Amelia Fernández Mangly,
una autora que no quiso
escribir más décimas
escribir más décimas
Amelita, a la izquierda, con
su mamá. (Fotos enviadas por Merari)
Ángeles sobre ¿demonios?
Por Merari
Mangly Carrillo, presidenta del Grupo
Toda luz y toda mía y
representante del Grupo
Ala Décima en Sancti
Spíritus
Recuerdo aquel evento. Fue el último encuentro Nacional de Niños Escritores
(adscrito al Consejo Nacional de Casas de Cultura) que tuvo lugar en el país. Los
participantes fueron acogidos en el hotel Zaza del territorio espirituano.
Mi hija, quien entonces contaba con doce años, meses antes ya había
escrito un conjunto de décimas que me mostró y, juntas, hicimos trabajo de
debate. Luego asistió al taller literario de la Casa de Cultura de Jatibonico,
nuestro pueblo, y más tarde, en el encuentro debate provincial, se centró el análisis
en cuestionar la legitimidad de su autoría. Se especulaba alrededor de “la hija
de Merari”. Amelita, ni corta ni perezosa, pareció predecirlo y mostró a todos
su libreta con el manuscrito original y, además, defendió con criterio su
trabajo, según me contaron luego algunos de los presentes en aquel momento.
Amelita siempre me pidió asistir sin mi compañía a aquellos encuentros de
taller. Respeté su decisión y nunca estuve a su lado en los encuentros. Se
sentía segura.
Recuerdo que días después, mi hijita me miraba interrogante y en
silencio. Por ratos, reflexiva, me hacía preguntas sobre mis inicios en la
décima. Una tarde, al llegar de la escuela, me mostró un nuevo poema. Lo sacó
de la mochila al tiempo que me dijo: La
décima es tuya. Era un texto escrito en verso blanco.
El tiempo pasó factura. Amelita ha seguido escribiendo, e incluso,
obtuvo Premio Provincial de Artistas Aficionados de la FEU 2013. Pero nunca más
ha vuelto a escribir una décima. Aquí comparto el trabajo razón, tal vez la
génesis de su abandono, a pesar de obtener en el año 2004, el Primer Premio
Nacional en aquel último evento de Casas de Cultura:
ÁNGELES
Arcángel lleno de fe
que recorre esta rodilla,
sobre el mármol hecho astilla
de un ángel que ya no ve
a la esfinge. Nunca sé
de sus hombros. Le conmueve
la culpa que ya no llueve
ante los ojos llorosos.
Se sienten brazos dudosos
entre túnicas de nieve.
Las hojas tiernas le ruegan,
desgastan a su pureza.
El árbol de la belleza
le cubre los pies, y llevan
verde al sosiego. Se quedan
los ángeles. La bondad
da en Belén virginidad
a una madre: un santo tiene.
Un ángel de otoño viene
en invierno a mi ciudad.
El cartero de Neruda
viene al cielo y a la puerta.
Se asoma un ángel. Despierta.
Entrega en llamas, la duda
de esta lágrima desnuda,
a sus pies. Luego se llena
la imagen. Convierte en plena
la oración con que me ayudo.
Alumbra al ángel desnudo.
El candelabro enajena.
Pilar de plumas quemadas
donde crece cada gesto.
Sonrisa con el pretexto
de andar sobre tus pisadas;
recuerdo rocas pesadas
en horas como en locuras,
encarnamiento de puras
lágrimas que vierten almas.
Un ángel ve entre tus palmas
llagas de sangre y tortura.
Ángel que sube un peldaño
del crucifijo que lleva,
recuerdo de Adán y Eva
en los brazos de aquel año.
Vaya Dios, con su rebaño
de ovejas blancas, de vidas
tras palabras escondidas
en penas de pecadores.
Vienen forjando oradores
a la cruz de las heridas.
(Primer Premio Encuentro Nacional de Niños Escritores 2004)
Amelita, en el extremo derecho, junto a su mamá y otros escritores,
durante el encuentro del Grupo
Toda luz y toda mía correspondiente a febrero del 2012.
Amelia Fernández Mangly
(Santa Clara, 1991) Poeta y narradora. Estudiante de 5to Año de Medicina,
Universidad de Ciencias Médicas Dr. Faustino Pérez. Textos suyos han aparecido
en revistas y antologías. Ha obtenido varios reconocimientos por su obra
literaria como Mención Concurso Pelusín del Monte, Matanzas, 2005; Premio
Cuento Concurso Ada Rlba Pérez 2005; Premio Nacional de Niños Escritores,
Sancti Spíritus, 2004; Premio Provincial de Artistas Aficionados de la FEU,
Sancti Spíritus, 2013.
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