Nos lo avisa Ramón Luis
Foto: Modesto
Caballero
Un excelente libro de poesía para niños, con
el cual Juan
Carlos García Guridi conquistó el Premio
Felix Pita Rodríguez en el 2015, nos comenta el investigador Ramón Luis Herrera
¡Están todos invitados!,
de Juan Carlos García Guridi
Ampliado de CubaLiteraria
La constante aparición de libros de poesía para niños, artísticamente
cualificados, es una llamativa peculiaridad cubana que contrasta con la rareza
de buenos títulos del género en los catálogos de las casas editoras del ámbito
hispánico, por no decir del mundo entero. ¡Están todos invitados!, de
Juan Carlos García Guridi (Batabanó, 1968), publicado en 2015 por Ediciones
Montecallado, San José de las Lajas, es una muestra feliz de esa tradición
creativa y editorial nuestra, derivada en primerísimo lugar del carácter no
mercantil de la actividad librera insular.
El conjunto de García Guridi, que abre y cierra con respectivos sonetos
de excelente factura, integra cuarenta poemas escritos mayoritariamente en el
molde estrófico de la décima, tan caro al autor como poeta y estudioso. Sin
proponerse experimentos, sino en diálogo con el acervo decimístico, y con
tenaces recurrencias temáticas de la poesía infantil (los animales, los juegos,
ciertos iconos del imaginario de la niñez, la exaltación de la amistad), el
escritor logra un poemario marcado por la novedad de una mirada sensible y
risueña y de un decir de seguro oficio estilístico.
Esa mirada personal —que tanto se echa en falta en mucho intento de
poesía infantil encallado en la más gastada retórica— se encarna en textos que
aúnan lo lírico y lo humorístico con notable coherencia:
TOMEGUÍN
Mi tomeguín se ha teñido
la corbata con bijol
y ha echado el oro del sol
en la cesta de su nido.
¡Vaya pájaro atrevido,
émulo de los violines…
que de montes y jardines
para orgullo del batey
se ha convertido en el rey
de todos los tomeguines!
Precisamente la reiteración del pronombre posesivo “mi” y de los verbos
en primera persona “quiero”, “tengo”, “construí”, “cabalgaré”, en muchos
textos, indican la implicación del sujeto lírico en el mensaje, condición
básica de lo lírico, sea como hablante adulto cercano al mundo de la infancia;
sea como hablante niño o como una instancia de enunciación en que ambas
posibilidades se confunden:
CHIPOJO
Tengo en el patio un chipojo
turista del flamboyán;
me gusta verlo en su afán
de decir que el cielo es rojo.
Yo ni jugando lo cojo…
me gusta verlo en su cama…
Y si en silencio me llama
lo acompaño, y con respeto,
disfruto cuando está quieto
sobre el color de una rama.
Lo lírico, además, se alcanza mediante una expresión de delicado asombro
ante la belleza de lo real, realzada por imágenes de rica plasticidad, como las
que se suceden en “Colibrí”:
El colibrí es tan pequeño
que parece que no existe
porque la magia reviste
su brevísimo diseño.
Abrió el cascarón de un sueño
con su temblorosa llave
y queriendo ser un ave
empequeñeció la luna
¡tanto!, que dentro de una
caja de fósforos cabe.
Sin incurrir en aleccionamientos, a veces provocando la sonrisa, un
humanismo defensor de la naturaleza y de los valores universales atraviesa el
cuaderno:
AVISO A LA ENTRADA DEL BOSQUE
Queda terminantemente
prohibido fumar aquí:
¡fumar aquí es algo así
como enfermar el ambiente!
Tosiendo están la serpiente,
la comadreja, el erizo,
el búho, el gallo cenizo,
la cigarra y el canguro,
por andar con tanto apuro
y no leer el aviso.
Lo humorístico, ingeniosamente esbozado o más directo y narrativo, se
trenza con momentos de fina sensibilidad o aflora en décimas en que late el
sabor de la improvisación popular, como en “Cerdo astuto”:
El cerdo fue al estanquillo,
un almanaque compró
y en el corral lo colgó
de un gigantesco bombillo.
Fue pillo, pero tan pillo
que no engordó su tamaño;
aunque pareciera extraño
el cerdo no era ignorante
pues ya faltaba bastante
poco para el fin de año.
Los poemarios escritos totalmente en un solo tipo de estrofa corren el
peligro de la reiteración excesiva y del consiguiente rechazo del lector. En ¡Están
todos invitados! se sortea ese riesgo mediante las diferencias temáticas y
tonales y, ya en un plano más estrictamente métrico, la inclusión de los
aludidos sonetos enmarcadores y de variantes como la décima arromanzada de
“Deseo”, el airoso ovillejo de “Piñata”, la décima asonantada de “Azulejo”, la
décima en pentasílabos y hexasílabos de “Elefante”, el “Rondel” que glosa con
acierto dos versos inolvidables de José Martí o este inusual por qué de siete
versos, resuelto, como los demás textos de tan disímil cosecha, con ágil
fluidez sintáctica e invariable sentido del ritmo:
¿POR QUÉ?
Quiero que alguien me responda:
¿Por qué perfuman las flores?
¿Por qué enferman los doctores?
¿Por qué está el nido en la fronda?
¿Por qué la gula no es buena?
¿Por qué hay miel en la colmena?
¿Por qué la Tierra es redonda?
El libro comentado, que obtuvo el Premio Félix Pita Rodríguez, de la
provincia de Mayabeque, ha sido publicado de forma sencilla y decorosa, aun
cuando las ilustraciones, flanco débil de muchos volúmenes de las ediciones territoriales,
se hallan bastante lejos, por su carencia de acabado artístico, de la calidad
de la escritura.
¡Están todos invitados! demuestra que la buena poesía no conoce barreras de
edades si a la hondura de sus contenidos se le une el certero dominio del
lenguaje; si es fruto, en suma, del talento de una voz plena de resonancias
intertextuales e irreductiblemente propia. ¡Buen comienzo del laborioso y
fraterno hijo de Batabanó en el universo en apariencia pequeño, pero
creativamente muy retador, de la poesía para la infancia!
Versión
original en CubaLiteraria:
Juan
Carlos García Guridi
(Batabanó, Mayabeque, 1968) cultiva la poesía en las más disímiles formas, pero
tiene escaño de reverencia para la décima, que por igual escribe e improvisa
con rigor y elegancia. En nuestros
archivos su poema Décima,
su estrofa de homenaje
al Comandante Camilo Cienfuegos, y su texto Otra
carga por Rubén, dedicado al poeta y revolucionario cubano Rubén
Martínez Villena. Entre otros libros publicados, merece atención particular
su interesante decimario Norias,
dado a la luz por la
Editorial Unicornio, del Centro Provincial del Libro y la Literatura de la
antigua provincia de La Habana. En el 2012, Guridi conquistó el Premio
Extraordinario de la CTC en el XV
concurso nacional de poesía Regino Pedroso. En el 2014, el Premio
Francisco Riverón por su decimario Fe
de mí, y en el 2015, el Premio
Felix Pita Rodríguez, con el poemario para niños arriba comentado, ambos
publicados por Ediciones
Montecallado.
Además de
poeta, Guridi es crítico e investigador literario. En nuestra sección Decimacontexto puede verse Los
primeros poemas
a Fidel fueron escritos en décimas, entrevista que le realizó Luis
Hernández Serrano (miembro
fundador del Grupo
Ala Décima) sobre los textos poéticos dedicados por Carilda Oliver y
Francisco Riverón al Jefe de la Revolución Cubana, en fecha muy temprana, cuando éste
se encontraba en la
Sierra Maestra, en plena guerra de liberación, al frente del
Ejército Rebelde. De la autoría de Juan Carlos, mediante este enlace, De
Ramiro Guerra, una décima improvisada, y un
reportaje suyo del 2010, mientras cumplía misión en Venezuela, etapa
de la cual data una
estrofa improvisada en solidaridad con los Cinco Héroes. Es miembro
del Grupo
Ala Décima desde el año 2002 y su representante en la provincia de Mayabeque.
Guridi ejerce
actualmente funciones de dirección en la esfera del libro y la literatura de su
provincia. Más recientemente hemos publicado su Noria
casi plegaria, de tributo al Comandante
Ernesto Che Guevara.
MÁS SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
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