En sus estrofas de diez versos
La presteza con que acudían
a la mente del poeta las respuestas agudas y certeras, algo que es sumamente
perceptible en su periodismo y en su poesía, pero, sobre todo, en sus décimas
de crítica política y social publicadas diariamente en el periódico Hoy
LA AFILADA AGUDEZA DE
GUILLÉN
Cuando un perro le viene
encima a uno con ánimo feroz, dicen que lo mejor es calmarse, esperar
imperturbable a que el can se aquiete y luego continuar en el sentido o en la
acción en que uno se encontraba, si el animal, claro, no lo ha mordido antes a
uno, en cuyo caso lo más práctico es encaminarse hacia algún establecimiento
médico, en dependencia de las lesiones.
Aseguran que la conducta
mesurada es recomendable debido a que la alteración en el humano acrecienta su
descarga de adrenalina y esto es claramente percibido por el sabueso en
cuestión, lo que estimula su agresividad. Con lo anterior no se pretende
iniciar un tratado de Canología, sino intentar una explicación acerca de
si los testículos de un fox terrier, o de un pastor alemán, o de un Gran Danés,
por citar algunos ejemplos, pueden contribuir a la agresividad o a la ausencia
de esta en el que califican como el mejor amigo del hombre.
La inquietud anterior se
debe a una ocurrencia del poeta Nicolás
Guillén cuando acudía, con amigos, a una festividad campestre en las
proximidades de su Camagüey natal. En cualquier caso, no se debe olvidar que se
define al género perruno como “mamíferos carniceros digitígrados, generalmente
domésticos, y que comprende infinidad de variedades”. (1)
El poeta y sus acompañantes
arribaron, con ánimo alegre y desenfadado, a la entrada de la hacienda y cuando
abrían la tranquera (o talanquera) de acceso a la morada campesina, un galgo
furibundo se les abalanzó raudo y con actitud en ningún sentido amistosa, ante
lo cual el propietario de la vivienda se propuso calmar a los visitantes con
expresión seráfica y una frase hasta hoy inexplicable:
— Tranquilos; no se
preocupen… Que el perro está “capao”.
A lo que Guillén replicó con
mayor celeridad que la del can:
— No; si a mí lo que me
preocupan son los colmillos.
La anécdota resulta
hilarante. Al menos, así lo fue cuando la refirió Nicolás Hernández Guillén,
presidente de la Fundación que lleva el nombre del poeta, de quien es nieto, en
un encuentro amistoso con periodistas y demás personal que garantiza la
publicación de Trabajadores. Por lo
pronto, debe reconocerse que no guarda relación alguna la extirpación de los
testículos del animal con el daño que podrían haber ocasionado sus colmillos,
fuertes y evidentemente afilados.
Lo que se pretende es, por
supuesto, ilustrar sobre la presteza con que acudían a la mente del poeta las
respuestas agudas y certeras, algo que es sumamente perceptible en su
periodismo y en su poesía, pero, sobre todo, en sus décimas de crítica política
y social publicadas diariamente en el periódico Hoy, en dos etapas, una en el
año 1949 y otra en 1952-53, aunque existen numerosas más en su obra. (2)
Muy aguda es su décima A la Virgen de la Caridad, aparecida en
el poemario Tengo, del año 1964, y citada por Pedro Péglez (3) en la referida
conversación: “Virgen de la Caridad,/ que desde un peñón de cobre/ esperanza
das al pobre/ y al rico seguridad./ En tu criolla bondad,/ ¡oh madre!, siempre
creí,/ por eso pido de ti/ que si esa bondad me alcanza/ des al rico la
esperanza,/ la seguridad a mí”. (4)
No se percibe irrespeto a la
deidad que gran parte de la población cubana adora y en cuyo santuario de El
Cobre depositó Ernest Hemingway su Premio Nobel de Literatura, pero sí se
muestra claramente la intencionalidad social, de crítica a las circunstancias
en que había vivido la mayoritaria población cubana. En ella el poeta se asume
como la personificación del pueblo.
Distinto ocurre con la
agudeza de su producción para el periódico Hoy, órgano del Partido Comunista, y
de cuya publicación Nicolás
Guillén fue fundador en 1938. En su Obra poética, tomo I, aparece
como apéndice la sección titulada Sátira política (1949-1953), en la que se
recopila su producción poética para las páginas de este periódico en secciones
cotidianas que ilustraban y satirizaban situaciones y personajes de la vida y
la política nacionales.
Una de aquellas décimas,
publicada el 29 de enero 1949, está dirigida al entonces presidente Carlos Prío
Socarrás y se titula Carambolas: “Al billar el Presidente/ (según se está
rumorando)/ pasa la vida jugando,/ simpático y displicente./ Con tanto rollo
pendiente,/ Carlos, ¿así es como mandas?/ Si es que en tales juegos andas/
¿sabes qué va a suceder?/ ¡Pues que al fin te van a hacer/ carambolas por tres
bandas!”. (5)
Así sucedió, efectivamente.
El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista, ante la inminencia de perder como
candidato en las próximas elecciones frente al popular Eduardo R. Chibás, le
dio un golpe de estado al mandatario displicente, algo que, sin embargo, colmó
luego la paciencia de los cubanos. A esta sección siguió, años después, la de
Coplas de Juan descalzo, cuya última edición se publicó el 23 de abril de 1953,
a poco más de un año de la asonada militar. A partir de entonces, Guillén tuvo
que convertir en exilio su salida al exterior, debido a la persecución en su
país.
Al general Batista le había
dedicado varias décimas, el 13 de noviembre de 1952, en una de las cuales
decía: “No he de descansar (escribe/ con tinta grandilocuente)/ mientras en
Cuba la gente/ viviendo esté como vive”./ Pero si ateniendo a ello,/ más
salario solicitas,/ porque agonizante gritas/ y estás con el agua al cuello,/
el hombre se te encarama/ y habla al punto con voz dura:/ Paco, si no es
dictadura/ dime esto como se llama”. (6)
Por la misma época existía
un personaje radial populista, que apelaba a la ingenuidad masiva para que se
escuchara su programa y se pusiera sobre el radio receptor un vaso de agua
común, con la fe de que aquella se tornaría bendita. El mensaje lo acomodaba
con un tema musical y unos versitos, poco más o menos de este corte: “Pon tu
pensamiento en mí/ y verás que en ese momento/ yo pongo mi pensamiento/ en
beneficio de ti”. La cita es de memoria, pero el contenido no deja de ser
exacto. Dadas la ignorancia y la ingenuidad masivas, muchos atendían el reclamo.
Con su afilada ironía,
Guillén ridiculizó al autor en cinco décimas, el 21 de agosto de 1952, de las
cuales se reproducen aquí la primera y la última: “Mi querido Clavelito,/ me
perdonarás seguro/ que te ponga en un apuro,/ mas tu opinión necesito./ Si tu
poder es bendito/ (como asegura la gente)/ dime, amigo, urgentemente/ dónde
pudiera encontrar/ el modo de trabajar/ sin llegar a delincuente”.
Intencionalidad que
redondeaba con el siguiente final: “Yo soy tu hermano y tu amigo/ y por serlo
en realidad,/ es que con toda lealtad/ te digo lo que te digo./ Con paso seguro
sigo/ el camino de Martí:/ incorpórate y que aquí/ Cuba luchando te vea…/ ¡Por
una vez aunque sea,/ pon tu pensamiento… en ti”.
Sin duda a partir de Motivos de son, publicados por primera
vez el 20 de abril de 1930 en la página Ideales de una raza del Diario de la
Marina, comienza la gran obra poética de Guillén, con gran diversidad temática
y decenas de títulos, un arsenal en el que siempre conservó la agudeza de su
afilada ironía, cual colmillo fiero.
(1) Nuevo Pequeño Larousse
Ilustrado: PERRO, RRA m y f, etc., ed. The Librairie Larousse, París, 1951, p.
747. Se utiliza esta edición, por supuesto, para estar más a tono con el
suceso.
(2) Nicolás Guillén: Obra
poética, tomo I, Sátira política (1949-1953). Las primeras se publicaron desde
el 12 de enero hasta el 18 de marzo de 1949; y las segundas, bajo el epígrafe
de Coplas de Juan descalzo, desde el 12 de junio de 1952 hasta el 23 de abril
de 1953. En este último caso comprendían gran diversidad estrófica.
(3) Péglez: Periodista,
poeta y narrador con funciones editoriales en el periódico Trabajadores. Ha
publicado varios libros y posee el sitio digital Ala décima.
(4) Nicolás Guillén: A la
virgen de la Caridad, Tengo, Obra poética, tomo II, ed. Letras Cubanas, 2011,
La Habana, p. 140.
(5) Nicolás Guillén: Sátira
política, Carambolas, Obra poética, tomo I, ed. Letras Cubanas, La Habana,
2011, p. 291.
(6) Nicolás Guillén: Sátira
política, XVII, Obra poética, tomo I, ed. Letras Cubanas, La Habana, 2011, p.
331.
(7) Nicolás Guillén: Sátira
política, VIII, Obra poética, tomo I, ed. Letras Cubanas, La Habana, 2011, pp.
317-318.
Vea la versión original,
mediante el siguiente enlace, en el periódico Trabajadores: La
afilada agudeza de Guillén
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