martes, 16 de diciembre de 2014

Los premios Cucalambé de gira por Las Tunas


Recorrieron varios municipios
 

En cumplimiento de la convocatoria del Concurso Cucalambé en décima escrita de este año, la Casa Iberoamericana de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, organizó el periplo


Por MSc. Elayne González Urgellés

Desde el 25 al 28 de noviembre la Casa Iberoamericana de la Décima realizó la gira por los municipios de los escritores premiados en el Concurso Cucalambé en Décima escrita 2014. Los autores fueron Miguel Mariano Piñero Martínez, autor del cuaderno (In)mutaciones del solitario y Herbert Toranzo Falcón, autor de Aspavientos.

Los recitales poéticos tuvieron lugar en seis municipios, excepto en Amancio y Jobabo. La experiencia, esta vez primera, fue reconocida como especial y novedosa, ya que el público pudo conocer y apreciar la obra de dos escritores de gran valía para la tradición de la décima en nuestra provincia y en Cuba. El encuentro decimístico se materializó con escritores de las diferentes localidades, estudiantes, profesores, artistas y público en general, demostrándose así la necesidad de repetir la idea, incorporando en una segunda ocasión la publicación de ambos textos por la Editorial Sanlope, de la provincia de Las Tunas.

Para promover a nuestros escritores ahí les va una breve reseña:


Miguel Mariano Piñero Martínez ( Guáimaro, 1958). Poeta y narrador. Es miembro de los talleres literarios Dalgis Muñiz, del municipio Colombia y del provincial Gilberto E. Rodríguez. También es miembro del Grupo Ala Décima y presidente del Grupo Nacional de Escritores Rurales.

Premios:
  • Premio en Décima Mural con su obra Metamorfosis (2010).
  • Primer Premio en el Concurso Nacional Aracelio Iglesias–Rafael Cabrera, con su cuaderno Mi último adiós (2010)
  • Premio en Concurso Nacional de Glosas (2011).
  • Mención Concurso Iberoamericano de la décima (2012).
  • Premio Concurso nacional de Ala Décima con su cuaderno Epístolas del escriba (2013).
  • Primer Premio en el Concurso Chávez en mi corazón (2014).
  • Premio Especial de la UNEAC en el certamen nacional Toda luz y Toda mía (2014).
  • Premio Cucalambé en Décima Escrita (2014).
Publicaciones
  • Divagaciones entre las nubes y el lodo. Poesía, Editorial Sanlope, 2009.
  • Antología Del surrealismo a la Décima Exquisita, Editorial Sanlope, 2010.
  • Antología Somos dioses los poetas, México, 2010.
  • Antología Existe la vida abstracta, México, 2010.
  •  

Herbert Toranzo Falcón (Ciego de Ávila, 1972). Licenciado en Lengua Inglesa. Poeta y Narrador.

Premios:
  • Premio La Gaceta de Cuba, cuento, 2002.
  • Premio Calendario, poesía, 2004.
  • Premio en el Concurso Regino Botti, poesía, 2008.
  • Premio Concurso Emilio Ballagas, poesía, 2009
  • Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara, 2012.
  • Segundo Premio Iberoamericano de la Décima Cucalambé ,2010.
  • Mención en el premio Alejo Carpentier, 2010.
  • Premio Cucalambé en Décima escrita, 2014.
Publicaciones:
  • Puente sobre el Estigia, poesía, Ediciones Ávila, 2002.
  • La torre de Donovan, cuento, Ediciones Ávila, 2002.
  • Poemas casi humanos, Editorial Abril, 2006
  • Las calles del purgatorio, cuento, Editorial Letras Cubanas, 2006.
  • Al revés de lo contrario, décima, Editorial Capiro ,2009.
  • Ni siquiera nadie, poesía, EditorialLetras Cubanas, 2010.
  • Odios platónicos, poesía, Editorial Ácana , 2010.
  • El aeroplano amarillo, poesía, Editorial Capiro, 2012.
  • Unforgetable, cancionero de habla inglesa, Ediciones Ávila, 2013.
  • Elogio de la Escafandra, UNION, 2013.

Versión original en el sitio web de la Casa Iberoamericana de la Décima haciendo clic en:





domingo, 14 de diciembre de 2014

¿Miedos plurales o cobardía contaminante?


Sobre el libro Nosotros los cobardes,
Premio Iberoamericano Cucalambé 2012
 

Palabras de Alexander Besú para presentar el volumen en el municipio de Guisa —provincia de Granma—, donde residen sus autores, Alexander Aguilar y Jorge Betancourt





¿MIEDOS PLURALES O COBARDÍA CONTAMINANTE?


¿Podrían combatir los cobardes? No es una pregunta capciosa ni supone una respuesta obvia. Yo, particularmente pienso que sí. La historia, por muy falseada que nos la transfieran, (la historia siempre será falsa o medianamente verosímil para una de las partes implicadas), está llena de ejemplos de cobardes que saltaron del pavor a la heroicidad estimulados por un motivo supremo, sea cual fuere. Como en la navegación en globos aerostáticos, los miedos son lastres que urgen soltarse para conseguir la elevación. Todas las fobias son pesos inoportunos ancorando el espíritu humano. Y en los espíritus propensos a la levitación solo existe una urgencia: desatar lastres, so pena de condenarse para siempre a ser una energía anclada en fatídicos suelos. Y es precisamente ésta -sacudirse los miedos-, la circunstancia que genera seres valientes. Es el acto más bizarro que conoce nuestro género, es, sencillamente, un molde de héroes.


Aquí, en Guisa, hay dos cobardes que retaron sus desasosiegos con las armas más temibles que los humanos poseen, y que los convierten en hombres respetables cuando se deciden a usarlas con decoro: sus voces. Sí, no siempre las batallas son literales, saturadas de obuses y metrallas. Ésta que han librado Alexander Aguilar López y Jorge Betancourt Quintana, ha sido una batalla literaria, que para nada es una sinonimia de la pasividad. Estos dos escritores guiseros -o guisantes, como se les llama humorísticamente en nuestro gremio-, son dos tímidos acopiadores de méritos que han escrito un libro beligerante titulado Nosotros los cobardes; un polvorín de palabras explosivas y musicales al mismo tiempo, un decimario que conquistó para sus autores el premio más codiciado de la décima escrita en el planeta: el Premio Cucalambé del año 2012, y que un año después se condensó en este hermoso cuerpo de papel, consumado por la Editorial Sanlope, de Las Tunas, ciudad sede del concurso.

Este libro contiene dos actos heroicos fundamentales. Uno es ser un cuaderno que palpita con el pulso superviviente de la poesía silábica. En el prólogo a mi libro El arconte de todas las miserias, el poeta y erudito Roberto Manzano afirma: Pueblo musical, que en el terreno acentual y rítmico constituye un foco mundial, el cubano ama la rotundidad acústica y el timbre coloreado, la fuerza sonora de las ideas.

Esto es un axioma, negado solo por aquellos que son incapaces de poetizar desde los resonantes tablados de la cadencia. Pero sucede que estos son tiempos desmusicalizados y antirrítmicos donde una mayoritaria y decisora parte del establishment literario respira inmersa en la construcción y desconstrucción de la poesía prosaica, (aludiendo a la primera acepción de esta palabra, es decir, relativo a la prosa); y otra buena parte de cultores de la décima hacen alardes de transgresiones ideoestéticas que los convierten en, al decir del poeta Argel Fernández, un mar de autores que escriben sus composiciones con maestría de arquitectos, apostando por el diccionario y un supuesto vanguardismo a ultranza que, a fuerza de gestar una tropología sibilina y un coloquialismo insípido, tratan de mantener su rumbo en la corriente del verso libre, creyendo erróneamente que la única vía de perpetuar la décima es la del experimentalismo puro.

Por tanto, reitero, éste es el primer acto heroico de Nosotros los cobardes: sostener un planteamiento aconsonantado y métrico en medio de los, cada vez más, vastos territorios del verso blanco, y hacerlo sin las contaminaciones artificiosas de la moda decimística cubana, ni con pavoneos epistemológicos, (aun cuando las arcas neomodernas portan tendencias epistemológicamente nihilistas, insurrectas e inconsecuentes con su pasado, su presente y su futuro).

Pero Jorge y Alexander no solo emplearon en su obra levadiza la aliteración, el metro, la rima, el encabalgamiento, los quiebres de línea, la tradición, los tanteos tropológicos, las expectativas, los giros, y las trabazones intertextuales, que constituyen la osamenta estructural de sus poemas, sino que además, -y éste es el segundo acto heroico del libro-, despliegan mapas de rituales cotidianos, tonos dubitativos y dolientes que codifican una perniciosa inconformidad, parábolas elipsoidales que comienzan en el cenit cósmico y vertiginosamente descienden en un zoom que nos acerca al nadir terrenal, hasta dejar expuesta alguna dolencia social de nuestra isla y de nuestro tiempo. No hay intenciones lúdicas en esta última temeridad. No puede haberlas en medio de tantas angustias. Definitivamente no es un juego. Y si lo es, es un juego lapidario, un juego diabólico, o algo onírico, como lo describe el tremendo Carlos Esquivel al prologar el libro: …su juego es el único acto de enfrentamiento con la realidad, su juego no es piadoso, no divierte, es una urgencia, una privación de inocencia, un agresivo (y hasta hermoso) contraste de sombras y luces.

Es de esta forma que los autores propagan sus miedos contaminantes que, por sus complexiones ontológicas y la verdad que preconizan, se convierten subitáneamente en miedos plurales, compartidos y adoptados por todos los que se asoman al libro. Un libro en el que la poesía levita por encima del verso, como si cada renglón tuviera un alma paralela y visible, pletórica de ecos del pasado, de discretas rupturas e insubordinaciones insinuadas y sutiles. La sutileza es un arte. El punto 37 de El arte de la prudencia, de  Baltasar Gracián, dice textualmente: Conocer las insinuaciones y saber usarlas. Es el punto más sutil del trato humano. Se usan para probar los ánimos y, de la manera más disimulada y penetrante, el corazón. Un corazón cuarteado como el de Anaïs Nin, pero asistido y vendado por estos dos cobardes que revelan su obra con un valor irresoluto, pero progresivo, y con el determinante influjo del rigor estético, la argumentación ética, la frondosidad lírica y el calado filosófico-existencialista que reclama nuestra era de vientre estéril, la misma era que años atrás paría corazones. Yo, como no soy inmune a la cobardía, me dejo contaminar gustosamente con estos pánicos, y aplaudo enardecido a estos dos laliofóbicos que popularizan el valor de quebrantar el silencio… y contar sus miedos.


Provincia India de Macaca, Cuba.
8 de agosto de 2013




SOBRE EL AUTOR
DE ESTA RESEÑA:
 
Alexander Besú Guevara (Niquero, Granma, 1970). Escritor destacado, no solo en su provincia, sino también en todo el país, a su Premio Iberoamericano Cucalambé 2007 con el libro Bitácora de la tristeza (antes del cual contaba ya con otros lauros), se sumaron otros galardones, nacionales e internacionales. El Grupo Ala Décima se prestigió, como en muchos otros casos, con su ingreso como miembro, por solicitud propia como es constumbre, en el 2010, y con tenerlo desde entonces como nuestro representante en su provincia, hasta que en diciembre del 2012, al constituirse nuestra Filial provincial de Granma, pasó a ser su presidente.


En la sección Decimacontexto, un comentario sobre Bitácora de la tristeza: ¿No será que la tristeza…? Otros acercamientos a esa obra poética, mediante los siguientes enlaces, en el blog Odiseo en el Erebo y en la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Otro galardón alcanzado por Alexander Besú fue el Premio Ala Décima en el XII concurso nacional de poesía Regino Pedroso, en el 2008, por su poema Narcisismo.




MÁS SOBRE ESTE AUTOR Y ACERCA DE OTROS ESCRITORES DECIMISTAS DE LA PROVINCIA, HACIENDO CLIC AQUÍ:
GRANMA








miércoles, 3 de diciembre de 2014

Toda luz en la Jornada de la Poesía


Por el aniversario de la Casa


El espirituano Grupo Toda luz y toda mía formó parte del programa de la XXV Jornada de la Poesía. Nos reporta la poetisa Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus.

CON LA DÉCIMA EXQUISITA

Fotos: Serra

Esta XXV edición de la Jornada de la Poesía Cubana en Sancti Spíritus, incluyó a Toda luz y toda mía en su programa de actividades. Durante dos tardes consecutivas, dedicamos el espacio al XXI cumpleaños de la Casa Iberoamericana de la Décima en Las Tunas. Toda luz y toda mía, diferente cada vez, estrenó dos secciones que resultaron muy atractivas para el abundante público que nos acompañó en el Patio de la Poesía de la Uneac.


La sección Contigo, se encargó del diálogo entre los escritores invitados y las agrupaciones musicales que se ocuparon de los interludios. Con frecuencia, al asistir a momentos culturales, el público desconoce elementos sobre los músicos o intérpretes que amenizan la riqueza de esos momentos. Y qué mejor momento que este, el de legitimar la décima, para vincular ambas cosas con las que aparecen vínculos. Los poetas Celestina García Palmero y Alpidio Alonso Grau dialogaron ante los contertulios con la Orquesta de Cuerdas Espirituanas del maestro Roberto Jiménez, única de su tipo en el país porque sus piezas, cubanas y sobre todo espirituanas, son ejecutadas sin leerlas, dado que la mayoría de sus integrantes no tiene formación académica.


Al recordar que la décima es un complejo artístico literario que tiene por columna vertebral la décima escrita y el verso oral improvisado, mostramos su existencia en la música, no solo de corte campesino. Dentro del repertorio de esta orquesta de cuerdas, contamos con La guacanayara, esa tonada patrimonio espirituano. La empiria abraza las pasiones de estos jóvenes músicos ante las cuerdas que acarician sus manos y agradecen los 12 años de fundada por el maestro Roberto Jiménez, bautizado como el Padre de los tríos espirituanos. Esta tarde fue de lujo al disfrute de la fineza auditiva para legitimar décima, quien le tributa al arte.

Y el habitual comentario de libro fue agradecido. Del surrealismo a la décima exquisita, compilación de Argel Fernández Granado, nos muestra una selección de poemas escritos en décimas exquisitas. Al recordar las primeras décadas del siglo XX, cuando dentro de la corriente surrealista apareció esta expresión de emociones escritas más allá de la razón a través del Cadáver exquisito, conocido poema con versos de diferentes autores y que muchos hemos disfrutado, sobre todo, en encuentros poéticos íntimos. Toda luz… estrena en Sancti Spíritus la Décima Exquisita, para celebrar el nuevo cumpleaños de la Casa Iberoamericana de la Décima. Gracias a ella, con varios años de su Café converso, y agradecidos todos de Argel por aquella propuesta inicial que bebió del surrealismo, contamos con este libro. Para aplaudir la existencia de nuestra Casa, compartimos esta primera Décima Exquisita espirituana, a contraluz de la tarde que se despedía:

Con la luz de la poesía
a contraluz, sin reverso,
cobran amor tanto el verso,
como la esperanza mía.
Se crece así en armonía
este evento en su amplitud,
con la eterna juventud
de aire y luz que me ha rozado,
ya soy el verso rimado
en toda su plenitud.

El comentario del libro Premio Iberoamericano Cucalambé 2003 Otra vez la nave de los locos, de María de las Nieves, resultó placentero, sobre todo, porque uno de los integrantes del jurado en ese año resultó ser Edel Morales, invitado nuestro presente. Ahondar la problemática humana con un alto nivel comunicativo, comprometió a Roberto Fernández Retamar, presidente del jurado en aquel momento, apuntar en su prólogo a este libro que… en determinadas circunstancias, se separa la décima por una parte y la poesía por otra […] la décima no es más que una forma que asume la poesía […] ante un viejo romance de los buenos, una lira de San Juan de la Cruz, un soneto de Sor Juana Inés, o una décima del Cucalambé, llega un momento en quien los lea, sienta como la transparencia de la estrofa a través de la cual llega el hálito de la poesía. Presumo que el gran poeta Samuel Feijóo hubiera incluido alguno de los poemas de este libro en su antología La décima culta en Cuba.


Y la segunda tarde en Toda luz…, con los poetas Noelio Ramos y Edel Morales, quienes hermanaron lecturas de sus décimas. Contigo nos acercó al trío Voces Brillantes. Se sumó la música de violines de niñas de la Escuela de Música Ernesto Lecuona, en intercambio con la décima. Al escuchar las friccionadas cuerdas regalarnos La Bayamesa, recordamos el libro Poetas de la guerra, del prócer espirituano Serafín Sánchez Valdivia, con el prólogo escrito por José Martí. El Maestro lamenta allí no conservar el repertorio de décimas de los campesinos cubanos, décimas mambisas que formaron parte de su oralidad.

Casi al término de la tarde, disfrutamos de la esperada premiación del Concurso Nacional de Poesía Raúl Ferrer 2014, convocado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura y el Centro de Promoción Literaria Raúl Ferrer en Sancti Spíritus. El jurado integrado por Basilia Papastamatíu, Norberto Codina y Edel Morales Fuentes, por decisión unánime, concedió mención al libro Herida semejante, de Anisley Miraz Lladosa (a la derecha en la foto, miembro de Toda luz…); primera mención a El trazo de la fábula, del espirituano Esbértido Rosendi y el Premio a Las vanas conversaciones, del villaclareño Sergio García Zamora. Al no estar presente en aquel momento, se reservan para él su diploma acreditativo, 3 000.00 pesos como parte del premio y la publicación de este libro en Ediciones Luminaria.

La segunda Décima exquisita en Toda luz… fue compartida, leída por la voz de Juan Eduardo Bernal Echemendía, Juanelo. Con rostros deleitados, el público recibió la despedida, con la certeza de que Toda luz y toda mía abre sus puertas al arte, siempre, al cuidado de la décima.



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