viernes, 21 de junio de 2013

Desde Sancti Spíritus: La décima es Toda luz


Festival Internacional
de la Décima

Toda luz y toda mía


La agrupación decimista espirituana realizó con éxito el Primer Festival que lleva su nombre, con el respaldo de la Universidad de Sancti Spíritus

La inauguración, en la Casa de la Guayabera.

 
Nos reporta la poetisa, diseñadora y editora Merari Mangly Carrillo, presidenta del Grupo Toda luz y toda mía y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus; laureada con el Premio Ala Décima en el V concurso Décima al filo 2012. Fotos: Yaneisy López Benítez


Mayo dio continuidad a la luz que rodea la décima. El Primer Festival Internacional de la Décima Toda luz y toda mía emergió junto al abrazo que la Universidad José Martí de Sancti Spíritus (UNISS) diera a Toda luz y toda mía en su aniversario y medio de constituido. La universitaria Jornada Cultural Agropecuaria, fundida con la décima, compartió con autorizadas voces de esta estrofa residentes en varias provincias del país y con nuestra decimera chilena Bárbara Calderón, quien se despidió del Yayabo con la emotividad que nos transmitió al decirnos […] Toda luz y toda vuestra.

La inauguración de este festival dio la bienvenida a sus invitados en la Casa de la Guayabera, donde la noche hizo brillar el inicio del encuentro junto a la agrupación musical Síncopa Son, incondicional en los espacios Toda luz… En nombre de la Casa Iberoamericana de la Décima, y por sus próximos 20 años, Neyxi Sobrado Vieitez, especialista de esa institución, hizo entrega de un reconocimiento a Toda luz y toda mía por su contribución al desarrollo de la décima y sus formas de expresión. Junto al diploma otorgado, se incluyó una obra artesanal del artista Amílcar Rodríguez, con técnica ensamble y titulada Homenaje, sumada a la multimedia El Cucalambé en la fiesta suprema.

Luis Rodríguez, El Monarca de la rima.

Una vez más, Toda luz… sirvió de puente para la donación de otra guayabera, esta vez perteneciente al Dr. Ing. Diosdado Pérez Franco, desaparecido físicamente, personalidad de la ingeniería hidráulica en Cuba; quien, además, fue profesor en la Universidad de La Habana. La prenda fue entregada por el MSc. Ing. Evelio Martínez Madrigal, quien fuera amigo personal de esa familia, y fue recibida por Carlos Figueroa, gestor del proyecto La Guayabera. En esta inauguración fueron mostradas imágenes de audio y video sobre el desempeño decimístico de los poetas Alfonso González Lemus, Chicho, Luis Martín y Luis Rodríguez, El Monarca de la rima, las tres personalidades del territorio a quienes estuvo dedicado el evento. Los dos primeros, en recuperación de salud, y El Monarca, junto a nosotros físicamente, pleno en felicidad a sus 88 años. Siguientes pretextos de celebración fueron el 160 aniversario del natalicio de José Martí, el Día del Campesino y el 499 Aniversario de la fundación de las villas Trinidad y Sancti Spíritus.

El espacio teórico nombrado En busca del decimista desconocido formó parte de las actividades desarrolladas en la UNISS, sede de este encuentro. Entre varios exponentes, el periodista, profesor universitario y decimista Jesúis Arencibia, expuso su oportuno, atractivo y polémico trabajo El taquígrafo del viento. Ramón Díaz Medina, escritor, investigador y profesor universitario, nos acercó a La décima: crónica de la madre Patria. Saylí Alba Álvarez, escritora e investigadora, abordó una síntesis de su investigación sobre la Parranda Típica Espirituana. Por su parte, el escritor y presidente de Ala Décima, Pedro Péglez, luego de su intervención plenaria en la que se acercó a la décima como complejo artístico cultural —en un gesto propio de sus virtudes— hizo donación a Toda luz y toda mía del reconocimiento Premio Raúl Ferrer, por la obra de toda la vida, que le fuera otorgado recientemente por la Biblioteca Nacional José Martí. El emotivo gesto consta en grabación de audio junto a la constancia gráfica que habitualmente archiva Toda luz… dentro de sus memorias. Eternamente agradecidos de Péglez quien, además, desde la constitución de nuestro agrupamiento, ha sido constante promotor de cada espacio mensual al divulgarlo en Cuba Ala Décima.

Péglez entrega su Premio Raúl Ferrer a Merari, para que sea atesorado por Toda luz y toda mía.

Otras donaciones de libros entregadas por varios participantes como Argel Fernández Granado, Mariana Pérez, Lázaro Palenzuela, Diusmel Machado, Mirian Estrada y Bárbara Calderón, fueron recibidas por el espirituano agrupamiento que se proyecta hace varios meses por constituir una Casa de la Décima, con el apoyo de Luis Paz Esquivel (Papillo), del CIDVI, quien asistió al evento y, junto a otros participantes, protagonizó la “Noche de Serenatas”, atractivo espacio desarrollado simultáneamente en todos los municipios del territorio como parte del trabajo de revitalización de tradiciones que incluye Toda luz… En la cabecera provincial, la serenata sorprendió pasada la medianoche a María Antonieta Jiménez Margolles, Ñeñeca, Historiadora de la Ciudad de Sancti Spíritus, a quien le improvisara Papillo durante el disfrute del momento ...tú que amas tramo a tramo/las calles de tu ciudad/[…]/porque esta noche no hay calle/más alegre que la tuya.

La serenata a Ñeñeca.

Exposición Versoluz. Décimas escritas e ilustradas por niños.

El espacio “Versoluz”, habitual término dirigido a niños y jóvenes cultivadores de la décima en sus diversas formas de expresión, aunó el repentismo de los talleres del territorio con la décima escrita e ilustrada por niños. Quedó la expo Versoluz como patrimonio del agrupamiento y punto de continuidad con este vínculo música-literatura-artes plásticas desde los niños y jóvenes.

Y por supuesto, nuestro festival tuvo en cuenta la interacción con el campesino, en coordinación con la ANAP provincial. La visita a la CSS Enrique Villegas, de la comunidad La Ferrolana en el municipio La Sierpe, nos acercó a un recorrido por el área. Ir de la mano de su presidente, la organizadora y presidente de la ANAP municipal, nos permitió conocer detalles del funcionamiento de esta integración campesina. La tarde vinculó la “contralectura” con el nocturno guateque, en el que participaron directamente sobre el escenario, junto al resto de escritores y artistas invitados, habitantes de esa comunidad. El Círculo Social fue el centro de ebullición amorosa de la intensa jornada, siempre al cuidado de la décima.

 Un momento de contralectura, durante el guateque en la comunidad La Ferrolana. Intervienen Papillo y la chilena Bárbara Calderón.

La noche de clausura tuvo de escenario la fachada del edificio UNISS, donde la tonada vistió gala. Alumnos del maestro Marcelo Lamas, hombre que cada sábado atiende a los niños de su taller y cuyo nombre resulta imprescindible en la historia de la música espirituana y el país, compartieron voces con el bloque de tonadas de la Parranda Típica Espirituana. El Centro Provincial del Libro y la Literatura y la UNISS, otorgaron reconocimiento a los invitados participantes en el festival, evento que brilló en intensas jornadas. Selló la noche un dúo poético integrado por El Monarca y Papillo, acompañados de las cuerdas de Síncopa Son, agrupamiento que abriera la noche con Homenaje a la Guacanayara, tema con autoría de Roberto González Calero, miembro de honor de Toda luz… y que nos regala el recuerdo de esa imperecedera tonada. En esta clausura, nuestro Papillo transmitió con su voz el sentido agasajo dado a la décima y concluyó al transmitirnos que… esta unidad lograda, no debe perderse.

Nuestro recuerdo queda también enriquecido por aquella ambientación del patio interior de la UNISS con la exposición de décima ilustrada Los caminos no son viejos, traída desde nuestra Casa Iberoamericana de la Décima en Las Tunas, alternada con frutas y hortalizas suspendidas también desde los árboles.

De manera que este Primer Festival Internacional Toda luz y toda mía mostró la buena voluntad de juntar manos, como llama este tiempo. El Centro Provincial del Libro y la Literatura, auspiciador del espacio sociocultural Toda luz…, no estuvo solo. La décima une energías para desprender toda su luz.


Toda luz y toda mía,
diferente cada vez,
deslizada a la esbeltez
que emerge en la cubanía.





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sábado, 8 de junio de 2013

Homenaje a Naborí en Valle de Bravo, México


Siempre vivirá
en nuestros corazones



Organizado por el Frente de Afirmación Hispanista, A. C., que dirige Fredo Arias de la Canal, participaron en el tributo los poetas Ivonne Martín, Odalys Leyva, Lorenzo Suárez Crespo, Francisco Henríquez y Fidel Antonio Orta


 
Por Odalys Leyva Rosabal, poetisa y narradora, presidenta del Grupo Décima al filo y del comité organizador de sus encuentros nacionales de mujeres decimistas; miembro del Grupo Ala Décima y Premio Iberoamericano Cucalambé 2008 con su libro Los Césares perdidos. Fotos enviadas por la autora




El Frente de Afirmación Hispanista que preside el destacado investigador y ensayista Fredo Arias de la Canal, organizó un homenaje al más popular de los poetas cubanos, Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, con la participación de los poetas Ivonne Martín, Odalys Leyva, Lorenzo Suárez Crespo, Francisco Henríquez y Fidel Antonio Orta, este último hijo de Naborí, que acaba de escribir el formidable libro El telescopio de la hormiga. Procesos creativos del Indio Naborí, donde el autor utiliza herramientas teóricas y hace un verdadero estudio crítico de la obra del gran poeta.


 
A pesar del amor que siente por su padre, es capaz de apartarse de esa ternura y escribe un estudio donde logramos conocer las diferentes facetas de Jesús Orta, así como algunos pasajes de su vida que desconocíamos. Fidel Antonio es poeta, narrador y ensayista y además cuenta con tres novelas publicadas, entre otros libros, aquí viene como anillo al dedo el dicho de que “hijo de gato caza ratón”, con todo el respeto que siento por el joven estudioso y por su padre, nuestro viejo, padre de los decimistas cubanos, querido por los decimistas de Hispanoamerica.



En el marco del homenaje, el día 21 de mayo el pianista Franco Rivero Bueno realizó un recital con la obra de Ernesto Lecuona; este joven músico se ha convertido en uno de los estudiosos más importantes de la obra del creador de la Comparsa.


El día 22 se efectuó un encuentro que fue conducido por Fredo Arias, Director de la Revista Norte, con la introducción de Mary Cruz Patiño, Directora del Centro Cultural de Valle de Bravo, luego Fidel Antonio nos impartió una conferencia, cargada de interesantes matices, para luego darle paso a la poesía, donde los glosadores dieron a la luz sus textos escritos en diferentes etapas al Indio Naborí. El Director de la Revista Carta Lirica, de Estados Unidos, el poeta Francisco Henríquez, publicó varios ejemplares dedicados al espacio, un número de Carta Lirica dedicado a Naborí con la obra de diversos poetas cubanos, así como dos cuadernos poéticos uno de Odalys Leyva y otro de Lorenzo Suárez, entre otros. Los poetas invitados leyeron sus textos y recibieron el agrado del público, que pidieron otra lectura de poemas. Durante toda la estancia en México, los poetas recordaban distintos poemas de Naborí, es de felicitar a Francisco Henríquez, que conoce de memoria la mayoría de las poesías del Viejo, de nuestro viejo, el Padre de los decimistas cubanos.


Historias y recuentos recibimos de la voz de Zulema, quien convivió con Naborí y Eloína. Ella, su nuera convertida en hija, nos reveló el tamaño de un hombre, de un poeta que siempre vivirá en nuestros corazones por los siglos de los siglos.

De izquierda a derecha, Fidel Antonio, Odalys y Zulema.






martes, 4 de junio de 2013

Waldo Leyva en sus setenta


 


El destino de un manantial inédito



El pasado mes de mayo, el día 16, cumplió siete décadas de vida el poeta


 
Cuando el cristal no reproduce el rostro…cuando quiere detenerse la tarde…cuando muere hecho un rumor el verde…hay que llamar a Waldo Leyva, entre otras cosas porque se trata de un poeta que se cita de memoria. Ahora recuerdo De la ciudad y sus héroes (1974), Con mucha piel de gente (1982), El rasguño en la piedra (1995), Los signos del comienzo (2009) y El rumbo de los días (2010).Basta con leer un par de veces cualquiera de sus textos para después adueñarse de títulos, versos y estrofas completas. Esa resonancia de su palabra ocurre por obra y vuelo de la propia poesía; que en su caso se presenta como una filtrada expresión del sentimiento, emoción del ayer o parábola del recuerdo.

Como resultado de una casi mágica ilusión creacionista, logran unirse poeta, poema, poesía y comunicación. Lo íntimo se vuelve universal, y lo universal se vuelve íntimo. Pero ojo: la génesis de esa virtud (imán devorador con el que cuentan muy pocos autores cubanos vivos) está dada porque en Waldo Leyva no es el tema lo que busca la emoción, es la emoción la que busca el tema.

Su maestría textual, donde también se observan influencias clásicas y más recientes, tiene un aderezo que no puede pasarse por alto: la visión, que en la obra de este poeta, sin perder claridad y economía, se identifica así: cualidad irreal y existencia de una percepción brumosa. Entonces Waldo Leyva se hace dueño de la palabra exacta. Digamos que se hace dueño de una palabra que tiene fondo blanco, sólo dable en aquellos escasos hombres que visten el traje de grandes poetas.

Los poemas suyos que podemos definir como los más íntimos, dada la secuela del fondo blanco ya mencionado, adquieren de inmediato una anchura cósmica que despierta fascinación. Para él no existe otro destino que el manantial inédito, y ese manantial inédito no puede ser una reproducción fotográfica de la realidad. Hasta en las líneas que podríamos llamar versos “puentes”, centellea un lazo de unidad entre lo racional y lo irracional; quedando demostrado con ello que su poesía se levanta sobre un poderoso contenido psíquico, y que por lo tanto, no es imperativa, es elección.

Pero una cosa es la poesía en sí y otra bien distinta el lenguaje que se utiliza para hacerla. Descifrar un poema no es lo mismo que entenderlo. Entenderlo es sentirlo. Y eso, precisamente eso, es lo que ocurre con la obra poética de Waldo Leyva. ¿Acaso su poesía tiene forma humana?

Todas esas virtudes interiores conforman de conjunto una obra serena, concentrada y profunda, donde el poeta se siente vivo y parte activa de la historia; pero que a su vez lo protege de la intemperie que a diario impone la propia vida, a veces demasiado filosa y a merced de dimensiones que trascienden el tiempo real. ¿Qué hacer frente a este drama inevitable? Valga entonces lo que hace Waldo Leyva desde que amanece: refugiarse en su propio tiempo, por un lado transitorio y por otro vital, que es igual a decir la palabra y el espejo como protagonistas de sus días o eras imaginarias.

Este poeta se debate entre la soledad y la sorpresa. Por eso su principal asidero es y será siempre el enigma, la angustia testimonial que en un momento determinado lo hace mirar con valentía la parte invisible de la foto; algo que a mí, cuando lo analizo desde otro ángulo, también me trasmite una esclarecedora sensación de arraigo y resistencia.

Quien se acerque a la poesía de Waldo Leyva hallará una esencia artística que aporta alegría estética; identificándose también en ella los nexos entre el tropo poético, el pensamiento y el conocimiento; pero todo sustentado en los oficios del amor, la identidad de inalterable rumbo y el apego consciente a la nación cubana. ¿Percepción de emociones? Por supuesto que sí, escritas sobre el papel durante muchos años de nupcial apego a la poesía, cuya dramaturgia integral nos revela además una constante búsqueda de oxígeno a través de la memoria y el tiempo; sin dejar de apreciar que para este poeta, maravillosamente paradójico, la memoria y el tiempo forman parte del porvenir.

Waldo Leyva es un hombre que vive rodeado de fantasmas. De ahí que recurra a su oscuro esplendor para asumir lo caótico desde una perspectiva visionaria que deja en un segundo plano las murallas gramaticales y logra penetrar la verdad con total desnudez de alma, fusionando los diferentes matices de su voz con un estilo extraordinariamente propio, despejado de ataduras idiomáticas que le resten autenticidad a los sonidos interiores, donde el poeta encuentra su única y verdadera salvación.

Ahora dicen que cumple setenta años. ¿Será verdad que los cumple? Tal vez sí y tal vez no. Pero su verso, desembarazo y gallardo, no tiene una edad determinada por calendarios de pared. Lo de ayer parece escrito hoy, y lo de hoy parece escrito ayer, moviéndose con mano maestra en cualquier molde estrófico, una realidad que le otorga el rango artístico de poeta entero.

Yo tuve el privilegio de conocer primero al hombre y después al artista. Poco a poco, y sin precipitaciones o compromisos familiares, me fui acercando desde adentro al quehacer cultural de una persona que respira, camina y habla como poeta; hasta percatarme finalmente de que estaba frente a un gran surtidor de belleza, de que estaba frente una de las mejores voces poéticas de mi tiempo.

La insurrección de su palabra, de indudables valores gnoseológicos, filosóficos y lingüistas, tiene en la síntesis su punto máximo de expresión. Nada puede detener el raudal de pensamiento que desbordan sus versos, íntimos por dentro y planetarios por fuera, una mezcla de agua fértil y luz de cielo que los hacen casi naturaleza; aunque él, quizá volviendo desde un sitio en el que nunca estuvo, comparta la letra de su palabra como el amigo que tras la mano franca nos deja el eco de un roce inocente entre los dedos.

La Habana, Cuba
16 de mayo de 2013