martes, 31 de mayo de 2011

Palabras
de agradecimiento
de Alpidio Alonso,
al recibir el
Premio
Samuel Feijóo
de poesía sobre
el medio ambiente


Sede de la
Sociedad Económica de Amigos del País, La Habana, 26 de mayo de 2011



Quiero, muy brevemente, expresar algunas ideas:

Primero, agradecer a la Sociedad Económica de Amigos del País y a los organizadores de este premio el haber tomado en cuenta mi trabajo dentro de la poesía para honrarme con un galardón que lleva el nombre de uno de los poetas cubanos que más admiro. Al propio tiempo, es para mí una gran satisfacción recibir este premio de parte de una institución de tanto prestigio, cuya labor secular dentro de nuestra cultura está asociada a la defensa y el fomento de valores que constituyen esencia de nuestro ser nacional, mucho más cuando se cumple hoy otro aniversario de Felipe Poey que, aunque no suele decirse fue, además de un gran científico, un notable poeta.

En segundo lugar, quisiera aprovechar la oportunidad que me brinda esta ocasión, para subrayar, una vez más, el vínculo profundo de nuestra poesía con la gran diversidad de elementos que conforman la naturaleza y el entorno en que ha vivido el cubano. Si hay un tema que atraviesa a la poesía de la Isla, desde sus inicios hasta nuestros días, es aquel que la sujeta a su realidad, dentro de la que el paisaje y “las bellezas del físico mundo” han sido cantadas y exaltadas por los poetas con la misma pasión con que –desde los albores de la nación hasta hoy- han denunciado en sus versos “los horrores del mundo moral”. Uno y otro tema recorren juntos el camino de nuestra poesía que es, a la vez, el de nuestra historia, sin que sea posible ya desligar uno del otro. En el tránsito hacia esa definitiva posesión en que el paisaje dentro de nuestra poesía pasó de ser solo “naturaleza” hasta convertirse en “espíritu”, se fue haciendo, también, la Patria.

En la poesía (y en la obra toda) de Samuel Feijóo asistimos siempre a un paisaje habitado, humanizado en las visiones desdibujadas e intensamente humanas de este gran poeta que, a la par, habría de ser durante su vida andariega un sensible y acucioso “pensador silvestre”.

En ese sentido, ningún otro poeta cubano me resulta tan cercano al José Martí desvelado en la intemperie misteriosa de su campamento en la manigua insurrecta por “la noche bella, (que) no deja dormir”, a ese mismo soldado mambí que en una línea de su diario (en cuyas contadas sílabas: 5-7-5, he querido ver la miniatura maravillada de un Haiku) anotó apresurado: “De un curujey/ prendido a un jobo, bebo/ el agua clara”. O aquella otra, más conocida, e igualmente repartida en 17 sorprendentes sonidos: “Lola, jolongo,/ llorando en el balcón./ Nos embarcamos”.

Identifico asimismo en ambos, un sentido de la piedad ante la fragilidad y el dolor, que los une en un mismo conmovedor humanismo: El del Martí que se pregunta perturbado en su diario de campaña “¿cómo es que no me inspira horror la mancha de sangre que vi en el camino?”, o el del que anota al vuelo, como para que no se le escape, en el margen de ese mismo cuaderno, ante “el grave momento” de la muerte del traidor Masabó, una observación que solo un poeta podía hacer: “Cuando leían la sentencia, al fondo, del gentío, un hombre pela una caña”.

Ese mismo enternecedor sentimiento es el que encuentro en los versos cortados de aquel Feijóo inconsolable ante la muerte de la guajira Nieves,” (...) en la Güinera, lejos de sus campos, donde cantó y jugó de niña. Casó con Juan Liriano, machetero de la caña, más que amigo, mi hermano. Cuántas veces me preparó la sopa, remendó mi camisa. Su mirada humilde, su sonrisa tan buena, ya no son. Escondida en tu fosa, mi amor, solo unos pocos te lloramos. ¡Eras tan humilde, heroica madre pobre, con las manos peladas de la lejía, y el rostro rojo del constante fogón! Contigo muero más y más” (…) O el de aquella página confesional de su “Himno a la alusión del tiempo” en que llega a decir: “si mi amor soy yo, lo cual es mi verdad, la locura de mi amor es la mía. La acepto, la comparto. Y esto solamente lo entenderá, solamente, quien sea poseído por un amor inmenso como el mío”. Impresión similar me producen aquellos versos de sus últimos libros en los que, acaso como en ninguno de los anteriores, se advierte (como muy atinadamente observara Cintio) esa “hambre” suya por las criaturas con que ha decidido quedarse: “sus pájaros, mariposas, abejas, cocuyos, monos, burros, vacas, chivos, lagartijas, (…), niños, ancianos, gentes buenas, héroes sencillos”, donde, tal como en su monumental Faz, “encontramos (y en esto coincido igualmente con Cintio) el mayor testimonio que tenemos del amor de un poeta cubano, después de Martí, a los pobres de su patria”.

Quisiera terminar, evocando una anécdota narrada por uno de los grandes compañeros y discípulos de Feijóo en sus interminables andaduras por los campos cubanos. Me refiero al recientemente fallecido poeta e investigador villaclareño René Batista Moreno, a cuya memoria quisiera dedicar este premio, quien en su libro “Los bueyes del tiempo ocre”, refiere lo siguiente:

“Una tarde salimos Feijóo y yo de Camajuaní por la línea de ferrocarril que va a Caibarién y vimos en ella dos palomas que, pese a que nos acercábamos, se mantenían muy quietas. Feijóo cogió piedras y se las lanzó. De inmediato emprendieron vuelo. Como me extrañó tanto aquella actitud, le pregunté cómo era posible que un hombre como él, que amaba tanto la vida, hubiera querido matar a aquellas palomas. No dijo nada, continuó caminando, muy silencioso. Luego se volvió hacia mí y me dijo:

-Para que sientan miedo del animal más depredador del mundo. El que mata a veces por el placer de matar. Lo hice para que desconfíen, para que no dejen acercarse a nadie. Quería asustarlas. Las salvé”.

Más que cualquier otra cosa, hoy me interesa decir, con Feijóo, que la poesía en estos tiempos bien puede ser esa alarma generosa que nos prevenga y resguarde de la barbarie. Y que de todos los goces que proporciona, ninguno se compara al del efecto de esa pedrada bienhechora, que ayuda a que despierten y se alcen a su revoloteo incomparable las alas de la belleza, la esperanza, la vida.


VEA, MEDIANTE ESTOS ENLACES:
PALABRAS PARA LA ENTREGA DE ESTE PREMIO, A CARGO DEL DOCTOR EN CIENCIAS FILOLÓGICAS VIRGILIO LÓPEZ LEMUS, PRESIDENTE DE LA SECCIÓN DE EDUCACIÓN Y CULTURA DE LA SOCIEDAD ECONÓMICA AMIGOS DEL PAÍS



domingo, 29 de mayo de 2011

Palabras para la entrega
del Premio Samuel Feijóo de Poesía
sobre el medio ambiente


Pronunciadas por el Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, Presidente de
la Sección de Educación y Cultura de la Sociedad Económica Amigos del País



Queridas y
queridos colegas e invitados:


La Sociedad Económica Amigos del País cumple hoy una de sus funciones más antiguas: la de la promoción y el reconocimiento de la cultura nacional cubana, y en especial dentro de ella la poesía, cuyo desarrollo ininterrumpido desde finales del siglo XVIII, forma una tradición poco más que bicentenaria. Esa tradición y el propio surgimiento de
la Sociedad Económica Amigos del País, son perfectos coetáneos.

La más antigua línea discursiva de nuestra poesía, desde entonces, ha sido la celebración de nuestra naturaleza insular, ligada con los intereses identitarios de criollos primero y cubanos después, que contrastaron el brillo y esplendor de nuestro medio ambiente, en relación con otros sitios de la tierra, en especial con la metrópoli española. Todo el siglo XIX tuvo la poesía de la naturaleza un fecundo cultivo. Y en el siglo XX alcanzó un punto cimero, cuando Samuel Feijóo la convirtió durante la década de 1940 en una poética del paisaje, en la que se integraba el habitante de nuestros campos en privilegiada armonía con su medio.

El Premio “Samuel Feijóo” de Poesía sobre Medio Ambiente cumple varios propósitos, todos ellos de real importancia social. El primero consiste en homenajear cada año a un poeta cuya obra haya sido dedicada total o parcialmente a la exaltación y la preservación del entorno natural; el segundo se refiere al homenaje permanente que la Sociedad Económica Amigos del País le hace a uno de los mayores hombre de letras de la nación cubana, Samuel Feijóo, a través del nombre de este Premio, y el tercero de los objetivos consiste en promover de manera enfática el amor por el medio ambiental y por la lucha humana para sostener un planeta habitable.

La Sociedad Económica Amigos del País cumple así uno de sus objetivos vitales de frente al desarrollo de la cultura nacional: ha institutito este Premio que no es hijo de concurso literario al uso, sino un reconocimiento al valor estético, la trayectoria de una obra poética y la dignidad con que su autor haya asumido la alabanza de la belleza natural cubana. Es un Premio modesto, por el cual ningún poeta tiene que optar, sino que es el conjunto de su obra dedicada al tema premiado, la que lo promueve a este sencillo pero justo lauro, que cubre un reconocimiento necesario, pero bastante olvidado o preterido por el movimiento literario cubano contemporáneo.

El Premio “Samuel Feijóo” de Poesía sobre Medio Ambiente lo han recibido en años anteriores los destacados, reconocidos y valiosos poetas Roberto Manzano, en 2007, Alex Pausides en 2008, Dulcila Cañizares en 2009, quedó pospuesto en 2010 y este año de 2011 se viste de gala al recibir entre nosotros a un poeta esencial, ya muchas veces laureado, a un hombre de gran sencillez humana y excelente creación poética, que se hace merecedor por su trayectoria poética de este reconocimiento. Se trata de Alpidio Alonso Grau, proveniente de la tierra de Yaguajay y cubano de corazón, cuya obra consagrada a la celebración de la naturaleza, es destacada y meritoria, llena de la belleza propia de la poesía del paisaje, pero asimismo colmada de resortes de la identidad cubana.

Alpidio Alonso Grau es autor de una decena de poemarios, entre los que sobresalen algunos que ya desde el propio título se siente el interés de cantar a la naturaleza cubana, al paisaje y a la vida inmersa en él, a un medio ambiente que, exaltándolo, de mil maneras colabora para su valoración y protección, mediante el amor necesario que toda verdadera protección entraña. Sus libros son: La casa como un árbol (1995); Alucinaciones en el jardín de Ana (1995); El árbol en los ojos (1998); Ciudades del viento (2000 ) y Tardos soles que miro (2007). Con su cuaderno “Bosque muerto”, ganó mención en el XIV Concurso de poesía de la Gaceta de Cuba. Desde sus posiciones directivas en la Asociación Hermanos Saíz, que presidió, en la Vicepresidencia del Instituto Cubano del Libro y ahora dirigiendo la recién nacida revista de poesía Amnios, Alpidio ha sido un notable promotor de poesía, ha observado y apoyado el amplio movimiento de la décima cubana, estrofa de valor identitario nacional que él también ha cultivado, y ha ido ocupando un espacio de mérito en la poesía de Cuba, precisamente con un acercamiento a la tierra, al árbol, al paisaje y al amor humano dentro de él. Su obra poética ha crecido en armonía con el medio ambiente, enalteciéndolo. Ella pertenece a la mejor tradición del canto a la naturaleza cubana.

Muchas gracias a la Sociedad Económica de Amigos del País por tener la sensibilidad y la visión de agregar entre sus distinciones anuales este Premio “Samuel Feijóo” de Poesía sobre Medio Ambiente, y muchas gracias a ti, Alpidio Alonso Grau, por ser merecedor de él, por tu destacada obra poética de amor a Cuba y a su medio ambiente. Ojalá que este galardón obtenga significación necesaria en nuestra sociedad.


Muchas gracias.




jueves, 26 de mayo de 2011

La letra en rosa,
ecos de celebración

Sobre el encuentro por su tercer aniversario, nos comenta y envía imágenes la fundadora y conductora de ese espacio singular de cultura comunitaria, la poetisa Luisa Oneida Landín, miembro del Grupo de creación poética de la Fundación Nicolás Guillén y del Grupo Ala Décima


SAL
DANDO DEUDAS

Por Luisa Oneida Landín
Fotos: Magaly Moreno


Tres años transcurrieron para que el más ferviente colaborador de
La letra en rosa pudiera cum
plir su promesa de llegarse con toda su poesía hasta la Finca de Leyva, un sitio entre la vegetación donde crece la tertulia artístico literaria y en cuyas raíces se extienden los lazos del Grupo Ala Décima, que preside Pedro Péglez González, poeta, periodista, historietista, dos veces Premio Iberoamericano Cucalambé de la décima escrita y miembro de la UNEAC.

A esta cita del tercer domingo de mayo, día dedicado a los nacimientos (el tercer aniversario de la tertulia, el 50 de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y a las madres y padres de toda obra a favor de la protección del medioambiente y por la paz) llegó Péglez bien acompañado de Mileyda Menéndez, poetisa, ingeniera, maestra y periodista, quien en la XI edición del concurso nacional Ala Décima, obtuviera el Premio Décimas para el amor Hermeides Pompa y el Premio de tema erótico por su cuaderno Diario de impúdica locura. De ese conjunto leyó poemas, de uno de los cuales ofrecemos esta estrofa:


MENAGE A TROIS

(Fragmento)


Primero fue
la mano y su tibieza:
Retuvo mi pezón hasta que el labio
deshizo el cerco y demudó el agravio
en húmeda piedad de sobremesa.

Pero la mano se escurrió traviesa
al otro lado de mi pecho inerme
y otro labio se impuso socorrerme
a merced de mis ojos apagados…

(Veinte dedos hurgaban mis costados.
Dos bocas se atrevieron a morderme).


Ataviada de su sinceridad y natural modo de comunicar, esta muchacha de la
vecina localidad de Regla, intercambió con los presentes y sus lectores, su poesía y sus experiencias como integrante del colectivo del periódico Juventud Rebelde, donde atiende la sección Sexo sentido, así como el movimiento de tecleros, seguidores de la columna Tecla del duende.

Fue una mañana de festejos bien ganados por los guiterianos y en especial, por quienes nunca faltan y son tan importantes: Jesús Leyva, Suset, Miriam, los hermanos Alejandro y Ernesto Teuma, Rensoly, Marcelino, Mileny y su niña, Anluvy y su niña, Diana, Isabel, Elizabeth, Alfredo Montoto y su familia (Miriam, Yaima, Liliet, Tony), los trabajadores de la Casa de Cultura, Milagros, Margarita, Eudy y muchos más entre ellos, Magaly y la representación del Departamento de Literatura de la Casa de la Cultura de Alamar y sus talleristas.

No faltó la narración oral escénica con la genialidad de Mirtha Portillo y la música interpretada por los ya de este paraíso: Diana Granda y los trovadores Jorge Mancebo y Valdivia. De la empresa Guzmán vino Tato para complacer a los seguidores de la década prodigiosa. De todo un poco, hubo mangos y cake, muchas flores y estas palabras mías saldando deudas.


Palabras que pronunció en el encuentro el contertulio habitual Ernesto Teuma Taureaux, de 15 años, historietista y narrador, estudiante de 10mo grado en el IPH Julio Antonio Mella:


Existen dimensiones alternas, yo lo sé, lugares donde el tiempo pierde todo el significado y el espacio parece haberse congelado en un instante del tiempo, los habitantes de estas dimensiones son seres extraordinarios, capaces de cualquier cosa, como dioses del papel, del pensamiento, del canto, de la pintura, para ellos no existe límite, “La letra en rosa” es uno de esos lugares. La primera vez que entré en la peña, la primera vez que me vi bajo la sombra y el canto del bambú, abrigado por el suave arrullo de la naturaleza, me sentí sobrecogido, era un lugar diferente a todo lo que había visto hasta entonces y no quería salir, como si fuera un sueño. Nunca olvidaré los rostros de aquellos que conocí en la peña, ni todas las conversaciones que sostuve, ni los encuentros, en los que el plan fue mucho más pequeño que el agradable resultado, ni que anduve con gigantes y gigantas. Pasé momentos de risa, de sorpresa, y de conmovedora belleza en la peña y pude ver que crecí como persona, por eso, a todos gracias. He aprendido a contestar siempre a una sonrisa, a no juzgar un libro por su portada, a escuchar poesía y a ser un mejor ser humano. En el tercer aniversario de este universo alterno de verde y rosado, quiero darle mis más sinceras felicitaciones a Oneida, ella nos aglutina aquí bajo su sonrisa y compañía, y a Leyva, padre de este bosque que nos rodea y a todos, por estar aquí compartiendo estos momentos de felicidad y dejar el mundo real atrás con todos sus problemas. No puedo dejar de mencionar la anomalía rosada que vive en este bosque como símbolo de paz a pesar de estar hecho para la guerra, ese tanque que nos vigila y nos dice que elegimos nuestros destinos, si todos los tanques fueran como él, el mundo se convertiría entonces, en otra realidad alterna.



VEA EN NUESTROS ARCHIVOS:

Más información sobre la obra de Luisa Oneida Landín
La letra en rosa estuvo de Feria del Libro
Más acerca de esta tertulia y su fundadora Oneida
Segundo aniversario de este espacio, en el 2010
Anuncio de este tercer cumpleaños de La letra en rosa




miércoles, 25 de mayo de 2011

Desde Guáimaro

Décima al filo celebró
sus nueve años de trabajo

Sobre el encuentro por su aniversario
nos cuenta Odalys Leyva, su presidenta


Desde
Guáimaro, sede del Grupo Décima al filo, ciudad camagüeyana con razón identificada como la capital de
la décima escrita por mujeres, nos comenta y envía imágenes del noveno aniversario de esa agrupación su presidenta, Odalys Leyva Rosabal, su fundadora en el 2002, Premio Iberoamericano Cucalambé 2008, y desde el 2007 también miembro del Grupo Ala Décima:

Estimado Péglez, la actividad quedó muy bien, con un público numeroso, yo abrí la actividad dándole el crecimiento al grupo con las escritoras que te nombré y haciendo miembro de honor a Ivón Martín, hablé de los libros Arpas Cubanas y Parnaso Cubano, ambos reeditados por el Frente de Afirmación Hispanista de México y lo importante de esto para nuestra cultura nacional, además hice una invitación a todo aquel que deseara consultar los libros de la biblioteca del Rincón guaimareño de la Décima, tanto la colección de libros publicados por el Frente de Afirmación Hispanista como la de libros escritos en décimas. La escritora Magdelis Estrada realizó una lectura de décimas y la acompañaron los poetas Randoll Machado, Roberto Delgado y Miguel Ángel Ariza, estos caballeros nos dedicaron sus poemas, yo leí unas décimas enviadas vía Internet por la escritora Isabel Diez Serrano de España (miembro del grupo), así como un homenaje que nos realizó el poeta Fidel Alcántara y otras donde Ivón Martín expresaba su satisfacción por pertenecer al Décima al filo; luego el grupo La Tropa Huerta realizó un recital con más de 17 números musicales, el pueblo se sumó y reinó la alegría y el respeto por sus artistas. Con cariño, Odalys Leyva.

Desde la tarde compartieron artistas y público.


Miguel Ángel Ariza, uno de los poetas guaimareños que brindó sus poemas.


Jóvenes escritores tomaron parte activa en el encuentro.



HAGA CLIC AQUÍ Y VEA, EN NUESTRA SECCIÓN DECIMACONTEXTO, LA RESEÑA DE ODALYS TITULADA
DÉCIMA AL FILO, PUERTA ABIERTA A LA DÉCIMA FEMENINA CUBANA


MÁS SOBRE EL GRUPO DÉCIMA AL FILO:
RESÚMENES DE SU V ENCUENTRO Y DE ENCUENTROS DE AÑOS ANTERIORES


LECTURA COLECTIVA EN GUÁIMARO, ORGANIZADA POR EL GRUPO DÉCIMA AL FILO EN FEBRERO DEL 2010, COMO SALUDO AL DÉCIMO ANIVERSARIO DEL GRUPO ALA DÉCIMA
.

NUESTRA FELICITACIÓN EN MAYO DEL 2010, POR EL OCTAVO ANIVERSARIO DEL GRUPO DÉCIMA AL FILO

NUESTRA FELICITACIÓN EN ESTE AÑO, POR SU NOVENO ANIVERSARIO, CON POEMA DE NUESTRO VICEPRESIDENTE MODESTO CABALLERO



martes, 24 de mayo de 2011

Desde Santa Clara


En La décima es un árbol
«Somos, quienes somos»

Nos comenta la cita de abril de su tertulia La décima es un árbol quien la fundó en septiembre del 2007 y la dirige desde entonces: Mariana Enriqueta Pérez Pérez, poetisa, investigadora, creadora del sitio web de ese espacio, miembro del Grupo Ala Décima y su representante en ese territorio, de larga y hermosa tradición decimística.


EN LA DÉ
CIMA ES UN ÁRBOL
«SOMOS, QUIENES SOMOS»

Por Mariana Enriqueta Pérez Pérez


Ser quien eres, cual pedía
/ Píndaro, poeta sabio —expresan dos versos de Sergio García Zamora. Para cumplir el mandato de ambos poetas, nuestra tertulia abordó los temas que se proponía en es
te viernes 20 de mayo, dedicado al Día Internacional de los Museos (18) y a la muerte de José Martí en Dos Ríos. Y, para «ser quienes somos» comenzamos con café y décimas cantadas por nuestro familiar José Manuel Silverio León.

En la sección «Noticias y conmemoraciones del mes», se recordó el primer aniversario del fallecimiento de René Batista Moreno (foto a la derecha), pero no lo hicimos con lágrimas ni biografía, sencillamente con la décima «Ronda de los abanicos», publicada en su cuaderno Concierto para cuatro gatos (Camajuaní, 1982):


Ronda de
los abanicos, cuando en el viento se mecen;
frescuras que llegan, crecen, como las cuestas, sus picos.

Mirar, sentir de los chicos, ir y venir de las flores;
flores, col
or, y no olores que perfuman la distancia,
imaginada fragancia, de mi niñez, ¡esplendores!


De José Martí, un breve comentario acerca de su pieza teatral Amor con amor se paga, así como algunas décimas incluidas en esta; pero otro momento de la tertulia lo homenajearía también: en «La Pieza del Mes» —igual que hace un año— se presentaron textiles del matrimonio José Francisco Martí Zayas-Bazán y Teresa Bances, colección transferida a nuestra ciudad por el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Como en este mes las madres alcanzan relieve especial, leí el texto de mi postal 2011 —publicada en Cuba Ala Décima el 8 de mayo, y en otros blogs— mientras que, al mencionar las celebraciones de Ala Décima, el IX aniversario del Grupo Décima al filo tuvo mayor interés con la lectura de «Para Omayda», poema dedicado a la madre por Odalys Leyva Rosabal, líder reconocida de las mujeres decimistas.

Antes de conversar con el poeta invitado, se presentó el Catálogo rimado 43, del cual obsequiamos al Museo, por su día, un ejemplar impreso a color. El número presenta un vaso ornamental, firmado por el importante artista estadounidense Franz Grosz. Una anécdota que me contara José Manuel Silverio motivó la sección titulada «Anecdotario de la décima improvisada cubana», que incluye una de Angelito Valiente, relacionada con un vaso, y las circunstancias en que la cantara; también aparece la primera colaboración del reconocido escritor Lorenzo Lunar Cardedo, quien integra ya la nómina de los decimistas cubanos y está prometiendo un libro que no se decide a mostrar.

Con toda intención dejé para el cierre al invitado en una entrevista que he titulado «Ser quien eres»: a propósito de El Afilador de tijeras (Conversando con Sergio García Zamora)»— porque él, a pesar de su juventud, es ya un reconocido poeta con varios premios y libros publicados. Un cuestionario de seis preguntas fue el hilo conductor —más bien el pretexto— del diálogo, porque García Zamora es un hombre de ideas muy sólidas acerca de lo que escribe y por qué lo escribe; estudios y lecturas —es Licenciado en Letras— han sido aprehendidos para devolverlos en poesía, que no desdeña la métrica y la rima, y mucho menos a los clásicos de nuestra lengua. Los asistentes a la tertulia quedaron sinceramente impresionados con su palabra y con las décimas leídas (el cuestionario y las respuestas serán publicados en el sitio «La décima es un árbol»).

Este encuentro concluyó antes de lo habitual, porque Sergio debía irse al Café Literario, donde también fue invitado —y allí, curiosamente, Lidia Meriño le hizo preguntas parecidas a las nuestras. Pero antes, escuchamos el texto de Eloísa para el Catálogo rimado Nº 44, y de Gladys, una nueva tertuliana, cuyas décimas «La dosis exacta» nos hicieron pasar de lo serio a lo jocoso. (¡Ah! Jesús andaba en otras tareas del museo, así que no tuvimos fotógrafo).


En Santa Clara, 23 de mayo de 2011



Muestras de la obra poética de Mariana Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Álbum nocturno y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño
André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella aparecen en nuestra sección Decimacontexto: POLIZÓN EN LA ALJABA DE EROS, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. LAS ALBAS RUMOROSAS, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. LA DÉCIMA CUBANA DURANTE LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA: LOS POETAS DE LA GUERRA, interesante aporte sobre ese período. LA DÉCIMA ESCRITA EN VILLA CLARA, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia.


Vea encuentro de La décima es un árbol del pasado mes de julio, coincidiendo con las celebraciones por el aniversario de la fundación de Santa Clara


Visite el sitio web de la
tertulia La décima es un árbol, ya con actualizaciones (aunque no todas, nos aclara Mariana) y una nueva sección: Debate.


MÁS INFORMACIÓN SOBRE
LA DÉCIMA EN ESTA PROVINCIA HACIENDO CLIC AQUÍ:
VILLA CLARA



miércoles, 11 de mayo de 2011

‘Para un vuelo superior’

A propósito del Día de las madres,
recordando la Controversia del Siglo

Por Olga Lidia Pérez,
miem
bro del Grupo Ala Décima

Si fuésemos capaces de indagar a fondo en la historia del arte, seguramente ‘la madre’ —o ‘las madres’— sería uno de los temas más recurridos en casi todas las manifestaciones y épocas, uno de los más inspiradores, de los más reclamadores.

Las conocidas madonnas en las artes plásticas y Medea en el teatro y en la plástica también; los centenares de filmes donde el quehacer, la entrega, el sacrificio, el dolor o el amor de una madre han sido protagonistas; las incontables piezas musicales y danzarias que les ensalzan o les añoran, y las infinitas obras literarias, de todos los géneros, que se les han dedicado, harían en verdad interminable un registro, aproximado siquiera, de esa simbiosis esencial entre este tema y el arte.

Pero es sobre todo la literatura y en particular la poesía, quien más ha cantado a las madres. En Cuba la mayoría de los poetas ha dejado su voz, su impronta en verso, en el tema, pero tal vez sea en una de sus vertientes, la de la oralidad y en especial en la décima improvisada, donde haya sido más tratado, ya sea por un nacimiento, por una pérdida, por un aniversario, por sus valores patrióticos…

Entre esas incontables décimas que han trascendido y que continúan su asombroso deambular a través del tiempo y de las generaciones de cubanos —de iberoamericanos incluso—, sobreponiéndose al olvido y a la fugacidad de la improvisación aún en la actualidad, sobresalen aquellas que dos colosos del repentismo, Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí, Premio Nacional de Literatura y Premio Nacional de Cultura Comunitaria, y Ángel Valiente, Angelito, improvisaron el 15 de junio de 1955 —hace casi 56 años ya—, en el Casino Español de San Antonio de los Baños, actual provincia de Artemisa, durante el primer encuentro de la denominada con justeza ‘la controversia del siglo’, cuando ante más de dos mil personas y un jurado compuesto por los poetas Raúl Ferrer, José Sanjurjo y Rafael Enrique Marrero, abordaron los temas de la libertad, la muerte y el amor.

Al referirse al amor materno, cantaron décimas como estas:


Naborí

Madre —tierra que se inunda
de savia, vibra y florece—:
tu hijo es un árbol que crece
desde tu entraña fecunda…
Pero su raíz profunda
se ha quedado en tu matriz:
por eso no eres feliz
si tu hijo llanto derrama:
golpe asestado a la rama
siempre duele a la raíz.


Valiente

La madre siente un amor
hondo y desinteresado:
diríase un cuerpo alado
para un vuelo superior.
Se crece junto al dolor,
ante el pecado medita;
es esa fuerza infinita
que el tiempo no la consume;
rosa que se da en perfume
hasta después de marchita.


O esta otra, impactante, de Angelito, dirigida especialmente a su madre allí presente:


Amor grande el que yo siento

por aquella madre anciana,
desde allá con una cana
me iluminó el pensamiento.
Levántate, monumento
de luz, esperanza y fe;
mirarte es saber por qué
nadie tanta luz expande…
Allá está el amor más grande
del mundo, puesto de pie.


Sirvan todas, con su fuerza, su lirismo, como homenaje y felicitación a las madres cubanas que este segundo domingo de mayo festejan su día, a esas capaces de emprender diariamente ‘un vuelo superior’, su ‘vuelo superior’’.




martes, 3 de mayo de 2011


Con los versos
del ALBA


El poeta repentista
Luis Paz Esquivel (Papillo), representó a Cuba y a la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América en la más importante cita uruguaya del folclor rural


Por Pedro de la Hoz
Tomado
de Granma

A golpe de espinelas, el poeta Luis Paz Esquivel (Papillo), dejó una honda y sensible huella entre los miles de espectadores que concurrieron a la edición 2011 de la Semana Criolla del Prado de Montevideo, la más importante cita, con 86 años de antigüedad, del folclor rural uruguayo que cada vez más alcanza una dimensión internacional.

Reconocido como uno de los repentistas más fecundos e imaginativos de la isla y director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, con sede en La Habana, Papillo representó no solo a Cuba sino a los países integrantes de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América.

Bajo el palio de los programas del ALBA Cultural, a Papillo se unieron el laudista cubano Edwin Vichot y el galeronista venezolano Ernesto Da Silva, el Ciclón de Margarita, y su grupo acompañante para cantar a la amistad, la solidaridad y la integración de los pueblos del continente.

Ellos compartieron jornadas de repentismo con payadores de Argentina, Chile, Ecuador, Brasil y Uruguay en los escenarios bautizados con los nombres de Carlos Molina, insigne improvisador uruguayo, y Alfredo Zitarrosa, juglar mayor de la República Oriental, autor de la célebre canción El violín de Becho.

De regreso a La Habana, Papillo confesó a Granma que al cantar a las misiones del ALBA "no podía imaginar que la sola mención de la Operación Milagro despertara tantas expresiones de entusiasmo en el público".

"En Uruguay —explicó— este es un tema muy sensible. Los médicos cubanos con el apoyo de Venezuela han logrado devolver la vista a gente muy humilde que se nos acercaba y nos pedían que tuviéramos en cuenta esa acción solidaria en nuestras improvisaciones".

Acerca del nivel de los participantes, comentó: "En Chile y Argentina están surgiendo jóvenes que renuevan la tradición. Está ocurriendo allá lo que ya en Cuba se va abriendo paso: un salto de calidad en el repentismo y una sintonía con las nuevas generaciones".

"Los uruguayos —precisó— quieren insuflar nuevos aires a las payadas. Allí interesó mucho a las autoridades y a los colegas nuestra experiencia con los talleres de niños improvisadores."

La Criolla del Prado esta vez estuvo dedicada a las conmemoraciones bicentenarias de la primera independencia. A lo largo de esa arteria emblemática de la capital uruguaya se expusieron artesanías, se exhibieron habilidades rurales y se comercializaron productos del agro y la ganadería.

"Recordé —señaló Papillo— el espíritu de nuestras Jornadas Cucalambeanas. La tradición rural invade a la ciudad y se pone al día. El ALBA Cultural puede ser una legítima plataforma para que estas expresiones representen a nuestros pueblos."


Mediante este enlace, versión original en Granma.