domingo, 26 de octubre de 2014

En Pinar, evocación lírica


Nuevo libro sobre El Cucalambé

Nos reporta el hermano poeta Lorenzo Suárez Crespo, desde la pinareña Casa de la Décima Celestino García, un encuentro allí sostenido por el Día de la cultura cubana, con la presentación de un volumen de Carlos Tamayo


EVOCACIÓN LÍRICA


El advenimiento de un 20 de octubre en Cuba siempre es motivo de festividad en el sentido más patriótico de la palabra. Es que los sucesos del día 10 de ese mes con el llamado a la lucha por la libertad y su eclosión el día 20 en que el insigne músico y revolucionario Perucho Figueredo dio a conocer las notas del Himno Nacional ante una multitud enardecida por los sentimientos de emancipación, marcan un brote profundo del sentido de nacionalidad y fortalecimiento de una cultura forjados por los más destacados intelectuales de la época.


La Casa de la Décima Celestino García de Pinar del Río, heredera de toda una tradición patriótica y sólida, cultura en la que la poesía siempre ha estado en el meridiano de las artes como expresión de la espiritualidad y sentido de pertenencia de los creadores, también reivindica en sus decimistas la magnitud de tales acontecimientos.

Desde el día 9 de octubre en que recibimos la visita de importantes intelectuales de Hispanoamérica y donde figuraban, además de personalidades cubanas, más de diez catedráticos y poetas galardonados con el Premio Hispanoamericano José Vasconcelos, el Ranchón festejaba la Jornada por el Día de la cultura cubana.

Este encuentro de poetas hispanos no solo fue espacio de fraternidad y de referentes humanísticos, sino la oportunidad de ofrecer a los invitados una panorámica lírica en cuerdas y voces de nuestros más importantes poetas improvisadores de Pinar del Río.

Fue propicia la ocasión para recibir, junto a los amigos y admiradores, una importante donación de libros del Frente de Afirmación Hispanista A. C., de la revista Carta Lírica, así como de otras fundaciones promocionales que proyectan un esfuerzo común en aras de la defensa y continuidad de la cultura popular y tradicional como exponente de nuestros valores más auténticos dentro de la gran familia hispanoamericana, fusión de una cultura y una raza aderezadas en una misma lengua y unos mismos ideales de identidad.

En esta noche sabatina un nuevo libro fue pauta de admiración y regocijo: Juan Cristóbal Nápoles Fajardo “El Cucalambé”, Vida y obra, por el investigador y ensayista Carlos Tamayo Rodríguez y la introducción a cargo del poeta y humanista Fredo Arias de la Canal con el sello editorial del Frente de Afirmación Hispanista de México.

La importancia de este volumen es que, retomando las huellas investigadoras del Indio Naborí, el Epítome de las poesías completas de El Cucalambé, del propio autor, así como numerosas indagaciones historiográficas, se nos ofrece la más completa luz acerca de la figura del poeta tunero, sus obras fundamentales y el acercamiento más esclarecedor en cuanto a la polémica de sus días finales, aún envueltos en una aureola de misterio y especulaciones.

La obra, además de haberse ofrecido a los principales poetas del Ranchón, tendrá sus posibilidades de consulta en varias instituciones de la ciudad como son la Biblioteca Provincial, la UNEAC, el Centro Provincial del Libro, la Universidad Hermanos Saíz, el Instituto Pedagógico y otras importantes instituciones culturales.

La Casa de la Décima Celestino García, el parnaso de los poetas improvisadores pinareños, al evocar el verso cucalambeano como expresión de cubanía, enaltece en estas nuevas voces lo más auténtico de nuestras tradiciones con el vitral lírico de la estrofa mágica.


DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:
 
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su decimario La brújula del viajero puede ver mediante este enlace el poema ¿Por quién doblan las campanas? También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

SUS MÁS RECIENTES COLABORACIONES:


SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO










miércoles, 15 de octubre de 2014

Toda luz en Alamar


Encuentro con Ala Décima

El espirituano Grupo Toda luz y toda mía sostuvo su anunciado encuentro en la sede de Ala Décima, donde fue presentada por el profesor Virgilio López Lemus la antología Toda luz. Décima escrita espirituana (1997-2013). Nos reporta la poetisa Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus.

TODA LUZ EN ALAMAR


La biblioteca Tina Modotti, de Alamar, entregó un abierto arco de luces a la tarde. Toda luz y toda mía y Ala Décima, realizaron un armonioso intercambio como parte del tangible hermanamiento entre agrupaciones decimísticas.

Dentro de las estrategias de trabajo que desde la tierra del Yayabo se encaminan a legitimar la estrofa, se realizó la Premier del libro Toda luz. Décima escrita espirituana (1997-2013). Para esto, tuvimos el honor de recibir a nuestro Virgilio López Lemus, quien con una pertinente disertación alrededor de la décima, nos llevó de la mano hasta este libro.

Publicado por Ediciones Luminaria y con el financiamiento de la Universidad José Martí de Sancti Spíritus (UNISS), resulta una panorámica de la cultura espirituana cultivada desde esta poesía escrita. Apuntó Virgilio sentirse “feliz de contar con este libro que recoge un conjunto de poemas escritos en décima y que aparezca en un momento clave para la expansión de la décima en Cuba. […] El libro que les presentamos hoy, es un ejemplo de ese desarrollo de la décima, es una provincia cantando en décimas, una provincia que fue en los siglos XVIII y XIX y buena parte del XX, una zona privilegiada de expresión de los espirituanos […] Aquí, en Toda luz…, vamos a ver diversas manifestaciones de la décima, la Reina que se popularizó. En este libro verán inmensa variedad de décimas, décimas tradicionales junto a encabalgamientos, a endecasílabas, que se cultivó desde el siglo XVI. Un libro que está en la tradición de la poesía cubana. En esa evolución de la décima, el libro Toda luz… es un aporte notable”.

Pedro Péglez, anfitrión presidente de Ala Décima, dio la bienvenida a Toda luz… y a Virgilio, de quien refirió que “es uno de los profesores de literatura más importantes que tiene este país y es uno de los profesores de toda la membresía de Ala Décima que están en varias partes, junto con otras figuras emblemáticas. Es uno de los estudiosos más significativos que tiene el panorama literario cubano, en sentido general, y en sentido particular, con la décima; sobre todo, la historia de la décima escrita. Sin los ensayos de Virgilio, no hubiéramos podido estudiarla de una manera tan coherente y consecuente”.

Péglez apuntó sobre el significado de recibir a Toda luz…, luego de referirse al emblemático Grupo Espinel-Cucalambé, fundado en 1993, y comentar sobre los más de diez agrupamientos y agrupaciones existentes en el país a partir de entonces, hizo saber a los contertulios —armoniosa mezcla de espirituanos y habaneros— que “el Grupo Toda luz y toda mía es uno de los más jóvenes, surgió en noviembre del año 2011, y a pesar de que fue uno de los más recientemente creados, en opinión no mía, sino de Ala Décima, es una de las agrupaciones que se ha colocado, prácticamente desde que surgió, en la avanzada de este movimiento de las agrupaciones de poetas decimistas en el país. Se ha singularizado como una agrupación de perfil sumamente amplio, de estrecha interdisciplinaridad entre escritura y repentismo con interrelación muy abarcadora con la población, ya sea de comunidades rurales como urbanas; y de permanente preocupación por atender al público infantil y contribuir a su formación artístico literaria. Con el lema Toda luz y toda mía, diferente cada vez, han mantenido un encuentro mensual en diversos espacios”.


El dúo Pável y Tamara, asiduos a esta peña semanal; en interludio musical, con sus voces y cuerdas; nos regalaron momentos plácidos que la buena energía siempre agradece, exhibida en los rostros de los contertulios. Fue la entrada a la extensión de premiaciones, como parte del hermanamiento entre agrupaciones decimísticas, extensiones ya realizadas anteriormente en Ala Décima, en Alamar, y en San José, con el grupo GeneR-Arte, Grupo Nacional de Escritores Rurales. Y de este último, su premio colateral en el III concurso de décima escrita Toda luz y toda mía fue entregado en este encuentro.

El portal de la biblioteca irradió emotividades al recibirlo Marcelina García Moreno, espirituana de nacimiento y residente en La Habana; quien dio lectura a su cuaderno premiado titulado Entrañable, un canto a Sancti Spíritus y su Fomento natal, nos comentó la autora.

Una peña espirituana-habanera respiró felicidad, asegurada en décimas leídas por sus autores presentes y asiduos a esta constante peña y los temas Pensamiento y Mujer perjura, al recuerdo tradicional de trova yayabera, interpretadas en voz del maestro Pedro Alfonso, puso sello abierto bajo la sombra del portal que abrazó la luz de la décima, siempre a su cuidado.




ENTRAÑABLE




Décima, préstame el traje
de exegeta familiar
y el cuerpo para hilvanar
la textura del mensaje.
Necesito ese  linaje
que tiene tu metro alado
para dejar resguardado,
con la pasión del intento,
al recodo del sustento
donde el alma se ha quedado.

Mi padre, el tres y su lira,
hicieron en Palmarito,
un retoño del  Cornito
a la querencia  guajira.
Allí, como eterna pira
de vástiga cuerda hispana,
arrulla el viento a la nana
entre los brazos de un diez
y el sueño vuelve otra vez
en tonada espirituana.

Tendida bajo el ateje,
que le borda un edredón
a la luna en procesión,
mi esencia las cepas teje.
Usa fibra que coteje
los trenzados del abrigo.
Dejándola allí consigo
venas hondas de la tierra
donde ese mi que se aferra
lleva  a nosotros conmigo.

Habita en la miel de un velo
que lanza la vieja torre,
por el aire y se descorre
al valle, novio del cielo.
En los retratos que el suelo
silencia cuando me miro.
Donde mi padre y un tiro
se volvieron Escambray.
Vive en un cofre que hay
detrás de cada suspiro.

Muchas veces tiene cita
con la aurora de su chal,
mudada para el portal
donde jugué a la escuelita.
Busca a aquella Marcelita
que después de un punto y coma
puso al camino otro aroma,
y de seto la distancia,
pero aún desliza a la infancia
en yagua por una loma.

Quedó presa en el temblor
cuando Eros, bajo la palma,
obtuvo, de Gea, el alma
inocente del amor.
¡Como busca ese candor!
Le pide, le implora a Reso,
pero Mnemósine  en eso,
es como ante  Hades, no ceja
y para siempre la deja
novia fiel del primer beso.

Cuando el recuerdo es andén
recibiendo a la delicia,
llega al fondo una caricia
desde las manos del tren.
Mi espíritu aún es quien
dice: ¡Dios mío, demora
el viajero!  ¿A qué hora
piensa pasar la cañera?
y así imita, en la  quimera,
a la armonía que adora

Lúcido quedó en mi entraña
el tizne del bagacillo
y un cariñoso estribillo
que el viento le hizo a la caña.
Mi pueblo, Ulises que extraña
al canto de la sirena,
me duele como si Helena
volviera al pueblo troyano.
Calla su Ramón Ponciano,
no puedo evitar la pena.

Nunca se bajó el aliento
del Rucio en que cabalgué,
ya es Platero en  Santa Fe
con melaza de Fomento.
El salitre, sedimento
de la albricia maternal,
sube en mi asno ancestral,
y con música de arena,
en la ventisca reestrena
notas de azúcar y sal.

La médula está adherida,
a las suelas de Yayabo.
En su ritmo me destrabo
por  la calle de mi vida.
Está donde la partida,
fugada del atavío,
se buscó poza en el río,
y con el güije me fragua,
el don que la Madre de agua
le puso a mi escalofrío.

Siempre que el olvido amaga,
donde el espejo no alivia,
arterias Sánchez Valdivia
disienten vetas de Iznaga.
Vuelve nítida la saga
después de esa transfusión.
Emerge, en la evocación,
olor a jazmines vivos
que sembraron Los Olivos
debajo de mi ilusión.

Los ojos del campanario
de la Iglesia Parroquial
en el  lienzo celestial
acuñan mi relicario.
Llevo por siempre un rosario,
que trama la invocación,
con hebras de una oración
al Dios que no lleva cruz:
“Sancti Spíritus, tu luz
brille en mi reencarnación”.

In Spiritum Sanctum credo,
energía en libertad.
Pujas  a la Trinidad,
a quien reverencia cedo.
Déjame allí, yo me quedo.
No juzgues mi lejanía.
Si no puedo en poesía,
porque es fruto inalcanzable,
tomo prestado el loable:
Toda luz y toda mía”.



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domingo, 5 de octubre de 2014

Resultados del XVI concurso Regino Pedroso


De premios y homenajes


Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC, entregó el Primer premio a Reinaldo Cedeño Pineda, de Santiago de Cuba; a quien el destacado pintor Ángel Silvestre obsequió una de sus obras de arte. Al fondo, Fernando Rodríguez Sosa en la lectura del acta del jurado.

Unos 500 poemas de 170 autores del amplio espectro profesional y social que conforman la Cuba de estos tiempos compitieron en el XVI concurso de poesía Regino Pedroso, lo que ratifica al evento como el de mayor participación. El Regino (como lo nombran coloquialmente los organizadores) fue creado por el periódico Trabajadores en 1996 para homenajear al autor de Salutación fraterna al taller mecánico,  quien puso la primera piedra de una nueva poesía en Cuba cuya continuidad ha estado garantizada en sucesivas generaciones de bardos, algunos de los cuales han participado  en el concurso.

El certamen —también auspiciado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y el Instituto Cubano del Libro (ICL)— ha contado con el empuje imprescindible de Jorge Rivas Rodríguez, gestor del evento y jefe de la Redacción Cultural de este semanario, y la desinteresada colaboración de varios amigos, devenidos puntales de cada edición. Entre ellos el colega Pedro Péglez González —Premio Iberoamericano Cucalambé, entre otros muchos lauros—, los periodistas y críticos literarios Fernando Rodríguez Sosa y Omar Perdomo (1944-2011); el directivo del ICL (ganador y jurado en ediciones anteriores) Karel Leyva; y Petra Ballagas, viuda de Regino Pedroso, quien acogió con entusiasmo el nacimiento de este encuentro y lo apoyó hasta su fallecimiento.

Los laureados rindieron honores ante la tumba donde descansan los restos de Regino Pedroso y Petra Ballagas, ocasión en que fueron acompañados por su hija Juanita, en la foto junto a Erian Peña Pupo (segundo premio, al centro en la imagen) y Camilo José Noa Rodríguez (tercer premio), ambos de la provincia de Holguín.

Precisamente por apuntalarlo espiritualmente desde el principio, es que los organizadores incluyeron su nombre en la peregrinación que cada año realizan a la tumba donde reposan los restos de Regino y su esposa. La visita al cementerio y el Encuentro de premiados donde los ganadores leen sus obras, son dos de los momentos que singularizan el Regino.
 
El Encuentro de premiados se efectuó en el Museo Nacional de los Trabajadores Palacio de Torcedores.

En varias ediciones, como en esta, se han sumado artistas de la plástica y de la música para congratular a los participantes con su quehacer. Ángel Silvestre, destacado creador, donó una decena de obras de grandes y medianos formatos para los premiados y los miembros del jurado.

Los cuadros, enmarcados exquisitamente  en el taller Arte Real, poseen un personal y cubanísimo estilo que se inserta en el discurso reflexivo y crítico del artista, preocupado por las actitudes, sentimientos y emociones del hombre contemporáneo. Su desempeño abarca la pintura, el dibujo, el grabado y la poesía, razón por la cual participó en el Encuentro de premiados, ocasión en la que exhibió sus botellas decoradas, proyecto comunitario desarrollado por él desde hace varios años en Caimito Guayabal. Las piezas, luego de exhibirlas, también fueron obsequiadas a los galardonados.

El acto de premiación tuvo lugar en el salón Indio Naborí, en la sede de la CTC, donde se dio lectura al acta del jurado ante los ganadores y sus familiares, directivos sindicales presididos por su secretario general y miembro del Comité Central, Ulises Guilarte De Nacimiento, y una representación de las instituciones auspiciadoras.

Luego de la entrega de los principales premios se recordó al eminente intelectual Rufo Caballero —en cuyo honor este año se entregó un premio colateral que lleva su nombre—. A pesar de su prematura desaparición física, Rufo legó una vasta obra ensayística y narrativa. Para la ocasión el Maestro Agustín Bejarano realizó una caricatura sobre la imagen del destacado crítico, la cual  fue recibida por su madre Nidia Mora.

Muy emotivo fue el momento dedicado a homenajear al destacado intelectual Rufo Caballero, tempranamente fallecido. Su madre, Nidia Mora, recibió de manos del maestro Agustín Bejarano una caricatura realizada por él al insigne ensayista, narrador y crítico. A la izquierda, Jorge Rivas anuncia la entrega.

Los organizadores del Concurso entregaron el Gran Premio honorífico a Fernando Rodríguez Sosa, miembro del jurado de esta edición, junto a Waldo Leyva y Roberto Manzano, reconocidos exponentes de la lírica nacional contemporánea.

El director de Trabajadores, Alberto Núñez Betancourt, ratificó “el compromiso de continuidad de estos encuentros —ahora cada dos años— por el respeto que le debemos a Regino, ese poeta del proletariado cubano”, mientras que el coordinador Jorge Rivas aseguró que “el primer reconocimiento debe ser para aquellos que se interesaron en enviarnos sus poemas, como expresión no solo del interés y respeto que motiva la figura de Regino Pedroso, sino también por la alta valoración que hicieron de este certamen”.



GANADORES DEL CONCURSO

Primer Premio:
Reinaldo Cedeño Pineda, de Santiago de Cuba
Obra: La catadora

Premio Extraordinario XX Congreso de la CTC:
Modesto Caballero Ramos, de La Habana del Este
Obra: La pradera infinita de los sueños

Segundo Premio:
Erian Peña Pupo, de Holguín
Obra: Puertas para huir de la casa

Tercer Premio:
Camilo José Noa Rodríguez, de Gibara, Holguín
Obra: Retorno

Premio del Grupo Ala Décima:
Carlos Ettiel Gómez Abréu, de Jagüey Grande, Matanzas
Obra: Burbuja del tiempo

Premio Rufo Caballero:
Dalgis Giró Martínez, de Guisa, Granma
Obra: Piazza Morgana

Premio del Consejo Nacional de Casas de Cultura:
Ada Isabel Machín Álvarez, de Diez de Octubre, La Habana
Obra: Paradoja

Primera Mención:
Roselia López Saborit, de Manzanillo, Granma
Obra: Réquiem, solo eso

Segunda mención:
Amílcar Rodríguez Cal, de Santa Clara, Villa Clara
Obra: Casta de roble




PALABRAS DE JORGE RIVAS, COORDINADOR DEL CONCURSO Y JEFE DE LA REDACCIÓN CULTURAL DEL PERIÓDICO TRABAJADORES, EN LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN

Compañeras y compañeros:

Culmina hoy la decimosexta convocatoria del Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso, auspiciado por el periódico Trabajadores, la Central de Trabajadores de Cuba y el Instituto Cubano del Libro, en coordinación con el Consejo Nacional de Casas de Cultura, en homenaje al trascendental pensamiento de Regino Pedroso.

Alrededor de 170 obreros, estudiantes, campesinos, amas de casa, trabajadores de los servicios, jubilados y profesionales de las letras, compitieron en este certamen, servidos de las sabias enseñanzas del maestro que con Salutación fraterna al taller mecánico, al decir de María Villar Bruceta, puso la primera piedra de una nueva poesía en Cuba.

El jurado de este concurso, integrado por los prestigiosos poetas Waldo Leyva y Roberto Manzano, y por el crítico literario y periodista Fernando Rodríguez Sosa, todos con una rica y trascendental trayectoria dentro de las letras cubanas, seleccionaron los premios que serán entregados en la tarde de hoy. Ardua labor que contó con el apoyo de otro destacado poeta, Pedro Péglez González, Premio Iberoamericano de la Décima y presidente del reconocido Grupo Ala Décima, quien, como ya es tradicional, estuvo al frente de la selección de las obras que serían analizadas por el jurado. Felicitamos a estos compañeros por el esfuerzo que dedicaron a esta compleja empresa, a través de la cual analizaron cerca de 500 poemas remitidos por autores de todas las provincias y sectores del país, muchos de ellos reconocidos dentro del variopinto universo de la lírica nacional.

Por ello, el primer reconocimiento debe ser para aquellos que se interesaron en enviarnos sus poemas, como expresión no sólo del interés y respeto que motiva la figura de Regino Pedroso, sino también por la alta valoración que hicieron de este certamen, a pesar de que ya no se entregan premios en metálico debido a la conocida crisis económica internacional, de la que esta Isla no está exenta; circunstancia que no impidió una considerable cifra de participantes, lo que mantiene a este concurso como el de mayor participación en Cuba.

Queremos agradecer la colaboración del prestigioso creador de la plástica Ángel Silvestre, quien desde su querido Caimito Guayabal, accedió a realizar, especialmente para esta ocasión, las obras de arte entregadas a los ganadores. Sus cuadros poseen un personal y cubanísimo estilo, el cual se caracteriza por la reflexión crítica en torno a asuntos que tienen que ver con diferentes actitudes, sentimientos y emociones del hombre contemporáneo. Su quehacer artístico no solo abarca la pintura, sino también el dibujo, el grabado, y la poesía.

También agradecemos la dedicación del maestro Agustín Bejarano, quien gentilmente accedió a realizar otro de los reconocimientos que se entregarán hoy.


Otra renombrada agrupación que nos acompaña es Mariachis Habana, dirigido por el maestro Miguel Barreras. Este es uno de los principales conjuntos cubanos, continuadores de la música tradicional mexicana, aplaudido en prestigiosos escenarios del país. Con su gallarda presencia, obsequiarán a los laureados, y a todos los presentes, algunas de sus memorables canciones.

Nuestro cálido abrazo a otras personas e instituciones que también nos ofrecieron su desinteresado e incondicional apoyo, muy especialmente a la Secretaría de Educación y propaganda de la CTC Nacional y a su respectivo departamento. Sin la persistente colaboración e interés de la CTC Nacional, esta premiación, única de su tipo en cuanto agasajos a los laureados, hubiese sido imposible de materializar.

Justo también es reconocer la extraordinaria labor desarrollada, en función de la calidad del programa de premiación, por la dirección del periódico Trabajadores. Especial reconocimiento para la compañera Luvian Silva, por su excelente colaboración en el Registro de los concursantes y en la atención a los ganadores. Sin su labor hubiese sido mucho más engorrosa la actividad de los jurados.

Saludamos la presencia en este acto de Juanita, la hija de Regino y Petra. Ella ha mantenido la tradición de donar algunos libros de la biblioteca personal del gran poeta, para entregarlos como premios.

Se encuentra también con nosotros la compañera Nidia Mora, madre del destacado crítico, ensayista, escritor y periodista, Doctor Rufo Caballero, importante figura del pensamiento insular fallecido tempranamente y quien siempre admiró la realización de este concurso en homenaje al primer bardo que enalteció la lírica social mediante sus poesías inspiradas en el proletariado cubano. Rufo, hombre sencillo, de a pie, con sus dos doctorados y múltiples premios y reconocimientos nacionales e internacionales, también siempre estuvo al lado de los humildes, para los que trabajó denodadamente en aras de su enriquecimiento espiritual y cultural. Su extraordinario legado al arte cubano aún está por estudiarse. Reciba Nidia, con orgullo de madre, este sencillo pero emotivo homenaje a su único y gran hijo.

A todos, y a todos cuantos estuvieron y están del lado de esta noble encomienda en beneficio de la espiritualidad, les abrazamos este día. Alabado sea este encuentro para recordar a Regino Pedroso, el gran bardo, el hombre que se adelantó en el tiempo y con gran esperanza en la humanidad y el porvenir supo alzarse como la más auténtica voz del pueblo que produce a los poetas verdaderos.

Muchas gracias.




PALABRAS DE ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT, DIRECTOR DEL PERIÓDICO TRABAJADORES, EN LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN

Saludos para Ulises, Ermela, Karel, Juanita, Nidia…

Por decimosexta ocasión se reúne la familia del Concurso Nacional de Poesía Regino Pedroso. Otra vez hemos unido los esfuerzos los compañeros del periódico Trabajadores, la Central de Trabajadores de Cuba, el Instituto Cubano del Libro y el Centro Nacional de Cultura Comunitaria del Ministerio de Cultura.

Muchos esfuerzos, coordinaciones, detalles, y hasta el reproche por lo que no salió bien, podemos resumir en este instante. Pero también es el momento de ratificar el compromiso de continuidad de estos encuentros —ahora cada dos años— por el respeto que le debemos a Regino, ese poeta proletario cubano.

Este concurso tiene momentos singulares que valen la pena mencionar: la tertulia de los premiados, que deriva en la mejor descarga, el homenaje en el cementerio que con ese trago de ron adquiere un toque bien cubano, la confraternidad que se logra entre los premiados…

Felicitamos al jurado de lujo que nuevamente tuvimos, integrado por Waldo Leyva como presidente, Roberto Manzano y Fernando Rodríguez Sosa. Ellos con rigor evaluaron cada una de las obras y decidieron los premios que hoy hemos reconocido aquí.

Así felicitamos a Reinaldo por su catadora y el toque de puerta cada día a las 11 en punto.

Felicitamos a Modesto, alguien que repite, por señalarnos La pradera infinita donde justamente sueñan los hombres, también las mujeres, y persisten universos.

Felicitamos a Erian, joven de 22 años, por Las puertas para huir de la casa y la alerta de que la abuela ha visto caer cada una de las paredes.

Felicitamos al también joven Camilo José por su Retorno como un extraño en su propia casa para mezclar recuerdos y sensaciones.

Felicitamos a Ettiel por su Burbuja del tiempo, el tiempo como asedio, quebranto, verdugo, salvación…

Felicitamos a Dalgis por su Piazza Morgana donde nos describe que un corazón blando late fuerte..

Felicitamos a Ada Isabel, quien también repite. A ella damos las gracias por la Paradoja que significa un vestido sin cuerpo y tanta gente desnuda.

Felicitamos a Roselia y Amilcar. Ellos con su Requiem, solo eso y la Casta de roble hacen valer sus menciones.

Y felicitémonos todos y hagamos el propósito de reencontrarnos en la próxima edición.

Muchas gracias por su presencia y aporte.





MIEMBROS DEL GRUPO ALA DÉCIMA
ASISTENTES AL PROGRAMA DE PREMIACIÓN:



RESÚMENES DE AÑOS ANTERIORES: