miércoles, 22 de febrero de 2012

Más allá del hacedor de décimas


Sobre la presentación del poemario
Para otra versión de la ceniza

El poeta y narrador Modesto Caballero presentó el nuevo volumen de versos
de
Pedro Péglez González.



Texto y fotos:
Carlos Castro Sánchez


Pedro Péglez González
tiene la manía de sorprendernos: Dos veces premio iberoamericano de la décima y triunfador en no pocos concursos, este autor sabe ingeniárselas para dar muestras de su constante renovación lírica. Tal es el caso que nos ocupa con el libro Para otra versión de la ceniza, publicado este año por la Latin Heritage Foundation, en Washington, Es
tados Unidos.

Justamente concebido para ser presentado durante la XXI Feria Internacional del Libro, dicho título fue víctima del bloqueo, pues la agencia de paquetería se vio impedida de traer los ejemplares pertinentes en cumplimiento de las regulaciones prohibitivas impuestas por el gobierno yanqui. Mas la solidaridad suele hacer malabares y así llegaron a Cuba algunos ejemplares de este y otros autores cubanos, todos a cargo de la Latin Heritage Foundation, que dirige Gualdo Hidalgo. Ello permitió su presentación, “en seco”, durante la peña que cada lunes a las 3 de la tarde celebra la biblioteca municipal Tina Modotti, de La Habana del Este.

Si con (In)vocación por el paria (Premio Iberoamericano Cucalambé 2000; Editorial Sanlope, 2001); se le pudo tildar de gongorista, esta vez habría que vérsele en el campo opuesto: como quevediano, en un tema donde viene a abordar la resurrección a partir de uno mismo. Como aseguré al inicio de estas líneas, no deja de sorprendernos; ahora con un quijotismo a toda prueba y el hallazgo de la defensa de la otredad cuando sugiere el abrirnos a la comprensión y respeto a los otros, tal cual sale a flote en el poema Plegaria del otro.


PLEGARIA DEL OTRO


Porque somos el bisonte
que el rumor volatiliza.
Porque somos la cornisa
donde peca el horizonte.
Nos da pasaje el trifronte
a un agua de oscuridad.


Salva, sálvanos, Ciudad,
de la avaricia del viento.
Yo no quiero ser Adviento
pero tampoco heredad
de los que vuelven después
de ser óleo. Yo no quiero
el dominio del velero
de enseñorearse a las 10
de tinieblas. Quiero un pez
predicando luna y mar

bajo el cenit. Quiero un par
de alas de ciervo o una cruz
de gaviotas. No la luz
blanca de Ángel Escobar.


Salta, Ciudad, nuestra altura.
Somos Alonso Quijano
que se escapa entre la mano
de la anunciada escritura.
Salta, Ciudad. Soy fisura
que sordos panes empina.
No busco el mar de Alfonsina
ni el sol de Hernández Novás.


Si no persigo la paz
de sucumbir a la ruina
del espejo, di por qué
una flor me azota el rostro
con su espuma y su calostro.
Ah Ciudad, dime por qué
en el templo de mi fe
se escalona un antifaz.
Líbranos de ese disfraz

de agua que no va a la fuente.


Ciudad, no des a mi frente
las venas de Silvia Plath.
Sálvanos de las esteras
de mi espejismo, ilusión
de amar a Belkis Ayón
con sus manos. A las fieras
que mató Nelio Contreras
dentro de sí. Soy él mismo
que quiere escapar del sismo
antes del trueno. Y el premio
no es más que un dulce proemio
de cómo entrar al abismo.


La puerta, Ciudad, yo cierro
a la palinodia, sombra
que se tiende como alfombra

ante su envés. Yo destierro
la vocación del cencerro
que se alquila. No claudico

de mi pesebre, del pico
de mi cigüeña. Pero en
mi ojo va Jerusalén
sobre el lomo de un borrico.


Si no conozco la voz
de los únicos, Ciudad,

¿por qué vago en la otredad
como una indulgente tos
que se le permite a Dios?
¿Seré, seremos el otro?
¿Somos de veras el potro
que perdona la estación
de los que dicen que son?
¿O son los que son el otro?


Su decimosegundo poemario está dividido en tres partes y en sus primeras páginas encontramos ocho sonetos, los cuales son seguidos de décimas octosílabas, endecasílabas y alejandrinas, así como textos en prosa poética en cuyo interior resplandece el alma decimística. En fin, como bien se señala en la nota de contracubierta, se trata de “una alternativa para la resurrección del hombre, vapuleado por las vicisitudes del conflictivo mundo actual (…) En un desesperado y esperanzado gesto recontextualizador del aserto quevediano —polvo serán, mas polvo enamorado—, el sujeto lírico apuesta por la búsqueda de sus propias fuerzas recónditas para la batalla que, inspirada en el amor al ser humano, le permita renacer…”

Este libro, que contó con la edición de Lourdes González Herrero y Gualdo Hidalgo, puede ser adquirido vía on line a través del link:


http://www.amazon.com/Para-otra-versi%C3%B3n-ceniza-Spanish/dp/0615594344/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1327684920&sr=1-1


Pedro Péglez González
(La Habana, 1945) cuenta con varios títulos publicados en prosa y versos. Sirvan de ejemplo Y mis gestos de amor en esta vida (crónicas para adolescentes, Editora Abril, 1982) y Guaminiquinaje (noveleta ¿para niños?, Editorial Libresa, Ecuador, 1999; Ediciones Unión, 2000). De los libros de poesía vale mencionar los decimarios (In)vocación por el paria y
Cántaro inverso (ganadores del Premio Iberoamericano Cucalambé en 2000 y 2004 respectivamente; Editorial Sanlope, Las Tunas), así como Donde dice primavera y es otoño (Premio V Juegos Florales, Ediciones Matanzas, 2007; Letras Cubanas, 2009); y el poemario en versos libres Últimas puertas podadas por la nieve (Ediciones Unión, 2005).


Más información sobre la obra de Péglez,
haciendo clic aquí




viernes, 17 de febrero de 2012



Argumentación
para una tercera
vicepresidencia
en el Grupo
Ala Décima




PROPUESTA DE LA DIRECCIÓN DEL GRUPO
ALA DÉCIMA A SUS MIEMBROS:

Por razones estrictamente operativas y funcionales, el diseño de estructura que ha asumido el Grupo Ala Décima (desde el día de su creación, y por votación de sus fundadores) ha sido el de una dirección central integrada por poetas residentes en el municipio sede, La Habana del Este (en estos momentos compuesta por Pedro Péglez González como presidente y Modesto Caballero y Karel Leyva como vicepresidentes), siempre en línea con la expectativa de las filiales que espontáneamente (cuidando no forzar ni apresurar nada en este sentido) se vayan creando con sus respectivos presidentes (hasta el momento existen las de San Miguel del Padrón y Guanabacoa en la capital, y la de Las Tunas fuera de ella, con distintos grados de solidez, actividad y funcionamiento).

Este diseño de estructura propende a que el Grupo Ala Décima en cada territorio nazca cuando sus poetas lo deseen y que sus filiales se parezcan a las necesidades y características de cada territorio, mientras la dirección central tiene por responsabilidad la de dar coherencia a todo el conjunto de la agrupación y responder por ella, tanto ante su membresía como ante el Centro Iberoamericano de la Décima (al cual se encuentra adscrito), las instituciones culturales del municipio donde está enclavada su sede central y las otras instituciones culturales con las cuales se vincula para sus empeños.

ES EN RELACIÓN CON ESA DIRECCIÓN CENTRAL QUE HACEMOS AHORA ESTA PROPUESTA AL CONJUNTO DE NUESTRA MEMBRESÍA:

Teniendo en cuenta que en estos momentos nuestro pequeño equipo de dirección se encuentra restringido en cuanto a funciones operativas, en virtud de situaciones complejas de índole familiar y laboral en que se hallan Modesto y Karel, hemos acordado proponerles ampliar ese equipo con una vicepresidencia más, y proponerles para esa vicepresidencia a Luisa Oneida Landín.


Dirección del Grupo Ala Décima




FICHA BIOBIBLIOGRÁFICA DE ONEIDA

Luisa Oneida Landín Ramos (Jibacoa, La Habana, 1951) trabajó durante muchos años como especialista en la sede central del Ministerio del Azúcar y recientemente se jubiló, con la intención expresa de poder dedicar más tiempo a su carrera literaria y de promotora cultural. Es Licenciada en Estudios Socioculturales, poetisa, guionista de programas radiales y una incansable activista cultural, miembro fundadora del Grupo de creación poética de la Fundación Nicolás Guillén (1997). En mayo del 2002 fundó junto a Julio Alberto Cumberbatch la tertulia Lira y verso (La Habana Vieja), y junto a él la condujo hasta 2010, cuando consideró necesario concentrarse en la tertulia La letra en rosa (La Habana del Este), que ella había fundado en mayo del 2008 y desde entonces la programa y conduce.

Es graduada de la primera promoción del Curso-Taller Historia y Práctica de la Creación Poética (2003-2004), conducido por los poetas Jesús David Curbelo y Roberto Manzano, y ha sido incluida en varias antologías, entre ellas la que agrupa a los egresados de ese curso: Bienaventurado el árbol que camina, publicada por Ediciones Extramuros. Tiene publicados los poemarios La Habana tiene más de un jueves, que apareció también por Extramuros en el 2005; Marcas de Agua, por la Editorial El Mar y la Montaña, de Guantánamo, en el 2006; y Muchacha que baila sobre mis papeles, por Amarillo Editores, México, en el 2007. Muestras de su obra poética pueden verse en los sitios Álbum nocturno y Arte poética, del poeta salvadoreño André Cruchaga. En el 2011, recibió la distinción Gitana tropical que confieren las autoridades culturales cubanas.

En el 2002 comenzó a colaborar destacadamente, en funciones específicas, con el Grupo Ala Décima, y en el 2003 inició sus participaciones en el concurso nacional Ala Décima; en ese año obtuvo primera mención compartida, y en las siguientes ediciones hasta el 2006 obtuvo sucesivos premios colaterales. En el 2007 alcanzó el PREMIO ALA DÉCIMA con su cuaderno Muchacha que baila sobre mis papeles II. Con posterioridad, solicitó su ingreso al Grupo Ala Décima.


(De los 36 miembros de la agrupación, 5 no pudieron ser localizados para la consulta. Los 31 miembros consultados dieron su voto afirmativo a la propuesta).






miércoles, 15 de febrero de 2012

Palabras por el XII Aniversario
del Grupo Ala Décima


Pronunciadas por el poeta Pedro Péglez González, presidente del Grupo Ala Décima. Encuentro por los doce años de la agrupación y premiación del XII concurso nacional Ala Décima. Lunes 6 de febrero del 2012,
peña semanal de la biblioteca Tina Modotti, Alamar, La Habana del Este. Fotos: Modesto Caballero


Queridos amigos y hermanos nuestros en la poesía:


Dijo el poeta: Para que con nuestra huella / se torne cristal el lodo / hay que amar: amarlo todo / desde el insecto a la estrella. Con estos versos de nuestro padre espiritual, Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, que han sido y son encomienda gustosa para el Grupo Ala Décima, damos a todos la bienvenida a este encuentro por nuestro decimosegundo aniversario y premiación
de nuestro XII concurso nacional.

Agradecemos a todos acompañarnos, en especial a la representación de la familia del poeta (sus hijos Alba y Fidel Antonio, ambos escritores), así como a las integrantes de la filial de Ala Décima en su tierra natal, San Miguel del Padrón —sin duda, la más activa de las tres con que cuenta la agrupación—, que encabezada por su presidenta, la poetisa Bertha María Gómez, realizaron un muy profesional trabajo como jurado de esta edición del certamen, con aporte incluso de iniciativas: tres lauros que no estaban en la convocatoria, a nombre de la filial, del Proyecto Naborí y del Proyecto Perseverarte. El concurso, por cierto, con su Premio especial Indio Naborí para este 2012, ha devenido el primer tributo al poeta en el año en que cumplirá sus primeras nueve décadas de vida eterna y fructífera.

Agradecemos la presencia de nuestro Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI) y su director Luis Paz Esquivel, Papillo, así como de otras instituciones que nos respaldan en estos empeños: los periódicos Juventud Rebelde —aquí está Nelly Osorio, de su Departamento de atención a lectores, además de otros compañeros, y no se encuentra Luis Hernández Serrano, fundador de esta peña y del Grupo, por apremiantes razones de salud en su familia— y Trabajadores, que ha venido con una representación encabezada por su director, Alberto Núñez Betancourt, y por el jefe de su redacción cultural, el crítico de arte Jorge Rivas, también miembro de Ala Décima, quien realizó el importante aporte de una obra de arte para esta edición del certamen.

Agradecemos al colectivo de trabajadores de esta biblioteca Tina Modotti, sede de la peña semanal que sirvió de cuna a nuestra agrupación, y por ende, su sede principal. A este colectivo laboral y a su directora, Dineya Vázquez, agradecemos muy especialmente su apoyo como centro de recepción de las obras y como imprescindible aseguramiento de esta cita fraternal. (Recientemente se ha incorporado a este colectivo, como administrador, el compañero Carlos Parker, que se ha sumado rápidamente a estos empeños, y a cuya autoría se deben las obras de artes plásticas que complementan visualmente este encuentro).

Y agradecemos a los 36 miembros del Grupo Ala Décima y a su veintena de colaboradores, muchos de ellos poetas que se entregan a nuestro trabajo con igual devoción y desinterés que los integrantes, y si no solicitan su ingreso es porque desean continuar siendo aspirantes al máximo galardón en nuestro concurso, en el cual no pueden tomar parte, según reza la convocatoria, los miembros de la agrupación. Entre los colaboradores, agradecimiento especial merecen los artistas de la plástica que en esta edición del concurso han realizado y donado obras para los distintos premios. Son ellos Manuel Fernández Malagón, Ventura González, Alejandro Gispert, Clavelis y Cardosa. También al coronel Reinaldo González, poeta decimista que donó ejemplares de sus libros, al igual que la familia de nuestro querido hermano Wilfredo Sánchez.

Agradecemos además la presencia de la familia de Yazmina Calcines, cuyo nombre lleva el premio erótico del certamen, y al hermano poeta Héctor Arturo, que ha traído invitado al también poeta Aarón García Peña, Director de Comunicaciones y de la página web de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.

Permítannos una rápida mirada a lo hecho en el 2011. En febrero de ese año, el encuentro similar a este, como siempre concebido a las puertas y en saludo a la Feria Internacional del Libro en su etapa inaugural habanera, celebró los once años del Grupo y galardonó a nueve autores, en un certamen cuyo premio especial conmemorativo honró el recuerdo de Ada Elba Pérez en su cumpleaños 50, y cuyo jurado —Olga Lidia Pérez, Isbel Díaz Torres y Julio Alberto Cumberbatch— realizó entonces también una encomiable labor.

Como es costumbre, premiaciones complementarias se realizaron después durante los capítulos provinciales de la Feria del Libro. En Santa Clara, capital provincial de Villa Clara, donde habían recaído los dos principales lauros y una mención, esa premiación se efectuó bajo la conducción de la poetisa Mariana Pérez, quien ha sido, no solo por aquel desempeño sino por la labor sostenida de todo el año, su tertulia La décima es un árbol, el sitio web de esa tertulia y su sistemático vínculo práctico con nosotros, la más eficaz representante de Ala Décima en una provincia.

Otra premiación complementaria, para galardonados de ese territorio, se efectuó durante la cita del libro en Bayamo, gestionada y respaldada en su ejecución por el poeta Alexander Besú, también con un destacado y sostenido trabajo durante el año como representante de Ala Décima en la provincia de Granma.

La fiesta mayor del libro fue respaldada por nuestras tertulias capitalinas Lira y verso y La letra en rosa, y tuvo además en San José, provincia de Mayabeque, una lectura poética de una representación aladecimera, a cargo de Modesto Caballero, Luisa Oneida Landín, Juan Carlos García Guridi e Isbel Díaz Torres, junto a otros escritores decimistas.

En abril, a pedido del CIDVI, apoyamos la Jornada de Música Campesina con un encuentro entre repentistas y escritores en la Tertulia Azucarera que conduce Oneida, y en mayo celebraron sus cumpleaños —noveno y tercero respectivamente— las tertulias Lira y verso, de Julito Cumberbatch y La letra en rosa, de Oneida, las más significativas de las conducidas por miembros de Ala Décima en la capital, junto a la Peña Naborí de San Miguel del Padrón, cuya filial celebró ese mes su sexto aniversario, y realizó su Primer evento científico Jesús Orta Ruiz.

Tras la celebración en junio de la XLIV Jornada Cucalambeana en Las Tunas, fiesta mayor de la décima, en la cual estuvieron presentes 6 integrantes de la agrupación, se desplegó hasta fines de septiembre en el Pabellón Cuba, de La Habana, la temporada organizada por el CIDVI con el nombre Rampa arriba Rampa abajo, para la cual el Centro nos pidió la convocatoria de escritores con el objetivo de realizar junto a los repentistas lo que ha dado en llamarse contralectura. Para estos fines, el Grupo Ala Décima movilizó, en 7 viernes sucesivos, a 13 escritores entre miembros y colaboradores, y los resultados fueron valorados satisfactoriamente por el público, por los participantes y por el CIDVI.

Septiembre fue mes de eventos y aniversarios. En La Habana y en el espirituano pueblo de Jarahueca, la Bienal Identidad —de cuyo Comité Organizador formamos parte— en su octava edición rindió tributo a Ada Elba Pérez en su cumpleaños 50 con una intensa agenda de intercambio artístico-literario con la población, y en San Miguel del Padrón nuestra filial homenajeó a Jesús Orta Ruiz en su cumpleaños 89 con la premiación del tercer concurso de glosas Indio Naborí. En Santa Clara, la tertulia La décima es un árbol celebró sus cuatro años de vida.

En noviembre, a invitación de la UNEAC de Sancti Spíritus, acudimos a la XXII Jornada de la Poesía Cubana en esa ciudad, en esta edición dedicada a la décima, y en cuyo programa tuvo lugar la constitución del grupo provincial de decimistas, encabezado por nuestra colaboradora principal en ese territorio, la poetisa, editora y diseñadora Merari Mangly. Una de las primeras acciones de la recién creada agrupación, que asumió días después el nombre de Toda luz y toda mía, título de una antología decimística espirituana, fue donar para esta premiación una selección de libros y encomendarnos su fraternal saludo para este auditorio.

El año cerró en diciembre con lo que consideramos el más importante concilio de la décima escrita cubana: el Encuentro Décima al filo, en la camagüeyana ciudad de Guáimaro, ratificada como la capital de la décima escrita por mujeres. El evento, en esta sexta edición —en la cual tomaron parte 5 miembros de nuestro Grupo—, demostró cuánto se puede hacer cuando virtudes como el desprendimiento, la consagración y solidaridad fraternal se dan la mano para una agenda signada por la décima escrita como centro, en interrelación constante con otras disciplinas.

De todo este saldo ha dado testimonio nuestro sitio web Cuba Ala Décima, aunque afectado sensiblemente en la segunda mitad del año por problemas con el equipamiento técnico, lo cual disminuyó sobre todo nuestra proyección en la esfera internacional y nuestra acostumbrada promoción del ya amplio y variado quehacer de la décima escrita en otros países de Iberoamérica, así como el seguimiento que veníamos realizando de la campaña internacional por la liberación de nuestros Cinco Héroes.

Finalmente, aunque todos y cada uno de los miembros del Grupo Ala Décima le aportan su prestigio individual de creadores, es justo detenerse en algunos de ellos, además de las valoraciones individuales ya expresadas en estas palabras. Para felicitar por ejemplo a nuestro profesor Roberto Manzano, de larga trayectoria poética y docente, quien vio cristalizada en el período una obra de años de trabajo: la antología El bosque de los símbolos. Patria y poesía en Cuba, primero de tres tomos con selección, prólogo y comentarios suyos, obra de obligada referencia en lo adelante para los estudios de poesía cubana desde sus orígenes.

Para abrazar a María de las Nieves Morales y Leonel Pérez Pérez, integrantes del dúo Ad Líbitum y fundadores de nuestro Grupo, quienes a sus muchos resultados como destacados escritores suman ahora el cumplimiento exitoso de una misión cultural de un año en Venezuela como binomio dramático-musical.

Para congratular a Carlos Esquivel, una de las más significativas voces de la actual literatura cubana, que en esta etapa vio aparecer su primera novela, Un lobo, una colina, y la obra El libro de los desterrados, escrita en coautoría con Diusmel Machado y que mereció el Premio Iberoamericano Cucalambé 2010, certamen tristemente paralizado este año y para el cual no nos cansaremos de pedir el cumplimiento de los compromisos contraídos con su última convocatoria y la inaplazable reanudación del concurso.

Para felicitar a Alexander Besú, nuestro representante en Granma, escritor descollante en esa provincia y en todo el país, que en 2011 obtuvo su segundo lauro internacional, el del concurso de la Latin Heritage Foundation, en Estados Unidos, y en su provincia de origen recibió de la UNEAC el Premio al Mérito Literario José Joaquín Palma por la obra de toda la vida, el más importante en cuanto a literatura que se otorga en ese territorio.

Para abrazar al poeta y promotor Argel Fernández Granado, presidente de la filial de Ala Décima en Las Tunas, que con su selección Del surrealismo a la décima exquisita ha ofrecido una muestra deliciosa del singular juego poético colectivo del cual ha sido conductor por más de una década en el Café con Verso de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, y desde su posición como director del Centro Cultural Huellas garantiza una presencia permanente de Ala Décima en las tertulias de tecleros de Juventud Rebelde, para esa alianza querible y gananciosa que Jesús Arencibia ha titulado Tecla con Ala.

Para reconocer a Olga Lidia Pérez su tesón inclaudicable en mantener las Bienales Identidad de homenaje a Ada Elba, a pesar de los muchos contratiempos y tendencias que parecen apostar por el languidecimiento de esta cita artístico-literaria de rica trascendencia para el trabajo cultural comunitario, así como felicitarla por los resultados de la Octava Bienal, ya mencionada párrafos atrás, y trasmitirle un beso a toda su familia, ahora que acabamos de celebrar el medio siglo del nacimiento de Ada.

Para congratular a Odalys Leyva, presidenta del Grupo Décima al filo, por el exitoso Sexto Encuentro de esa agrupación hermana, también referido antes en estas palabras, y destacar el extraordinario ejemplo de desprendimiento y consagración a la causa decimística de Odalys, sus padres y su esposo, que invirtieron la donación recibida del Frente de Afirmación Hispanista de México en preparar condiciones, en su propio hogar, para un Rincón Guaimareño de la Décima que sirviera de villa al encuentro, y en ese esfuerzo contaron con el respaldo de los vecinos, en largas horas de trabajo voluntario constructivo, así como de los escritores y artistas del territorio y sus instituciones culturales.

Para felicitar a Luis Hernández Serrano, a quien en esta Feria del Libro le será presentado su primer decimario, La fábula del olvido, con prólogo del Indio Naborí y publicado por la Editorial Quo Vadis, de Argentina, libro que amplía la numerosa bibliografía de Luis en otras disciplinas de las letras.

Los vicepresidentes del Grupo Ala Décima, Modesto Caballero y Karel Leyva, también merecen el abrazo del colectivo. A este último, por el prestigio alcanzado en algo más de un año entre los escritores del país, en virtud de su tesonera labor como director de Promoción del Instituto Cubano del Libro. Al primero, por su exitosa reciente estancia de dos semanas en Chile, a donde fue invitado como escritor, y por la aparición, en esta Feria del Libro, de su cuarta novela policial consecutiva.

A ellos, y a todos, saludamos. A todos agradecemos, y con todos contamos, para proseguir, animados por la frase de Manzano que ya resulta bandera —La mejor poesía es querernos—, para hacer realidad de cada día los versos con que nuestro padre espiritual, el Indio Naborí, sintetizó lo que debe ser martiana premisa, en el metafórico personaje del Minero: Puede renunciar al oro / jamás al dorado sueño.


Muchas gracias.




miércoles, 1 de febrero de 2012

Desde Santa Clara

La décima es un árbol:
Acercamiento a la tierra

Por Mariana Enriqueta Pérez Pérez, poetisa, investigadora, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol, miembro del Grupo Ala Décima y su representante en Villa Clara, sobre la cita de enero de esa tertulia.


Un círc
ulo feliz, alrededor de nuestro árbol, como danza ritual. Fue el 20 de enero. No somos tantos como quisiéramos, pero desde el 21 de septiembre de 2007, jamás hemos faltado a la cita del tercer viernes.

Después de los saludos y comentarios cómplices, ofrecí una información general de las proyecciones para este año del quinto aniversario. Seguidamente, la presentación del Catálogo rimado 51, ya de alcance internacional, porque incluye colaboraciones de los amigos Ernesto R. del Valle (Editor de la revista digital Guatiní, Cuba/USA) y del inquieto poeta y músico tunero-mexicano Ramón Espino Valdés «Mongo Petaka»; dicho número se distingue por estar dedicado a Doña Marta Abreu de Estévez, primera dueña de la consola y el espejo que inspiraron los textos poéticos; coincidentemente, existen dos décimas de Eliseo Diego —en el libro Por los extraños pueblos— tituladas «La consola» y «El espejo», así que decidí incluirlas también como homenaje al poeta.

«La(s) pieza(s) del mes», dos benditeras, fueron mostradas por el museólogo Jesús Llorens León, con sus acostumbradas pinceladas de humor picaresco. Por supuesto, José Manuel Silverio improvisó una décima acerca de dichas piezas.

El tema de la sección «Recordando los orígenes» fue «Décima de la tierra: un apresurado acercamiento», que culminó con una breve selección de estrofas improvisadas o escritas por importantes poetas cubanos como: El Indio Naborí, Ángel Valiente, Leoncio Yanes, Roberto Manzano, Modesto Caballero y Ernesto Martí Rivero, sin que faltara —naturalmente— el aporte de José Manuel Silverio, quien declamó su trabajo poético «Campo».

En la segunda parte de la tertulia se desarrolló, por vez primera, el «Taller especial para decimistas noveles», en el cual los asistentes leyeron (o dijeron de memoria) sus décimas e intercambiaron ideas importantes que les permiten mejorar la creación.

Para concluir, alguien le puso un pie forzado —acorde con el tema de ese día— a Silverio, quien lo resolvió instantáneamente:


Amanece en el bohío,
el gallo canta a lo lejos
y se astillan los espejos
en la coqueta del río.
En la arboleda, el judío
le declara al tiempo guerra,

y el campesino se aferra
besando el amanecer
para lo
grar recoger
el tesoro de la tierra.


Así de sencilla —y en armonía con la naturaleza— fue la primera tertulia de 2012, que, por cierto, algunos continuamos en el Parque Vidal hasta que se hizo comp
letamente de noche.




«Décima de la tierra: un apresurado acercamiento»

José Martí, a quien debemos leer constantemente —y mucho más en este mes que le vio nacer— escribió en su artículo «Trabajo manual en las escuelas» (La América, Nueva York, febrero de 1884):

El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos. Es fácil ver cómo se depaupera, y envilece a las pocas generaciones, la gente ociosa, hasta que son meras vejiguillas de barro, con extremidades finas, que cubren de perfumes suaves y de botines de charol; mientras que el que debe su bienestar a su trabajo, o ha ocupado su vida en crear y transformar fuerzas y en emplear las propias, tiene el ojo alegre, la palabra pintoresca y profunda, las espaldas anchas, y la mano segura…

En ese artículo, donde Martí se refiere a la Escuela de Agricultura de Michigan y ofrece detalles muy particulares de la época, expresa también ideas que, en las condiciones actuales, cuando nuestro sistema educacional se propone retomar la educación agropecuaria en las escuelas, adquieren mayor importancia: «junto a cada cuna de hispanoamericano se pondría un cantero de tierra y una azada». Se ha repetido mucho la sentencia final de ese artículo: «Y detrás de cada escuela un taller agrícola, a la lluvia y al sol, donde cada estudiante sembrase su árbol. De textos secos y meramente lineales, no nace, no, las frutas de la vida.» Ella fue basamento durante la implantación del plan «La escuela al campo» y de las escuelas en el campo.

Pero ocurre una paradoja, a la vez que la palabra martiana fundamentaba dichos planes, la enseñanza de la Literatura en las escuelas se alejaba de la décima —o seguía sin reconocerla como parte de nuestra historia literaria, a pesar de que los más importantes poetas cubanos la han cultivado—; y la décima, cada vez más, daba la espalda a la tierra, o peor aún, los poetas comenzaron a rechazar el canto de trabajo, al punto de que a los que mantenían el tema del campo en su obra —como Roberto Manzano, por ejemplo— se les llamó despectivamente «tojosistas». Los talleres literarios y las publicaciones iban —sin decirlo explícitamente— conformando un gusto por los temas citadinos, librescos, que en los últimos años ha desembocado en la recreación poética de mitos e historias ajenos a la realidad cubana y latinoamericana, junto a otros temas universales; esto no es criticable, pero lo cierto es que hemos —y me incluyo— abandonado nuestras raíces naturales. ¿Y cómo podrán los maestros formar en las nuevas generaciones el amor por la tierra y por el cultivo de los alimentos que necesitamos, si no tienen una poética actualizada en la cual apoyarse? Es cierto que existe una poesía «del campo cubano» en la letra del Criollismo del siglo XIX y de sus continuadores en el XX, la que, por lo general, es descriptiva, contemplativa de un paisaje idílico muy alejado de la realidad campesina; pero en este siglo XXI, si se exceptúa el cuaderno Lienzos y juglares de Ernesto Martí Rivero (aparecido antes, en 1999), la obra de Roberto Manzano, las décimas tituladas «La luz en la semilla», de Modesto Caballero Ramos (Cuba Ala Décima, 29 de octubre de 2007), y algunas otras dispersas en antologías o que merezcan rescatarse del repentismo, nada se ha publicado.

Durante la Pseudo-República, además de esa vertiente bucólica en la décima, se desarrolló con mucha fuerza una de carácter social —en libros como La zafra, de Agustín Acosta, y en la oralidad de Naborí, Angelito Valiente, y otros— que denunciaba las miserias del guajiro, el latifundio, la explotación, y la tenencia de las plantaciones cañeras y la industria azucarera por empresas yanquis.

A partir de 1959, aquellos poetas, cuyos cantos eran de lamento y denuncia, crearon una décima diferente, en la que loaban a la Revolución por la Reforma Agraria y las transformaciones del campo; como principio, todos los decimistas seguían un esquema similar: la recordación del pasado y la enumeración de los beneficios que les aportaba la nueva sociedad. Sin embargo, los excesos de ese enfoque terminaron por empobrecer las imágenes, con el consiguiente rechazo por parte de los poetas más jóvenes, la crítica y los lectores.

Otros factores influyeron en ese olvido, como el despoblamiento de los campos por causa del traslado de los campesinos a las comunidades y la emigración de una gran parte de ellos hacia las ciudades; los más jóvenes se fueron a estudiar y no regresaron; las escuelas —aunque fueran secundarias y preuniversitarios en el campo— enseñaban una literatura ajena al medio rural. Al campo, en fin, le dimos la espalda, y es muy difícil hallar un decimario que trate el tema de la agricultura y la necesidad de producir alimentos.

Pero ahora nuestra realidad económica está transformándose a favor del campesino, por fin hemos comenzado a revalorizar el trabajo agrícola, y parejamente, debemos ver con otros ojos, sin desdén, a la cultura campesina, cuyo eje central es la décima. Se impone que los poetas, aunque vivamos en las ciudades, miremos un poco más hacia la naturaleza, hacia la tierra, y hacia el trabajo que la hace producir; y seamos capaces de crear una obra sólida, digna, con altos valores literarios, que pueda servir de estímulo para que los lectores más jóvenes no desdeñen esa cultura —como lo hicimos nosotros— y a su vez puedan crear nuevos cantos de trabajo para los tiempos actuales.

(La tertulia continuó con una lectura de décimas relacionadas con el campo y sus labores).




Amplia reseña de la celebración del cuarto aniversario de la tertulia La décima es un árbol, mediante este enlace, en nuestra sección Decimacontexto

Con este link, felicitación del Grupo Ala Décima a la tertulia La décima es un árbol, en su cuarto aniversario

Vea: Mariana responde a Ronel


Muestras
de la obra poética de Mariana Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Álbum nocturno y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella aparecen en nuestra sección Decimacontexto: Polizón en la aljaba de Eros, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. Las albas rumorosas, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. La décima cubana durante las guerras de independencia: los poetas de la guerra, interesante aporte sobre ese período. La décima escrita en Villa Clara, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia.

Visite el sitio web de su tertulia La décima es un árbol, ya con actualizaciones (aunque no todas, nos aclara Mariana) y una nueva sección: Debate.


MÁS INFORMACIÓN SOBRE
LA DÉCIMA EN ESTA PROVINCIA HACIENDO CLIC AQUÍ:

VILLA CLARA