No lo imaginó Velázquez
El Grupo
Toda luz y toda mía asistió a los
festejos
por el medio milenio de esta villa y
allí realizó su encuentro mensual. Nos reporta la poetisa, diseñadora y editora
Merari
Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo
Ala Décima en Sancti
Spíritus; escritora laureada con el Premio
Ala Décima en el V concurso Décima al filo 2012. Fotos: Yaneisy
López Benítez.
500 EN TRINIDAD
A toda luz del portal del
museo de arqueología trinitario, engalanado anfitrión, la estrofa volvió a
brillar sobre el puente entre la cultura y la historia. Dio muestras de la
décima como complejo artístico literario para lo que asistió uno de los
invitados trinitarios, el poeta y trovador Pável Esquerra. El cantautor,
guitarra en mano, interpretó con su estilo trovadoresco Sueño en azul, conjunto de décimas de su autoría, con lo que
conquistó la atención del público, quien le agradeció en cerrado aplauso. Con
una breve reseña referida a los poetas esclavos en Trinidad, Bárbara Venegas,
investigadora de este balcón museo al Caribe, se refirió al libro de investigación
que incluye prólogo escrito por ella y titulado Poetas esclavos en Cuba. El trinitario Ambrosio Echemendía, del
autor —también de esta villa— Yansert Fraga León y publicado por Ediciones
Luminaria, 2008, con extensión a la colección Puerta de papel del Instituto
Cubano del Libro. Un año después, obtuvo premio de edición en convocatoria
holguinera. De esta investigación de Fraga, fueron conocidos varios poetas
esclavos trinitarios, entre ellos, Ambrosio Echemendía, conocido en la época
por su seudónimo Máximo héroe de Neiva
y quien escribiera el libro Rumoríos del
Táyaba. El poemario fue publicado por la oficina tipográfica de Rafael
Orizondo de Trinidad en 1865 y posterior a esta publicación, como resultado de
su fama alcanzada, le fue otorgada su libertad. Atrapó la atención de los
presentes la lectura de algunas de sus décimas, entre ellas, una dedicada al
trinitario río Táyaba, hoy conocido Río
del pueblo:
Río, crepúsculo, brisa,
cada palma, cada flor,
me hacen recordar tu amor,
tu ternura y tu sonrisa.
Tu belleza la divisa
por doquier el pensamiento
y en tan felices momentos
siente recibir mi anhelo
dulce efluvio de consuelo
que mitiga mi tormento.
PROCLAMA POR UNA DÓCIL QUERELLA
Ella sedujo esta rama.
Ella desnuda un convite.
Ella, aunque nunca me invite.
a amanecer en su cama.
Pedro Juan Medina
Ella sedujo esta rama,
a ciegas yo la cortejo.
Su mirada es un espejo
que con angustia me llama.
En silencio se derrama
la soledad. He sentido
el crujir de aquel vestido
con que se tapa el pudor.
No deja espacio al dolor
en su duramen prohibido.
Ella desnuda un convite
para imágenes eternas,
suave esquirla hay en sus piernas
y no hay lisonjas que evite.
Cuando su vientre se agite,
cuando no deje una huella,
he de anhelar la querella
del éxtasis en la cumbre,
aunque se marche su lumbre,
siempre he de pensar en ella.
Ella, aunque nunca me invite
a su soledad tan breve…
hace que un latido leve
en mi corazón palpite.
Su penumbra es escondite
del pecado concebido.
Entre el viento y un gemido
su piel temblorosa arde
y en cabalgata, de tarde
su espalda no he recorrido.
Amanecer en su cama…
Fuera en derroche el calor.
Me ha invitado ese furor
de una encendida proclama.
Por sus ojos se derrama
un afligido universo
de este capítulo inmerso
en su flagelada historia.
Sin ella, tocar la gloria
nunca podré, verso a verso.
Décima escrita por mujeres.
A la izquierda, Anisley Miraz, a la derecha, Celestina García.
Se extendió una fresca ronda la lectura de décimas de poetas decimistas
trinitarios haciendo trenzas de lecturas con otros llegados de Sancti Spíritus,
la villa del espíritu santo, como antesala del mismo aniversario de fundación
de esta otra villa a memorar en el próximo verano. Los escritores Anisley Miraz,
Celestina García, Yaidy Piñero, Reinol Cruz, Pável Esquerra, Yolanda Rodríguez
y la niña Alicia González (foto a la izquierda), hija de Freda, la invitada del mes, fueron escuchados también por curiosos
andariegos de sus propias calles en festejo, turistas del país y foráneos,
quienes al pasar junto a la tertulia decimística, detenían sus pasos por
prestar atención. Así, se sumó al espacio, con natural y
respetuosa espontaneidad quien se nos presentó como el mejicano Luis Herrera,
llegado a nuestra Trinidad desde Tijuana. Nos mostró sus dotes histriónicos al
declamar un emotivo poema en denuncia al poder prepotente.
Y por supuesto, imposible de obviar la décima en la improvisación y en
tonadas como otras de sus formas de expresión. Recordamos el punto trinitario,
sus tonadas, y para ello, poetas y cuerdas acaloraron la tertulia entre sorbos
de bebidas refrescantes en coctelería y puro ron cubano. Un canto a Trinidad
emergió desde la pequeña canturía ocasional en Toda luz…, protagonizada por varios
poetas trinitarios que habitualmente expresan su arte en la radio. Comenzó con
Maximiliano Toledo, el inquieto colibrí,
quien a sus 82 años nos recuerda los 12 con que contaba cuando comenzó a cantar
décimas. La remembranza iluminó la expresión de sus ojillos para contarnos sus
vivencias, cuando compartía con amigos poetas en parrandas nocturnas, bajo
portales de viviendas campesinas en zonas rurales de la ciudad. Sus versos,
compartidos con el resto de sus colegas, cantaron hoy a este 500 trinitario y
fueron tanto para la mujer trinitaria al cantar …la mujer que se divisa / con un guaguancó en el talle… como para su
paisaje de montañas frente a su mar al improvisar …dromedarios que se mecen / cuando el Caribe saludan…
Y por supuesto, escuchamos décimas escritas por el también trinitario
Luis de la Luz, el poeta de la carretilla,
conocido decimista popular, quien recorre a diario sus calles empedradas con su
carretilla para improvisar de lo cotidiano, en declamación, décimas a
transeúntes trinitarios y foráneos. Así, ha recibido varios reconocimientos, entre
ellos —nos asegura—, de doña María
Teresa de Luxemburgo. La seriedad y su amor por la décima se mezclan con su
sencillez natural y al verlo sonreír se le descubre el gracejo propio del
decimista.
Toda luz y toda mía, diferente cada vez, se despidió de la villa de
la Santísima Trinidad tras extender la invitación a encontrarnos en el próximo
intercambio dentro de seis meses para juntos estar en el 500 aniversario de la
villa del espíritu santo. Siempre al cuidado de la décima.
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