martes, 16 de junio de 2015

En Pinar, recuerdan a un veterano poeta


Ricardo Sánchez Rivera
 
Nos reporta el hermano poeta Lorenzo Suárez Crespo, desde la Casa de la Décima Celestino García

De izquierda a derecha, Ricardo Sánchez Rivera y Ernesto R. del Valle.


UN POETA INOLVIDABLE


Allí donde no pueden subir las alas de los pájaros, crecen las del hombre. El espíritu sube con el aire que sube.

José Martí, Carta a La Nación, de Buenos Aires, 2 de noviembre de 1890.


Estas palabras de José Martí nos evocan, entre tantos, a uno de nuestros poetas más importantes de Pinar del Río, Ricardo Sánchez Rivera, a quien con merecido tributo le cantaron los poetas del Ranchón en el habitual encuentro sabatino que sirve de escenario a la música campesina y el verso improvisado a orillas del Guamá.


Un plegable con muestras de su obra decimística fue presentado en esta ocasión y la noche fue propicia para los distintos espacios que sirven de enaltecimiento, preservación y continuidad a la música campesina y la décima oral y escrita como expresión de cubanía e identidad.

A la ronda de los poetas les siguieron las tonadas, los pies forzados, el piropo cantado y los gustados diálogos poéticos. El momento literario se reservó la presentación de los textos más recientes:

-Revista Norte, Enero-Abril 2015, No. 503-504
-Antología de la Poesía Oral Traumática y Cósmica de Manuel González Bustos
-Poemas selectos de Amado Nervo. Selección de Enrique González Martínez.
-Sonetario Mayor. Antología del sonetario oral traumático y erótico de Rosamarina García Munive.
-Antología de la poesía oral, traumática y cósmica de Antonio Rodríguez Mateo.

Nuestras Ediciones Amauta conformaron el plegable antes referido de homenaje al poeta Ricardo Sánchez Rivera a quien, en vísperas de cumplirse un año de desaparición física, el 14 de junio de 2014, tuvimos el honor de recordar como una de las figuras imprescindibles de la estrofa mágica en Pinar del Río.

Mención especial se le atribuyó al poeta, periodista y promotor cultural Ernesto R. del Valle, director de la Revista Guatiní, de quien pudimos retomar una amplia reseña al respecto y amigo con el cual tenemos estrechas colaboraciones de interés común en la divulgación del verso oral e improvisado en sus figuras estelares.

Nacido en Mariel el 2 de febrero de 1923, Ricardo tuvo una niñez campesina y desde muy joven se identificó con la improvisación que escuchaba de su propio padre. Se desempeñó en distintos ocupaciones, pero la mayor parte de su trabajo lo realizó precisamente en la cultura desde asesor en función de los talleres literarios, así como improvisador con participación en programas campesinos. Estas facetas de su afición decimística le posibilitaron ejercer su vocación poética en la televisión y la radio, espacios como Palmas y Cañas que tenían y tienen aún importantes preferencias. Fue merecedor de importantes premios como repentista.

El Indio Naborí encomió su obra y su repentismo además de Pablo León, Soriano, Tejedita, José Antonio Cabrera, Justo Vega, Antonio Camino y otros tantos de los buenos improvisadores que estuvieron a su lado en no pocos espacios de repentismo, no solo en Cuba, sino también en Miami, donde estuvo residiendo hasta el fin de sus días.

Dentro de su obra lo más significativo ha sido el gran amor que sintió siempre por la Viajera peninsular y su orgullo de ser pinareño, lo cual nos enaltece doblemente a quienes seguimos sus huellas de luz con profundo humanismo.

Fue esta noche sabatina un recuerdo lírico a un gran hombre y un gran poeta que, como Pablo León, cerró sus ojos con la visión espiritual sobrevolando el paisaje pinareño y el calor humano de sus seres queridos. Así dijo Ricardo en sus versos:

Cuando me fui de Pinar
el bohío me dio un beso
de guano por mi regreso
que no dejo de soñar.
Si un día me han a enterrar
cuando llegue el final mío
llévenme a Pinar del Río
por el aire o por el agua
y en un ataúd de yagua
entiérrenme en un bohío.

Del bohío de sus sueños está cobijado este Ranchón del Guamá donde ahora resucita y jamás cerrará sus ojos, porque en el grafito y en el canto de los poetas tendrá eterna vida.



DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos enlaces los poemas La rosa y el pincel, Definición, ¿Por quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su poemario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

SUS MÁS RECIENTES COLABORACIONES:



SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO










viernes, 5 de junio de 2015

Antología Poemas necesarios


Versos que se incrustan en las carnes
 
Una selección de poesía de autores tuneros preparada por el reconocido escritor Antonio Gutiérrez Rodríguez ha dado a la luz la Editorial Sanlope, de esa provincia


Por Miguel Díaz Nápoles
Tomado de Periódico 26


No hay nada más bello que un poema, ni siquiera una mujer desnuda.

En eso pienso cuando leo los Poemas necesarios seleccionados y prologados por el reconocido escritor Antonio Gutiérrez Rodríguez, que ha tenido la brillante idea de reunir en un texto útil aquellos versos de poetas tuneros que le cantan al amor en sus más disímiles facetas: a la pareja, la madre, el padre, o como dice el propio autor, poemas que sirven para besar la mejilla, para enamorar, felicitar o emprender vuelo mediante una tarjeta de fin de año.

"La poesía toda es necesaria para la vida; en momentos difíciles salva el espíritu y en los buenos alimenta", expresa en el prólogo Gutiérrez Rodríguez con esa prosa que solo los poetas pueden lograr.

Y es muy cierto, porque a medida que el lector se adentra en el texto comprende mejor por qué Henry Rodríguez Borjas no sabe adónde ir si sus pasos lo llevan a las orillas de la amada, o cómo la bella y talentosa Yelaine Martínez Herrera afirma que un corazón peregrino vale más que los diamantes y pide un beso sin ser beso, en la orgía de dos bocas que matan y consuelan; o que Lucy Maestre se consume en la fiebre y la osadía mientras sigue en el fuego todavía herida por el sexo y envuelta en el alud de unas caderas.

Gozo es saber que Odalys Leyva sueña con desiertos y una habitación rodeada de montañas con un hombre disperso en sus caderas; o escuchar a Reina Esperanza Cruz ofreciendo la flor de la ternura y la esperanza de un año que comienza como otro puente a una vida; o al propio autor Antonio Gutiérrez (foto a la derecha) gritando la necesidad de nadar en la ternura de unas aguas, caminando dentro del orgasmo de una mujer, sombra y luz, oráculo del misterio.

Poemas necesarios de Renael González diciéndole a su madre anciana pequeña mariposa en la cocina, con una lucecita de amor en sus pupilas grises que hondo germina, al tiempo que el padre prende su tabaco en una brasa y al trabajo con prisa se encamina; y de Waldo González López con las ansias de que siembren en su pecho un lucero para que nazcan sus madrugadas; o Aleido Rodríguez Cabrera con Macondo cumplido bajo la lluvia, la soledad de vivir en un siglo así.

Con este libro me viene a la mente aquel pensamiento de Wichy Nogueras: "¿Y si la poesía se valiera del poeta como el hombre madrugador del café para despertarse?; aunque en este caso, la poesía despertaría con el poeta para ponerse a soñar". Y como casi siempre, el gran Wichy el rojo tenía razón, porque es un libro para ponerse a soñar, bello regalo de Antonio Gutiérrez y de la Editorial Sanlope, que reúnen a nueve autores tuneros para alegrar el espíritu con versos que se incrustan en las carnes.

Lo más prudente de un poeta -y vuelvo a parafrasear a Wichy- es escribir sin averiguar demasiado. Aunque en este caso, digo yo, el lector seguramente averiguará mucho más de estos autores que nos acarician con sus Poemas necesarios.


Versión original en el sitio web del periódico 26, de Las Tunas: Versos que se incrustan en las carnes.












miércoles, 3 de junio de 2015

Arturo, Premio Ala Décima en I Carlos Jesús Cabrera


Con su texto Reverso del anticipo

Arturo Manuel Márquez Mirabal mereció el Premio del Grupo Ala Décima en el primer concurso Carlos Jesús Cabrera, nos reporta nuestro hermano poeta Osvaldo de la Caridad Padrón Guás, representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Artemisa

 Osvaldo de la Caridad entrega el Premio Ala Décima, con ilustración de Ángel Silvestre, a Arturo Manuel Márquez Mirabal (a la derecha).

En la primera edición del concurso literario Carlos Jesús Cabrera Enríquez in memóriam, organizado por la Casa de la Cultura Mirta Aguirre, de Bauta, provincia de Artemisa, el Grupo Ala Décima otorgó un galardón al autor de las mejores décimas presentadas al certamen. El jurado, compuesto por los escritores Miguel Terry Valdespino, Mireysi García Rojas y Osvaldo de la Caridad Padrón Guás, decidió premiar el texto Reverso del anticipo, de Arturo Manuel Márquez Mirabal (1953, Los Palacios, Pinar del Río; residente en el municipio artemiseño de San Cristóbal).

El autor ha recibido numerosos reconocimientos por su obra literaria, entre ellos el premio de tema erótico del VI concurso nacional Ala Décima (2006). Cuenta con los siguientes títulos publicados: Por décima vez (Ediciones Loynaz, 1991); Desfile de las vocales, plaquette (Editorial Abril, 1993); Zoopoesía, plaquette, (Ediciones Loynaz, 1998); Con sonancias (Ediciones Loynaz, 2002); Nanas del alba, poemario para niños (Editorial Cauce, 2003); Polo de un hechizo, poemario (Impresos David, 2004); Pétalos de fuego, antología de poetas pinareños para niños (Ediciones Loynaz, 2004); Navegas, isla de oro, antología de poesía para niños (Editorial Gente Nueva, 2009); Compilación del II Premio Internacional de Poesía Amorosa, Palma de Mallorca, España, 2013.


 El jurado. De izquierda a derecha: Mireysi García Rojas, Miguel Terry Valdespino y Osvaldo de la Caridad. En la extrema derecha la asesora literaria Clara Isabel Martínez Ravelo.

 Vista parcial del público.





martes, 2 de junio de 2015

Tercer Festival de Toda luz, resumen


Más luz que sombras

Dedicado a Raúl Ferrer y Virgilio López Lemus. El premio del IV concurso correspondió a Elizabeth Reinosa Aliaga, joven poetisa bayamesa-holguinera, no hace mucho graduada de la Universidad de Ciencias Informáticas

 El espacio teórico, conducido por Antonio Rodríguez Salvador, se inició con la conferencia de Virgilio López Lemus (a la derecha en la imagen).

Por Pedro Péglez González
Fotos enviadas por Merari Mangly
Ampliado de Trabajadores

Un reflejo plural de las potencialidades del complejo artístico-literario que gira en torno de la décima trascendió —como era de esperar— del III Festival del Grupo Toda luz y toda mía, proyecto sociocultural del Centro Provincial del Libro en Sancti Spíritus.

El encuentro fue acogido por la tierra del Yayabo, durante cuatro días, con el Centro de Interpretación de la Ciudad como sede principal, cuando la agrupación anfitriona prepara su cuarto aniversario para el venidero noviembre. Esta tercera cita tuvo como invitados a una pequeña representación de España y a creadores de varias provincias de Cuba, en un fraterno cónclave dedicado al centenario del emblemático pedagogo y poeta Raúl Ferrer, y al Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, uno de los más significativos investigadores literarios del país, ambos nacidos en tierras espirituanas.


Pero si deslicé el enigmático “como era de esperar” no fue de balde: Más de una decena de agrupaciones decimísticas han surgido espontáneamente desde los años 90 en nuestro panorama cultural y el Grupo Toda luz y toda mía es de las más recientes, no obstante lo cual es también de las más activas, con sus tertulias itinerantes que de un mes a otro pueden ir de una cooperativa a una facultad universitaria, de una biblioteca al festejo centenario de una ciudad, de un guateque a una lectura de poesía, siempre tendiendo puentes entre la cultura y la historia, siempre con su lema de Toda luz y toda mía, diferente cada vez.

 Niños repentistas.

 La pequeña Melissa cautivó con sus tonadas, y Arlety Medina ratificó su calidad de joven talento.

De esto se habló, y bien, en el espacio teórico, uno de los platos fuertes de este III Festival, junto con la premiación de la cuarta edición de su concurso de décima escrita, todo aderezado con las presentaciones de libros y las participaciones escénicas, las cuales fueron de la música de concierto y el coro comunitario a la parranda típica, de las actuaciones humorísticas a la serenata en plena calle a medianoche, de las tonadas interpretadas por adultos y por niños a la exposición de décimas escritas e ilustradas por infantes, de la contralectura entre poetas escritores y poetas repentistas al guateque grande de clausura. Más luz que sombras, que las hubo, pero sin que oscurecieran las iluminaciones fundamentales del evento, tras el cual podrán los organizadores esclarecer desaguisados para evitarlos en el futuro.

El convite para la reflexión pide a gritos su ampliación para años próximos, al decir apasionado de la poetisa Merari Mangly, presidenta de la agrupación anfitriona. En él, que esta vez duró solamente una mañana, además de la ya apuntada ponderación de Toda luz… entre las actuales colectividades decimísticas y la amplia interacción de trabajo entre ellas, fue medular la conferencia del Doctor Virgilio López Lemus, en torno a la historicidad de la poesía en estrofas de diez versos como parte de un complejo proceso de conformación de estructuras literarias, y la necesidad de asumirla con flexibilidad científica y no con caprichosos afanes categorizadores. La intervención no estuvo exenta, por fortuna, de novedades como la terminación por este autor de un nuevo volumen investigativo, con el cual podrán contar próximamente los estudiosos.

Entre otros momentos de esta sesión de análisis, el profesor y poeta Ramón Díaz Medina, miembro del Grupo Toda luz y toda mía, examinó con talento y cariño la obra literaria y revolucionaria de Raúl Ferrer, mientras la española María Rosario Hernández compartió realizaciones y sueños acerca de la actual poesía en décimas de su país, y el también bardo y docente Jesús Arencibia, joven coordinador de las tertulias de lectores de la columna La tecla del Duende, de Juventud Rebelde, reveló la habitual presencia de la estrofa en todo ese movimiento que agrupa a cientos de contertulios en toda Cuba.

 Jesús Arencibia presenta el documental sobre Virgilio López Lemus.

Este propio escritor, ya en la noche, presentó el documental Virgilio López Lemus. Poesía, razón de vida, del realizador holguinero Idalberto Betancourt, mientras la velada se complementaba con otro audiovisual que recoge instantes significativos del corto pero intenso quehacer de Toda luz y toda mía.

Los resultados del certamen

La cuarta edición del concurso de décima escrita Toda luz y toda mía aportó al Festival, con su premiación, una página particularmente emotiva, presidida por el jurado: Antonio Rodríguez Salvador, Junior Fernández Guerra y Pedro Péglez González. El premio principal fue a manos de Elizabeth Reinosa Aliaga (en la foto) por su obra Fugas, que fue presentada allí mismo como plegable impreso por Ediciones Luminaria. El lauro en la categoría de preuniversitario lo mereció Confesiones del herido, de Argel Carrazana (Las Tunas, 1998), mientras Luisa Oneida Landín (La Habana 1951) con su texto Y yo tan lejos del cielo conquistaba el galardón que otorga el Grupo Décima al filo, y el Premio Solidaridad, que concede el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, correspondió a Estados de ánimo, del poeta argentino Juan Carlos Pirali (1941). El conjunto de poemas reconocidos fue presentado en una tirada reducida y semimanufacturada por las tuneras Ediciones EncaminARTE.

Vea versión original en Trabajadores: Tercer Festival Toda luz y toda mía. Más luz que sombras

Elizabeth Reinosa Aliaga (Bayamo, Granma, 1988; formada como escritora en Holguín) es graduada de la Universidad de Ciencias Informáticas, donde trabaja actualmente, en La Habana. Entre sus anteriores lauros: Premio Décima al filo en el XI concurso Ala Décima (2011), segundo premio en el XV concurso Regino Pedroso (2012), tercer premio en el VI concurso nacional Décima al filo (2013); en ese mismo año, Premio de la Sociedad Cultural José Martí en el II concurso Toda luz y toda mía; y en el 2014, dos lauros en el XIV concurso nacional Ala Décima: el Premio especial Centenario de Samuel Feijóo (segundo lugar del certamen) y el Premio Guillermo Cabrera Álvarez, de Juventud Rebelde, merecidos por su cuaderno Formas de contener el vacío. En diciembre de ese mismo año, con su cuaderno (des)equilibrio, conquistó el Gran Premio y el Premio del Grupo Ala Décima en el VII concurso Décima al filo, cuya premiación se efectuó en el IX Encuentro de igual nombre. En el 2015 se alzó con el Tercer premio en el XV concurso Ala Décima con su cuaderno Las Furias.



Fugas


Desde un recóndito mar
alguien me llama.

Irelia Pérez Morales



Ya no buscas instrucciones para evadir escaleras,
ya no sostengo quimeras
                               ni añoranzas,
                               ni ficciones.
Ya no recibes lecciones que te salven de lo oscuro.
Hoy solo existe ese muro que te separa del lodo,
                               del espejo, 
de ese modo de ser libre y ser impuro.

Estas cercado.
¿No sientes cómo golpean las puertas
cómo en tu sueño despiertas junto a tantos inocentes
que no creen suficiente escribir sobre la arena?
En tu cabeza resuena la silenciosa pared.
Con tanta lluvia y la sed
                               inundándome las venas.

Te escondes en tu guarida.
¿A qué le temes, a Dios
o al sonido de mi voz tan lejana, tan suicida
anunciando la caída de un lugar que ya no existe?
Estás solitario y triste pero esquivas la mirada:
mejor dejar sepultada la ciudad,
                                       que ser un quiste
                                       de sal y remordimiento.
Mejor agitar la mano
en un acto tan humano de anular mi sufrimiento
y contener el momento de los adioses,
                                      del llanto .
Es mejor el desencanto que la ceniza,
                                      el vacío.
Te da miedo el desafío porque has derivado tanto…
y persiste la distancia
como el ave migratoria que se aleja,
                                      acusatoria
y se vuelve circunstancia
de tu futuro,
                                      tu infancia
de tu retorno,
                                      tu fuga
de mi nostalgia
                                      y la arruga
que se formó en el recuerdo.

Ya no sabes si estás cuerdo
ni si es real esa oruga que florece en la manzana.
Solo sabes de espejismos: te descubres a ti mismo
                                      clausurando la ventana.
Estoy llegando al Nirvana, pero no entiendo por qué.
No hay un átomo de fe para mover la montaña
que se avecina.
¿Mi hazaña tiene los síntomas de la inmolación, de la espera?
¿Tu destino es escapar?
¿Por eso llevas el mar en los ojos
y una fiera en el pecho?
Tu bandera es un esquife,
                                    es un pez.
¿Dices adiós otra vez o es efecto déja vu?
Quizás no te has ido…
Tú, no eres dueño de los pies
que  te llevan al olvido de tu nombre,
                                    de tu casa.
Yo no confío en la escasa raíz que sostiene un nido.
Es preferible haber sido lo profundo de algún pozo,
que ser un tímido esbozo en una fotografía.
Renuncio a la cacería,
a las luces, al sollozo,
al extinto paraíso.

Ya no puedes con el arca de pensamientos,
tu barca es otro punto impreciso.
Desde aquí ya no diviso lo que llevas en los hombros.
No te llamo, no me asombro.
¿No sientes curiosidad
por saber de la ciudad reducida a los escombros?

Ya no lanzo mis bengalas para orientarte.
                                      Ya no.
Tú renuncias,
pero yo he cercenado mis alas.
Te alejas y me señalas como si fuera un ocaso.
¿No recuerdas el abrazo?
¿No recuerdas la muralla
ni el fragor de la batalla cotidiana,
ni el fracaso?

Desde allí,
-desde el espejo-
nadie me envía saludos.
Solo percibo desnudos confines
y un catalejo en mi pupila.
Muy lejos estamos para volver.
Preguntas por el ayer
                               pero sin abrir la boca
y tu silencio provoca un diluvio,
                               un descender…
                               y voces acumuladas
                               que te gritan,  te persiguen
                               y te añoran y te exigen
                               y se vuelven estocadas.

Yo solo veo afiladas cuchillas
sobre los hilos que te mueven.
Los pabilos se apagan y no regresas.
No respondes.
No confiesas que te surcan otros Nilos invisibles,
que te duele un retrato de familia ,
que la soledad te exilia,
que no hay nadie que consuele
la angustia que nunca suele
llegar sin una avalancha de sangre,
                                sin una mancha de polvo,
                                de desconcierto.
¿Estás dormido o despierto?
¿Y mi memoria se ensancha como los mares
o tengo senderos en mi cabeza
                                que se alargan con destreza
                                para encontrarte?
¿Sostengo que me hieres
o me abstengo de pronunciar tu existencia?
¿Elijo la penitencia de evocación o extravío?
¿Elijo hundir el navío que mueve tu residencia
o busco otro sortilegioque me revele tu ruta?
                              La verdad no es absoluta
                              ni mi elección sacrilegio.

Si no escuchas el arpegio de mi canto,
si vendiste mis palabras,
si adquiriste la lengua de los infieles:
                              conserva tus cascabeles
                              y tu brújula,
                              no existes.



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