domingo, 26 de noviembre de 2017

Yamilet, Premio Angelito Valiente


Con De las íntimas estaciones

El tradicional concurso de décima escrita Angelito Valiente, convocado por el municipio habanero del Cotorro, premió en su más reciente edición a la poetisa y narradora Yamilet Calcines Martínez por su texto De las íntimas estaciones. Según informaron los convocantes a la propia autora, el jurado fue integrado por Raúl Dobaño, Carlos Ismael Mazorra y Osvaldo Benavides. La escritora laureada es Licenciada en Derecho y su obra en versos ha sido divulgada en revistas y en la radio. Tiene una participación activa en numerosas peñas y tertulias, entre ellas las que conducen miembros y colaboradores del Grupo Ala Décima. En este año inauguró en el Vedado capitalino su propio espacio, la tertulia Los cinco sentidos, que privilegia la poesía erótica con el espíritu de su hermana Yazmina Calcines, escritora que ha sido fuente de inspiración de muchos bardos y por quien el Grupo Ala Décima, en su concurso anual de igual nombre, a partir de su convocatoria del 2012, entrega el Premio Yazmina Calcines de décima erótica. Ofrecemos el poema de Yamilet que mereció el Premio Angelito Valiente:


DE LAS INTIMAS ESTACIONES

Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.

Sam Keen


En el alero un candil
Solloza por tu mirada
Titilan las campanadas
De un cielo color añil
Algo ha llegado en abril
El amor brota en apuro
Tormenta, pero seguro
Un diluvio sin razones
Aparentes condiciones

Adornan mi alma, lo juro

Es por eso que perdura
Ese sueño que me invento
No quiero más el lamento
Mi alma cual fruta madura
Y aunque vuela la cordura
Es tiempo de aprovechar
Lo que procede del mar
Centinela que me aprehende

Y esa Selene que ofende
De tanto  estar, sin amar.

Eso si en el mes de enero
Le conocí,
Intimé
De tanto frío
Acaricié
Y quise beberlo entero

Las ropas con su sombrero
Rodaron por una cuesta
Qué locura    sólo resta
Las palabras de su boca
Al sentir como una roca

En mis piernas su respuesta

En febrero me sofoca
La mayor felicidad
Extremo de liviandad
Estremece hasta las rocas
Y resurgen ganas locas
De seducción con delirio
Del agua se gesta  un lirio
Prometiendo gran amor
Sin recato ni pudor

De Iris germinó el idilio.

Eres madero imponente
De rara virilidad
Como lo fuera Simbad
El marino omnipotente
Actuó simple con la gente
Sin creerse señor del mundo
Intenso, empero profundo
Mayo quieres en verdad
Amarme con saciedad

Eres mi señor del mundo.

Marzo, marzo apareciste
Y una cantata brotó
Si fuiste soneto o no
No sé por qué te perdiste
Divagando amaneciste
Entre afanados letargos
Sueños vanos, tan amargos
Dime sol si
Sedujiste
A la luna
Me dijiste

Copulaste en vuelo largo?

Ámame así como soy
Llena de lunes, septiembres
De aguaceros y bimembres
Pero ámame que aquí    voy
Porque en tu regazo     estoy
En aluvión   en tonada
En claustro con las andadas
Por el panal de tu puerto

Fragmentando cada entuerto
Del manantial de las Hadas.

La primavera, en tus labios
Es una flor que desliza
El aroma de tu risa
Que entrega tus besos sabios
Con mis ansiosos resabios
Y el hechizo de tus ojos
Aparecen los antojos
Tan fuertes y tan presente
Que llenas toda mi mente

Con esos labios tan rojos.

Una noche de excepción
El juglar cantó en octubre
Con afanada costumbre
De las épocas de acción
Causó en toda la región
Revuelo y hasta rechazo
Sin olvidar el abrazo
De su querida Priscilla
Que lo desnudó en la orilla

A la caída del ocaso.

El solsticio de tus ojos
Es vendaval que me aferra
Al verano, aquí en la tierra
Y en el cielo mis despojos
Serán los besos, cerrojos
Puedo ser las estaciones
El cenit de los balcones
Arrastrarme hasta tu hoguera
Desde los tiempos, las eras

Ceremonias de emociones.








jueves, 23 de noviembre de 2017

Karel Leyva: El retorno, un poema a Fidel


En el primer aniversario
de su partida a la inmortalidad

Foto: Alex Castro

Este 25 de noviembre se cumplen 61 años de que zarpara el yate Granma desde México hacia Cuba, con su carga heroica de revolucionarios decididos a lograr la definitiva independencia de Cuba. Quien los dirigía, el entonces joven combatiente Fidel Castro Ruz, se mantuvo al frente de esa pléyade durante la nueva y larga etapa de lucha insurreccional por él iniciada —tránsito de victoria en victoria desde las montañas de Oriente hacia el Occidente del país—, la culminó invicto el Primero de Enero de 1959, siguió en la primera línea junto a su pueblo durante los difíciles años de construcción de la nueva sociedad siempre bajo el asedio y agresiones del enemigo imperialista, y otro 25 de noviembre, seis décadas después de la salida del yate ya legendario, partió de nuevo, siempre inderrotable, hacia la inmortalidad. Ese hecho desgarrador e inevitable de hace un año, y los días estremecidos que le siguieron con el paso de la caravana que desde el Occidente hacia el Oriente del país llevaba sus cenizas para reposar junto a las de otros grandes héroes de nuestra Historia, fueron plasmados entonces en el siguiente poema por Karel Leyva Ferrer, vicepresidente del Grupo Ala Décima.


EL RETORNO

Regresa la caravana
con un crecido Fidel
multiplicado en la piel
de la tranquila mañana
llora el pueblo de La Habana
le dan vivas a su paso
y se nos queda el abrazo
pendiente, todo se inflama
el aire guarda la llama
y este simbólico trazo
surca la isla otra vez
buscando unir a los tres
gigantes de la montaña
el día es largo, se engaña
todo el que busca en la tez
indiferencia o castigo
solo el amor va contigo
el pueblo vino a encontrarte
y te ha dejado una parte
de su alma como abrigo
Vives Fidel, vas ahora
con otros pulsos latiendo
tu palabra va in crescendo
mientras recorres la aurora
para ti nunca hay demora
nunca te alcanza lo oscuro
ahí vas Caballo futuro
presente sol de los pobres
desde los campos salobres
a las montañas del puro
arroyo que amó Martí
Vamos contigo no hay nada
que impida nuestra avanzada
que nos separe de ti
el tiempo sabe que sí
y te propone su noria
de partida y desmemoria
pero nosotros amigo
vamos entrando contigo
por las calles de la gloria

30 de noviembre 2016











miércoles, 22 de noviembre de 2017

Tecla con Ala para un libro


Amorosa travesura en Las Tunas
 
En la mitad del año 2007, cuando los seguidores de la columna La tecla ocurrente, fundada y escrita por Guillermo Cabrera Álvarez en el periódico Juventud Rebelde, se reunieron con él en Guaracabulla, en el centro del país, para un intercambio de sus tertulias de tecleros, la tunera Nieve Molina le prometió que pronto fundarían ese espacio en la ciudad de Las Tunas. Un infarto, al término de aquel fraterno concilio guaracabullense, le impidió al Guille ver cumplida la promesa de Nieve en octubre del referido año.

Ahora, en este octubre, para celebrar los diez años del cumplimiento de esa promesa y su ininterrumpida actividad desde entonces, Nieve Molina y los también tecleros Nancy Quintana y Fernando Martínez conquistaron a los poetas y editores Argel Fernández y Samuel Perdomo —presidente y miembro, respectivamente, de la Filial provincial del Grupo Ala Décima en Las Tunas— para una hermosa travesura: la edición, en formato de libro, de una selección de la columna La tecla del Duende, con la cual el joven periodista y poeta Jesús Arencibia Lorenzo dio continuidad a La tecla ocurrente de su profe Guillermo.

Y allá le dieron, en un encuentro teclero realizado en el municipio tunero de Manatí, la linda sorpresa a Jesús, con una modesta pero hermosa edición —de tirada reducida, como es de suponer— de este compendio amplio y cariñoso para el que eligieron el título de Regalo de duendes, guiño cómplice a la sección Regalo de jueves, que publicaba el Guille en su columna y que en su momento compiló también en un volumen.

Compartimos el prólogo de este fruto de la hermandad:


PARA SEGUIR AL GUILLE

La figura fantástica del duende, curiosamente, se ha representado en su decurso de leyenda al mismo tiempo como un individuo muy viejo y como un individuo muy nuevo: A veces, anciano sabichoso; a veces, niño travieso.

Tal vez la clave esté en el deseo —consciente o inconsciente, eso no importa— de compendiar, en un solo ente, la sapiencia y el desenfado, virtudes que, como sabemos, en nada se contraponen. Antes bien, contra muchas presunciones inconvenientes, se complementan. Y resulta una delicia hallarlas armoniosamente enlazadas en una misma proyección vital.

Lo sabía muy bien El Guille —Guillermo Cabrera Álvarez, 1943-2007; a quien Fidel puso cariñosamente el mote de El Genio—, el extraordinario periodista que fundó en febrero del 2001, en Juventud Rebelde, la columna La tecla ocurrente. Con ella inició un inusitado periodismo participativo que pronto generó un movimiento de lectores agrupados en tertulias, y un gentilicio que dura hasta hoy, tecleros, para orgullo de quienes lo ostentan a tenor de su protagonismo.

Y no solo sabía muy bien El Guille las bondades de esa dicotomía, sino que él mismo era fiel expresión de ella. Sin proponérselo. Él era así, y punto. Como que no hay que buscarle las cuatro patas al gato averiguando si era o no consciente de ello. Yo, al menos, nunca se lo pregunté. O tal vez ocurra que es ahora que me doy cuenta del asunto.

Cuando El Guille desapareció físicamente, el primero de julio del 2007 —yo estaba en Las Tunas, en la Jornada Cucalambeana, y recibí allí la dolorosísima noticia—, el periodismo cubano corrió el riesgo de que se perdiera una rica experiencia que ya contaba con cientos de seguidores a lo largo del país, agrupados en los referidos espacios tertulianos.

Pero el maltrecho corazón del Genio había tenido suficiente fortaleza para dejar descendencia: Uno de sus cercanos colaboradores, el entonces muy joven periodista Jesús Arencibia Lorenzo, por encomienda del periódico de la juventud cubana, concibió una columna continuadora, quiso para ella el nombre de La tecla del Duende y aceptó asumirla, con la condición de no firmar con su nombre algo que no era otra cosa que el seguimiento de la genial idea de Guillermo.

Una selección de las apariciones de La tecla del Duende han compilado ahora, en las presentes páginas, tecleros amorosos que de paso han querido honrarme al pedirme que las presente.

La mano que no ha querido firmar la columna seguidora es ya la de un avezado periodista —aunque sigue y seguirá siendo joven—, profesor universitario con categoría de Máster, y reconocido poeta decimista, para más señas.

Eso es Jesús Arencibia Lorenzo, para cariño de los multiplicados integrantes del movimiento de los tecleros en todo el país, a los cuales lidera con su humilde capacidad de aunar agudeza y picardía. Como buen duende. Como el fiel discípulo que es de Guillermo Cabrera Álvarez.

Alamar, La Habana, octubre de 2017.


MÁS SOBRE TECLA CON ALA


Encuentros similares de “Tecla con Ala” se produjeron antes en mayo del 2009 y en febrero del 2010, este último como parte del programa por el décimo aniversario del Grupo Ala Décima, así como en febrero del 2011, en junio de ese año, por el Día de los padres, en febrero del 2012, en marzo del 2014, cuando los tecleros de JR celebraron dos cumple, el 13 de la La tecla y el noveno de las tertulias de los seguidores de esa sección del periódico Juventud Rebelde, y en julio del 2015, durante el noveno encuentro nacional de las tertulias de JR con sus lectores, en Guaracabulla. En febrero de este 2017, cuando los tecleros se encontraron en el patio del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) para festejar los 16 años de la columna y los 12 de sus peñas ocurrentes en diversas provincias: Periodismo de familia. Y en julio, Tecla con Ala en Guaracabulla. Sueños al centro de Cuba, cuando los tecleros se reunieron en esa localidad para recordar a Guillermo Cabrera Álvarez, a diez años de su partida física, oportunidad en que Juventud Rebelde reconoció el trabajo del periodista y poeta Jesús Arencibia Lorenzo al frente de este movimiento.







martes, 21 de noviembre de 2017

Lorenzo: un poeta obsequia historia


En el Archivo Provincial de Pinar

Gracias a la labor investigativa de Lorenzo Suárez Crespo y al donativo de tres de sus libros al Archivo de Historia de Pinar del Río, la generación del presente y las futuras podrán conocer acerca de la tradición decimista del territorio

 Foto: Periódico Guerrillero.


Ampliado del periódico Guerrillero

El poeta, escritor y promotor cultural, Lorenzo Suárez Crespo, es de esos hombres que han hecho dejación de sus bienes más preciados para que formen parte del patrimonio de todos los pinareños y cubanos.

Gracias a la labor investigativa de Suárez Crespo y al donativo de tres de sus libros al Archivo de Historia de Pinar del Río, la generación del presente y las futuras podrán conocer acerca de la tradición decimista del territorio.

Según este artista, la décima forma parte de nuestras costumbres más arraigadas, en tanto alcanza un sitio honorable en toda Hispanoamérica. Por eso agradece la existencia de un inmueble para conservar esta impronta.

“Este género poético llegó a Cuba por los canarios, en los primeros años del siglo XIX, con una estructura similar a la actual, y se expandió hasta convertirse en riqueza cultural de esta nación. Qué bueno que la historia, nuestra historia, se resguarde en un sitio como este, que es como una atalaya, que mira hacia el mundo y el mundo mira hacia ella. Qué bueno que la huella circunstancial de un momento determinado pueda preservarse para el futuro histórico”, expresó.

El también merecedor del premio internacional José Vasconcelos en el 2012, asegura que la décima es crónica social por excelencia, una fuente en la que los más jóvenes y pequeños pueden beber de sus tradiciones.

“Naborí decía que de perderse la historia de Cuba, buscáramos en la décima, porque cada uno de los grandes generales de la guerra tenía en sus tropas a decimistas improvisadores, que llevaban al combate, con la misma devoción, el fusil y la guitarra, la bala y la tonada.

“En el caso de estos libros que doné, en ellos también se recogen importantes momentos que nos pertenecen. Décima oral y escrita de Pinar del Río atesora las décimas desde Celestino García y Francisca González Ruz de Montoro, los dos poetas más importantes para nosotros del siglo XIX, hasta las que en la actualidad hacen jóvenes y niños.

“En Catorce decimistas cubanos del siglo XX se le proporciona al lector elementos acerca de la vida y obra de algunos poetas como El Indio Naborí, Valiente, Pablo León, y también me incluyen a mí.

“Y el libro Cantares de Vueltabajo es prácticamente una novedad. Imagínense que la primera edición de algunas de estas décimas data de 1871 y la segunda de 1875, en la imprenta O'Reilly, en La Habana. Otro elemento particular de la obra es que estos cantares fueron compilados por un hombre que no dejó evidencia de su nombre –solo el seudónimo Un guajiro–, pero tampoco dio a conocer los autores de las décimas”.

Aunque toda antología siempre se resiente de olvidos involuntarios, asegura el poeta y escritor pinareño que ahora el Archivo atesora una gama importante del repentismo y la décima escrita en Pinar del Río.

“En las líneas de estas compilaciones, están los sitios de Vueltabajo, sus vegas, el trabajo del campesino, su vestimenta, sus amores, sus desamores porque mediante ellas el guajiro canta.

“Siento sano orgullo de que mis décimas formen parte de esos tesoros que adormecen en el Archivo Provincial de Historia y que están a disposición de todos los que se interesen por conocer las raíces pinareñas”, afirmó.

Cada noviembre, durante la jornada del archivero cubano, esta institución reconoce a hombres y mujeres que contribuyen a la preservación de la memoria histórica de Pinar del Río, al tiempo que ellos mismos constituyen patrimonio inmaterial de esta provincia.

Décimas de la autoría de Lorenzo Suárez Crespo:

Admiro la palma real
en las colinas airosas,
la flor de la mariposa,
blanca luz de mi rosal.
Amo el himno nacional,
eco de la Patria en mí,
bandera, escudo y allí
en la afronda al tocororo,
más que símbolos, tesoros,
de la tierra en que nací.

Dama del alba que exhalas,
tus suspiros en el viento,
pareces un pensamiento,
una palabra con alas.
Ven con tu atuendo y tus galas
encarnando una diadema.
Te invito pequeña gema
ven en tus giros dispersos,
a perfumar los diez versos
que evocas en mi poema.

Joya de esbelto moldeado,
cómo se escapan los trinos,
por tus vibrantes caminos,
de finísimo enrejado.
Qué musa se ha enamorado,
de tu secreta hermosura.
Quién cinceló tu escultura,
con la frescura de un verso,
y en tu piel, madero terso,
te dibujó una cintura.


Versión original en Guerrillero:


DEL AUTOR ENTREVISTADO:
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos enlaces los poemas La rosa y el pincel, Definición, ¿Por quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su poemario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

MÁS SOBRE EL AUTOR:


SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA: