Presentarán
en Medellín,
Colombia,
un libro
sobre Emiliano Verá la luz este jueves 9
Por Alexis Díaz Pimienta
Tomado de Proyecto Oralitura
Este es un título necesario y muy esperado: “Emiliano Sardiñas: El Poeta de la Mochila” y se presentará al público el próximo jueves 9 de septiembre, a las 7 y 30 pm, en el Teatro Porfirio Barba Jacob de la ciudad antioqueña. Emiliano Sardiñas, "El Poeta de la Mochila", se ha convertido poco a poco en el repentista más popular de Cuba y en uno de los más queridos a nivel internacional. Y se dice pronto, pero no es tan fácil. En Cuba hay cientos de repentistas de mucha calidad, todos bastante mediáticos, pero ninguno amenaza, ni por asomo, el trono ocupado por Sardiñas desde hace varios años. Digamos que en el ranking de la popularidad repentística, Emiliano Sardiñas ocupa los puestos del 1 al 10, y el segundo lugar, ocupa el 11.
Así de simple. Todos conocen a Emiliano, todos le quieren y le admiran, cariño y admiración que “el Negro”, como le decimos muchos cariñosamente, se ha ganado a pulso, se lo trabajado ardua e incluso inocentemente. Su imagen de negro grande y bonachón, sumada a su sentido del humor y trato afable, le han abierto las puertas de todos los hogares. A esto hay que sumarle sus buenas controversias, fundamentalmente humorísticas, al lado de figuras de la talla del mítico Adolfo Alfonso o de Tomasita Quiala. Muchos son los repentistas de merecido renombre y popularidad en Cuba, pero muy pocos, repito, han logrado lo que Sardiñas: crear un personaje paralelo a su persona.
Muchas veces el público se refiere a Emiliano, no por su nombre, sino por su mote, por su seudónimo, simplemente dicen: “cantó el de la Mochila”, “va a cantar el de la Mochila”. En Cuba no sucede como en Medellín (y otros lugares de la tradición improvisadora) donde los repentistas llevan un nombre artístico o seudónimo; en Cuba, al menos en nuestra generación, esa costumbre fue disminuyendo, hasta perderse, aunque haya sus excepciones, como la de Emiliano. Y es que el seudónimo de Emiliano, como el mismo personaje, nació solo, sin impostura, empujado por la necesidad.
De tanto recorrer las calles de Cuba, mochila al hombro, “pidiendo botella” (“haciendo dedo”, “haciendo autostop”, “pidiendo aventones”) la imagen de Emiliano al borde de las carreteras, sobre camiones, guaguas, taxis particulares, o transporte de tracción animal, se nos hizo familiar a todos. Y encajó como un guante en el imaginario de miles de cubanos que pasaban (pasan) a diario la misma penuria para trasladarse. Así, sin saberlo, Sardiñas se fue volviendo un símbolo, una graciosa queja, una síntesis de ese carácter del cubano que sobrevive a las penurias, pero nada le borra la sonrisa, el buen carácter, las ganas de cantar. Sudado, con la sonrisa remangada, ha llegado Emiliano a las canturías y hasta a la Televisión, pero en lugar de quejarse se ha bajado la mochila del hombro y se ha puesto a improvisar, a cantar con gracia y desenfado, para hacernos reír a los demás, para servir de antídoto y ejemplo.
Así se fue imponiendo. Cuando muchos de sus colegas le aconsejamos que dosificara el humor para que todos valorasen su lirismo, su real capacidad poética, Emiliano hizo caso a su intuición y siguió riéndose en serio de nosotros, dando tamaño al personaje más allá de la persona. Emiliano Sardiñas. El poeta de la mochila”, llegó al imaginario popular cubano para quedarse, como muchos otros personajes del mundo de la décima, el Profesor Espinosa, Chanito Isidrón, Colorín, Justo Vega. Aunque, insisto, ninguno logró estas cuotas de cariño popular. Yo he visto familias enteras que viajan por carretera desde el Oriente cubano hasta La Habana, en guaguas, taxis o carros particulares, y los niños juegan, desde las ventanillas, a ver quién encuentra al Poeta de la Mochila en el camino, a ver quién lo descubre. ¡Imagínense!
Emiliano se ha incorporado a la imagen de nuestras carreteras como los toros de Osborne al de las carreteras españolas: cada ciertos kilómetros, estés donde estés, emerge majestuoso la imagen negra de un toro de Osborne en la punta de un cerro, recordándole al viajero que está en territorio fértil para la tauromaquia. Así mismo, alguna vez la imagen de un negro grande con una mochila al hombro avisará en las carreteras cubanas de que el viajero se halla en tierra fértil para los improvisadores.
Desde el punto de vista meramente artístico, Emiliano Sardiñas es, sin duda, una de las figuras más relevantes del repentismo cubano actual. Famoso por su capacidad para el repentismo humorístico es también un improvisador de altísimos registros poéticos y de gran capacidad fabuladora. A todo esto hay que sumar un carisma indiscutible y un carácter bonachón y franco que lo han hecho acreedor del respaldo popular en todos los lugares donde ha actuado.
Durante 20 años Emiliano Sardiñas, el Poeta de la Mochila, ha andado con su metafórica mochila al hombro, llena de versos y cariño popular, por todos los rincones de la isla (no hay ningún otro improvisador que pueda alardear de un mapa de actuaciones tan amplio y variado como Emiliano, que ha cantado en cientos de municipios, barriadas, caseríos y fincas todas las provincias de Cuba); a esto habrá que sumarle su proyección internacional que lo ha llevado varias veces a Colombia, Chile y México, y al menos una vez a España, Italia, Francia o Serbia. De modo que cuando se escriba la historia del repentismo cubano en los siglos XX y XXI el nombre de Emiliano Sardiñas Copello tendrá que aparecer en lugar destacado y en mayúsculas, rodeado de sonrisas y ovaciones.
Y en todos esos lugares ha dejado la misma huella, con mochila o sin ella. Yo he visto a jóvenes italianos, franceses y serbios, por poner sólo unos ejemplos, reír, charlar o fotografiarse con Emiliano como si lo conocieran de toda la vida. Y qué decir en Canarias, donde para romper su propio récord de ocurrencias y medios de transportación lo he visto descender de un helicóptero, vestido de Rey Mago (Baltazar, por supuesto), esta vez con la mochila llena de caramelos para miles de niños grancanarios, y luego desandar las calles de la isla encima de un camello “de verdad”, no del ya mítico “camello” de Alamar en el que tantas veces ha montado; o en Chile, donde incluso fue rebautizado como “el Alcalde de Isla Negra”, un golpe de estado a don Pablo Neruda que seguramente hubiera arrancado grandes carcajadas a su amada Matilde.
Pero donde la popularidad y nomadismo de Emiliano llega a niveles increíbles es en Medellín, Colombia, su segunda casa, barrio, ciudad, tierra. En Medellín, Emiliano se convierte en un insecto palo, ese curioso animalito de la familia de los Fásmidos que, para protegerse, se camufla en el bosque, adquiere forma de palo, como su nombre indica, y muy difícilmente sus depredadores dan con él. Es el caso de Sardiñas en Medallo. En cuanto llega a Medellín, mochila al hombro, Emiliano se convierte en un poeta fásmido, en otro paisa, y nadie que lo ve descubre que nació en Songo la Maya, que canta en La Habana, y que en ese mismo instante miles de niños cubanos lo están buscando por las ventanillas, perdiendo sus apuestas.
Una vez en Medallo a Sardiñas le empiezan a brotar carrieles, machetes, sombreros, arepitas, quihubos, trovas... y pasa tan inadvertido que los guardianes de Inmigración, cuando tropiezan con él, le piden la identificación a don Orlando. Así de simple. Por eso no me han sorprendido las últimas noticias, llegadas precisamente desde el ordenador de don Orlando. Resulta que, para celebrar los 20 años de vida artística de Emiliano Sardiñas (¡veinte años con la mochila al hombro!) la editorial SAVE ha publicado un libro sobre el repentista cubano, un libro que no podía llevar otro título, El Poeta de la Mochila, y en el que la laureada artista argentina Norma Aida Borella (así es de cosmopolita un poeta fásmido: nace en Songo la Maya, canta en La Habana, le hace un libro una argentina y lo publican en Medellín), recoge décimas, entrevistas, anécdotas, y parte de su biografía profesional y humana.
Norma Aida Borella es una artista plástica con mas de 180 exposiciones en varios países del mundo, incluyendo Cuba, y claro, una buena artista plástica no iba a perder esta oportunidad: el Poeta de la Mochila, él solo y sin proponérselo, es una instalación, un óleo, un dibujo al carboncillo, una escultura, un trampantojo, el último modelo de pop-art, una action painting guajira, un mural naif, un grito de land-art, pero en 3D, tan de moda. Ella lo vio, y lo supo. Un tipo así, tan carismático como dúctil, dejaría boquiabiertos a los mismísimos Duchamps, Munch, Chagall, Andy Wharol...
Y es ahí donde Norma Aida hace gala de ese olfato goleador que sólo tienen los grandes: un hombre-palo necesita un libro. Lo que traducido al lenguaje “real” significa: nosotros, lectores, los seres humanos normales y corrientes, debemos conocer mejor al hombre-palo, al poeta-fásmido, todos debemos acercanos a esta obra de arte descatalogada antes de tiempo. Entonces, gracias a este libro seremos más, cada vez más, quienes juguemos asomados a las ventanillas (de las guaguas, los aviones, los cruceros, las pantallas de los ordenadores) a ver quién descubre primero a un poeta con una mochila al hombro, a un palo con una mochila al hombro, a un poeta-palo que es paisa-santiaguero y que tiene una isla del color de su piel, en litigio emocional con un tal Neruda.
Y para eso, para encontrarlo fácilmente, se juntarán en Medellín algunos de sus más fieles seguidores, encabezados por don Orlando Velázquez, quien, con su séquito de jóvenes trovadores paisas, harán el merecido homenaje al Alcalde de Isla Negra, en una presentación que se entrevé tan emotiva como divertida: grandes enfrentamientos de trova y repentismo, Cuba vs. Colombia, Songo La Maya vs. Medellín, el carriel vs. la guayabera. Vaya, como para no perdérselo. Yo no podré estar, pero espero que los afortunados no solo disfruten, sino que lo graben todo y luego lo suban a Internet, para que podamos compartirlo el resto de los admiradores de Emiliano. Recuerden que esta vez seremos, miles, tal vez millones, los asomados a las ventanillas de las computadoras para ver pasar al Poeta de la Mochila, un auténtico ídolo.
Título: EL POETA DE LA MOCHILA: Emiliano Sardiñas.
Autora: Norma Aida Borella.
Presentador: Un tal Joel Sánchez
Organiza: Orlando Velázquez
Invitados: Troveros antioqueños del Taller de Orlando Velázquez y Emiliano Sardiñas.
Lugar: Teatro Porfirio Barba Jacob
Día: jueves 9 de septiembre de 2010
Hora: 7 y 30 pm
Versión original, mediante este enlace, en Proyecto Oralitura.