sábado, 25 de julio de 2009

“Mientras los Cinco continúen
en prisión, no tenemos
derecho a cansarnos”

Sobre la gira del dúo Ad Líbitum por Alemania y Suiza con su concierto Si no creyera en la esperanza, dedicado a nuestros Cinco Héroes prisioneros del Imperio, narran sus integrantes, los poetas Leonel Pérez Pérez (también trovador y compositor) y María de las Nieves Morales (además, narradora oral escénica), escritores reconocidos nacional e internacionalmente y miembros fundadores del Grupo Ala Décima


Durante el mes de junio, cumplimentando una invitación del Partido Comunista Alemán (DKP), recorrimos una parte importante del territorio de ese país, así como dos ciudades suizas. El objetivo del viaje era presentar nuestro concierto “Si no creyera en la esperanza”, dedicado a nuestros 5 héroes luchadores contra el terrorismo que guardan injusta prisión en cárceles de Estados Unidos. Es un concierto muy hermoso y conmovedor que muestra la grandeza humana de estos jóvenes que han entregado lo mejor de sus vidas y de sus sueños por la causa en la que creen: proteger a nuestra revolución y a nuestro pueblo del flagelo del terrorismo. Siempre que hemos presentado este espectáculo tenemos como meta, no solamente que el público se emocione y aplauda, sino que se sume a la lucha en favor de la libertad de los 5, y por supuesto ahora no sería diferente. En Cuba hemos presentado “Si no creyera...” en numerosas ocasiones y también en algunos países de nuestro continente donde se habla español, pero era la primera vez que lo llevaríamos ante públicos cuya lengua era otra y por tanto el tema del idioma se podría convertir en una barrera. Esto no dejaba de ser una preocupación, además algunos compañeros, entre ellos Tobías, artífice de la idea de la gira, un alemán muy cubanizado, pero alemán al fin, nos habían advertido sobre la posible “frialdad del público alemán”. Para vencer esta barrera tomamos algunas medidas, la primera fue estudiar alemán. En cuanto supimos que la gira fue aprobada decidimos contratar a una profesora de ese idioma y aunque no fue mucho lo que pudimos aprender en tan poco tiempo, sí nos fue muy útil. La otra y decisiva medida fue el trabajo de Anne Waninger, una joven alemana, estudiante de cine y teatro, quien tradujo al alemán todos los textos de las canciones y poemas que conforman el concierto. Este trabajo se convirtió luego en la edición de un pequeño libro, que además del cuerpo íntegro del concierto contiene información sobre este caso y sobre cada uno de los 5. De este libro se editaron ejemplares más que suficientes para que cada asistente a cada concierto se llevara al menos uno. También Anne estaría con nosotros en el escenario. Preparamos el guión del concierto. Ella introducía cada número, daba algunos datos de interés acerca del héroe a quien estaba dedicado el tema, leía (en alemán, por supuesto) algunos versos de la canción y el poema utilizados, y en los casos donde nosotros contábamos algunas anécdotas, ella las traducía. En teoría todo estaba preparado. Sólo faltaba ver el resultado en la práctica.

Llegamos a Alemania el día 5 de junio pasadas las 3 de la tarde, luego de un viaje de casi 14 horas Habana-Amsterdam-Frankfurt, buena parte del cual, yo (Leonel) lo pasé rabiando con una crisis de sacrolumbagia. Del aeropuerto de Frankfurt nos fuimos directos a Mainz a casa de Anne para ensayar con ella ya que los conciertos comenzaban al día siguiente.

El primer concierto, la prueba de fuego, fue en Konstanz, una bellísima y antigua ciudad situada a la orilla de un lago que comparten Alemania, Suiza y Austria. Llegamos a ella luego de casi 6 horas de recorrido por las rapidísimas autopistas alemanas y al llegar al sitio del concierto nos dimos cuenta de que la prueba de fuego sería doble. Para explicar por qué, mejor cito textualmente lo que anoté ese día en el diario que llevamos durante la gira: “(...) La primera impresión fue espeluznante, era un café lleno de mesas bastante apiñadas, sin ningún escenario o plataforma para trabajar. Estaba lleno de gente bebiendo, comiendo y hablando en voz alta. Mete miedo el lugar, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro trabajo es en otro idioma. Cerca de las 9 de la noche llegan más personas que venían para el concierto. Terminamos la prueba de audio. A las 9 y 15 comenzamos. Tobías hace una introducción sobre el concierto y sobre el caso de los 5. El público presta atención. Anne hace un magnífico trabajo como traductora. En la medida en que el concierto avanza la cosa con el público mejora más y más, los aplausos son cada vez más fuertes y la gente está más metida de lleno en lo que estamos haciendo. Al final del último número la gente aplaude a rabiar y grita “zu gabe, zu gabe, zu gabe”. Anne nos traduce que gritan “otra, otra, otra”. Fue hermoso y emocionante. Claro que los complacemos. Fue mágico el cambio entre la primera impresión al llegar al lugar y el resultado final. De plano perdimos para siempre el miedo a la “barrera del idioma” y a la “frialdad del público alemán”. Al final muchos se acercan a felicitarnos y se interesan por el caso de los 5. Tarde en la noche nos vamos a dormir”.

El segundo concierto fue en Wiesbaden, ciudad que queda justo en frente de Mainz, separadas solamente por el majestuoso río Rin. Por suerte las condiciones del lugar del concierto no tenían nada que ver con Konstanz, eran mucho mejores. En realidad no tuvimos que volver a actuar en el resto de la gira en un sitio tan difícil como el del primer concierto. Sobre la presentación en Wiesbaden anotamos en el diario: “(...) El concierto comenzó a las 8 y 20 PM. La reacción del público es simplemente fantástica, superior incluso a Konstanz. Al final tuvimos que hacer varios “zugabes”. Cantamos para cerrar “Hasta siempre comandante” y el público cantaba con nosotros. Luego de finalizar, entre las múltiples personas que se nos acercaron a abrazarnos, preguntar por el caso, hacerse fotos con nosotros, etc. nos impresionó un muchacho muy joven, casi un adolescente que muy emocionado nos dijo en español: “Yo no hablo muy bien español, pero entendí todo. Díganme, ¿qué puedo hacer yo para ayudar a los 5?” Eso es exactamente lo que nos demuestra que este concierto no sólo es hermoso, sino útil. Claro que lo orientamos”.

Con relación a este tema de la utilidad práctica del concierto y de la promoción del mismo hay que hacerles un reconocimiento especial a los compañeros del DKP que trabajaron en esto. Además del libro ya mencionado con los textos del concierto e información sobre los cinco, se editaron una gran cantidad de afiches bastante grandes que se pegaban en varios sitios de las diferentes ciudades donde nos presentábamos y lo que nos pareció incluso más útil y práctico fueron los miles de plegables que se distribuyeron por todas las vías, incluyendo el correo. Estos plegables tienen en el anverso, la imagen del dúo y la promoción del concierto, es decir, el lugar, la hora, etc. En las caras interiores se da información sobre el caso de los 5 y se hace un llamado a la solidaridad con ellos y el reverso es como una planilla que se puede arrancar y enviar con los datos del interesado, en ella aparece el logo del comité de solidaridad con los 5 que en Alemania se llama “¡Basta ya!” y debajo tres preguntas: ¿Qué se puede hacer?, ¿Cómo puedo integrarme?, ¿Dónde buscar información? Incluso la persona puede elegir y marcar las diferentes opciones, es decir si quiere integrarse al comité, o si quiere que le envíen más información sobre el caso entre otras posibilidades. Más abajo aparece la dirección y los teléfonos del comité. Son importantes y útiles estos plegables para sumar más personas a la causa de los 5. Nos alegra que nuestro trabajo haya podido contribuir modestamente a la misma.

Con relación a los demás conciertos, todos fueron muy buenos, luego de Wiesbaden hicimos el primero en Suiza, en la ciudad de Zürich. Un viaje realmente largo por carretera, con rotura de carro incluida, pero felizmente se solucionó y llegamos a tiempo para empezar a la hora prevista. Al finalizar, luego de los correspondientes “zugabes” y después de compartir con los participantes y los anfitriones suizos salimos de regreso a Mainz a donde llegamos ya amaneciendo para hacer ese mismo día el siguiente concierto que fue en Frankfurt. Fue un concierto tan impresionante que nos remitimos nuevamente al diario: “(...) El concierto comenzó a las 7 y 20 a teatro repleto. Al final lo indescriptible. Sencillamente es difícil creer que lo ocurrido esta noche en Frankfurt pueda ser igualado y mucho menos superado, pero ojalá suceda. Fueron los aplausos más fuertes, el público más entusiasta. Al final tuvimos que hacer 4 números fuera de programa y todavía querían más. Cantaban a voz en cuello con nosotros “Guantanamera” y “Hasta siempre comandante”. Luego se tomaron de las manos y estuvieron cantando un buen rato (en alemán) “Viva la solidaridad internacional” (...) En el camino de regreso Tobías está aún tan emocionado por lo sucedido en el concierto que nos dice que al ver cómo el público reaccionaba con tanto entusiasmo, él, siendo alemán se preguntaba “¿ésta es mi Alemania?” (...) nos acostamos muy tarde, cansados, pero superfelices por lo ocurrido ese día”. Y aunque no lo anotamos en el diario, sí podemos decir que el concierto de Frankfurt clasifica como uno de los mejores y más útiles que ha hecho el dúo Ad Líbitum a lo largo de toda su carrera de ya más de diez años.

Al día siguiente partimos para el concierto en Dortmund, donde lo vería por primera vez Klaus Czyborra, el jefe del grupo del DKP que atiende Cuba y de alguna manera uno de los principales responsables de que la gira se llevara a efecto, por lo que para nosotros era muy importante que el concierto lo complaciera. Ya a Klaus le habían llegado comentarios y fotos de lo sucedido en Frankfurt y eso nos alegraba y nos preocupaba a la vez, pues no sabíamos qué expectativas podía tener. El concierto estuvo muy bien, el público entusiasta, aplausos prolongados, “zugabes”, etc. La gente se emocionó hasta las lágrimas con las anécdotas, poemas y canciones sobre los 5, sus esposas, sus familias. Al finalizar el concierto, nosotros, felices por el resultado, le preguntamos a Klaus “¿Qué le pareció el concierto?”, y él muy serio, casi seco nos dijo “después hablamos” y ni una palabra más. En el resto de la noche lo vimos varias veces y hablamos de otras cosas, pero del concierto, ni una sílaba. Eso fue para nosotros como un cubo de agua fría, nos tuvo todo el resto de esa noche y toda la mañana siguiente preocupados. Al mediodía, durante el almuerzo, Klaus habló. Comenzó diciendo que nos había dicho “después hablamos” porque a él le costaba mucho trabajo expresarse bajo el influjo de la emoción y por eso había preferido esperar a que la emoción bajara para analizar bien sus palabras. Había pasado parte de la noche meditando sobre lo que había visto y sentido en el concierto. Y a partir de ahí nos hizo una de las valoraciones más hermosas y emocionantes que sobre nuestro trabajo y específicamente sobre este concierto alguien nos haya hecho nunca. Todavía nos conmueve recordarla. ¡Qué alegría y qué alivio!

Luego de Dortmund nos presentamos en la ciudad de Siegen. Al igual que en todos los sitios el concierto fue excelente y el público cálido, entusiasta y solidario. Lo único malo fue que al final uno de los anfitriones vino y nos dijo muy orondo que había cocinado especialmente para los cubanos y nos trajo una enorme paella, tan hermosa y bien decorada que todos aplaudimos al verla, pero cuando la probamos... ¡¡¡Madre mía, le debió de haber echado al menos un cubo de picante!!! Corramos un manto piadoso sobre nuestros estómagos esa noche.

Al día siguiente salimos temprano para Berlín, en uno de los recorridos más largos de la gira. Llegamos a la capital alemana pasadas las cinco de la tarde y fuimos directamente al lugar del concierto. Allí nos esperaba Martin, el realizador de cine y televisión que viajó desde München para unirse por unos días a nuestro equipo y filmar algunos conciertos, hacer entrevistas y otras grabaciones. Todo ese material lo está utilizando en la realización de un documental en favor de los 5. Luego de probar el sonido salimos a comer algo y a esperar la hora de la presentación. Al regreso, mientras nos preparábamos para comenzar, entró Tobías al camerino para informarnos que acababan de recibir la noticia de que la Corte Suprema de Estados Unidos había rechazado el caso. La noticia realmente nos estremeció, pero salimos al escenario convencidos de que a partir de ese instante se hacía más necesario que nunca redoblar los esfuerzos para incrementar la solidaridad internacional con los 5. Le pusimos a ese concierto todo nuestro empeño y quedó muy bien. Asistieron a él nuestro embajador en Alemania y una parte de los compañeros de la embajada, también estaba Marzán, el compañero del Comité Central que atiende Europa. Al finalizar el concierto nos hizo también una excelente valoración acerca del trabajo que se estaba haciendo en Alemania en favor de los 5 y habló muy positivamente de la utilidad de nuestro concierto en esta lucha.

Luego de seis días de conciertos consecutivos (desde Wiesbaden hasta Berlín) el día siguiente se dedicó a trabajar con Martin para el documental, se hicieron grabaciones de imágenes y entrevistas en diferentes puntos de la ciudad. Terminamos cerca de las 9 de la noche.

El día 17 regresamos a Dortmund, para el festival de la prensa del DKP. En el camino hicimos un pequeño desvío y fuimos al que sin dudas es el sitio más impresionante que hemos visitado en toda nuestra vida: el campo de concentración de Buchenwald. Sobre esta visita escribiremos aparte. Llegamos a Dortmund casi a las 8 de la noche, directo a la sede del festival: un parque enorme en el que se dan cita miles y miles de personas. El festival no comenzaba hasta el viernes 19, pero nos pidieron que hiciéramos una presentación para los cientos de voluntarios que trabajan en el montaje y aseguramiento de todos los espacios del festival. Con mucho gusto lo hicimos.

El viernes 19 comienza el festival, en la noche hacemos una presentación en la Casa Dortmund para un grupo de jóvenes amigos de Cuba. No es el concierto, es una descarga informal, el concierto es al otro día en la Casa Cuba, por mucho la más grande del festival, para orgullo nuestro. Para este concierto se hace una gran promoción. Anne y un grupo de jóvenes e incluso el propio Klaus han inundado de afiches toda el área del festival. Además, lo ocurrido con el concierto en los lugares donde ya se ha presentado se ha comentado bastante. El caso es que el día 20 a la hora del concierto la Casa Cuba está a punto de estallar. Una vez más nos remitimos brevemente al diario de la gira, donde escribimos esa misma noche: “(...) Creo que nos equivocamos al asegurar que lo ocurrido en Frankfurt no sería igualado, ni mucho menos superado. Sin dudas lo ocurrido hoy en la Casa Cuba ha sido lo máximo”.

EL domingo 21, último día del festival nos piden nuevamente un concierto para la Casa Cuba. Es un concierto especial por el 50 aniversario del triunfo de la Revolución. Igual que el día anterior, la Casa Cuba se repletó hasta más allá de su capacidad. El concierto muy emocionante. Cuando estábamos haciendo lo que considerábamos nuestro último “Zugabe” que era “Hasta siempre comandante” ocurrió algo imprevisto y maravilloso. Escuchamos que desde el público alguien está “descargando” con una flauta que sonaba muy bien, miramos y vimos al flautista sentado en el público, le pedimos que subiera al escenario y cuando lo levantan nos percatamos de que es ciego total. Este muchacho tocaba la flauta con un virtuosismo realmente impresionante. Lo suben al escenario, allí lo sentamos y le colocamos un micrófono para su instrumento y a descargar. Resulta que es venezolano, integrante de un grupo del hermano país que estaba también participando en el festival. Después cantamos la “Guantanamera” y, finalmente, una de las canciones más emblemáticas de Venezuela, “Alma llanera”, donde realmente se lució con la flauta. Eran hermosos y estremecedores los gritos de “Viva Cuba” y “Viva Venezuela” que estremecían la Casa Cuba. Al final Klaus casi nos asfixia con su abrazo emocionado. Luego tuvimos el orgullo de ver que un periódico, al mostrar lo que consideraba los momentos más destacados del festival ponía en el lugar más privilegiado la actuación del dúo cubano Ad Líbitum, incluso por encima de un grupo tan respetado y admirado como el chileno Inti lllimani, a quienes consideramos como unos mitos vivientes de nuestra América. Otros periódicos de Alemania y Suiza se hicieron eco de la gira y del concierto de solidaridad con los 5. Incluso en el periódico suizo Unsere Welt tenemos el inmenso honor de compartir la página con nuestro Comandante en Jefe, a quien se le dedica un extenso artículo promoviendo sus reflexiones.

El próximo concierto, luego del festival, fue en la legendaria ciudad de Bremen, la cuna de los famosos músicos que son un burro, un perro, un gato y un gallo, inmortalizados por los hermanos Grimm. El concierto, también inolvidable, con una gran asistencia de público, entre ellos muchos latinoamericanos. Creo que Frankfurt sólo superó a Bremen en que su teatro era mayor y cabía más gente. Por lo que Bremen fue superado en número, pero no en entusiasmo. Al final, luego de los “zugabes” también el público se puso a cantar “Viva la solidaridad internacional”, lo que para Tobías resultaba casi increíble que sucediera más de una vez, pero ya a nosotros a esa altura de la gira nada nos asombraba. Terminado el concierto, como hacíamos siempre, compartimos con los asistentes, dimos más información sobre el caso y sobre los cinco y más gente se comprometió a sumarse a la lucha.

La próxima parada fue en la no menos impresionante ciudad de Hamburgo. A la entrada el gigantesco puerto en la márgenes del río Elba. Es el segundo puerto de Europa, sólo superado por el holandés de Rotterdam. Nuestra anfitriona, Nicole, nos hace ver la cantidad de grúas inmensas que permanecen inactivas producto de la crisis que vive el mundo. Nos comenta los miles de empleos que se han perdido y que se seguirán perdiendo. En la noche es el concierto en un lugar que tiene nombre de disquera cubana, “Kolibrí”. Igual que en todos los demás, el público que asistió fue muy cálido y entusiasta. No nos escapamos de los “zugabes”, aunque yo (Leonel) andaba un poco corto de aire, ya que había comido antes de comenzar el concierto, cosa que no había hecho en el resto de la gira, pero por supuesto complacimos al público, que para eso también estábamos allí. Fue emocionante ver, como en muchas otras ocasiones durante la gira, a varias personas llorando mientras hacíamos una anécdota o interpretábamos un número dedicado a alguno de nuestros hermanos presos.

El penúltimo concierto fue en Göttingen, una ciudad no muy grande, pero muy hermosa y pintoresca, Tobías me dijo que le parecía, aunque no estaba del todo seguro, que Alejandro de Humboldt, a quien los cubanos consideramos nuestro segundo descubridor, era de esa ciudad. Allí tuvimos un sonido excelente, posiblemente el mejor de la gira, el operador de audio era un chileno muy revolucionario y admirador de la revolución cubana. Recuerdo que traía un pulóver con la imagen de Fidel. El concierto de Göttingen también clasifica entre los más emotivos de la gira. Al final uno de los jóvenes que se sumó a la lucha nos mostró un poema que, guiado por la emoción, según nos dijo, había escrito durante el concierto. Estaba dedicado a los 5 y le pidió a Tobías las direcciones de nuestros héroes para mandarles el poema. Tenemos entendido que lo hizo.

El último concierto de la gira fue en la ciudad suiza de Basel o Basilea. Fue de todos el recorrido más largo. Hubo que llegar a Mainz a casa de Anne, la traductora, para cambiar de carro, allí hicimos una pequeña pausa, almorzamos y continuamos viaje. Vimos en el concierto de Basilea a varias personas que habían estado en el de Zürich, entre ellos a un entusiasta matrimonio de maestros. Él, que se llama Sami, nos comentó que después del concierto de Zürich, su esposa le había hablado de los 5 a sus alumnos y los niños se habían puesto a dibujar para enviarles sus trabajos a Ramón, Fernando, Antonio, René y Gerardo. Cosas como ésas no dejaban de emocionarnos. También estuvo presente el compañero Alexis Poro, Primer Secretario de la Embajada de Cuba en Suiza, acompañado de su esposa, quienes viajaron en tren desde Berna para asistir a nuestra última presentación. Fueron muy emocionantes y alentadoras sus palabras al finalizar el concierto. Luego él escribiría una hermosa nota de prensa que amablemente nos hizo llegar, cosa que le agradecemos infinitamente.

Ya de nuevo en Alemania, el día antes de nuestro regreso a la patria, algunos compañeros se reunieron con nosotros para hacernos una sencilla pero emotiva despedida en un restaurante de la ciudad de Mainz, allí dijeron cosas muy hermosas sobre nuestro trabajo. Cosas que tal vez no merecemos, pero que agradecemos mucho. Uno de ellos ponderó nuestra total entrega en el escenario, a pesar de las enormes distancias recorridas para hacer conciertos de casi dos horas de duración con “zugabes” incluidos prácticamente a diario y le dijimos la misma frase con la que concluimos estos breves apuntes sobre la gira: “Mientras los 5 continúen en prisión, no tenemos derecho a cansarnos”.


Leonel Pérez Pérez
y María de las Nieves Morales Cardoso
(Dúo Ad Líbitum)


jueves, 23 de julio de 2009

Pinar del Río
Fiesta de versos improvisados
en saludo al verano 2009



Por Lo
renzo Suárez Crespo

Desde el atardecer del 3 de julio en la capital provincial de Pinar del Río durante la apertura de la Jornada Cultural del Verano 2009 la Viajera Peninsular cobró sus ecos melódicos en las cuerdas del Grupo Fulgor Campesino y en las voces de los poetas improvisadores.

Con la interpretación de Libro Abierto, canción emblemática de este grupo musical campesino, se le dio inicio a la Jornada de Verano en Vuelta Abajo. La ocasión fue propicia para la presentación de libros, lecturas literarias por poetas y narradores, así como otras manifestaciones artísticas con el auspicio del Centro Provincial de Libro y la Literatura y el Centro Hermanos Loynaz.

Unos días después, desde su plaza más auténtica a orillas del Guamá, los poetas improvisadores tuvieron en la Casa de la Décima Celestino García la oportunidad de disfrutar de unas fiestas veraniegas donde el sazón popular y la visita de muy queridos amigos le dieron brillo a los encuentros desarrollados en el horario de 2 pm en los días 16, 17, 18 y 19 de este propio mes.

El domingo 19 en horas de la mañana se le ofreció una actividad especial a los niños de la comunidad con la actuación del poeta Néstor Montes de Oca en calidad de payaso, así como la lectura de poesías y plegables de Lorenzo Suárez Crespo en interesantes espacios de interrelación con los infantes. La animación contó con el declamador Oscar Santana.

Los poetas más pequeños del taller de repentismo infantil también tuvieron su participación en las modalidades de diálogos y rondas de improvisación.

Lo más significativo de estos días de fiestas populares en que la Casa de la Décima abrió sus puertas al verano fue la visita de la destacada Tomasita Quiala, acompañada de Emiliano Sardiñas y los poetas pinareños Felipe Pérez Alvarado y Oniesis Gil Cruz.

Los encuentros que tuvieron lugar durante los cuatro días propiciaron jornadas muy diversas en las distintas manifestaciones de la décima improvisada tanto en las rondas de los poetas, los pies forzados, controversias, diálogos poéticos, tonadas y la lectura de obras por escritores de este género.

Atractivos fueron los diálogos entre el hombre y la mujer protagonizados por Esther Martínez y Osvaldo Díaz y los espacios del Piropo Cantado, así como los concursos de pie forzado.

Los bailables dieron también sus notas atractivas a estas fiestas amenizadas por Fulgor Campesino.

La Casa de la Décima tuvo la visita de hermanamiento del Proyecto Cultural Jorge Romero dirigido por el poeta Andrés Martínez Zamora, de San Cristóbal, quien se hizo acompañar del director de la agrupación musical Proyecto X, Ángel González Labrador.

Los poetas del patio disfrutaron no solo de sus espacios de interpretación improvisada de la décima, sino que pudieron ser testigos de interesantes controversias entre los anfitriones y los visitantes.

Las tres controversias más aplaudidas durante estos días fueron las que protagonizaron Oniesis Gil y Jesús Padilla, así como la que pactaron con particular fraternidad Tomasita Quiala y José Lorenzo Delgado mientras que otros encuentros poéticos dejaron el regusto de la buena controversia en las parejas Emiliano-Gustavo, Alvarado-Cirilo y otras de buena factura improvisadora.

La jornada final reservó momentos muy emotivos cuando tanto Emiliano como Tomasita expresaron su gratitud a los pinareños y muy especialmente a la Casa de la Décima Celestino García por la invitación a departir, al calor de los versos, las bondades del verano en Vuelta Abajo.

El director de la institución, Juan Montano, dejó abierta esta carta de invitación para el futuro y anunció además el homenaje que en el mes de Septiembre se le hará a Emiliano Sardiñas acá en nuestro Parnaso al celebrar sus veinte años de vida artística.

Así se cierran las cortinas del ranchón de la décima en Pinar del Río con cuerdas y versos que, a la luz del verano, patentizaron escenas de amor y de buena improvisación, todo a favor de fortalecer y hacer más patente que ahora y siempre, habrá una reina en la poesía cubana, la malara o espinela, nuestra estrofa mágica, sello de pertenencia y sentido de identidad.

miércoles, 22 de julio de 2009

El ensamblaje de las heridas

Prólogo para el libro Cicatrices de sal,
Premio Iberoamericano Cucalambé 2009
,
de
Irelia Pérez Morales

Al centro, Irelia recibe el premio. A la izquierda, Antonio Borrego. A la derecha, Ramón Batista y Leticia Tamayo, director y especialista, respectivamente, de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé.



Por R
oberto Manzano

Irelia Pérez, en Cicatrices de sal, nos ofrece una ruda estética: la del tatuaje. A punta de alfiler, de cuchillo, con las uñas, destilando perfume o sal. Pero con la autenticidad en las manos, con los dedos crispados de autenticidad. A veces no se trenza, de modo inconsútil, una herida con otra; pero el arranque y la conjunción van saliendo de las nueces del artista honrado, el que escribe con energía y lealtad.

Claro, es arte lo que consumimos, y con la oculta música de la décima, que es estrofa apolínea, si las hay, así que lo dionisíaco de la mutilación incorpórea se recibe bajo un dominio, e incluso hasta bajo una irregular elegancia, que produce una aceptación gustosa en nuestro ánimo. Pero para el que sabe ver, y tiene ojos que no descansan, hay una brotazón violenta, que nace directamente de la vida que malvivimos.

Si hay mucho dolor en estos versos, como lo hay, también se exhibe una imaginación abundante, en todos los planos, el de los temas, el de lo compositivo, el del lenguaje. En esto radica su triunfo mayor: es bueno saber que podemos adueñarnos de las formas, pues ellas organizan al contenido. Como quien dice: si las manejamos a ellas, los manejamos a ellos. Son operatorias de la psiquis, que se cumplen en el arte como en ningún otro reino, y es una de las utilidades invisibles de la poesía.

¿Puede ser sometido el caos a sistema? Por supuesto: el arte existe. El arte es una de las maneras de poderse parar con cierta dignidad en el caos. Pero para ello hay que ser un enlazador bien entrenado, con suficiente capacidad de bordadura entre lo disímil. El hecho mismo de tratar de empotrar el caos en una décima —que es armonía pitagórica, inherencia de un orden— implica ya la hazaña: lo que corrobora aquel presupuesto lezamiano de que la poesía ama lo imposible.

Cuando las décimas, en cierta época de su evolución entre nosotros, daban por sentada la armonía de la realidad todo quedaba bruñido y fluyente: en el pulimento de la décima entraba, a través de una oracionalidad que se solapaba con las distancias métricas, la pulida realidad que se incorporaba. Hasta el ensortijamiento de lo barroco quedaba bien solapado con el recipiente, y se ensortijaba dentro de sus bordes de cristal. Pero la décima cubana de hace unos años ya, quiere que la estrofa —que desconoce la incertidumbre por su naturaleza formal— sea un caos conciso y bien resuelto, vale decir, acomode al caos su horma renacentista. Y pienso que se está logrando, que se ha logrado, pero que se están corriendo ya grandes riesgos.

Esta actitud marcha aceleradamente ya hacia una retórica, y llegará un día en que una décima de antes, revisitada creadoramente, resultará enormemente subversiva. Porque hasta ahora no hemos descubierto otra manera de renovar que la de personalizar algún estado anterior del curso que se desea desautomatizar. No es el caso de estas décimas de Irelia Pérez, que aún cristalizan esas sumas que los nuevos poetas en décimas han incorporado a nuestro quehacer lírico. Y lo hacen con mucho rigor y espontaneidad. Como este libro, más que documento puramente estético, es expediente humano, se comunica con hondura y ganancia.

El libro está cruzado de epígrafes, ellos entran y salen por los textos fosforesciendo semánticamente, a la vez que dinamizan compositivamente. Se encuentran en el borde mismo de lo adecuado artísticamente, pero no son mero ornato, gusto ingenuo por el paratexto. Constituyen otro recurso para el diálogo, de tanta presencia en la estructura artística de este libro, que tiene osamenta dramática. Son intercambios rápidos con otros, que escoltan la conversación interior de los versos. Es un juego de montajes, que atraviesa todos los planos, y que es positivo, porque está sujeto a leyes de economía y síntesis.

No pueden faltar, entonces, los juegos de escenas. Y no faltan. Las composiciones siempre tienen un trasfondo espacial, a veces son cuadrantes del planeta, regiones del horizonte: Grecia, Indoamérica, Italia, el mar… De ahí a la señalética presente en algún texto, no había más que dar un paso, y la autora lo da, siempre corriendo riesgos estéticos, pero salvándose por la síntesis y la autenticidad. Incluso, la aguja que cose el libro —que se comporta como un sistema: una habitación civilizada— es el ancla, que en la emblemática de la literatura y el libro es lo que permanece, la identidad. Recuerde el lector aquel famoso exlibris que tenía un delfín —lo que escapa fluyendo— y un ancla —lo que se queda, lo inmóvil.

Irelia inscribe un tatuaje en que el ancla tiene un raro protagonismo en medio de un juego prevaleciente de líquidos. Y todo en una atmósfera posmoderna de grotescos, de violencias visuales, pero todo sujeto al pulimento de la síntesis, al agradable cierre de lo que se exhala. Es indudable que muestra pericia en los contrastes, que son, en muchos momentos de realización de lo artístico, toda la técnica posible. Lo que torna unitivo lo disperso, es la voz que habla y la voluntad de composición del libro, que lo constituye en sistema.

Aunque en arte no se puede olvidar ni un solo segundo la forma, porque es el reino de las representaciones, Irelia Pérez se encuentra trabajando en cada página con cicatrices, y en muchas ocasiones sobre ellas danza la sal, lo que genera una entrada profunda en la sensibilidad humana. Este libro vale como un acierto de la sensibilidad, y el hecho de que esté en décimas torna la visualidad más rápida, y más proclive a la sanación de las incisiones que produce el caos.



Roberto Manzano
El Canal, julio de 2009.


Sobre
Quebraduras,
de Bertha María
Gómez

Palabras de presentación del poemario Quebraduras (Editorial Extramuros, 2009), de Bertha María Gómez, por Pedro Péglez González, en la tertulia Indio Naborí, San Miguel del Padrón, sábado 18 de julio de 2009.


PARA OTRA VISIÓN DE LA PARSIMONIA

Cuando escribí los apuntes que sirven de prólogo a este volumen, no conocía las valoraciones que sobre el discurso poético de la autora había hecho Roberto Manzano al incluirla en la antología Bienaventurado el árbol que camina. De modo que la coincidencia valorativa entre nuestro querido profesor y este humilde presentador no es atribuible a otra cosa que no sea la coherencia formal y estilística que ha logrado Bertica con Quebraduras.

La fluidez “hacia la naturalidad del misterio”, de la cual llama la atención Manzano, su capacidad evocativa y rememorativa sin estridencias, su eficacia estética al develar, mediante la expresión poética, los “nervios vivos del recuerdo”, se emparentan así con la “dificilísima sencillez” azoriniana que le atribuyo en el introito, y con ese transcurrir como de arroyo que solapa con la tranquila superficie lo que la corriente arrastra, responsable de esos ocasionales saltos de agua al contacto demasiado inevitable con la piedra.

Véase si no piezas como la décima “Viernes santo”, parsimoniosa y compacta rebeldía, rescatadora ante el dolor de lo ineluctable, o el soneto “Despedida con alas”, donde la evocación nostalgiosa hace inconforme comunión con su propio salvamento, o el poema en versos libres, de vivísima introspección batalladora, bajo el título “El espejo”. Piezas que, de paso, validan la aseveración de Manzano de las estructuras como meros soportes en este conjunto, y ratifican los dominios que en punto de recursos nos ofrece, sin que sea propósito, la autora.

Demos pues la bienvenida, al panorama literario cubano contemporáneo, a estas Quebraduras, que si algo desarticulan es el concepto, si en alguien perdura, de que la parsimonia es contemplativamente opuesta al enfrentamiento de la vida. Quebraduras, de Bertha María Gómez, nos propone una (su) visión otra de esa presunción.



HENDEDURAS DEL AGUA

(Prólogo del libro)


La dificilísima sencillez por la que abogaba Azorín en punto de estilo, asoma en estas páginas.

Entras a ellas y te arropan con un sencillo fluir de agua, a veces de apariencia sosegada, a veces con la ligera brusquedad del salto a que obliga alguna piedra. Pero siempre, debajo, el latido inquietante de la vida.

Agua de regadío es ésta para surcos del recuerdo, en los cuales, una vez irrigados, de seguro reverdecerán angustias y certidumbres, quemaduras y esperanzas. Agua que comparte con la tierra sus propias hendeduras y le transfiere, al cabo, su voluntariosa capacidad de autosalvarse.

Porque —no se engañe el lector— no es ésta un agua mansa. Parsimoniosa sí, pero rebelde a fin de cuentas, empeñada en mantener a flote no el guijarro, sino la flor que viaja en el torrente.

En Quebraduras, Bertha María Gómez Sedano, con oficio poético airoso por igual en estructuras abiertas y cerradas, nos deja, en la memoria de la herida, la vocación del pétalo que la restaña. A pesar —avisa— de que la lluvia empañe el horizonte: queda un rayo de luz en el sendero.


Pedro Péglez González




NOTA DE CONTRACUBIERTA

(Tomada de la antología Bienaventurado el árbol que camina)


En líneas rápidas y concisas avanzan los versos de Bertha María Gómez Sedano, hechos para la comprensión ágil de lo intuitivo. Con emociones decantadas rememoran lo sucedido, presentizan lo que ha dejado insondables huellas, valoran el decurso y las proyecciones del destino. Las estructuras son meros soportes, sin protagonismo formal: son los vehículos para las emociones, ya convertidas en nervios vivos del recuerdo. Sin rebuscamientos ni alardes entonacionales, su verso fluye hacia la naturalidad del misterio.


Roberto Manzano


martes, 14 de julio de 2009

Y dulce era la luz…
para Ricardo

Presentación de Ricardo Riverón Rojas (Placetas, 1949; poeta, narrador, investigador y editor, uno de los iniciadores de la revalidación de la décima escrita desde finales de los 70), en la tertulia La décima es un árbol. Santa Clara, julio del 2008.


Por
Mariana Pérez Pérez

A Ricardo Riverón Rojas, el más bromista (aunque asume su obra muy en serio) de todos los escritores de esta provincia, que se enorgullece de presidir el Club del Poste (cultivadores de la décima humorística), no se le podía presentar protocolarmente, era necesario atender a esa faceta suya. Por eso, con toda la seriedad y el respeto del mundo, el 18 de julio del 2008, la tertulia tuvo un comienzo diferente:

(Nota de Redacción: Las palabras en cursivas, en estas décimas de Mariana, corresponden a títulos de la obra de Riverón).


PRESENTACIÓN DEL POETA


Hoy les quiero presentar
a un poeta zulueteño,
quien descubrió de pequeño
el Oficio de cantar.
Nadie lo podrá cambiar,
y aunque Dulce era la luz
como un venado
en sus
libros, La luna –por él–
tiene escrito en un cartel:
“Éste es más diablo que cruz”.


Canta a sus padres, razona,
siempre recuerda al batey
de "Carmita", como un rey,
y a La próxima persona
que se encuentre de esa zona
le hablará de sus deudores:
Carlos Enrique, las flores
de Amanda, Pablo Javier,
y cuántos colman el ser
donde planta sus amores.


Es un poeta azaroso
medio naïf, vanguardista,
nostálgico y humorista,
y, como amigo, un destrozo.
Se merece el calabozo,
la horca con cinta de tul,
un potaje de gandul...
y por todo lo que inventa
va a llegar a los sesenta
Azarosamente azul.


Tímidamente, un cuaderno
cierto día le mostré
y ahora yo les juro que
fuera mejor el averno.
Más helado que el invierno,
me dijo: –“Ni con estrellas
vas a hacer estrofas bellas
porque no eres decimista”.
Y se fue por la autopista
Pasando sobre mis huellas.


¿Comprenden cuán insensible
es el poeta que digo?
¿Será que tiene mi ombligo
Memoria de lo posible?
Pero a veces, lo inasible
oculta vidas curiosas;
sin mostrar que son hermosas,
presentan la faz del cardo.
Así disfraza Ricardo
a Lo común de las cosas.


Bajo una luz que no existe
Riverón lleva en el ceño
Otra galaxia, otro sueño,
porque lo humano le asiste.
Él es hombre que resiste
los avatares. Yo estoy
admirada, y ahora voy
a citarlo, no sin prisa,
porque en versos él desliza
a los Días como hoy.


Es hora, en esta Tertulia
y en esta bibliografía,
de cerrar con alegría
para no sentir abulia.
Cuando visitaba El Zulia
sufrió en el brazo la pena.
Con aceite de ballena
un brujo creó su invento:
y la cura fue El ungüento
que nombran de Magdalena.


Versión original en el sitio web La décima es un árbol.



Y dulce era la luz… para Ricardo

(Aproximación a cuatro decimarios de Ricardo Riverón Rojas)


Por
Mariana Pérez Pérez

En el año en que aparece su primer cuaderno, Oficio de cantar 1, contaba solamente con 29 años de edad, pero ya en ese momento su ejercicio escritural muestra diferencias respecto a los decimistas de la anterior generación. Su primer libro, un pequeñísimo cuaderno “tallerista”, fue publicado por el Sectorial Municipal de Cultura de Camajuaní en 1978 (Ediciones Hogaño). La primera sección, “Punto de niñez”, guarda la ternura de un niño que ha llegado a hombre sin perderla, con candor, tratando de vencer al joven a golpes de niñez, y, por supuesto, la madre con sus canas, dibujando la belleza del sol. El autor ha dicho que se arrepiente de aquellos primeros versos, de esas décimas sencillas, en su forma pura y tradicional; ahí en Oficio de cantar se agolpa la serenidad de quien aun no ha sufrido embates, esos “golpes tan fuertes” que decía Vallejo, al cual estuvo tan apegado por aquella época. La siguiente sección, “Canto para el mes de octubre”, ¿a qué dudarlo?, era obligada para publicar un libro o cuaderno, la Historia, la Patria, los héroes, aunque el verso fuera superficial, endeble. Con “Glosas”, que en el sentido exacto del término no son tales, se acerca a los poetas, Fayad Jamís, Félix Pita y otros. Acude, en ocasiones, a recursos de la vanguardia –con lo que ya empieza a distinguirse de sus antecesores– y en otras, mantiene todavía el carácter repentista, cargado de esos zunzunes, flores y tomeguines, con que la décima criolla se ha saturado desde siempre. También se incluyen marinas con barcas y caracolas y muchachas que miran al mar; un homenaje a Víctor Jara; un nuevo homenaje a la décima popular; cantos para la mujer cubana, con el acento épico de aquellos años y, por último, un canto a los oficios, dentro del que, por supuesto, también anda el de poeta. En fin, Oficio... es un cuaderno balbuceante, pero sincero bajo el signo de la época en que fue escrito: así pensábamos, así se escribía, la seguridad en el presente y el futuro daba por resultado esa poesía épica, cotidiana y coloquial, no exenta de romanticismo, con que los poetas demostraban su fe. Ya en sus libros posteriores podrá comprobarse cómo el poeta se aleja más de las generaciones de decimistas que lo precedieron, para acercarse a la actualidad con nuevas ganancias y aportes a la décima cubana. No obstante, hemos considerado necesario analizar someramente este libro, aunque su autor no quiera reconocerlo como tal, porque lo vemos como un punto de giro entre los poetas de la generación anterior y la que arribaría después.

Luego de diez años de esperar por un libro de mayores alcances, aparece Y dulce era la luz como un venado (1989) 2 con el aval de un Premio “26 de Julio” y el pie de imprenta de Letras Cubanas. En el mismo, el autor incluye algunas décimas de Oficio de cantar y otras lentamente manoseadas a través del tiempo para dejarlas en su más desnuda belleza, junto a las nuevas. En este libro se resumen los temas que le preocupan y que podemos hallar en todas y cada una de sus publicaciones, tales como: la infancia, la familia, la naturaleza, la mujer, el amor, los otros poetas, la muerte y los sentimientos más íntimos. Sin embargo, con él rinde homenaje a la décima, así como en general a la poesía, a través del empleo de diversos recursos como: la interrogación, figura patética que permite la exaltación emotiva, la anáfora y la amplificación, la etopeya, la repetición, las imágenes complejas, entre otras. Dentro de las diferentes secciones se pueden apreciar hermosos textos, como los dedicados a sus hijos, al amor, a la mujer. Todavía el poeta se asoma candoroso y suave, pero a veces, para no demostrarlo, se oculta tras imágenes que llevan en sí un apegado espíritu vanguardista y constituyen una real bofetada en medio del poema: ve ómnibus habitables / por golondrinas. Ve yaguas / verdeazules y piraguas. Dentro de una misma estrofa puede existir ese cambio, como un tajo que la divide en dos; de un lado, la poesía más fresca y delicada: Ella sueña y siempre está / Cerca del aire; del otro, una poesía que se impone como una imagen de algún filme de Buñuel o la sucesión de escenas surrealistas en un contemporáneo vídeo clip: ... un calambre / como un antifaz de hierro / la sacude al ver su perro / degollado en un alambre. Luego la serie vuelve a ser armoniosa en toda su trayectoria. ¿A qué se deben esas variaciones? ¿Gritos de rabia? ¿Deseos de mortificar al lector? De sus propias palabras puede tomarse la confesión encontrada en su respuesta a una pregunta de Félix Luis Viera acerca de la décima, incluida en el libro de testimonios Pasando sobre mis huellas (2002) 3, cuando dice: “A veces me interesa herir, golpear sobre la ceja del que muerde”. Todavía en este libro no se manifiesta en toda su magnitud esta peculiaridad de su poesía, como se verá en libros posteriores, aunque ya aparecen algunos atisbos en el uso de vocablos técnicos (a la manera de los futuristas) con los cuales se busca la originalidad, pero que resultan inusuales dentro de la poesía y se perciben ajenos a ella, tal es el caso de obús, sextante, escafandra, y varios más. Tal vez la justificación del uso de tales términos, como se manifiesta en el antes citado documento, radica en su apego a la poesía vanguardista:

“Si acudo a los patrones métricos tradicionales es sencillamente porque intuyo, en esta época que casi me atrevo a calificar de post-poética, que son estos los que acarrean, en su dúctil anatomía, el ángel de una nueva, inquieta y mucho más reposada vanguardia”.

Después de La luna en un cartel (1991) 4, en verso libre, el autor retorna a la décima, esta vez con La próxima persona, de Ediciones Capiro, en 1993. En la nota de contracubierta puede leerse:

El hombre ante la persona que es y que a la vez, se niega a ser, las contradicciones que se develan en el lógico paso de su existencia, en la consecuente pérdida de la juventud y la sensible lucidez, son algunas de las preocupaciones que el autor de La próxima persona nos deja entrever en este curioso decimario. 5

Trataremos de ver algo, más allá de lo que la aguda percepción del poeta Félix Luis Viera, el editor, pudo captar en su momento, para encontrar el sitio justo de este decimario dentro del conjunto de la obra de Riverón, consideraciones que tal vez difieran en algo del análisis, profundo y exhaustivo, realizado por la crítica especializada de Carmen Sotolongo Valiño en “El difícil camino hacia la perfección (III)” 6. En ese sentido, podemos partir de una “disección” de las características temáticas y formales que advertimos en este libro:

La métrica que requieren los temas. Junto al espineliano octosílabo, el poeta trabaja con otros metros (11, 13, 14 sílabas) y, principalmente con el endecasílabo, lo que eleva la décima al plano del arte mayor, como lo hicieran Rubén Darío y otros modernistas. Es, sin dudas la primera, “Aquí llego”, la que constituye el pórtico por donde puede penetrarse en “el hombre ante la persona que es”: Este soy yo; a veces no me ajusto / al rostro de la muerte y su certeza, lo cual resulta muy lógico en quien no puede desprenderse del viento, las palomas, el arcoiris, que habitaron su infancia, o del “duende que la tarde olvidó”, porque la sombra aparecerá sobre la mesa con el implacable decursar de los años hacia la certeza de la muerte. Otras muchas décimas serán presentadas en ese molde que es uno de los preferidos de la poesía española por la variedad de su ritmo, por la sonoridad y hermosura de su cadencia y su gran flexibilidad, que resulta adaptable a toda clase de asuntos, particularmente a los de entonación elevada y robusta. “Apología gris”, por ejemplo, se adentra en el tema universal y, en todos sus libros, recurrente, de la madre, quien, con las vicarias y las begonias, es el refugio y la nostalgia de ese otro hombre que aparece en el espejo; estamos de acuerdo con Carmen Sotolongo, quien ve esas imágenes como atributos de seguridad, estabilidad y tradición.

El tema de la nostalgia. Resulta ya permanente dentro de todos sus libros y, por tanto, hay que ver en esa nostalgia la necesidad de afianzarse en un pasado que le salva el presente. Ejemplos sobran, pero en el centro de la memoria, del hombre que “fue”, aparece el hombre que “es”, el que está transformándose en la medida en que avanza: Si respiro con la forma / Del que soy y del que fui, / ¿cuánta luz se queda en mí?, / ¿cuánto de mí se transforma? Ya esta obsesión se había anunciado en los libros anteriores, así, en Y dulce era la luz..., decía: Ando, que soy mi niñez, / ando apurando los pies / para llegar a mis pasos.

La transformación. Y ese hombre que va transformándose no crece sólo para sí mismo, sino que va “Creciendo a favor del Hombre”, lo cual es un signo de madurez en el que el Hombre se escribe con mayúscula. En el poema “Mis similares”, donde asoma por un momento el rostro de la antipoesía, hay una alta conciencia del individuo en su entorno, la cual, además, es expresada a través de la enumeración y de la metáfora: ... la escalerilla / de subir a mi estatura. Desde una apropiación ontológica, y a la vez histórica, de su realidad, el sujeto lírico se sabe similar del hombre en cualquier tiempo: Soy similar del primero / que al sacudirse una brizna / bajo el sol –que a veces tizna– / fue cómplice de la noche / y con disfraz de fantoche / se hizo luz en llovizna. Esta concepción personal del ser en su tránsito por el tiempo la encontramos también, quizás con mayor nitidez, en la “Carta de reafirmación a un viejo amigo” que, por el exergo, colegimos que está dedicada a Félix L. Viera; en el poema ya el sujeto está convencido de que nada se puede hacer con el pasado y que, por tanto, ambos deberán ser: si se puede, los que lavan / Para el árbol la sombra del futuro. Pero deberán hacerlo “sin apuro”, con cautela, aunque tengan que morir el presente y darse cabezazos contra el muro, porque ese mañana reclama la poesía. Más tarde, en la última sección del libro, “El otro en el espejo”, aparecerá el hombre transformado que, sin embargo, tiene miedo de ser quien es: ¿Este soy yo? ¿Acaso tengo miedo / de la sombra en mi rostro, de la prisa / que comienza a blanquear como ceniza / al final de esta voz donde me quedo? En “Mi madre no comprende: acabo de cumplir 40 años”, reaparece el tema de la nostalgia con un fuerte acento vallejiano, pero, desde la perspectiva de quien se siente diferente. En los poemas subsiguientes va trazando diversas posturas frente a ese espejo donde está mirándose, hasta llegar al último, donde sabe, aunque muere, que se ha perpetuado: Su nombre no es aquel: el lado izquierdo / le sangra en el peciolo de las rosas / y muere perpetuado en tantas cosas / tocadas por su mano en el recuerdo.

Las pesadillas. Pueden aparecer explícitas e implícitas a través del tema familiar. “Dicen, aquí en familia” (verso que toma prestado de Eliseo Diego) da título a una sección donde la niñez ocupa más un espacio habitable, a diferencia de la primera –“Ese soy yo”– que la presentaba a través del hombre, como suponemos haber demostrado antes, aunque no se limita sólo al espacio físico: -I- ¿Quién habita esas paredes / más que tristes siempre solas?; -II- Mi casa –sus amarillas / ventanas de cara al sol– / tumefacto caracol / que cargo en mis pesadillas. Observamos que un lugar en esas pesadillas es ocupado por lo “tumefacto” (lo hinchado), palabra que también se encuentra en La luna en un cartel (he aquí una “pista” de su decursar poético). También los espejos pueden ser una huella que debe seguirse a través de sus libros. Nuevamente –como en títulos anteriores– están aquí los hijos, los hermanos, la madre, el padre, la abuela y la esposa; a esta última le canta en una forma inusual. La sección concluye con la décima endecasílaba “Mi padre en una foto de 1946”, de donde el autor toma el título del libro.

El amor de pareja: éste se extiende en “El libro de María” , a través de tres subsecciones: I. “Aquí y ahora”.- II. “A lo lejos alguien canta”. – III. “Donde nunca jamás se lo imaginan”. En principio, se advierte aquí la experimentación formal, que toma al personaje de “María” como un pretexto para expresar la inconformidad del hombre que siente sobre sí el paso del tiempo; pero parece como si esta María no despertara ya en el sujeto lírico aquella ternura que se advertía en La Luna en un cartel , aunque no proceden las comparaciones, dado que ese libro no está escrito en décimas y puede ser que, con el molde métrico y la búsqueda de la rima, se pierda un poco la autenticidad en la expresión del sentimiento amoroso. En general, la sección presenta cierto desbalance formal, ya que aparecen poemas de mejor factura, como “Gipsy”, “Idilio vivo” o “El impuro nombre que padezco”, en este último, mediante la intertextualidad con “Nocturno y elegía”, de Emilio Ballagas, el poeta logra un excelente poema de amor, junto a otros donde el experimento se convierte, por momentos, en excesos innecesarios.

La búsqueda de lo Naïf: En la sección titulada “Cuaderno naïf”, el intento de apresar la imagen primitiva, la naturaleza, mediante la sencillez plástica, ajena a la vanguardia, logrado con “Tojosa”, “Aguas” o en “Flamboyán”, se pierde en otras por el uso de metáforas como Terca flor desorejada, o esquizofrénica musa, en la décima “Girasol”, que nada tienen de naïf y sí mucho de vanguardistas. Asimismo, encontramos nuevamente una tendencia –que ya habíamos advertido en libros anteriores– al uso de vocablos tecnicistas como: locomotora, platino, torpedo o palanca, que no pueden ser hallados en los poetas primitivos.

La poesía dentro de la poesía: La sección “Para decir qué palabras” se afilia a la necesidad de auscultar la época mediante la poesía, desde el epígrafe con versos del poeta español León Felipe. En sus textos podemos encontrar versos que expresan o sugieren esa necesidad: ... ¿con qué palabra / podemos intentar que el verso abra / su tiempo a la verdad, o ser la vida? ("Signo I").

Al libro Azarosamente azul, (Letras Cubanas, 2000) 7, concurren los temas de siempre, pero en un punto superior de la espiral creativa respecto a los libros anteriores. En éste se aprecia una poesía más reflexiva, donde no se levantan ya los gritos de rabia, violencia y pesadilla que aparecían de repente, a la vuelta de cualquier página, en aquellos, aunque el dolor, los fantasmas y el ser sufrido siguen estando presentes. Desde la madurez alcanzada por el poeta en el oficio, el sujeto lírico se revela más sosegado, tanto en el contenido como en la forma de su expresión; aparece una mayor pureza estilística en el lenguaje tropológico y una mayor hondura en lo conceptual.

En este libro se descubre nuevamente la búsqueda del ser, la duda existencial: me pregunto si soy quien / devuelve en sus ojos cien / caravanas de tristeza y, por momentos, la certeza del hombre múltiple: Alguien que ya vive en tantas / personas de “mi persona”. Pero en esa búsqueda, el hombre descubre que la pena no podrá destruirlo, como lo demuestra el poema “Mi pena y mi batalla”, el cual, además, muestra un lenguaje metafórico elaborado y un tono delicado: ¿Con qué bordado la tarde / teje su opaco pespunte? [...] Viajamos mi pena y yo / hacia la nuez de la noche. Sin embargo, la rabia persiste, sólo que es asumida con mayor entereza: Pesado el fardo de mi rabia –inerte – / le enciendo falsos tonos a esta edad / cumplida en la tangible irrealidad / de un magro inexistir hacia la muerte. Aunque el sujeto sabe hacia dónde se dirige: Mi meta: llegar a un punto / de espaldas a la tristeza, aún se pregunta cómo arribar a ella: me digo: para llegar / ¿debo acaso detenerme? Atraviesa una doble paradoja, sabe que es bueno porque la noche crece en él, entonces llora y mira al sol. Pero junto a la madurez destrozadora del individuo, está la creencia en la suavidad del aire, que alumbra los sueños, y la conservación de la infancia.

Azarosamente azul presenta un nivel poético muy superior al de los otros libros, tal vez sea porque irradia una auténtica ternura en algunos poemas, donde canta a la madre –tema que en todos sus libros alcanza los momentos mejores–, así como al resto de su familia, y hasta en secciones completas, como es el caso de “Yo voy con mi niña hermosa”, dedicada a su hija. Interesante resulta el poema titulado “Derrumbe”, donde se utiliza el verso partido, sin perder el octosílabo y la estructura de la décima, para presentar la caída de la casa vieja, lo cual está perfectamente logrado, ya que a través de la lectura “vemos” cómo van derrumbándose las partes de la vivienda y cómo se destruyen sus objetos, pero tal vez lo más interesante es el final, donde se produce ya la caída total del pasado. A este poema se opone, a la vez que lo complementa, “En la nueva casa”, sitio que se proyecta hermoso y en el cual el futuro habitante entrará despojado de aquel pasado y con la certeza de que va a encontrarse a sí mismo: No pienso ubicar la vida / Dentro del escaparate; / Le ganaré ese combate / A mi tristeza suicida. [...] tal vez arribe a mí mismo / si entro en la nueva casa.

La naturaleza y el color se despliegan por todo el decimario y, a pesar de que su aparición no resulta novedosa, por cuanto en los cuatro libros anteriores ya se mostraban, hay en ellos una visión diferente, más esperanzadora, sobre todo en el azul.

La sección “Boleros y canciones”, da continuidad a una tendencia que vamos observando en los libros de varios autores de la región, la glosa –a la manera tradicional o con innovaciones– de canciones populares, con lo cual se rinde homenaje a la música cubana y latinoamericana. Así, encontramos a autores como Agustín Lara, Pablo Milanés, Roberto Cantoral, Amaury Pérez Vidal, Simón Díaz o Benny Moré.

La última sección el autor la dedica a su hermana y está compuesta por seis décimas en las que glosa la poesía de Antonio Machado, ello resulta verdaderamente significativo si se tiene en cuenta que todo el libro está signado por el epígrafe inicial, de Rafael Alberti, lo que nos indica la voluntad del poeta –pensamos que lo logra– de asumir la décima en la cuerda de los poetas clásicos de nuestra lengua, como Miguel Hernández, Vicente Aleixandre y Federico García Lorca, entre otros, voluntad que ya sienta pautas y se ha iniciado también como tendencia en la praxis más reciente de los poetas villaclareños.

Después de Azarosamente azul apareció otro decimario, Bajo una luz que no existe (Letras Cubanas, 2005) 8, así como una sección en décima-romance en el libro Otra galaxia, otro sueño (Ediciones UNIÓN, 2005) 9.


REFERENCIAS

1. RIVERÓN ROJAS, RICARDO. Oficio de cantar: décimas. – Camajuaní : Sectorial Municipal de Cultura : Taller Literario “José García del Barco” , [1978]. – [11] p.

2. ________. Y dulce era la luz como un venado. – La Habana: Ed. Letras Cubanas, 1989. – 91 p.

3. ________. "Aquel lejano y melancólico laúd". –p. 58-61. – En su: Pasando sobre mis huellas: crónicas para imaginarse medio siglo. – La Habana: Ediciones UNIÓN, 2002.

4. ________. La luna en un cartel. – Santa Clara: Ediciones Capiro, 1991. – 68 p. – (Colección Aldaba)

5. ________. La Próxima persona. – Santa Clara: Ediciones Capiro, 1993. – 91 p. – (Colección Aldaba).

6. SOTOLONGO VALIÑO, CARMEN. “El difícil camino hacia la perfección (III) : La próxima persona” . Huella (Santa Clara) 3:10-12, mayo-ago., 1996.

7. RIVERÓN ROJAS, RICARDO. Azarosamente azul. – La Habana: Ed. Letras Cubanas, 2000. – 78 p.

8. ________. Bajo una luz que no existe. – La Habana: Ed. Letras Cubanas, 2005. – 84 p.

9. ________. Otra galaxia, otro sueño. – La Habana: Ediciones UNIÓN, 2005. – 92 p.


Versión original en el sitio web
La décima es un árbol.


sábado, 11 de julio de 2009

Los resultados rebasan
nuestro modesto propósito

Intervención de Pedro Péglez González, presidente del Grupo Ala Décima, en el evento teórico del XVI Encuentro Festival Iberoamericano de la Décima, en la XLII Jornada Cucalambeana, Las Tunas, 2 de julio del 2009.

Ante todo, agradecemos en general a los que nos han antecedido por lo que cada cual sin duda ha aportado. Muchas ideas expresadas en ponencias e intervenciones de estos días, me relevan incluso de la intención que traía de expresar algunos puntos de vista en nombre del Grupo Ala Décima. En particular nos identificamos totalmente con los esclarecedores conceptos vertidos por Virgilio López Lemus en su conferencia de apertura del coloquio y, también de modo íntegro, con la intervención de Carlos Tamayo al iniciar el segundo día. De este último, su pronunciamiento sobre la condición de Las Tunas como sede natural e irremplazable de la Jornada Cucalambeana, ya lo respaldamos públicamente en su momento, con los matices particulares de nuestros puntos de vista.

Por su parte, entre las ponencias de la comisión 2, ya Carlos Chacón mencionó algunos de los empeños del Grupo Ala Décima dentro del conjunto de afanes promocionales que se realizan en diversos puntos del país a favor de la esrofa.

El Grupo Ala Décima es uno de tantos resultados de la tendencia al agrupamiento de los decimistas, y se propone una humilde contribución a su promoción y al intercambio entre sus creadores. Creado en el 2000, es un proyecto de la décima escrita, sin olvidar los vasos comunicantes de esa vertiente con la vertiente de la oralidad repentista.

Radica en la Ciudad de La Habana, con sede principal en Alamar. Además de una veintena de colaboradores, cuenta con 32 miembros efectivos, 7 de ellos integran filiales municipales en San Miguel del Padrón y Guanabacoa, y otros 6 son representantes de la agrupación en las provincias de Pinar del Río, Villa Clara, Cienfuegos, Las Tunas, Holguín y Camagüey. Los representantes de Ala Décima son conductores de tertulias o dirigen grupos en sus territorios respectivos. En Ciudad de La Habana, nuestro Grupo coauspicia o promueve una decena de peñas o tertulias.

Ala Décima organiza desde hace nueve años un concurso nacional, con el coauspicio del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y otras siete instituciones, entre ellas la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, con la cual nos unen muy estrechos vínculos en otras acciones promocionales. Además, entrega premios en los concursos nacionales Regino Pedroso y Décima al filo, cuyos eventos respaldamos, al igual que otros, como la Bienal Identidad, en Jarahueca, Sancti Spíritus.

En marzo del 2006 nuestra agrupación inauguró en internet el sitio web Cuba Ala Décima, que hoy suma 1620 reseñas publicadas en su página principal, sin contar las publicadas en sus cuatro secciones especializadas. Al surgir, el objetivo era poner este recurso de las nuevas tecnologías, desde nuestra modesta posición, también al servicio de la promoción de la décima cubana en la llamada red de redes. Sin embargo, los resultados rebasaron nuestro propósito: A partir de aquel marzo del 2006, se fueron sucediendo nuevos espacios web dedicados a la décima en distintos países latinoamericanos. Todos ellos, cuyo surgimiento y evolución narramos a continuación, están actualmente enlazados.

En junio del propio año entró en funcionamiento el Rincón de la Décima de Yahoo, generado en México y coordinado por el poeta Ulises Trejo Amador. El espacio de los hermanos mexicanos tiene carácter de foro de décima escrita muy apegada a la oralidad, con especial gusto por la controversia. En su mayoría de México, pero también de otros países, los poetas se registran en el Rincón de la Décima de Yahoo y esto les permite acceder libremente al foro y colocar allí sus décimas para participar en discusiones poéticas que se inician y concluyen sucesivamente. Recientemente celebraron su tercer aniversario con un gran fandango en la ciudad de Puebla, encuentro al cual fue invitado Ala Décima expresamente por sus organizadores, y a quienes expresamos nuestro saludo.

En octubre del 2006 surgió el sitio web La décima tiene nombre de mujer, un espacio colectivo de una docena de mujeres poetas decimeras chilenas, radicadas en la ciudad de Concepción y lideradas por la poeta Bárbara Calderón, grupo que ya se había nucleado en actividades poéticas de calle y en la tertulia titulada Tres mujeres nueva-mente, también con participación de poetas masculinos. En agosto del pasado año, Bárbara Calderón visitó La Habana y participó como invitada principal en tres de las tertulias que coordina o promueve Ala Décima.

En el 2007 surgió en Panamá el espacio web La décima en Herrera, en la localidad de ese nombre, bajo el auspicio del poeta popular Edy Omar Ruiz, presidente de la ANAPODE (Asociación Nacional de Poetas Decimistas) en el territorio referido, agrupación que está más bien integrada por cultivadores de la oralidad. Su sitio web no ha avanzado mucho, pero se mantiene enlazado y en frecuente contacto con Cuba Ala Décima y con los otros sitios mencionados.

En julio del 2008 surgió el espacio web Guatemala en décimas, dirigido por los poetas Roberto Cifuentes y Walter González, quienes han promovido también encuentros decimísticos en su país con una veintena de personas interesadas, en este primer año de vida, el cual celebrarán en este mes. Es el caso más interesante para nosotros, por una parte por el escaso conocimiento que poseíamos de la inclinación por la décima en ese país, y por otra parte por la vehemencia con que lo han enfrentado: Se han empeñado —y han mantenido— en una búsqueda y rescate de la historia de la décima en Guatemala, desempolvando estrofas desde el siglo XVII, revalidando figuras como José Batres Montúfar, poeta romántico guatemalteco nacido por cierto el mismo día, mes y año que nuestro Plácido, y cuyo bicentenario, por tanto, también están celebrando. Otro ejemplo del calor solidario latinoamericano que los anima fue su gesto de comprar, mediante colecta, un disco duro de alta capacidad, para reponer el de Cuba Ala Décima, dañado irreversiblemente meses atrás.

Como dijimos antes, todos estos sitios están permanentemente enlazados y en frecuente intercambio, y ello se puede comprobar revisando con el necesario detenimiento todos estos espacios.

Concordaremos todos en que estamos ante un fenómeno nuevo dentro del contexto de las potencialidades de promoción e intercambio entre los poetas decimistas de los pueblos hermanos de Nuestra América. Fenómeno nuevo que requerirá de un estudio más profundo, y del cual esta es sólo una somera e inicial aproximación, la única posible por el momento para el Grupo Ala Décima, dados los recursos humanos y materiales de que disponemos.