miércoles, 21 de octubre de 2015

X Bienal Identidad en Jarahueca


Ritualmente humano tributo a Ada

La décima edición de las Bienales Identidad, de homenaje a Ada Elba Pérez (Jarahueca, Sancti Spíritus, 20 de septiembre 1961-La Habana, 1992), transcurrió en su pueblo natal a propósito de su cumpleaños, con respaldo del Grupo Toda luz y toda mía y su presidenta, Merari Mangly
Ante la fachada de la biblioteca con el nombre y el rostro de Ada, la agrupación espirituana Síncopa Son, leal colaboradora de Toda luz y toda mía.


Texto y fotos: María Delia Cepeda Pérez
y Merari Mangly Carrillo

La continua defensa de la identidad, el empeño a favor de la conservación del patrimonio cultural, la creación artística y literaria, la capacidad para apreciar el arte, enriquecer la vida cultural de la población y potenciar el trabajo comunitario, son necesarias vías para satisfacer las necesidades espirituales y fortalecer los valores sociales. He parafraseado uno de los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución dentro del sector de la cultura. Recuerdo entonces al Ministro de Cultura cuando, recientemente, refirió en Las Tunas que fomentar el trabajo comunitario es una forma de sostener nuestra libertad. Sin lugar a dudas, en estos tiempos, sobre todo, debemos dejar claro quiénes somos y de dónde venimos. Así sabemos adónde vamos. Así también podemos proteger la nación cubana.

Ritualmente humano

Son muchas las comunidades cubanas donde destella nuestra identidad, y Jarahueca, del municipio de Yaguajay, al norte de la villa espirituana, también es un lugar mágico en este sentido, porque Jarahueca es cada vez es más comunitario. Este pueblo, hecho de manos barnizadas con tierra y soles de coralillos, es capaz de perseguir sueños iniciados. La Bienal Identidad regresó nuevamente, en su aniversario cerrado, para unir manos y pensamientos que protegen la cubanía. Sus pobladores no solo tienen en común el generoso acto de obsequiar una taza de café o un vaso de agua fresca al visitante, sino que, en común, hospedan a invitados a este evento en sus hogares. Nuestro himno nacional inauguró esta X Bienal para luego recibir la Banda Municipal de Conciertos del municipio de Yaguajay y cerrar la noche con un recorrido musical por obras claves de nuestra cultura. Se iniciaba entonces la Travesía mágica para homenajear a Ada Elba Pérez en su pueblo natal.

 En la pared frontal de la biblioteca que lleva su nombre, dos versos de Ada recuerdan la Primera Bienal, efectuada en 1997.


En la escuela jarahuequense no faltaron los talleres de narrativa, trabajos con semillas y papirofexia; enlazados con la visible feria expoventa de libros y artesanía que engalanó el parque protegido del sol que disputaba con la amenaza de la lluvia.

Otra noche de estos días fue como un ritual humano a la memoria de Ada. La Parranda de Iguará unió a poetas repentistas de Mayajigua para dar un toque de distinción con el patrimonio cultural de la nación cubana. Las improvisaciones se enlazaron con la diversidad etárea al compartir escenario con dos niños soneros y un charrito, integrantes de la Colmenita de Romerillo. Sinecio, conocido personaje popular, quitó sus zapatos y bailó sobre una acera, entusiasmado por la campesina noche.

No faltó otro encuentro nocturno en el cine-teatro. La Trova y Poesía congregó a poetas y trovadores. Versos y música continuaron lejos y, sin  pretenderlo, consiguieron dar la bienvenida a una madrugada que se empeñó en no dejar que se marchara la historia, la memoria, la permanencia.

 Noche de trova y poesía en el cine-teatro.


Señor arcoiris

Tras la aparente calma de una tarde, la Colmenita de Romerillo, apadrinada por el proyecto laboratorio para el arte Estudio Kacho; atrajo a niños y adultos que aplaudieron la puesta en escena de En busca de un sueño, obra firmada por Martha Julia Hernández Camellón y con diseño escenográfico de José María Pérez Morales, el Chuli; ambos, fundadores de esta Colmenita. Sonrisas y manos enlazadas del público (comunitario y visitantes) parecían atar los cuerpos de aquellas personas sin ganas de marcharse. Se repitió la energía expandida por esta colmenita en otra diáfana mañana para llenar de miel el centro de la comunidad desde el portal de la tienda La Cubana con su puesta en escena de La Cucarachita Martina. Y qué decir de la posterior unión de estas abejas con las de La Colmenita de Jarahueca. Juntas, hermanaron un espectáculo de música, juego y poesía para fomentar la hermandad indisoluble.

La lluvia de una tarde propició una íntima tertulia dentro de la biblioteca Ada Elba Pérez, a quien se dedicó un primer momento muy emotivo. Luego, los contertulios sumaron al homenaje a nuestra Teresita Fernández. Las anécdotas memoradas, poesías y canciones se aunaron con tal carga emocional dentro del recinto, que afuera resultó ser escoltado por un arcoiris, el que siempre atrae los ojos en cada bienal. Fue como si el despertar del Señor Arcoiris alzara al cielo el amor desbordado en su pasión para  pintarlo bien alto y mezclar en él los lindos colores de la felicidad.

El sitio de los ángeles
recibió al pájaro sur

La mañana de la última sesión de esta X Bienal permitió gustosa la conclusión de los talleres y la premiación del Concurso Ada Elba Pérez. El sitio de los ángeles, tema de Ada, popularizado por la conocida y bien recibida voz de Liuba María Hevia, fue escuchado, a la vez que sobre el tabloncillo emergió una cálida danza. La empatía entre canción y danza que fue capaz de apretar más de una garganta y humedecer muchas pupilas.

El jurado de este concurso que se convoca con carácter regional y anual, estuvo integrado por los escritores Marlene E. García Pérez, Ramón Díaz Medina y Merari Mangly Carrillo. Fueron otorgados, en la categoría adultos, Premio en Poesía a Delsa López Lorenzo y en décimas a Rigoberto Fernández Castillo, con menciones respectivas para Dorisbel Guillén (quien recibió además el Premio colateral Casa de la Poesía) y Lázaro Tomás Toledo Pérez. En el género cuento, el máximo galardón lo recibió Luis de la Cruz Pérez, con menciones para Fernando Rubio Moleiro y Betina Borroto Rodríguez. En la categoría de niños y jóvenes, el Premio en Poesía le fue otorgado a Nayanna Martín Sánchez, quien también recibió el Premio en Décimas dentro de la categoría educación primaria. En poesía, fue mencionada la obra de Adria Montero Borroto. También en décima, categoría educación primaria, obtuvo mención Dailín Borges Cruz, junto al premio colateral Versoluz, otorgado por Toda luz y toda mía al niño(a) de menor edad en concurso. Dentro de la categoría décima escrita por niños de educación secundaria, recibió mención Anay Placencia Losada y premio Dayana Rodríguez Ávila. Por otra parte, en cuento escrito por niños de educación primaria, recibió premio Adria Montero Borroto y mención la niña Mélany Hernández Echevarría. El premio en cuento, educación secundaria, fue recibido por Marian Delgado Guedes.
 
Y este concurso convoca además las artes plásticas, para extender el tributo a Ada Elba. Recibió un reconocimiento el niño Eduardo J. Ausina y fueron entregados premios para los adultos Tomás Jesús Cabello y Marisol Alemán Sánchez, en pintura y artesanía respectivamente.

El cielo de la tarde amanazó un aguacero al acercarse la clausura del evento, a cargo del proyecto sociocultural Toda luz y toda mía, del Centro Provincial del Libro y la Literatura en Sancti Spíritus. Destelló en el portal de la biblioteca. La bandera cubana y el rostro de Ada Elba sobre la pared frontal, engalanaron el fondo del escenario.

 El tres acompaña el poema, leído por María Delia Cepeda Pérez, prima de Ada Elba.


El comentario del libro Fin del pájaro sur, de Ada Elba Pérez, Editorial Letras Cubanas 2012, le permitió a María Delia Cepeda Pérez dar lectura a algunos de estos textos. La primera propuesta escuchada fue el poema Identidad. Luego, junto al poema Vacaciones de adolescencia, el ligero fondo musical de tres enlazó con sus cuerdas aquellos versos y los lanzó al aire. El público respetó en silencio el momento y las grises nubes se apartaron. El aguacero pensado, nunca fue.


Poco a poco los pobladores de la comunidad se fueron congregando, como dispuestos a atender el llamado de quedarse allí precisamente porque Ada quería verse y hablar también con ellos. Toda luz y toda mía estrenó la sección La sílaba, juego de participación pensado para estimular la rima y que fue acogido por el público. Como premio, fue otorgado un ejemplar del libro Toda luz. Décima escrita espirituana (1997-2013). Otro ejemplar de este título, publicado bajo el sello de Ediciones Luminaria, fue donado por Toda luz… a la biblioteca, anfitrión del espacio que concluyó el evento.


La agrupación Síncopa Son, quien asumió el interludio musical con su acostumbrado acento de cubanía, una vez más se adueñó del público. El frente del local y en medio de la calle y esquina inmediata, un espontáneo momento bailable enalteció el festejo comunitario, celebración en clausura de cubanísima estatura. Toda luz y toda mía, diferente cada vez, dio un hasta pronto a Jarahueca al poner un beso a su Identidad. Un beso como aquel a prueba de corrientes, único, intacto en el lugar que se dejó.


INFORMACIONES RELACIONADAS CON ADA,
SU OBRA Y LAS BIENALES IDENTIDAD:


ADA ELBA PÉREZ (Jarahueca, Sancti Spíritus, 20 de septiembre 1961-La Habana, 1992) en tan poco tiempo nos dejó una sorprendente obra como poetisa, artista plástica, compositora musical, periodista y promotora cultural. Su quehacer en versos fue varias veces laureado y quedó recogido en varios poemarios, donde no falta la décima, la cual cultivó con cariño que le venía del terruño que la vio nacer.

RITUALMENTE HUMANO

(Fragmento)

Cauce que ciñes la abierta
libertad de la corriente;
ola que finges tu ausente
voz, contra la roca yerta;
espiral ciega que incierta
chocas contigo otra vez:
sálvate de la aridez
con que abrigas la semilla,
porque mañana a tu orilla
se le irá el mar pez a pez.













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