jueves, 9 de julio de 2009


A los pies
de una mujer
descalza

Presentación del poemario en décimas Mujer descalza (Editorial Sanlope, 2009), de Ondina Gamboa, por Pedro Péglez González, en el Catauro de la décima de la XLII Jornada Cucalambeana, Las Tunas, 3 de julio del 2009.


Es difícil p
resentar un libro con la autora ausente. Si la ausencia se debe a su prematura desaparición física, después de un largo tiempo de lucha contra el cáncer, es difícil, muy difícil, presentar el libro. ¿Cómo decirle, por ejemplo, a Ondina, ahora sin poder mirarle a los ojos encendidos por la merecida dicha, que su ópera prima es definitivamente un canto, con permiso de Juan Gelman, “contra el dolor / contra la muerte / pero más todavía contra el polvo del alma”? ¿Cómo decirles a ustedes, sin comprobar que ella asiente discretamente, acaso más con noble indulgencia que con verdadera e íntima comunión con la levedad de tal aserto, que por estas páginas navega una mujer capaz de la ternura, capaz de la hermosura de repartir los panes que no tiene, las sandalias que no amparan sus pies, los barcos que ella ofrece para que las musas del mar cambien de traje, y unos pinceles blancos que proponen, al menos, reinventar la calma?:


No subastes el rocío
que te salva. No suspires
ante el silencio. No tires
tu cuerpo sobre el hastío;

que no te intimide el río
con su música violenta,
la luz no se pone en venta
por esas verdes colinas,

el sol abre las cortinas
en medio de la tormenta.


¿Cómo decirle a Ondina, por ejemplo, sin poder ver que ella lo aprueba, convencida, que este libro, más allá de sus ganancias estéticas visibles, tiene el mérito añadido de la solidaria conmoción con que la Editorial Sanlope urgió el procesamiento, para que fuera una verdad tangible de papel y tinta entre sus manos delicadas y firmes, de enferma a sabiendas condenada a un final irremisible y próximo?

Es difícil, muy difícil, presentar este libro con la autora ausente. Porque entonces, ¿sobre cuál presunta autoridad yo voy a levantarme, sin el auxilio de ella, para convencer a ustedes de que ahora mismo, desde su presencia y a pesar de todo, “si la veleidad es sino / sobre clavos y desmanes”, vamos repartiendo panes, descalzos, por el camino?

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