viernes, 24 de junio de 2016

Cuarto Festival de Toda luz, resumen


Venimos de todas partes
y hacia todas partes vamos


Fue dedicado a los poetas espirituanos Celestina García Palmero (escritora) y Abel Amador (repentista). El máximo lauro del V Concurso Toda luz y toda mía lo mereció el novel autor Alexander Jiménez del Toro, de Las Tunas
A la izquierda, Alexander Jiménez del Toro, al recibir el Premio Toda luz y toda mía por su obra Colmillos de costa, de manos de Merari Mangly. Al fondo, Karel Leyva, integrante del jurado. Foto: Periódico Escambray


Por Karel Leyva Ferrer y Pedro Péglez González,
vicepresidente y presidente del
Grupo Ala Décima

Con el apoyo del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Sancti Spíritus, la Dirección de Cultura y Arte de ese territorio, la sede de la Uneac en la región yayabera, el grupo nacional Ala Décima y otras entidades culturales, se ha sostenido por cinco intensos años la labor de Toda luz y toda mía, proyecto sociocultural para la promoción, estudio, difusión e integración de la décima en todas sus modalidades expresivas y registros temáticos.

Presidido por la poetisa, diseñadora y promotora Merari Mangly Carrillo, con sede principal en el Patio de la Décima ubicado en la Dirección de Cultura y con acción itinerante hacia los distintos municipios de la tierra espirituana, ese grupo convoca anualmente al Festival Internacional de la Décima, que en su cuarta edición ofreció una mirada al trabajo realizado por las distintas agrupaciones de escritores decimistas y su interrelación en el contexto nacional.

La gala inaugural, con los grupos musicales Septeto Juvenil, Síncopa Son —que está celebrando su aniversario 15— y los poetas repentistas Abel Amador y Raúl Herrera, sirvió para hacer un recuento audiovisual de estos eventos en sus tres ediciones anteriores. Precisamente a Abel Amador y a la escritora Celestina García Palmero, ambos poetas espirituanos, estuvo dedicado este cónclave, lo cual celebraron en la velada inicial con una contralectura, suerte de controversia entre la décima escrita y la oral improvisada. También en esa velada, Merari dio a conocer el generoso gesto de su agrupación de otorgar al poeta Pedro Péglez González la condición de miembro de número del Grupo Toda luz y toda mía.

En el IV Festival participaron creadores procedentes de Villa Clara, Matanzas, Ciego de Ávila, Las Tunas, La Habana y la provincia sede, y el singular investigador de la décima en la rumba, profesor y poeta decimista Philip Pasmanick, de San Francisco, California, Estados Unidos, quien dio inicio al intercambio teórico con su conferencia Décima y rumba: formalismo ibérico en el corazón del cantar afrocubano, un intenso ejercicio de indagaciones que por más de 30 años ha realizado este creador en Cuba, Estados Unidos y España fundamentalmente.

Los restantes momentos de la cita de pensamiento corrieron a cargo de Marlene García, editora y compiladora de antologías decimísticas, y de otros destacados especialistas como Elaine Fonseca y Carlos Manuel Borroto, Saylí Alba Álvarez y Ramón Díaz Medina, así como una ponencia del Grupo Ala Décima acerca del sistema conformado por más de una decena de agrupaciones de la décima escrita cubana, sus articulaciones de trabajo y su relación con los cultivadores de esta disciplina en los restantes países de Iberoamérica.

Nutrieron este IV Festival varias lecturas poéticas, presentaciones de libros, encuentros musicales en torno a la estrofa de diez versos y la ya habitual serenata —rescate de una tradición muy querida en este territorio—, este año ofrecida al prominente intelectual espirituano Juan Eduardo Bernal Echemendía (Juanelo).

Momento especial fue la premiación del V Concurso Toda luz y toda mía, cuyo lauro principal fue para Alexander Jiménez del Toro (Las Tunas), seguido por los autores Argel Carrazana (Las Tunas; categoría preuniversitario); Teresita Mabel Saint Esteben (Argentina; Premio Universidad José Martí); Nuria Fernández (Las Tunas; Premio del Grupo Décima al filo); Ernesto Rodríguez del Valle (cubano residente en EEUU; Premio Solidaridad, del Icap); y Henry Rodríguez Borjas (Las Tunas; Premio del Grupo Ala Décima). Integraron el jurado los poetas Karel Leyva Ferrer, Antonio Rodríguez Salvador y Pedro Péglez González.


EL GANADOR Y SU OBRA

Alexander Jiménez del Toro (Amancio, Las Tunas, 1987). Especialista de Literatura. Pertenece al Taller literario Mirta Aguirre y al Grupo Nacional de Escritores Rurales. Ha obtenido reconocimientos en certámenes municipales y provinciales, entre ellos el Primer Premio en el concurso Mundo Marino (décima, poesía). Fue finalista del concurso nacional de trova y poesía El verso y la miel, convocado en Holguín por la Asociación Hermanos Saíz y Ediciones La luz. Conquistó el Premio nacional de décima ilustrada en la Cucalambeana del 2014. En el XV concurso nacional Ala Décima (2015) mereció el Premio Guillermo Cabrera Álvarez, del periódico Juventud Rebelde, para autor joven por su obra El conjuro de la lluvia. En ese mismo año, ganó el Premio del Grupo Ala Décima en el Primer concurso de décima escrita G-NERarte, durante el V Encuentro Nacional de Escritores Rurales. A continuación su texto ganador en el V Concurso Toda luz y toda mía, que fue presentado allí mismo como plegable impreso por Ediciones Luminaria.


COLMILLOS DE COSTA


Partir con este madero en mi espalda
la derrota
partir y llevar la rota bandera del forastero
Quedan las manos de acero
olvidadas en un puente
queda el tatuaje en mi frente
de la bruma
del presagio
Como último naufragio
queda la patria silente
Queda el misterio
la nave    
la más vil estratagema    
la palabra que se quema dentro del mar
Dios lo sabe
Quién ha guardado la llave
para acceder a Neptuno y su tridente
ninguno es aprendiz de argonauta    
queda en nosotros la flauta
y un silencio inoportuno
Quedan solo frustraciones
un paisaje de cemento
el común experimento de repartir mis porciones  
quedan solo mutaciones   
no me animo a fabular pretextos
para escapar de esta realidad confusa
porque el miedo
es otra excusa
que siempre conduce al mar 
Pero el agua se me aleja
como se alejan los meses del calendario
y a veces la razón es tan añeja
tiene colmillos
la reja que nos impide pasar
Nadie nos viene a salvar los huesos
y el desamparo
mientras disparo
disparo
mis frustraciones al mar


FANTASMA INSULAR

Me están sacando los ojos
con fines de reciclaje
y está naciendo un tatuaje
en medio de los despojos
Han pasado los cerrojos
han escrito mi sentencia
punto final
La demencia es un paisaje común
punto final
pero aún nos queda la indiferencia
Yo también he de morir
un jueves sobre algún muro de esta isla   
yo conjuro versos para no fingir
Mi cuerpo se puede hundir
como un fantasma insular
puede también naufragar
muy lejos del paraíso.

*Aclaratoria:
El occiso fue un ciudadano ejemplar.


CÓDIGO DE BARRA

Soy una carne enlatada
otro negocio ficticio
me dedico al ejercicio de mentir
es temporada de sordos
En la parada
se mueren algunos clones de esperar
Otros millones disfrutan a la intemperie
Estamos hechos en serie
somos balas de cañones
somos una transgresión
un estado de suspenso
otro número del censo
otra inexacta ecuación sin variables
La incisión
el vértigo
la pared
Somos peces en la red
marcados por el axioma
y nos queda un hematoma
de las aguas y la sed


ÓXIDO

Mi padre anhela un pasado
que no nos hable de guerra
mientras echamos por tierra 
el mecanismo oxidado
Mi padre muestra un costado
muestra también sus tendones
como lianas
los horconesde la casa y del país
Pero no advierte en su gris
mis nuevas recitaciones
Mi padre es un oficial
un AK 47
un legionario
un juguete del daño colateral
otro héroe nacional
que se resigna
se calla
Mi padre es una medalla
un corazón verde olivo
Mi padre llora
yo escribo versos
bajo la metralla



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