domingo, 27 de diciembre de 2015

Toda luz en la Jornada de la Poesía


Décimas: teatro, novela y cuento

Durante la XXVII Jornada Nacional de la Poesía, el espirituano Grupo Toda luz y toda mía tuvo como invitados a los poetas Odalys Leyva y Ronel González. Nos reporta la poetisa Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus

 De izquierda a derecha, Merari, Ronel y Odalys, frente al público asistente a la XXVII Jornada Nacional de la Poesía.

Fotos: Vilma

Toda luz y toda mía, diferente cada vez; ha vuelto a colocar la décima sobre el puente entre la cultura y la historia. Como parte de las actividades de la XXVII Jornada Nacional de la Poesía, dedicó su espacio a la décima en el cuento, la novela y el teatro. El bulevar espirituano fue el escenario escogido para regalar también su momento a tiendas, instituciones circundantes y transeúntes. Unos se detenían tras la curiosidad y otros continuaban su andar, pero a pasos reducidos y rostro volteado a nuestro escenario reconocido itinerante y esta vez en plena calle. El merodeo de muchos les motivó indagar sobre qué pasaba tras los micrófonos de Sonidos Iré, fiel colaborador de Toda luz…


El primer momento se engalanó con la presencia de Odalys Leyva Rosabal, poeta, investigadora y quien preside el grupo iberoamericano de mujeres Décima al filo. Llegada desde Guáimaro, histórico sitio cubano que anuncia al visitante que arriba a su entrada… donde nació la República, esta mujer comentó algunos apuntes:


La décima se convierte en un “enchufe” moderno, lo mismo trata el tema del arte, de la cultura, de la historia; hasta llegar a temas científicos como es la semiótica, como el caso de Ronel González con el libro Atormentado de sentido, Premio Iberoamericano Cucalambé. La décima deja de ser solamente la décima de repentistas (muy buena, porque nuestros repentistas de hoy ya tienen un discurso muy alto […]. La décima, como elemento conformador de la cultura nacional, es analizada por diversos críticos […] varios son los libros que abordan el tema en el cuento, el teatro y la novela […], sin embargo, aún son insuficientes los libros publicados sobre el tema, sobre todo, en la modernidad. Críticos como Jesús Orta Ruiz, Virgilio López Lemus, Waldo González, Mayra Hernández Menéndez, Ronel González Sánchez, Maritza Batista y Antonio Gutiérrez, Carlos Chacón, García Guridi, entre otros, han permitido conocer desde la teoría la evolución de la décima en Cuba. Importante es el aporte que ha brindado el Frente de Afirmación Hispanista de México con varias publicaciones. Varios son los libros referidos a la décima en el cuento, el teatro y la novela. En este caso, quiero hacer referencia a varios libros inéditos donde la décima es la guía o forma principal de expresión. La novela de Gilberto Cruz (Pucho), que reúne mil décimas y narra una historia desde los campesinos y su modo de vida, siguiendo los pasos de Chanito Isidrón y su saga de la novela en décimas. La escritora Ana Rosa Díaz Naranjo, en su texto Las paredes, escribe una obra de teatro en décimas para niños y jóvenes […] El libro Los césares perdidos, tiene un poema compuesto por veinte décimas donde aborda el tema del Apocalipsis, utilizando a varios emperadores romanos como personajes y donde la vida, la muerte, la traición, la desesperanza, el pecado y el perdón, son partes de una fuerza dramática expresada en versos octosílabos. La novela inédita Mujeres y demonios, de Carlos Esquivel Guerra, incluye varias décimas en voz del personaje Narciso; serie irreverente que cuestiona en décimas al mundo que lo rodea […] El libro de Titi y Mamita, de Diusmel Machado y Mirian Estrada y publicado por la editorial Ácana, de Camagüey, utiliza la décima desde la dramaturgia. Randol Machado, en su libro Contra los tiburones, también aborda el tema de la dramaturgia dentro de la décima.

En ese momento de intercambio, recordamos a varios espirituanos, entre ellos a Yorelbys Toledo, con su saga de libros de Pedro, donde aparece una obra de teatro en décimas y al tonadista y repentista Guillermo González con una novela en décimas inédita, por citar dos ejemplos.

Por su parte, Ronel González Sánchez, poeta, crítico e investigador, llegado desde Holguín, nos regaló también su comentario:

Tengo un trabajo extenso acerca del cuento en versos desde su surgimiento, no solamente cómo se ha trabajado en Cuba en el siglo XIX, por ejemplo, los cuentos en versos que están en La edad de oro; además, trato el tema de cómo se ha hecho desde la décima también la décima para niños fundamentalmente. Por supuesto que el arte de escribir historias en versos, es tan antiguo como la misma literatura, como recordarán La Ilíada y La Odisea, fueron escritos en versos, y desde entonces, los grandes poemas épicos, pasando por la gran tradición española, el teatro del Siglo de Oro, por ejemplo, la gran obra de teatro en versos, donde hay tantas décimas, La vida es sueño, de Calderón de la Barca, que es tan hermosa […] tuve la fortuna de poder hacer varios programas radiales con esta obra por fragmentos y de ir estudiando cómo se ha tratado la décima desde el teatro en el siglo XIX y cómo se han hecho obras de teatro para niños propiamente en el XX. Traigo dos ejemplos […] no por ponerme de ejemplo en este tema, sino porque es lo que tengo más cercano a mí. Dos obras que conformé a teatro para niños y que adapté a la radio, uno se titula El karaoke de la Oca Loca y el otro, El Ranacimiento. Escucharemos un fragmento del primero, donde se conjuga el uso de las tonadas en la obra radial, e incluso, nos atrevimos a utilizar un cantante lírico, algo que resultaba un poco diferente dentro de este tipo de obra. Es una obra que ocurre en un corral muy cubano, donde se le va a celebrar el cumpleaños a un personaje, en este caso al Oco, el esposo de la Oca Loca.

El aire del bulevar extendió un fragmento de este cuento radial en décimas, atractivo suficiente para que transeúntes de diversidad etárea se acercaran a compartir, gustosos, el momento. Un matiz diferente, un toque de cubanía, un lujo nuestro al aire libre circundante y frente a la librería Julio Antonio Mella, con sus puertas abiertas como fondo de escenario.

Casi al término del espacio, el poeta y editor Pedro Mendigutía Cabrera comentó el libro Alucinaciones para un óleo, de Daniel Cruz Bermúdez, respondiendo el pedido del yayabero Centro de Promoción Literaria Raúl Ferrer.

En el vespertino despertar hecho al bulevar, para cerrar el abierto encuentro, Odalys Leyva dio lectura a uno de los poemas incluido en Los Césares perdidos, Premio Iberoamericano Cucalambé. El texto, escrito en décimas octosilábicas, nos recrea una controversia entre Julio César y Gertrudis Gómez Avellaneda; diálogo que resulta tentativo para su posible puesta en escena.

Por su parte, Ronel, merecedor del Premio iberoamericano de décimas humorísticas 2015 con El móvil de mi vecina, nos declamó otras de su autoría. El humor, gracejo natural del cubano, cerró la tarde en la despedida de Toda luz… hasta el año venidero.

Tras la memoria de la historia de la poesía espirituana, fue otorgado un merecido tributo a los villareños poetas de la guerra, aquellos mambises que, en sus días de campaña, escribieron sus versos en el siglo XIX. Por esta razón, fue recordado el prócer espirituano Serafín Sánchez Valdivia, general de las tres guerras, patriota y poeta. El pasado 18 de noviembre, el paso Las Damas, lugar de su muerte, debe haberse desplegado ante el sol de la patria; agradecido por esa otra luz que nos legó la historia de aquel mambí en vínculo de estrecha amistad con José Martí, nuestro Apóstol.

Toda luz y toda mía, diferente cada vez, a finales ya de este 2015, puso aires de décima en esta movida parte de la ciudad, en plena calle. Tal vez haya quedado algún verso octosílabo en la memoria de algunas de las personas que, también por azar, circundaban por el lugar de paso. Quizás para el año nuevo, podamos volver allí, para seguir enalteciendo la décima, patrimonio cultural de la nación cubana. De lo que sí estamos seguros, al decir de la periodista Yenis Fleites en reciente reportaje televisivo realizado por Centrovisión Yayabo para el Noticiero Cultural de la Televisión Cubana, es de que: …cuando la guitarra llama, también suena la controversia, y aunque muchos ya sueñan con una Casa de la Décima espirituana, mientras llega ese día, Toda luz y toda mía prometió no parar el guateque. Para el 2016, Toda luz… cumplirá cinco años. Tal vez se acerca el momento de hacerse realidad nuestro sueño. Es tiempo ya de atinar con acciones culturales a favor de la identidad cubana. Quien tenga oídos, oiga.


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domingo, 29 de noviembre de 2015

Fiesta de la guayabera


En Pinar del Río

Nos reporta el hermano poeta Lorenzo Suárez Crespo, desde la Casa de la Décima Celestino García, el Parnaso de los poetas pinareños, en la más occidental de las provincias cubanas
 

Muy cercanos a las festividades por el aniversario fundacional de la ciudad de Pinar del Río en que los primeros hatos y corrales fueron mercedados a los esperanzados labriegos españoles, el Parnaso de los poetas pinareños evoca con orgullo, no solo la estrofa salmantina que formaba parte del tesoro cultural de los primeros fundadores, sino que tejerían con sus versos los hilos de la guayabera. Más de una decena de poetas en su espacio de presentación evocaron esta prenda de vestir que forma parte de nuestras más entrañables tradiciones y cuyo uso se mantiene vigente con legítimo orgullo.

ADRIEL CEBALLOS DELGADO
-San Juan y Martínez, 1985

A esta guayabera mía
con nieve en el exterior
Juanito le dio el color
y Duarte la poesía.
José con su maestría
la hizo novia del verano,
Lorenzo con una mano
le apuntaló la raíz,
pero el botón más feliz
se lo puso Juan Montano.

Un cuaderno y varios plegables de las Ediciones Amauta fueron presentados en esta fiesta sabatina como una invitación a su lectura, pues en ellos, 40 autores en total, aparecen estas evocaciones líricas a la guayabera, desde Jesús Orta Ruiz hasta el joven Yasel García, pero quizás lo más emotivo fue la donación de guayaberas de los lugareños para el Ranchón.


El origen de la guayabera, en una de sus más acertadas variadas versiones, se remonta a la tierra del Yayabo, Sancti Spíritus. Se cuenta de un camisón que usaban los recogedores de guayabas con varios bolsillos grandes para la colección de la fruta. Luego pasó a la preferencia popular por su frescura, pulcritud y belleza; algo que terminó siendo, por su simbolismo, una prenda de identidad criolla y patrimonio artístico.

El Museo de la Guayabera, en Sancti Spíritus, la reivindica y perpetúa como símbolo e identidad.

La guayabera cruzó las fronteras de la fiesta guajira para ocupar espacios en los salones más egregios durante eventos y celebraciones de todo tipo desde que adornó el pecho de los cubanos hasta la actualidad en que sigue vigente en toda Hispanoamérica.

Para los poetas improvisadores la guayabera es un atuendo que los dignifica y enorgullece mientras que las cuerdas del laúd, la guitarra y el tres elevan sus voces en uno de los ejercicios musicales más hermosos y exaltadores, el repentismo.

Para nuestros amigos y colaboradores en Cuba e Hispanoamérica adjuntamos la selección poética de nuestros cantares a la guayabera.

Con esta motivación están invitados los poetas que nos leen para sumarse con sus obras a este homenaje lírico a la guayabera, de manera que podamos contar con una selección más amplia para una nueva edición.


LA GUAYABERA

-Selección: Lorenzo Suárez Crespo
-Casa de la Décima Celestino García, de Pinar del Río.
-Noviembre de 2015


JOSE CALIXTO MARICHAL
-San A. de los Baños, Habana, 1899-1984

Guayabera que naciste
de frutas y recogida,
con una pulpa encendida
a la Patria engrandeciste.
Cuando el cubano se viste
asume tu lealtad,
porque en su digna heredad
los hilos de tu esplendor
proclaman en su fulgor
con ecos de libertad.


ANIANO CORO
-Viñales, 17 de noviembre de 1907

Yo no le temo a la muerte
que amenaza a la vejez,
porque en fin de cuentas es
cuestión de desgracia o suerte.
Es inmóvil y es inerte,
pero bajo nuestra espera,
oigo como una quimera
el último martillazo
del que me está haciendo acaso
la última guayabera.


HELIODORO GARCÍA CELESTRÍN
-San Antonio de Cabezas, Matanzas, 1914.
-Fragmento-

Prenda de Cuba, pedazo
de tradición y lirismo,
la vejez y el modernismo
se dan en ti largo abrazo.
Naciste de aquel retazo
de opal que algún vendedor
sobre el lomo-mostrador
de su caballo mantuvo
desde las zafras en que hubo
azúcar, sangre y sudor.

Le abriste la talanquera
al ansia del campesino
y pusiste en el camino
larga emoción dominguera.
El potro retinto era
ajustado a tu deseo
y como alegre trofeo
bordado de ensueño y tul,
luciste la cinta azul
conquistada en el torneo.

Tu pechera almidonada
midió la ilusión primera
de una larga cabellera
negramente iluminada.
Y serviste emocionada,
de cauce para un suspiro,
reinaste en cada retiro
porque fuiste en cada hora
alegre, fresca y sonora
igual que un punto guajiro.

Tú fuiste planchada güira
para un abstracto café,
contigo el Cucalambé
vistió de fiesta su lira.
Toda su gracia guajira
fue sobre el surco bandera.
Así, cuando todo era
ansias de un nuevo horizonte,
la Patria para ir al monte
se vistió de guayabera.


RAÚL FERRER
-Mayajigua, Las Villas, 1915

Hermana del gallo fino,
de la tarde y la visita,
en ti ligera y bonita
mi talla de campesino.
En el fresco del camino
me colmas de primavera,
eso si la tierra fuera
de quien la siembra y la cuida
porque la tierra es la vida
vestida de guayabera.


ANGEL VALIENTE
-San A. de los Baños, Habana, 1916-1987

De yagua y techo de guano
tuvo su primer hogar
y entre cuerdas al cantar
estrenó el punto cubano.
En sus labios el habano
y el humo de una quimera,
guajiro de lucha fiera
sin distinción para el trueque
luciendo en cada guateque
su vistosa guayabera.


FRANCISCO RIVERÓN HERNÁNDEZ
Güines, La Habana, 1917-1975

Olán de mi guayabera

Eres Cuba, que en el cinto
lleva su sangre afilada.
Eres la Patria creada
del pétalo de un jacinto.
Eres el amor distinto
que me supo a canistel,
el incendio de clavel
que en ojal me suspira
el beso que mi guajira
me cosió para la piel.

Novia del punto y el son,
cuando la zafra madura
saco a beber tu blancura
en un guateque de ron.
Pero cuando el callejón
te ve triste la azucena,
cuando te duele la pena
por algún pan necesario;
te vas en el sol agrario
con un silencio que suena.

Tú eres la Cuba que canta
en el alma de un barranco
tú eres ese grito blanco
que desde adentro levanta.
Tú eres toda su garganta
erguida en una palmera...
Tú eres Cuba, guayabera,
liso almidón con sonido.
¡Cuba es un hombre vestido
con tu criolla manera!


GERARDO LEÓN
-San Antonio de Río Blanco, La Habana, 1921

Quiero con igual tijera
descrestar el mismo gallo,
montar el mismo caballo
y andar la misma ribera.
En la misma guayabera
doblar el mismo pañuelo
y verme en el arroyuelo
con la reina de mi amor
que era más flor que la flor
que se ponía en el pelo.


JESUS ORTA RUIZ
-San Miguel del Padrón, La Habana, 1922

Risas de fino cristal
a flor de los labios rojos
de guajiras, cuyos ojos
son azúcar y central.
La controversia habitual
atiza como una hoguera
cantores de guayabera,
sombrero alón y machete,
mientras la luna es jinete
sobre los potros afuera.


GUSTACO TACORONTE
-La Habana, 1922-1980

Con el caballo y el lazo
monteando en la sitiería
jinete de cada día
llega el guajiro al ocaso.
Pero el domingo el Parnaso
lo llama y de qué manera,
un buen guateque lo espera
acompañado del tres
y qué orgulloso lo ves
vestido de guayabera.


GONZALO RUBÉN SILVA BLANCO
-San Cristóbal, 1926

Los que bebimos del trillo
el sudor rumbo al sembrado
siempre nos ha convocado
el sol con su limpio brillo.
Ningún trabajo es sencillo
cuando el surco nos espera,
por eso en la primavera
tan contento tú me ves
con mis versos y mi tres
vestido de guayabera.


PABLO LEÓN ALONSO
-Puerta de Golpe, P. Río, 1927

La décima mía vino
de Ovas y de Viñales
dejando mis iniciales
a lo largo del camino.
Allí como un pergamino
se conserva todavía
y está la décima mía
vestida de guayabera
entre Benito Cabrera
y Celestino García.


FRANCISCO HENRIQUEZ
Unión de Reyes, Matanzas, 1928

Todo es mío, el alazán
que cuando feliz lo ensillo
hace del polvo del trillo
densa nube de azafrán.
Soy dueño del framboyán
que le da sombra al potrero,
y cuelgan en mi ropero
en espera de un jolgorio
las polainas de liborio,
la guayabera, el sombrero.


CÁNDIDO ARRONTE MARGOYES
-Minas de Matahambre, 1928

Pienso que el Cucalambé
la vistió de guayabera
para que en rimas tuviera
caña, tabaco y café.
Toda esta reliquia fue
atesorándose aquí
y al vuelo del colibrí
con aires renovadores
fue vestida con las flores
líricas de Naborí.


EUGENIO VICENTE LEÓN
-Puerta de Golpe, Pinar del Río, 1928

Ayer saliste conmigo
a hurtadillas a un festín
y un encendido carmín
viajó a la casa contigo.
Recibimos por castigo
una represión severa.
Hoy contemplo, guayabera,
tu imagen inmaculada
de mártir crucificada
pender en la tendedera.


ROLANDO GONZALEZ (Rolo)
-Sabanilla del Encomendador, 1929-2008

En un día muy lejano
empecé versos a hacer
por aquello de nacer
en un bohío de guano.
Con el laúd en la mano
me vieron pasar a pie
y al regreso me encontré
en la vieja tendedera
llorando a la guayabera
que a la fiesta no llevé.


EUGENIO LEAL PEREZ
-Alquízar, 1930-1999

Alquízar, en tus rincones
nacieron las glosas mías
y un río de canturías
me fluye por los pulmones.
De mis amados blasones
son mi símbolo y bandera
la guitarra que me espera
con los ritmos de su estilo
y en los destellos del hilo
mi novia, la guayabera.


ERMU MUR OROZCO
-Las Tunas, 1930

El surco, el arado, el río,
la palma real, la montaña,
el dulce de nuestra caña,
el cielo de mi bohío,
su resplandor, todo es mío,
décima, tabaco y son,
el rico café y el ron,
la guayabera, el sombrero,
el sol radiante, hechicero
de nuestra Revolución.


LUIS PUENTES SIERRA
-Bahía Honda, 1931

Yo nací en el San Gabriel,
Finca del Central Orozco,
lugar al que reconozco
toda transparencia fiel.
Más si recuerdo que en él
surge mi expresión primera,
porque sobre su pradera
ponía mi leva a trueque
para asistir al guateque
vestido de guayabera.

Luego los años pasaron
haciendo un vacío inmenso
hasta que llegó Lorenzo
y mis versos despertaron.
Los amigos me rodearon
en cada décima entera
como si Luis Puentes fuera
la nueva revelación
cuando entraba en el salón
vestido de guayabera.

Mucho me ayudó Mederos
Y el veterano Mendive
Y algunos más inclusive
Que aceptaron sinceros.
Que abonaron mis canteros
Con lirismo de primera,
Que agrandaron mi carrera
Siempre en toda canturía
Porque yo siempre asistía
Vestido de guayabera.

Siguiendo esta vocación
Quisiera alcanzar la meta
Para sentirme poeta
Y vivir con ilusión
Llevando en mi corazón
Mi tierra vueltabajera
Y terminar la carrera
Siempre con la poesía
Viviendo el último día
Vestido de guayabera.


ANASTASIO GONZÁLEZ GROERO
-Guane, 1931 a 1991

Tan blanca como si fuera
el alma de una mujer
el estreno puedo hacer
de mi blanca guayabera.
Desde el llano a la pradera
incapaz de que yo peque
cuando la tarde me seque
el sudor bajo el sombrero
me adelantaré al lucero
que le da luz al guateque.


ADOLFO MARTÍ FUENTES
-La Coruña, Galicia, España, 1932

Guayabera, prenda mía
de planchado arroz ligero,
criolla voz, olán coplero
de incansable juglaría:
Si hay en tu mitología
orlas de rumor cubano,
es porque en mágico arcano
la palma, el mar y mi cielo,
te alzaron como un anhelo
de la raíz del verano.

Tu almidonada pechera,
blanca como la razón,
me cae sobre el corazón
sin una arruga siquiera.
Impecable guayabera
que al dulce bien de la brisa
eres cual clara divisa
de un orgullo necesario,
firme bandera al precario
carretear de la camisa.

Tus puños son como soles
brillantes que te han nacido,
tu cuello para un crecido
despertar de caracoles.
Hecha de ardientes crisoles
por la gracia de tu albura
ya tu presencia es hechura
de una gran voz musical
cuando te nace un rosal
tierno en la botonadura.

Bajo el plisado de ensueño
-celaje por el poniente-
cubres amorosamente
la ancha magnitud del sueño.
Impone tu hilo risueño
el clamor de tu linaje;
firme voz, alto mensaje
de esta guayabera mía
que es textil orfebrería
de Cuba, de su paisaje.


JOSÉ MIGUEL MEDEROS MEDEROS.
-Bahía Honda, Pinar del Río, 1933

Me gusta ver al guajiro
de polaina y de machete,
de tabaco y taburete
y con las bestias de tiro.
todas sus prendas admiro
con delectación cimera,
pero en la fiesta campera
olvidar nunca podría
verlo por la canturía
vestido de guayabera.


MARÍA JOSEFA VALDÉS
-Minas de Matahambre, 1934

Abuelo a la dominguera
guitarra al hombro en su estilo
iba siguiéndole el hilo
blanco de su guayabera.
La noche estaba a la espera
con sus guajiros primores,
las muchachas como flores
y dispuestos a cantar
no tardaban en llegar
buenos improvisadores.


JOSÉ LORENZO DELGADO
-Punta de Palma, P. Río, 1940

Me gusta la canturía
bajo mi techo de guano
y siento el punto cubano
muy dentro del alma mía.
Los sábados, qué alegría
cuando voy con mi sitiera
y siento de qué manera
orgullo patrio al llegar
cuando me pongo a cantar
vestido de guayabera.


CELINO ALFONSO TORRES
-Candelaria, 1942

Cuando muy pequeño era
porque diez años tenía,
mi abuelo negro vestía
de blanco una guayabera.
Paseó La Guantanamera
en los salones de Oriente
y salió rápidamente
por unos cuantos países
para fijar sus raíces
en el Nuevo Continente.


LORENZO SUÁREZ CRESPO
-Bahía Honda, P. del Río, 1943

Con Laúd y Guayabera,
guitarra, maraca y tres,
Pinar del Río en dos pies
del llano a la cordillera.
La malara es la bandera
en su folclor más genuino,
luz y faro en el camino
tras huellas de oralidad
que se han hecho realidad
hoy con Fulgor Campesino.

En el Ranchón

Al vuelo de la bandera
con espíritu espartano
el patrimonio cubano
se viste de guayabera.
En esta lírica esfera
irradia la inspiración
y absortos por la emoción
que esta prenda nos inspira,
hoy la décima guajira
la teje en este ranchón.


WALDO LEYVA PORTAL
-Remates de Ariosa, Villa Clara, 1943

El laúd, la guayabera,
la décima campesina,
es semilla que germina
cuando el pecho es sementera.
En verano o primavera
florece el punto cubano
y esta casa, Juan Montano,
más que casa es como un río,
un surco, un tres, un bohío
y un buen apretón de mano.


ARNALDO DE LA CARIDAD NARANJO
-Pinar del Río, 1944

¡Qué alegre está mi bohío!
Las cuerdas están sonando
Y sus acordes volando
Alegran el veguerío.
Ya bailan en el bajío
El roble y la enredadera,
Baila también la palmera
Dándole al coco una mano
En el guateque cubano
Con Laúd y Guayabera.


ANDRES MENDIVE LINAREZ
-Bahía Honda, 1946

Majestuosa guayabera,
Novia del Cucalambé,
Prenda de vestir que fue
Por su hechura mensajera.
En Valiente y Pedro era
Clarín tocando a degüello
Y por ungirse en el sello
Innegable del danzón,
Se hizo espejo de almidón
En el puño y en el cuello. -1-Ferrer.


PABLO LUIS ALVAREZ
-Bolondrón, Matanzas- 1947-1994

Abanico en su donaire,
guitarra, laúd y tres,
en breve espacio la ves
en burbujas al desgaire.
Se rompen y ya en el aire
los versos colman la esfera
y el poeta que no espera
bajo el alero de guano
se bebe el punto cubano
de sombrero y guayabera.


JUAN PAJÓN FELIPE
-La Mulata, La Palma. 1949 -1992

Vamos, mi verso, de viaje
junto a las aves cantoras
y así satisfecho exploras
las bellezas del paisaje,
que viste su nuevo traje
sobre cada enredadera
y esa blanca guayabera
que pasea el veguerío,
nos advierte, amigo mío,
que llegó la primavera.


FELIPE AMAYA PIMIENTA
-San Luis, P. del Río, 1950

Cuando la luna le arranca
la oscuridad a la noche
cada lucero es un broche
en mi guayabera blanca.
Y cuando de la barranca
la sombra tapa el camino
como un rayo vespertino
se levanta mi poeta
rompiendo la camiseta
de mi pecho cantarino.


JUAN MONTANO CARO
-Mantua, Pinar del Río, 1952

Para ceñirle la rima
como poeta que soy
a la décima le doy
todo el calor de mi estima.
Para llevarla a la cima
vestida de primavera
cada sábado a la vera
del río junto al barranco,
la adorna mi amor de blanco
igual que mi guayabera.


OSCAR SANTANA SCULL
-Florida, Camagüey, 1956

Venga en sus ritmos el son
criollo como el café,
cadencia donde se ve
el baile de una nación.
En la sala, en el ranchón
tres y guitarra a la espera
que suene la noche entera
en el guateque cubano
unido al punto cubano
vestido de guayabera.


ALFONSO QUIÑONES
-Manzanillo, Granma, 1959

Décima eneasílaba

Tuve una calle y una casa,
una mujer hecha de esperas,
un alelí, dos guayaberas
y un colibrí de pura raza,
tuve cubiertos, plato, taza,
seis pesos de melancolía,
un barco anclado en la poesía,
la lejanía de febrero,
el corazón como un alero…
y yo era rico, yo tenía…


ALBERTO RODRIGUEZ ALFONSO
-Consolación del Sur, 1965

Lo vieron en Bermejales
Con boina y con guayabera,
Porque amó la cordillera
Como el Valle de Viñales.
Frescura de manantiales
Tuvo en los versos que hacía
Y si al Entronque volvía
De cerveza y ron sediento
El más triste y descontento
Con sus chistes se reía.


JUANITO RODRIGUEZ CABRERA
-San Juan y Martínez, 1965

Hoy desde el Guaniguanico
Yo venía junto a Oniesis
Para discutir la tesis
De tu invitación, Bertico.
A mi sinsonte en el pico
Le arrimé la cordillera
Y para que no tuviera
Variación en el plumaje,
Como es costumbre lo traje
Vestido de guayabera.

De mi tierra sanjuanera
Para alegrar el encuentro
Te llegó un poeta adentro
De una blanca guayabera.
Yo no sé de qué manera
Se me arregló este batey
Y para darte la ley
El pueblo mío te trajo
Un repentista debajo
De un sombrero de yarey.

Llegué a tu ranchón, Montano
y vi en su entablada estela
que hay mariposas de tela
sobre las flores del guano.
Yo siempre hallaré una mano
femenina que la planche
y por tal que se me ensanche
cada palabra que encuentro,
la traigo puesta por dentro
sin que de sangre se manche.


ALEXIS SANTIESTEBAN PADRÓN
-Guane, Pinar del Río, l967

El verso es la creación
del poeta independiente
cultura resplandeciente
que brota del corazón.
Es la identificación
del campesino cubano
va tomado de la mano
como escudo, himno y bandera
igual que la guayabera
con el sombrero de guano.


ONIESIS GIL CRUZ
-Consolación del Sur, 1982

Un sombrero de yarey
Trajiste al punto cubano
Que lo hicieron con el guano
De una palma en Monterrey.
Aquí estoy en esta grey
Admirando tu sendero
Y por poner un lucero
Dentro de tu guayabera,
Estoy quemado en la hoguera
De un tabaco sanjuanero.


ADRIEL CEBALLOS DELGADO
-El Montunito
-San Juan y Martínez, 1985

La guayabera nació
en una época antigua
y cuentan que en la manigua
Perucho también la usó.
Al combate la llevó
junto al himno y la bandera,
porque esa mano guerrera
con glorias hasta en la sien,
a los símbolos también
los vistió de guayabera.


YASEL GARCIA CORTES
-Pinar del Río, 1986

Para mí la primavera
es una guajira fiel
cuando se estrena en la piel
una verde guayabera.
Entre la brisa agorera
hay arpegios de rocío
y el sastre del lomerío
estrena más de una aguja
cada vez que se le estruja
la guayabera al macío.



DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos enlaces los poemas La rosa y el pincel, Definición, ¿Por quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su poemario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

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SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO