Casas de Cultura) que tuvo lugar en el país. Los participantes fueron acogidos en el hotel Zaza del territorio espirituano.

Mi hija, quien entonces contaba con doce años, meses antes ya había escrito un conjunto de décimas que me mostró y, juntas, hicimos trabajo de debate. Luego asistió al taller literario de la Casa de Cultura de Jatibonico, nuestro pueblo, y más tarde, en el encuentro debate provincial, se centró el análisis en cuestionar la legitimidad de su autoría. Se especulaba alrededor de “la hija de Merari”. Amelita, ni corta ni perezosa, pareció predecirlo y mostró a todos su libreta con el manuscrito original y, además, defendió con criterio su trabajo, según me contaron luego algunos de los presentes en aquel momento. Amelita siempre me pidió asistir sin mi compañía a aquellos encuentros de taller. Respeté su decisión y nunca estuve a su lado en los encuentros. Se sentía segura.

Recuerdo que días después, mi hijita me miraba interrogante y en silencio. Por ratos, reflexiva, me hacía preguntas sobre mis inicios en la décima. Una tarde, al llegar de la escuela, me mostró un nuevo poema. Lo sacó de la mochila al tiempo que me dijo: La décima es tuya. Era un texto escrito en verso blanco.

El tiempo pasó factura. Amelita ha seguido escribiendo, e incluso, obtuvo Premio Provincial de Artistas Aficionados de la FEU 2013. Pero nunca más ha vuelto a escribir una décima. Aquí comparto el trabajo razón, tal vez la génesis de su abandono, a pesar de obtener en el año 2004, el Primer Premio Nacional en aquel último evento de Casas de Cultura:


ÁNGELES

Arcángel  lleno de fe
que recorre esta rodilla,
sobre el mármol hecho astilla
de un ángel que ya no ve
a la esfinge. Nunca sé
de sus hombros. Le conmueve
la culpa que ya no llueve
ante los ojos llorosos.
Se sienten brazos dudosos
entre túnicas de nieve.

Las hojas tiernas le ruegan,
desgastan a su pureza.
El árbol de la belleza
le cubre los pies, y llevan
verde al sosiego. Se quedan
los ángeles. La bondad
da en Belén virginidad
a una madre: un santo tiene.
Un ángel de otoño viene
en invierno a mi ciudad.

El cartero de Neruda
viene al cielo y a la puerta.
Se asoma un ángel. Despierta.
Entrega en llamas, la duda
de esta lágrima desnuda,
a sus pies. Luego se llena
la imagen. Convierte en plena
la oración con que me ayudo.
Alumbra al ángel desnudo.
El candelabro enajena.

Pilar de plumas quemadas
donde crece cada gesto.
Sonrisa con el pretexto
de andar sobre tus pisadas;
recuerdo rocas pesadas
en horas como en locuras,
encarnamiento de puras
lágrimas que vierten almas.
Un ángel ve entre tus palmas
llagas de sangre y tortura.

Ángel que sube un peldaño
del crucifijo que lleva,
recuerdo de Adán y Eva
en los brazos de aquel año.
Vaya Dios, con su rebaño
de ovejas blancas, de vidas
tras palabras escondidas
en penas de pecadores.
Vienen forjando oradores
a la cruz de las heridas.

(Primer Premio Encuentro Nacional de Niños Escritores 2004)


Amelita, en el extremo derecho, junto a su mamá y otros escritores, durante el encuentro del Grupo Toda luz y toda mía correspondiente a febrero del 2012.


Amelia Fernández Mangly (Santa Clara, 1991) Poeta y narradora. Estudiante de 5to Año de Medicina, Universidad de Ciencias Médicas Dr. Faustino Pérez. Textos suyos han aparecido en revistas y antologías. Ha obtenido varios reconocimientos por su obra literaria como Mención Concurso Pelusín del Monte, Matanzas, 2005; Premio Cuento Concurso Ada Rlba Pérez 2005; Premio Nacional de Niños Escritores, Sancti Spíritus, 2004; Premio Provincial de Artistas Aficionados de la FEU, Sancti Spíritus, 2013.