miércoles, 29 de septiembre de 2010

Yoerky Sánchez Cuellar:
”Cinco décadas des
pués
regresamos a esta plaza”

Foto: Roberto Ruiz

En el acto recién celebrado en la histórico lugar de la capital cubana donde, 50 años atrás, el Comandante en Jefe Fidel Castro fundó los Comités de Defensa de la Revolución, pronunció estas patrióticas estrofas el popular poeta Yoerky Sánchez Cuéllar, joven periodista y director de la revista Alma Mater:


1-

De la ONU retornaba
el Comandante aquel día
y una fuerte algarabía
en las calles se observaba.
Mientras el pueblo escuchaba
al héroe firme y gallardo
cada palabra era un dardo

de luz, verdad y humanismo.
Por eso el imperialismo
mandó a poner un petardo.


2-

Pero el petardito aquel
no provocó ningún susto,
y hasta podría ser justo
darle las gracias a él

porque al oírlo, Fidel
tuvo una nueva razón
para, desde ese balcón,
fundar, ante tanta ofensa,
los Comités de Defensa

de nuestra Revolución.


3-

Cinco décadas más tarde,
los cederistas venimos
al lugar donde nacimos,
donde fracasó el cobarde.
Donde en cada joven arde

la misma pasión aquella
que fue dejando una huella
contra el odio del verdugo

porque rompimos el yugo
para ponernos la estrella.


4-

Cincuenta años ¡qué obra
tan genuina nos alumbra
cuando la patria se encumbra
frente a cualquier maniobra!

En este acto que cobra
dimensiones altruistas
faltan cinco cederistas
que desde el suelo norteño
protegían nuestro sueño
de elementos terroristas.


5-

Los jefes de esa comarca
deben estar intranquilos
porque saben que los hilos
del terrorismo los marca,
Francisco Chávez Abarca
muchas historias revela
como alumno de la escuela
de Luis Posada Carriles,
quien hace planes hostiles

contra Cuba y Venezuela.


6-

Aunque le llamen “derrota”
a un triunfo lleno de luz,
aunque pongan en la cruz
al héroe digno y patriota.
Aunque manden una flota
con sus marines y naves,
aunque dominen las claves

de la subversión más cruel,
no han podido con Fidel,
ni podrán con Hugo Chávez.


7-

Cederistas, cuando el mundo
está al borde de una guerra,
pidamos paz en la Tierra
sin desmayar un segundo.
Solo el sentir más profundo

puede hacer que ese Gobierno
nos aleje de un invierno
tan frío y espeluznante

que supera lo que Dante
representara en su Infierno.


8-

Cinco décadas después
regresamos a esta plaza,

y Cuba entera se abraza
en sus dignos comités.

Si nuestra batalla es
una batalla sin cierre,
cuando el imperio se entierre,
más enérgicos y enteros
entre sus sepultureros
estarán los CDR.


Tomado de Juventud Rebelde


MÁS SOBRE ESTE ACTO:

Fidel en acto de los CDR: "Somos algo más que nosotros mismos, un pueblo, una esperanza"

¡Hemos cumplido y ustedes seguirán cumpliendo la promesa de aquella eterna noche! (discurso completo+ fotos)

Foto: Roberto Ruiz


Foto: Roberto Morejón


Foto: Ismael Francisco

Vea mediante estos enlaces Décimas por la Paz, de Yoerky y su respuesta en décimas, tras el Mensaje a la Asamblea Nacional leído por el compañero Fidel, en su encuentro con los parlamentarios en agosto pasado.


EN NUESTROS ARCHIVOS:

Con nuestros Cinco Héroes

martes, 28 de septiembre de 2010


El Indio Naborí
gira con la tierra
y canta


Por Juanita Conejero
Tomado de Cubarte


Aquel niño campesino que improvisaba décimas desde muy pequeño, cumpliría este año 88 de vida. Sensible a la melodía de la espinela, que él llamó “viajera peninsular”, la estrofa se sembró en las palmas de nuestra Isla, para iluminar nuestros campos. No hay dudas que hablamos de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, seudónimo cubanísimo que él adoptó y con el que lo conoce todo nuestro pueblo y lo identifican más allá de nuestras fronteras.

Nació el 30 de septiembre de 1922. De niñez descalza y pura, plena de ilusiones y sueños en su inocencia cristalina. Era el menor de cinco hermanos de un hogar donde “los gallos finos del amor, acechaban en sus ojos”.


Sus ojos ebrios de llano
Se achican de sol y viento
bajo el amparo mugriento
de un sombrerito de guano.
Le impone un sol de verano
toda su inclemencia cara,
en su ropa, dondequiera,
hay tierra, como si fuera,
un surco que caminara.


Tenía once años cuando creó su primer soneto, dedicado a Luis Melián, un joven dirigente de su comunidad.

Nació el Indio para cantar a la vida, a la Patria, a la tierra, a la muerte, a la eternidad. Nació para amar y para reafirmar que es posible la eternidad en el amor.

En 1949 contrae matrimonio con Eloína. Tuvieron en el 50 el primer hijo, cuya ausencia muy dolorosa, provocó en el poeta emoción tan intensa que dejó para la memoria “La fuga del Ángel”, uno de los más hermosos textos, antológicos, en la poesía cubana de todos los tiempos:


¿Adónde fuiste ángel mío,
en la última travesura?
Quizás quiso la ternura
mudarte para el rocío.
Te fuiste como en el río
un pétalo de alelí
y has dejado tras de ti
una estela de cariño,
recuerdo que, como un niño
sin cuerpo, va junto a mí.


Después llegaron otros hijos:


Amada, la tristeza nos amarra los brazos.
Hay que desamarrarse.
No se puede vivir con los brazos cruzados, inútiles, cobardes.
Tú necesitas fuerzas, movilidad, deseos,
para seguir tu pastoreo de ángeles.


Eloína, esa mujer amada, que le entregó nuevas pupilas con el cristal de su voz, cuando el poeta perdió definitivamente la vista.

Hoy estarían cumpliendo 61 años de casados.

Vivió El Indio intensamente, escribió sin detenerse ni un minuto y no sólo décimas, a las que situó en un altísimo escaño literario, sino otras estrofas clásicas y hasta el verso libre, convirtiéndose aquel pequeño y asombroso improvisador, en el destacado poeta que ubican los especialistas como representante muy significativo del neopopularismo de la Generación del 27. Incursionó también en la prosa de muy diversas formas, concretada en prólogos, estudios de tradiciones, investigaciones, ensayos, folclor y muy especialmente en el periodismo donde se destacó de manera muy especial. Sólo mencionar, entre tantas colaboraciones, los 23 años en la revista Bohemia.

Recuerdo las estampas campesinas publicadas en El País Gráfico, semanario cultural del periódico el País en la década del 50. Quedaron como lienzos en la historia de la creación literaria cubana.

Fue El Indio consecuente con sus ideas martianas. En 1952, integró la prosa clandestina y junto a representantes de la generación del Moncada colaboró con el colectivo de Son los mismos, publicación que Fidel llamó posteriormente: El Acusador. Miembro también de la Sociedad Nuestro Tiempo, luchó contra las injusticias y desmanes de aquella triste época pre-revolucionaria.

Por su filiación política y su labor literaria se relacionó con importantes personalidades de la cultura nacional: Juan Marinello, Nicolás Guillén, Mirta Aguirre, Navarro Luna y Raúl Ferrer entre otros.

Disfrutó junto al pueblo el triunfo radiante del Primero de Enero. Escribió textos patrióticos inolvidables. Conoció al Che y narró en décimas la epopeya de la Revolución cubana.

¡Cuántas cosas podrían decirse del Indio Naborí! Trabajó con toda energía, fue fundador y promotor de la Jornada Cucalambeana a principios de la Revolución y después, de manera brillante y reconocida, rescató la obra de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, y la situó en el lugar que le correspondía en la historia de nuestra literatura.

Mirta Aguirre supo reconocer estos esfuerzos del poeta, desde el Instituto de Literatura y Lingüística cuando ostentaba su dirección.

Viajó Naborí por muchos continentes representando a la Cuba feliz y victoriosa, comprometido siempre con las ideas y los principios que establecieron la Patria nueva. Fundador de la UNEAC y miembro de su Consejo Nacional.

Vale recordar su visita al VI Encuentro del Festival Iberoamericano de la Décima, que se celebró en Las Palmas de Gran Canaria en 1998. Allí por unanimidad, fue declarado el 30 de septiembre fecha de su nacimiento, el Día Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado. En ese mismo año, le fue conferido por el Consejo de Estado, el Título de “Héroe del Trabajo de la República de Cuba”.

Más de treinta textos entre prosa y verso definen su aval literario. Traducido a muchos idiomas. Múltiples reconocimientos nacionales e internacionales demuestran el valor y la trascendencia de su vida y obra, entre los cuales se destaca el Premio Nacional de Literatura en 1995.


Sólo la poesía

puede ser en la tierra
el telescopio de la hormigas
para ver más allá de las estrellas.


Fue una de los primeras personalidades de la Cultura cubana que quisimos invitar a la tertulia de Arte y Literatura “Sol Adentro” Y así lo hicimos a mediados del 2005. Esa tarde el Indio no pudo estar con nosotros. Ya su salud estaba quebrantada. Después lo visitamos. Le llevamos frutas y flores a Eloína. Ya había mejorado. Era tan caballeroso y gentil. Tan sencillo y tan inmenso. Conversamos... Meses después fallecía, en diciembre del propio año.

Ahora, el día 29 de septiembre a las 4 de la tarde, en un aniversario más de su natalicio, la Tertulia Sol Adentro en el Centro Cultural ICAIC, le rinde homenaje. Estarán junto a su memoria, muchos de sus colegas, amigos y familiares.

Vamos a demostrarle que no le hemos olvidado, que resulta imposible de olvidar, que la tierra gira y él con ella, que aunque el tiempo cae irremediablemente, aún está aquí, en la palma, violín de la brisa, en el cromatismo de las mañanas, en sus sonadas controversias, en sus estampas y elegías, en el cantío de los gallos y en su indestructible fortaleza, la que siempre demostró con sus cantos renovados, para defender en la magia de la noche la tranquilidad y el amor de sus orillas.


Los muertos juntos forman
el esqueleto del planeta
y no están quietos: giran
alrededor del Sol.
Si no quieres morir definitivamente,
vivos y muertos
preservad la Tierra.




domingo, 26 de septiembre de 2010

Desde Pinar del Río

Septiembre mágico

Por Lorenzo Suárez Crespo
(Enviado por
Zenia Regalado)
Foto de archivo


La Casa
de la Décima Celestino García, de Pinar del Río, se suma a las festividades que viene desarrollando el CIDVI (Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado) en ocasión de celebrarse este día 20 de septiembre el X Aniversario de su fundación en el corazón de la capital del país y que no solo promueve todos los géneros del folclor campesino, sino que atesora sus riquezas para bien del patrimonio artístico-cultural de la nación cubana y además, universal.

Este acontecimiento tiene sus puntos de contacto con la celebración en Palmas de Gran Canaria del Congreso de la Décima Cantada y Escrita en el que, por unanimidad y a propuesta del estudioso de la malara y Catedrático universitario Maximiano Trapero, se aprobó celebrar el Día de la Décima Iberoaamericana cada 30 de septiembre en honor a uno de los más excelsos cultores de la Estrofa Mágica, Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, ocasión en que el poeta cubano participaba en representación de nuestra Patria.

El CIDVI ha dispuesto durante los cuatro jueves del mes realizar diversas actividades que van desde charlas, encuentros de poetas improvisadores, recitales, conferencias y música campesina, entre otras propuestas culturales amplias que culminarán el jueves 30 a las tres de la tarde con una gala artístico cultural en la que estará representada nuestra Casa de la Décima con uno de sus cantautores más destacados en la música criolla, Jesús Suárez Alfaro, El Diamante Pinareño.

Aquí en Vueltabajo, al pie del río Guamá, en cuyas ondas viajan los versos de nuestros poetas para serpentear la ciudad rumbo al mar, la noche del sábado vistió sus galas con la música del Grupo Fulgor Campesino, las voces de nuestros solistas y una variedad de ofertas en el verso improvisado que fueron desde las tonadas y las controversias hasta el piropo cantado. La conducción como siempre estuvo a cargo de los poetas y que forman parte de los gestores del proyecto: Juan Montano Caro, director, y Oscar Santana Scull, director artístico.

La cita tuvo su estelaridad con la participación de las más recientes revelaciones del arte de improvisar que promueven los talleres de repentismo de la Casa de la Décima: La pequeña Flor de Virama de San Juan y Martínez, de 9 años y el Gallito del 4 de Viñales, de igual edad.

Otros espacios los ocuparon repentistas jóvenes egresados de los talleres de repentismo como Eloy Sánchez Padilla y Yaser García. El colorido de nuestras danzas criollas estuvo presente con la Compañía Sueños y Esperanzas que dirige Efraín Musiega, de la Casa de Cultura Pedro Junco de esta ciudad.

Como amantes por tradición de la malara y especialmente por su veta improvisada, los asistentes disfrutaron de una controversia muy interesante entre Jesús Padilla, poeta profesional del Centro Provincial de la Música y Juanito Rodríguez, uno de los más importantes poetas improvisadores de la provincia, natural de San Juan y Martínez.

Deudores como nos sentimos de nuestros padres fundadores, el espacio que dirige el poeta y promotor cultural Lorenzo Suárez Crespo estuvo dedicado a resaltar figuras ya desaparecidas físicamente que trascienden en el arte de la malara y que tienen sus fechas de nacimiento en este mes de septiembre. Tales son los casos de los repentistas pinareños José Miguel Mederos Mederos, El Guajiro Pensativo (el 18) y José Pérez Grela (el 20), el Poeta del Amor. El primero de Bahía Honda y el otro de esta ciudad. Ambos poetas fueron editados no solo con una muestra en plegables de sus obras, sino con las malaras que les dedican sus contemporáneos como exaltación y reconocimiento.

Estas conmemoraciones tienen como cenit al máximo exponente de la improvisación y la pluma en su consenso popular bajo los encantos de la malara, nos referimos al poeta mayor, el Indio Naborí, puente entre la obra decimística que le antecede y los exponentes de la modernidad, todo con una mirada muy renovadora, pero sin desdeñar la estructura de la más universal de las estrofas en Iberoamérica.

Los cantos de la noche subieron de tono cuando la ronda de repentistas, enarbolando el autóctono punto libre, le rindió sus honores al amigo por tanto tiempo de todos los poetas y al patriota que tuvo siempre dos grandes amores: Cuba y la malara.

Lorenzo Suárez Crespo dio a conocer no solo los nuevos plegables editados a José Miguel Mederos y a José Pérez Grela, así como otros que se ofertan al público, sino dos nuevas ediciones enriquecidas donde los poetas de Pinar del Río, de otras provincias y además de otras latitudes hispanoamericanas, asumen con gratitud y admiración la figura emblemática del Cantor de Campo Armada, el más espiritual de los poetas de la campiña cubana.

El pertinaz aguacero que sobre las 10 de la noche puso música de lluvia sobre el techo de guano del ranchón de las tradiciones campesinas a orillas del Guamá quiso acompañar esta fiesta de las artes melódicas, danzarias y de improvisadores en la celebración del X aniversario del CIDVI y como máxima expresión de amor, recordar al entrañable icono del folclor campesino, el Indio Naborí.

Del tesoro que nos reserva la Casa de la Décima Celestino García y que buena parte se sustenta del fenómeno de la oralidad, damos a conocer las malaras contenidas en los dos plegables editados en honor a Naborí y en cuya nómina aparecen poetas del ámbito iberoamericano.


NOTA DE DECIMACONTEXTO: Por razones técnicas y de espacio, publicamos solamente algunas de las estrofas referidas por Lorenzo:



HOMENAJE
A JESÚS ORTA RUIZ, EL INDIO NABORÍ
(30 septiembre 1922-30 diciembre 2005)



FREDO ARIAS DE LA CANAL

Frente de Afirmación Hispanista,
Ciudad México. México.

Amigo Lorenzo:


Ya se nos fue Naborí
a los prados del Parnaso
donde no estará de paso
pues su morada está ahí.
Quiero decirte otro sí
que tenemos en la tierra
con ganas de mucha guerra
a un matancero (*) de rara
afición a la malara
que su gran talento encierra.


(*) Se refiere a Francisco Henríquez
Premio José Vasconcelos y director
de Carta Lírica. Poeta y promotor
de la décima malara en Hispanoamérica.




FRANCISCO HENRÍQUEZ

Unión de Reyes, Matanzas, 1928

A Jesús Orta Ruiz, (Naborí)


1. -Una mañana del mil
novecientos veintidós
vino a la tierra de Dios
este trovador gentil.
Creció en el bello pensil
del lirismo de La Habana,
y desde aquella mañana
que en el empíreo destella
tuvo más fulgor la estrella
de la décima cubana.


2.- Este treinta de diciembre,
de este año dos mil cinco,
debe ser el alto brinco
que eternizado lo siembre.
Mas el treinta de septiembre,
cuando a la vida llegó,
será el punto en que partió
para dar el bello salto,
y poner la gloria en alto
con todo lo que nos dio.


3.- Como quien ama una hurí,
quiso con su fértil estro,
a ese octosílabo nuestro
––mezcla de sol y rubí––.
Y se volvió Naborí
del caribeño solar;
lo extasió rumor del mar
indio, llamado Caribe,
y fue dueño del aljibe,
del arroyo y del palmar.


4.- De la mano de su lira
la décima fue canción,
que se fue del barracón
sin dejar de ser guajira.
Ya ningún vate la mira
como silvestre despojo,
y con su mejor arrojo
visita el gentil palacio
bajo velos de topacio
y con su pañuelo rojo.


5.- La lírica trayectoria
del genio de la espinela,
siempre será luz y escuela
en el plantel de la historia.
Porque para darle gloria
con esencia universal,
la sacó del arrabal,
le pulió formas y talles,
y la paseó por las calles
limpias de la capital.


6.- Igual que El Cucalambé
vivió junto a su Rufina,
Naborí tuvo a Eloína
––fuente de infinita fe––
Por toda su vida fue
regando su culto verso,
y es ya luminoso anverso:
la inefable llamarada
que ilumina la portada
del libro del universo.




REYNALDO GIL GONZÁLEZ

Limonar, Matanzas, 1944.


Cuando busco la verdad
voy a tu templo, Jesús,
entro, perdono y la luz
desmiente la oscuridad.
Los que aman la honestidad
no son pobres ni son viejos.
Yo, respirando consejos,
hago que mi verso encuentre
la voz del Maestro entre
el reloj y los espejos.




LEANDRO CAMARGO

San Cristóbal, P. Río, 1987


Yo quiero gozar la suerte
de poder cantar contigo,
que tú seas el amigo
bondadoso, firme y fuerte.
Quiero que acabe la muerte,
que regrese Naborí
y que pase por aquí
para tenerlo cercano
y poder darle en la mano
el beso que no le di.




sábado, 25 de septiembre de 2010



“Los sillones
más allá
de las estrellas”


Redivivo Naborí
en la Casa del ALBA


Si por algo fue este un genuino encuentro de homenaje, fue porque allí no se hizo más que ahondar en cómo hacer realidad los sueños. En cómo ponerse las mangas a los codos, sin reparar demasiado en la distancia hasta la nube, y empinar sin cansancio la mano hacia la altura, para traer a tierra lo soñado y
darlo a los demás.

Y qué mejor tributo. Porque ese en esencia es el legado de perseverancia y dación que, en sus versos y con su vida, nos dejó a todos Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí.

De modo que fue mucho más que el anunciado cierre del ciclo de conferencias previsto en el programa por el décimo aniversario del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, y en las vísperas del Día de la Décima Hispanoamericana, cumpleaños del poeta.

La sencilla cita, en un acogedor teatro de la Casa del ALBA, en El Vedado, Ciudad de La Habana, contó con cuatro escritores como ponentes de otras tantas experiencias.

La poetisa, profesora y promotora cultural Bertha María Gómez movilizó la admiración del auditorio al hablar del Proyecto Naborí, de la Cátedra de Oralidad de la Sede Municipal de la Universidad de La Habana en San Miguel del Padrón, empeño en el cual están integradas varias entidades de la localidad, entre ellas la filial del Grupo Ala Décima, de la que Bertha es coordinadora.

Mayo del 2005. Naborí y Eloína en San Miguel del Padrón, durante la última visita del poeta a su terruño natal. En ese encuentro, se creó la filial del Grupo Ala Décima en el territorio.


El Proyecto Naborí ha logrado concertar los esfuerzos de las instituciones y organizaciones del territorio que vio nacer a Naborí para alcanzar, por encima de carencias y ocasionales incomprensiones, un adecuado enrumbamiento del anhelo de ponderar justamente todo el amplio patrimonio vivencial y literario del poeta en su terruño natal. La concreción reciente del Parque Naborí —en un terreno baldío justo a la entrada del municipio, con el aporte de pobladores, artistas y escritores—, testimonia los alcances del referido Proyecto.


El poeta
Pedro Péglez González, presidente del Grupo Ala Décima, narró las experiencias de esa agrupación, nacida en el 2000 en la peña semanal de la biblioteca Tina Modotti, al calor del aliento que siempre les brindó el Indio Naborí, visitante frecuente de ese espacio literario desde los años 90.

En el autor de Viajera peninsular, aseveró el ponente, encontró siempre el Grupo Ala Décima una paternal acogida inspiradora para la vocación de servicio a favor de todos los creadores decimistas que anima a esa pequeña brigada, que realiza su trabajo casi exclusivamente con el aporte voluntario de sus mílites, y sin ninguna infraestructura profesional, que ya se le va haciendo necesaria.

La agrupación acumula hoy diez años de quehacer, igual número de ediciones realizadas de su concurso nacional, premios entregados en otros certámenes, 35 miembros activos que incluyen representantes en cinco provincias, dos filiales en la capital y una en Las Tunas, y un sitio web, con más de 300 reseñas publicadas que proyecta su labor de promoción a toda Iberoamérica y sostiene en la actualidad vínculos permanentes con espacios web similares en México, Chile, Panamá y Guatemala, así como con creadores de otras latitudes.

Al consumir su turno, María Eugenia Azcuy (Maruly), Máster en Ciencias, investigadora y profesora, por muchos años leal y eficaz asistente del Indio Naborí, ilustró al público muy amenamente, con apoyatura audiovisual, sobre ángulos poco explorados de la obra del poeta, como el tema religioso y el enfoque humorístico tan presente en lo cubano, siempre desde una posición ética alejada de la chabacanería y la vulgaridad.

El broche de cierre estuvo a cargo de Fidel Antonio Orta Pérez, poeta y profesor de Literatura, el hijo menor de nuestro padre espiritual, quien acudió acompañado de una amplia representación de los familiares, entre ellos su mamá, Eloína Pérez. Tras agradecimientos innecesarios, pero venidos de la modestia y bondad sembrados en él desde la infancia, Fidelito quiso compartir con el auditorio la experiencia de su intercambio reciente con estudiantes universitarios en Santiago de Chile, quienes le pidieron referencias vivenciales de su padre, el Indio Naborí.

Relató todo el encuentro con aquellos jóvenes, para terminar, como entonces, con una carta que Fide escribió a Eloína cuando cumplió 80 años, una misiva animada del deseo de sacar a la madre y a la familia toda del pesar por la muerte del padre, a quien, estaba seguro, no se podía mantener vivo en corazones apesadumbrados. Una carta que no llegó a enviar:

“No la envié porque pensé que mi madre, en vez de alegrarse, podría entristecerse con un texto que versaba sobre la muerte…Sí, claro, sobre la muerte de mi padre, ocurrida de forma inesperada…Fue precisamente ella la que más sufrió con aquel fallecimiento. Entonces su vida se convirtió en una peligrosa bruma de recuerdos. No era fácil, no era nada fácil despedir al hombre que…Cazador de altas músicas…Sueño de lo que canta:


No hay iris. Se difumina
el color de las violetas
y convivo con siluetas
en un mundo de neblina.
Una mujer me encamina
y de guijarros y abrojos

va librando mis pies flojos…

¡Ay, quién me diría que
los ojos que ayer canté
hoy fueran mis propios ojos!


No era fácil, no era nada fácil. Por eso pasaba el tiempo y ella seguía sumida en una tristeza sin final...Fue precisamente esa tristeza lo que motivó mi carta, una suerte de nueva invitación a la vida, de resurgir con el brío que emanaba del amor que ellos dos se entregaron durante casi sesenta años…La chispa que proclama la eternidad del fuego”.

Y Fide leyó la carta, cargada de la poesía en que se forjó el ámbito familiar, y cuyo final nos acerca la certidumbre de cuán vivas podemos y debemos alcanzar, para estrecharlas, las manos de Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí:

“Hoy es un gran día, y como hoy es un gran día quiero pensar que el Viejo nos mira feliz desde la cumbre. Adiós al llanto. No se puede vivir con los brazos cruzados, inútiles, cobardes…Rescatemos del aire nuestro tesoro en fuga. Necesito verte sonreír y recuperar la completa visión de futuro que siempre tuvieron mis adioses, razón que explica esta carta con cristal de aumento. La fuerza de luz proyectará el brillo de nuestros ojos hacia lo infinito, única forma de tocar nuevamente la esperanza y reencontrarnos con él; aunque esta vez, para continuar la plática, tengamos que ubicar los sillones más allá de las estrellas”.



VEA EN NUESTROS ARCHIVOS:

Resultados del I concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz 2009.
Proyecto Naborí por la memoria del poeta.
Sobre la Peña y el Parque Naborí, y la filial de San Miguel.



sábado, 11 de septiembre de 2010



La décima
en Eliseo Diego


Sobre su obra
en esa estrofa,
a propósito del
aniversario 90
del n
atalicio
de este poeta,
Premio Nacional
de Literatura 1986



Por Carmen Sotolongo Valiño
Tomado del sitio Sentado en el aire,
reproducido de la revista digital
Hacer
se el cuerdo, de Santa Clara


Se cum
plen noventa años del natalicio de Eliseo Diego y yo estoy de jurado en el certamen Fundación de la Ciudad de Santa Clara en el ¿género? de décima. Luego de haber leído los libros concursantes, haberme encontrado casi en cada uno muchos buenos poemas y haber sufrido lo indecible con la lectura de tantas "renovaciones" --que, absurdamente, se reducen, si bien miramos, a lo tipográfico--, oigo la noticia de la tardía inclusión del homenaje al poeta de En la Calzada de Jesús del Monte, en la Noche de los Libros. Casi sin querer me tomo un descanso releyendo los versos que me han consolado toda la vida: un sorbo de café en la madrugada…, la confortable arcilla…, la hirviente nave del maíz dorado…, Cuando la sota de Espadas es triunfo... Miro al techo, deploro una vez más estos jurados a larga distancia, ¿es posible debatir por teléfono la "atmósfera" de un libro?, ¿es serio llamar "innovación", a disponer la estrofa en forma de párrafo y disimular así las torpezas métricas, la falta de oído para los acentos, la necesidad de rimar hasta el cansancio con verbos conjugados en la misma forma gramatical? Desde tiempos inmemoriales me llega la voz del autor de Eclesiastés: No hay nada nuevo bajo el sol, y la de Luis Rogelio Nogueras añadiendo: Ni sobre él.

Se ha probado hasta la saciedad que todas las irregularidades de la décima se cultivaron desde su propio nacimiento: alargamientos (doce versos), cabo roto, motete, verso cortado; decimillas en arte menor, y también en eneasílabos, decasílabos, endecasílabos, alejandrinos y versos mayores; variaciones en el esquema de rimas; décimas asonantes, polimetría, y un largo etcétera, cuyo estudio el interesado puede encontrar, abarcando desde antes del mismísimo Siglo de Oro hasta el modernismo, en la Métrica Española, de Tomás Navarro Tomás, o, si lo quiere más concentrado y hasta la contemporaneidad, en La décima escrita, de Adolfo Menéndez Alberdi (1987). Quizás por eso ahora las "renovaciones" se concentran en lo tipográfico, en dislocar la estrofa por toda la página, aprovechando los encabalgamientos, o desarticularla atendiendo a una supuesta confluencia de sentido. Bien, esto, una vez más, es muy viejo, como novedad lo ofreció la vanguardia artística hace ya justamente un siglo, y si pasó muy pronto a otras novedades es porque el recurso en sí no daba para más. Y la disposición en forma de párrafo pretende renunciar a una de las peculiaridades más expresivas de la poesía española: la pausa de fin de verso y la ley del acento obligatorio, con la consiguiente diferencia de duración silábica que le acompaña. Por supuesto que este pretendido renunciamiento no es un logro, ya que para leerla no queda más remedio que recomponer en la mente la estructura tradicional, y aún en el caso de que uno se encuentre con versos bien medidos y rimados, la pérdida de intensidad poética es notable. El resultado de todo esto no es más que una aplastante monotonía, y no me deja de causar asombro la defensa a ultranza, el "fundamentalismo", con que se pretende erigir en parámetro de calidad algo que se consigue presionando la tecla correspondiente en la computadora (aquí la Sota de Espadas me mira insolentemente y quiere derribarme). Verdad de Perogrullo: la calidad de un poema en décimas, como la de otro escrito en cualquier otra estrofa, o en verso libre, o en prosa poética, no depende para nada de estas "renovaciones" externas. No están en ellas los versos que nos acompañan como propios y que, como decía Eliseo, nos ayudan a vivir. Una de las razones que percibí, subyacente en este fundamentalismo es el horror que sienten los que hacen décima escrita a que se les considere contaminados de repentismo: cualquier aire que recuerde nuestro canto popular se considera descalificador y así botan al niño junto al agua sucia de la bañera. No ocurre esto último, por suerte, entre los poetas que residen en nuestra provincia y que escriben, entre otras cosas, décimas, porque ya hace un largo trecho que están de vuelta de estas "majaderías antirrepentistas" (parafraseo a Ricardo Riverón). Hay en nuestra poesía popular más auténtica (ya sea humorística o seria) un impulso vital, una trascendencia de asuntos, una gallardía y una eficacia comunicativa que no es de desdeñar, y menos en estos tiempos de tanto verso estragado. La oralidad tiene vicios, como también los tiene la escritura, solo que en esta última son menos disculpables. Lo imprescindible es que tanto si aparece dislocado como si está en forma de párrafo, el poema en décimas sea un buen poema. Al fin del juego: fe y barajar.

Varias y muy buenas décimas incluyó Eliseo Diego en su libro Por los extraños pueblos (1958), junto a sonetos, otras formas estróficas y poemas en verso libre. Los lectores de sus conferencias y ensayos saben bien cuánto apreciaba la cultura tradicional popular (Secretos del mirar atento, Los cuentos y la imaginación infantil, Los hermanos Grimm y los esplendores de la imaginación popular, por citar algunos). Hace algún tiempo publiqué en la revista Signos, un trabajo acerca de la relación que puede apreciarse entre las antiguas fábulas y algunas piezas de Versiones. En Por los extraños pueblos, en el poema "Las casas de madera", se refiere a la estrofa como sigue: Las casas de madera / por las tardes sonando / como lejana décima,/ (…), luego, al final del mismo, expresa que el polvo del Domingo asciende "como canción del pueblo". Si el sonar de esta canción lo encanta, no es extraño que prefiera la espinela; una de las más recordadas, conocidas, glosadas o utilizadas como exergo, es la primera redondilla de "Los trenes": ¿A dónde han ido los trenes / llenos de fama y poder, / cuya elocuencia fue ayer / la gloria de los andenes? Hay once poemas en el libro compuestos por una sola estrofa en forma de décima, todos octosílabos, todos con pausa después del cuarto verso, con predominio de encabalgamientos suaves por suprametría, los cuales a veces son interrogaciones o exclamaciones. En ellos encontramos sus temas obsesivos: la memoria, la infancia, la muerte, el tiempo, los animales y los objetos entrañables que rodean la vida cotidiana del hombre. Son ricos en recursos estilísticos, su tejido poético es complejo aún dentro de la aparente sencillez de la espinela. "La guerra", por ejemplo, termina con una superposición temporal, que constituye un cierre magnífico para el breve poema:


El fiel anciano repasa
sus memorias. El caballo
sediento, y el fino gallo
que sacrifican. Y pasa
la tarde lenta en la casa
que la vasta lluvia encierra.
Va entrando el agua, y no cierra
el postigo. Y un instante
nos da en la cara, fragante,
la intemperie de la guerra.


En los poemas descriptivos, la tropología visionaria otorga una dimensión simbólica a sus paisajes, que desborda el plano de lo enunciado, así, por ejemplo, en "Las nubes":


¡Qué libremente se van
las nubes, qué lentamente!
Y cuando el monte prudente
las llama oscuro, le dan
áureas migajas de pan
y siguen alucinadas
por las sabanas moradas
que tienen costas de fuego
--en las que se pierden luego
suaves, dementes, calladas.


En la poesía de Eliseo Diego pueden encontrarse magníficas piezas cuyo pretexto es la descripción de una pintura, un retrato, y desde ahí se abren a otra dimensión, generalmente a una superposición situacional (de tiempo-espacio), por ejemplo su "Óleo del cobertizo con las aves" o "Vasija india". Son excelentes ejemplos de escritura ecfrástica, como lo son también sus décimas "La taza" o "La luceta", que pudieran estar en el "Catálogo rimado" del Museo de Artes Decorativas, al igual que "La consola":


Consola que tantas cosas
sostienes en el olvido,
madre del reloj dormido,
protectora de las rosas;
en estas noches tediosas
en que el silencio nos duele,
déjame que te consuele,
vieja de piedad sencilla.
Si toco el tiempo en tu orilla,
qué importa que octubre vuele.


De pronto advierto que el poema titulado "La esfinge", compuesto por decasílabos blancos con alguna rima asonante libremente distribuida, consta de diez versos; quizás alguien considere que es una décima irregular, pero lo que sí es seguro es que es una bellísima concentración de los motivos poéticos que tanto nos deslumbran en este poeta: las lejanas provincias de la infancia, los patios, "el pequeño lagarto en el río / misterioso del muro", los canteros, el terrible temblor de lo perdido, la impasibilidad ciega del tiempo. Ahora tendría noventa años Eliseo Diego y una vez más sus versos me ayudan a vivir y a sobrellevar el peso de los días.


Artículo tomado de Hacerse el cuerdo, Revista digital de la UNEAC en Santa Clara.

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Carmen Beatriz Sotolongo Valiño (Santa Clara, 1954) Licenciada en Filología por la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas. Crítica e investigadora literaria y teatral. Miembro de la UNEAC, del Consejo Editorial de la revista Umbral y asesora del grupo de Teatro Guiñol de Santa Clara. Recientemente prologó la convocatoria poética Noche cálida en Santa Clara, publicada por la Editorial Capiro.



Mediante el siguiente enlace, versión en el sitio Sentado en el aire.



miércoles, 8 de septiembre de 2010



Presentarán
en Medellín,
Colombia,
un libro
sobre Emiliano

Verá la luz este jueves 9



Por Alexis Díaz Pimienta

Tomado
de Proyecto Oralitura


Este es un título necesario y muy esperado: “Emiliano Sardiñas: El Poeta de la Mochila” y se presentará al público el próximo jueves 9 de septiembre, a las 7 y 30 pm, en el Teatro Porfirio Barba Jacob de la ciudad antioqueña. Emiliano Sardiñas
, "El Poeta de la Mochila", se ha convertido poco a poco en el repentista más popular de Cuba y en uno de los más queridos a nivel internacional. Y se dice pronto, pero no es tan fácil. En Cuba hay cientos de repentistas de mucha calidad, todos bastante mediáticos, pero ninguno amenaza,
ni por asomo, el trono ocupado por Sardiñas desde hace varios años. Digamos que en el ranking de la popularidad repentística, Emiliano Sardiñas ocupa los puestos del 1 al 10, y el segundo lugar, ocupa el 11.

Así de simple. Todos conocen a Emiliano, todos le quieren y le admiran, cariño y admiración que “el Negro”, como le decimos muchos cariñosamente, se ha ganado a pulso, se lo trabajado ardua e incluso inocentemente. Su imagen de negro grande y bonachón, sumada a su sentido del humor y trato afable, le han abierto las puertas de todos los hogares. A esto hay que sumarle sus buenas controversias, fundamentalmente humorísticas, al lado de figuras de la talla del mítico Adolfo Alfonso o de Tomasita Quiala. Muchos son los repentistas de merecido renombre y popularidad en Cuba, pero muy pocos, repito, han logrado lo que Sardiñas: crear un personaje paralelo a su persona.

Muchas veces el público se refiere a Emiliano, no por su nombre, sino por su mote, por su seudónimo, simplemente dicen: “cantó el de la Mochila”, “va a cantar el de la Mochila”. En Cuba no sucede como en Medellín (y otros lugares de la tradición improvisadora) donde los repentistas llevan un nombre artístico o seudónimo; en Cuba, al menos en nuestra generación, esa costumbre fue disminuyendo, hasta perderse, aunque haya sus excepciones, como la de Emiliano. Y es que el seudónimo de Emiliano, como el mismo personaje, nació solo, sin impostura, empujado por la necesidad.

De tanto recorrer las calles de Cuba, mochila al hombro, “pidiendo botella” (“haciendo dedo”, “haciendo autostop”, “pidiendo aventones”) la imagen de Emiliano al borde de las carreteras, sobre camiones, guaguas, taxis particulares, o transporte de tracción animal, se nos hizo familiar a todos. Y encajó como un guante en el imaginario de miles de cubanos que pasaban (pasan) a diario la misma penuria para trasladarse. Así, sin saberlo, Sardiñas se fue volviendo un símbolo, una graciosa queja, una síntesis de ese carácter del cubano que sobrevive a las penurias, pero nada le borra la sonrisa, el buen carácter, las ganas de cantar. Sudado, con la sonrisa remangada, ha llegado Emiliano a las canturías y hasta a la Televisión, pero en lugar de quejarse se ha bajado la mochila del hombro y se ha puesto a improvisar, a cantar con gracia y desenfado, para hacernos reír a los demás, para servir de antídoto y ejemplo.

Así se fue imponiendo. Cuando muchos de sus colegas le aconsejamos que dosificara el humor para que todos valorasen su lirismo, su real capacidad poética, Emiliano hizo caso a su intuición y siguió riéndose en serio de nosotros, dando tamaño al personaje más allá de la persona. Emiliano Sardiñas. El poeta de la mochila”, llegó al imaginario popular cubano para quedarse, como muchos otros personajes del mundo de la décima, el Profesor Espinosa, Chanito Isidrón, Colorín, Justo Vega. Aunque, insisto, ninguno logró estas cuotas de cariño popular. Yo he visto familias enteras que viajan por carretera desde el Oriente cubano hasta La Habana, en guaguas, taxis o carros particulares, y los niños juegan, desde las ventanillas, a ver quién encuentra al Poeta de la Mochila en el camino, a ver quién lo descubre. ¡Imagínense!

Emiliano se ha incorporado a la imagen de nuestras carreteras como los toros de Osborne al de las carreteras españolas: cada ciertos kilómetros, estés donde estés, emerge majestuoso la imagen negra de un toro de Osborne en la punta de un cerro, recordándole al viajero que está en territorio fértil para la tauromaquia. Así mismo, alguna vez la imagen de un negro grande con una mochila al hombro avisará en las carreteras cubanas de que el viajero se halla en tierra fértil para los improvisadores.

Desde el punto de vista meramente artístico, Emiliano Sardiñas es, sin duda, una de las figuras más relevantes del repentismo cubano actual. Famoso por su capacidad para el repentismo humorístico es también un improvisador de altísimos registros poéticos y de gran capacidad fabuladora. A todo esto hay que sumar un carisma indiscutible y un carácter bonachón y franco que lo han hecho acreedor del respaldo popular en todos los lugares donde ha actuado.

Durante 20 años Emiliano Sardiñas, el Poeta de la Mochila, ha andado con su metafórica mochila al hombro, llena de versos y cariño popular, por todos los rincones de la isla (no hay ningún otro improvisador que pueda alardear de un mapa de actuaciones tan amplio y variado como Emiliano, que ha cantado en cientos de municipios, barriadas, caseríos y fincas todas las provincias de Cuba); a esto habrá que sumarle su proyección internacional que lo ha llevado varias veces a Colombia, Chile y México, y al menos una vez a España, Italia, Francia o Serbia. De modo que cuando se escriba la historia del repentismo cubano en los siglos XX y XXI el nombre de Emiliano Sardiñas Copello tendrá que aparecer en lugar destacado y en mayúsculas, rodeado de sonrisas y ovaciones.

Y en todos esos lugares ha dejado la misma huella, con mochila o sin ella. Yo he visto a jóvenes italianos, franceses y serbios, por poner sólo unos ejemplos, reír, charlar o fotografiarse con Emiliano como si lo conocieran de toda la vida. Y qué decir en Canarias, donde para romper su propio récord de ocurrencias y medios de transportación lo he visto descender de un helicóptero, vestido de Rey Mago (Baltazar, por supuesto), esta vez con la mochila llena de caramelos para miles de niños grancanarios, y luego desandar las calles de la isla encima de un camello “de verdad”, no del ya mítico “camello” de Alamar en el que tantas veces ha montado; o en Chile, donde incluso fue rebautizado como “el Alcalde de Isla Negra”, un golpe de estado a don Pablo Neruda que seguramente hubiera arrancado grandes carcajadas a su amada Matilde.

Pero donde la popularidad y nomadismo de Emiliano llega a niveles increíbles es en Medellín, Colombia, su segunda casa, barrio, ciudad, tierra. En Medellín, Emiliano se convierte en un insecto palo, ese curioso animalito de la familia de los Fásmidos que, para protegerse, se camufla en el bosque, adquiere forma de palo, como su nombre indica, y muy difícilmente sus depredadores dan con él. Es el caso de Sardiñas en Medallo. En cuanto llega a Medellín, mochila al hombro, Emiliano se convierte en un poeta fásmido, en otro paisa, y nadie que lo ve descubre que nació en Songo la Maya, que canta en La Habana, y que en ese mismo instante miles de niños cubanos lo están buscando por las ventanillas, perdiendo sus apuestas.

Una vez en Medallo a Sardiñas le empiezan a brotar carrieles, machetes, sombreros, arepitas, quihubos, trovas... y pasa tan inadvertido que los guardianes de Inmigración, cuando tropiezan con él, le piden la identificación a don Orlando. Así de simple. Por eso no me han sorprendido las últimas noticias, llegadas precisamente desde el ordenador de don Orlando. Resulta que, para celebrar los 20 años de vida artística de Emiliano Sardiñas (¡veinte años con la mochila al hombro!) la editorial SAVE ha publicado un libro sobre el repentista cubano, un libro que no podía llevar otro título, El Poeta de la Mochila, y en el que la laureada artista argentina Norma Aida Borella (así es de cosmopolita un poeta fásmido: nace en Songo la Maya, canta en La Habana, le hace un libro una argentina y lo publican en Medellín), recoge décimas, entrevistas, anécdotas, y parte de su biografía profesional y humana.

Norma Aida Borella es una artista plástica con mas de 180 exposiciones en varios países del mundo, incluyendo Cuba, y claro, una buena artista plástica no iba a perder esta oportunidad: el Poeta de la Mochila, él solo y sin proponérselo, es una instalación, un óleo, un dibujo al carboncillo, una escultura, un trampantojo, el último modelo de pop-art, una action painting guajira, un mural naif, un grito de land-art, pero en 3D, tan de moda. Ella lo vio, y lo supo. Un tipo así, tan carismático como dúctil, dejaría boquiabiertos a los mismísimos Duchamps, Munch, Chagall, Andy Wharol...

Y es ahí donde Norma Aida hace gala de ese olfato goleador que sólo tienen los grandes: un hombre-palo necesita un libro. Lo que traducido al lenguaje “real” significa: nosotros, lectores, los seres humanos normales y corrientes, debemos conocer mejor al hombre-palo, al poeta-fásmido, todos debemos acercanos a esta obra de arte descatalogada antes de tiempo. Entonces, gracias a este libro seremos más, cada vez más, quienes juguemos asomados a las ventanillas (de las guaguas, los aviones, los cruceros, las pantallas de los ordenadores) a ver quién descubre primero a un poeta con una mochila al hombro, a un palo con una mochila al hombro, a un poeta-palo que es paisa-santiaguero y que tiene una isla del color de su piel, en litigio emocional con un tal Neruda.

Y para eso, para encontrarlo fácilmente, se juntarán en Medellín algunos de sus más fieles seguidores, encabezados por don Orlando Velázquez, quien, con su séquito de jóvenes trovadores paisas, harán el merecido homenaje al Alcalde de Isla Negra, en una presentación que se entrevé tan emotiva como divertida: grandes enfrentamientos de trova y repentismo, Cuba vs. Colombia, Songo La Maya vs. Medellín, el carriel vs. la guayabera. Vaya, como para no perdérselo. Yo no podré estar, pero espero que los afortunados no solo disfruten, sino que lo graben todo y luego lo suban a Internet, para que podamos compartirlo el resto de los admiradores de Emiliano. Recuerden que esta vez seremos, miles, tal vez millones, los asomados a las ventanillas de las computadoras para ver pasar al Poeta de la Mochila, un auténtico ídolo.

Título: EL POETA DE LA MOCHILA: Emiliano Sardiñas.
Autora: Norma Aida Borella.
Presentador: Un tal Joel Sánchez
Organiza: Orlando Velázquez
Invitados: Troveros antioqueños del Taller de Orlando Velázquez y Emiliano Sardiñas.
Lugar: Teatro Porfirio Barba Jacob
Día: jueves 9 de septiembre de 2010
Hora: 7 y 30 pm


Versión original, mediante este enlace, en Proyecto Oralitura.