jueves, 26 de junio de 2008


Yanelys
Franco Mijeres:
cantar, escribir,
tocar el laúd…
y so
ñar

Texto y foto:
Waldo González López



Oírla cantar es el azoro: por su valiosa voz, por su timbre y por su entrega. Pero verla en escena, interpretando una tonada, una canción o un bolero es aún mejor. Casi el delirio, como el clásico número de feeling de Portillo de
la Luz que tanto le gusta.

Así le sucedió a este poeta-decimista y periodista cultural cuando ‘descubrió’ a esta chica de solo 22 años en la Asociación Canaria de Cuba, genuino centro de formación de nuevos valores de la décima, la tonada y la poesía, como de otras manifestaciones de la no siempre bien denominada ‘cultura campesina’.

Porque la que muy bien definiera en el siglo XIX el poeta José Fornaris estrofa nacional, no es ahora aquella que, con campesinos sin estudio de antes de 1959, se hacía con enormes dificultades. No, esta de hoy, gracias al desarrollo de sus jóvenes intérpretes (que estudian diversas carreras) es la que se oye y disfruta en sus voces y en las ciudades, donde igualmente existen peñas y tertulias, en las que se profesa la fe en nuestra inmortal estrofa.

Por todo, ciberlector, te presento a Yanelys Franco Mijenes, esta muchacha que, apasionada, decidida y enamorada de la décima, la tonada y el bolero, como de otros géneros de nuestra rica cultura popular, sabe muy bien lo que quiere y, por supuesto, lo que hace, lo realiza muy profesionalmente.

Yanelys, ¿qué es para ti la cultura y la música campesinas?

-La cultura es para mí más que un conjunto de valores éticos y morales; costumbres y tradiciones que identifican a los pueblos, digamos que es como una especie de arma o de escudo para defender las naciones, una mezcla de la misma con la educación. No concibo una sin la otra; es decir, las dos deben ir aliadas porque es inaceptable y desagradable además, hallar personas que sean cultas y, sin embargo, mal educadas, y esto creo que tiene que ser de modo recíproco.

«Ahora bien, ¡imagínate si no voy a admirar la cultura campesina!, cuando provengo de una familia de origen español y canario, donde casi todos actualmente son pequeños agricultores que viven de cosechar la tierra, y esta es una particularidad del lugar donde me he criado, es la idiosincrasia del cubano y forma parte indisoluble de la cultura nacional.

«La música campesina me complementa: lo puedo reafirmar porque he incursionado en otros géneros para probarme y no me hallo, tan solo de escucharla, me siento muy identificada, diría que por las venas, más que sangre, me circula ella. Es como si fuera algo congénito, apenas comienzo a caminar y me rodean trinos, arpegios, mordentes y melodías, por eso es que quizás en la calle a veces muchos me noten despistada y distraída.»

¿Hay antecedentes en tu familia que influyeron en ti y en tu vocación?

-Mi familia casi siempre me ha apoyado en la mayoría de mis decisiones, en especial mi madre que, más que eso, es mi mejor amiga, la hermana que no tengo y el mejor jurado de mis actuaciones. Ella, que tiene oído musical, me dice qué hice mal o bien, en qué debo mejorar, basta con mirarnos y ya, como por telepatía, me comunica continuidad y perseverancia. Mi padre es la luz que me conduce el camino, es guía, el mejor consejo personificado que veo. Él me enseña a tener, como mi mamá a soñar. Como ves, son insustituibles, importantes en mi carrera. Sí, claro, por mis antecedentes y ancestros es que alcanzo tal vocación.

Eres laudista, y además, tonadista y cantante, ¿qué género prefieres de estos dos? ¿Y cultivas el bolero, que no ha decaído, como piensan algunos?

-Tengo la convicción de que no se puede querer hacer todo al mismo tiempo, mas, con esta pregunta, me has puesto en un trance difícil, ya que si hay algo que me cuesta hacer en la vida es tomar una decisión o determinación. Al laúd acudo cuando, por la misma rutina, en ocasiones no logro conjugar diez versos. El timbre de este instrumento me lleva a latitudes desconocidas: tocarlo es ponerle alas a la imaginación, algo así como salirme del planeta, y no me refiero precisamente a los que rodean La Tierra. Al darte esta respuesta no pretendo que digan: Eh... ¿pero será "extraterrestre"? No, soy un ser humano igual a los demás, una chica que vive de frente y enamorada de la vida, que profesa la religión de dar amor a los demás, sin pensar en recibirlo, que le encanta ir a la disco, divertirse, leer la prensa y ver televisión, sobretodo para estar al día y actualizarse. Un muchacho comparó un día mi cara de perfil, con la Luna. En ese momento no le pude responder, me quedé pensando y hallé dos alternativas; una: ¿A qué mujer no le gusta que la comparen con el astro que más ilumina la noche? Y la otra es que, desde un enfoque realista, lo dijo porque no era el Sol que me calentaba.

Laúd, sonoro laúd,
quizás por ser tan sonoro
eres el mayor tesoro
que tiene mi juventud.
Facciones de gratitud
muestro en el rostro por ti,
pero perdóname si
te confieso algo admirable:
es mi amiga inseparable
la novia de Naborí.

«Cantar tonadas me gusta porque no es tan fácil, como algunos piensan, la selección de la misma es muy importante; tiene que haber una interrelación entre ella, el acento diacrítico, dialéctico y fundamentalmente el prosódico con la tonalidad en que se cante, de acuerdo con la tesitura vocal del tonadista. Al cantar se expresa más, fundamentalmente si el texto de la canción tiene bastante fundamento, nada de chabacanería y algo de poesía.

«En el bolero doy paso al romanticismo, especialmente el feeling, que no ha decaído en lo absoluto; al contrario, para sacarlo de la neblina, se organizan los Festivales todos los años, a los que me he ausentado por fatalismo geográfico.»

¿Escribes décimas… u otro género poético y literario?

-Escribo espinelas, o décimas si lo prefieres, incluso por momentos improviso y luego las memorizo para tratar de no llevarlas al papel, para ya dejar de ser versos repentinos. Admiro el difícil arte de la improvisación, que admiro y defiendo a capa y espada. Los poetas y poetisas tienen que ubicarse en varios planos, haciendo función de actores o actrices, y no salirse del tema: por ejemplo, mirémoslo desde la pintura:

El pintor para pintar
usa una tinta distinta
y el poeta cuando pinta
lo hace después de soñar.
El pintor suele esperar
a que la pintura seque,
un poeta en el guateque
pinta una escena completa
¡la pintura de un poeta
no hay viento que lo desfleque!

En estos momentos estás cumpliendo el Servicio Social… Cuéntame, Yanelis.

-Como sabes, soy Licenciada en Instructora de Arte, egresada de la primera graduación y, sí, estoy cumpliendo el Servicio Social en una primaria ubicada en Nueva Paz, y lo termino el próximo curso.

¿Te gustan los niños?

-Con los niños me fascina trabajar, en especial con los que muestran aptitud y vocación: ellos son el público más sano que he encontrado. Tengo planificado, una vez que concluya este proyecto, entrar a una de las dos empresas que tenemos en el país, y continuar siendo lo que nunca he dejado de ser: artista, palabra que prefiero que digan los demás. Hay personas que, con la música y el arte, van de lo sublime a lo exagerado. Yo lo nombraría artesanía, y en exceso, lo llamaría artificio. Sin más, quedo sujeta a la proposición de nuevos proyectos. Bueno, y ya para despedirme de los ciberlectores, como tú dices, a ti y a ellos les regalo estas décimas:

Waldo, cómo dilatar
las preguntas que me has hecho
si me otorgas el derecho
de responder sin pensar.
Me vas a promocionar
evitando el desatino,
y buscando en el camino
lo que me conduce a ti
logro reafirmar que así
son las "cosas" del destino.

Porque has vivido en el Cerro
donde se encuentra la llave
sabrás que llevo la clave
del Son al que no me aferro.
Para hacerlo no me aterro
me sale como si nada
y solfeando aquí callada
te pediría sin sombra:
salúdame a quien se nombra
Nancy y vive en
la Calzada.

CONOZCAMOS MÁS A YANELIS

Nacida en la población habanera de Nueva Paz (de alta ascendencia canaria), Yanelis Franco Mijenes es de procedencia campesina y canaria por línea materna. Desde pequeña se formó en el rico mundo de la décima y las tonadas, en su provincia natal, profusa en la cultura literaria y musical campesina. Labora como Instructora de arte en el Seminternado de Primaria Frank País García, Municipio Nueva Paz. Licenciada en Educación Cultural en el I. S. P. Rubén Martínez Villena, integró el Sexteto Femenino “Calipso” (haciendo voces y tocando tres), el Quinteto Son 2000 (cantante, haciendo voces y tocando laúd), Yuri y su Big Bang (cantante, voces). Tonadista, ha cantado décimas en diferentes tonadas y merecido lauros como tonadista y laudista, en diversos espacios, como: el Festival Provincial de Pioneros Aficionados al Arte y la Literatura “Así somos”; en el Día de la Décima Cubana y Homenaje al Indio Naborí, Güira de Melena; en el Programa Vitral, Radio Güines; en el Homenaje a Chanchito, Plaza Roja de Nueva Paz; en la C. C. de España y la Tertulia, Café-Tertulia. Casa Cultural de la Embajada de España; en el Día de San Valentín, UNEAC provincial; en la Peña Adolfo Alfonso; en la Inauguración de la Peña Campesina “Adolfo Alfonso”, Asociación Canaria de Cuba “Leonor Pérez Cabrera”; en la Tribuna Abierta por el Regreso de Elián, Palacio de las Convenciones; en el Festival Provincial de Pioneros Aficionados al Arte y la Literatura, Cine-Teatro de Artemisa; en el Homenaje a Luis Paz Esquivel (Papillo), Círculo Social de Güira de Melena; en el Congreso de Pioneros, Palacio de Pioneros Ernesto Che Guevara y en la Jornada Cucalambeana Provincial; en la Casa de la Poesía. Habana Vieja; en el IV Festival Cubano–Canario de la Décima, Asociación Canaria de Cuba Leonor Pérez Cabrera; en el Homenaje a Angelito Valiente, Güira de Melena; en el Homenaje y Celebración de los 80 años de Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí, Sala Avellaneda, Teatro Nacional; en el XI Festival de la Canción Ranchera, Casa Benito Juárez; el X Festival de la Canción Ranchera, Guanajay, La Habana; en el IV Premio de la Décima Tertulia Canaria, Asociación Canaria de Cuba; en el Festival Cubano-Canario de la Décima Manuel Cuquillo, Asociación Canaria de Cuba; en el Festival Cubano-Canario de la Décima Indio Naborí, Asociación Canaria de Cuba. Ha sido Jurado en el Festival Cubano-Canario de la Décima Indio Naborí, Asociación Canaria de Cuba. Ha participado en Tribunas Abiertas y graduaciones en la Tribuna Antimperialista, además en los programas de TV: Buenos Días, Palmas y Cañas y Mediodía en TV. Ha participado en eventos como tonadista en la Escuela en Vícar, Andalucía, España, y en el XIX Festival de Música Tradicional de La Alpujarra. España. Además, ha impartido cursos de Guitarra para Educadoras de Círculo Infantil y de Apreciación Musical a estudiantes.

martes, 24 de junio de 2008

Desde Alamar,
pensando en Guáimaro

Quizá la última jornada del IV Décima al filo
no fue en tierras camagüeyanas, sino aquí

Texto y fotos: Modesto Caballero

He dejado reposar la memoria por unos días después de regresar de Guáimaro, sede del evento anual Décima al filo, que desde el 5 y hasta el 8 del presente mes efectuó su cuarta edición en la capital de la décima escrita por mujeres. No por falta de información será que esta cita poética no se conozca en Cuba y en el extranjero, pues bastante promoción ha tenido, desde antes, durante y después de concluido. Con este trabajo, pretendo, sin que nadie me lo haya pedido o estuviese en algún libreto, cerrar el ciclo informativo del IV Encuentro Nacional Décima al filo.

Desde que la presidenta del Grupo Décima al filo, la destacada poetisa Odalys Leyva, nos pasara el primer e-mail informándonos sobre la fecha de la celebración del evento, la dirección de nuestro Grupo Ala Décima se puso en función de aquel, principalmente promocionándolo a través de nuestro blog Cuba Ala Décima. Pero no fue sólo eso cuanto se hizo.

El pasado año la delegación de nuestro Grupo para el tercer encuentro estuvo formada por dos miembros, la fotógrafa Tamara Gispert y el autor de este trabajo. Para el de este año, nos propusimos que la delegación fuera más amplia, y lo fue, pero otro de los propósitos, el de reunir allá a las tres mujeres que han ganado el concurso nacional Ala Décima, no fue posible, al no poder asistir, por causas ajenas a ella, Luisa Oneida Landín (que recibió el galardón en el 2007). Allí, junto a Odalys (premiada en el 2004) sí pudo estar Irelia Pérez Morales (ganadora del presente año). De todas maneras, la participación fue importante, al reunirnos cinco de los miembros de Ala Décima.

Ya, como sucede con todo en este mundo cuando flota en la Gran Nada del tiempo, ese cuarto evento es historia. Es verdad, pero las historias hay que contarlas y nosotros tenemos la posibilidad, como protagonistas que fuimos, de escribirlas, sin esperar a que lo hagan otros, ajenos a los hechos y sus circunstancias.

Como pretendido cronista de mi tiempo limitado y de mi estrecho espacio, quiero, con perdón de los desesperados, no llegar enseguida hasta el mismo vórtice del hontanar de donde emergen mis recuerdos. Pido permiso para, antes de llegar allí, hacer un recorrido alrededor del hecho cultural-poético en sí mismo, porque los encuentros Décima al filo —lo digo desde mi experiencia personal de haber sido testigo de los dos últimos— es mucho más que el simple acontecimiento de que un grupo de poetas de ambos sexos y de diferentes regiones del país, se encuentren para intercambiar criterios, lecturas de textos, eventos teóricos de profunda meditación y de paso, liberar las presiones internas acumuladas durante todo un año desde la última vez que nos vimos, catarsis que de muy buena terapia siempre sirven.

Pretendo describir, muy por encima de las dificultades o limitaciones encontradas, las bondades del gran anfitrión: el pueblo guaimarense. ¿Quiénes son? ¿De dónde vinieron? Guáimaro, esa pequeña ciudad limítrofe con la provincia de Las Tunas, tiene méritos históricos suficientes para que todo cubano sienta alguna vez la necesidad de ir a conocerla. Si por ser el punto de nuestra geografía donde nació la República —allá por el 10 de abril de 1869, al ser sede de la primera Asamblea Constituyente de la República en Armas—, habría que reconocerla como la capital constitucional del país, ¿entonces cómo llamarla por el valor de su entrega al sacrificio de las llamas en dos ocasiones antes que rendirse al invasor que la oprimía?

El guaimarense es un ser tranquilo, amigable, solidario, entre ellos mismos y para los foráneos. Cruzado casi al centro por la Carretera Central, este apacible lugar se da al visitante en cada amable gesto o sonrisa de sus ciudadanos. Me llamó la atención durante mi primera visita el pasado año, la limpieza y el orden existente en sus calles, parques, plazas. La conducta respetuosa de todas las generaciones, desde los más pequeños hasta los más ancianos. En esta segunda estancia, lo reafirmé.

Pero es que Guáimaro no es simplemente lo que he dicho hasta ahora, porque en realidad esto sería común encontrarlo en otras ciudades, pueblos, caseríos, a lo largo y ancho del país. Llama poderosamente la atención el fuerte movimiento cultural existente. Las artes allí tienen un caldo de cultivo multifacético. Cierto que mi mundo específico, dentro del universo cultural, es el de las letras, y si fuera solamente por el nivel escritural actual en este municipio, con escritores de reconocido prestigio incluso más allá de las fronteras provinciales, me podría referir a viarios nombres de hombres y mujeres y sería suficiente para justificar mi observación. Pero sucede que hay mucho más.

La Banda de Música Municipal, que en un gesto de amor y de respeto nos regaló las notas de la inmortal “Bodas de oro”, es todo un símbolo por la admiración de la gente para con sus músicos, a los que después los encuentras sentados dentro de un portal jugando dominó o como simples espectadores en cualquier otro sitio del quehacer cotidiano. Las artes escénicas poseen sus agrupaciones, atendidas por instructores y directores del propio municipio; la danza, el baile popular, el espectáculo artístico en su conjunto, es muy fuerte. Sin embargo, lo que junto a la literatura descuella con más fuerza, es la plástica.

La Galería de Artes Plásticas tiene categoría provincial y se destaca entre las mejores del país, a pesar del reducido espacio que ocupa. Las obras allí expuestas de artistas de la localidad y que fuera inaugurada como la primera actividad del IV Encuentro, fue una excelente muestra del talento y del oficio de los artistas plásticos guaimarenses, digna de ser exhibida en cualquier sala del país. Oleada tras oleada de sucesivas generaciones, están sembrando estos lares de una perdurable y renovadora maestría en el arte de los colores y el volumen.

Radio Guáimaro, Vanguardia Nacional varias veces, cumple una función muy importante en la difusión de los más genuinos valores artístico-culturales del país; atendida por un reducido grupo de verdaderos profesionales, mantiene a la población, muy apegada a sus ondas, actualizada del acontecer nacional y extranjero, sin descuidar la atención a la vida cultural, política y económica del territorio.

Los trabajadores y dirigentes del sector de la Cultura desarrollaron una incansable actividad durante estos días. Atentos al menor deseo y necesidad de cualquiera de los visitantes, no importara su mayor o menor rango o reconocimiento. Lo que les importaba, y está ahí la grandeza del alma de los guaimarenses, no era el nombre ni la obra, sino el ser humano. De igual manera se comportaron los trabajadores del viejo hotel donde nos hospedamos, y el chofer del ómnibus que nos trasladaba a toda hora hacia las diferentes actividades.

Como aquel legendario visitante a Caracas en el siglo XIX, así quiso mi acompañante que lo llevara al Monumento a Ana Betancourt. Lo vi inmóvil y diminuto ante la majestuosidad del obelisco. Accioné el botón de la cámara sin que él se diera cuenta y atrapé ese instante en el tiempo y el espacio. Luego, más convencido, hicimos otra visita: al Parque Constitución. Me costará convencerlo de que esa primera imagen sea una de las fotos que acompañen a esta pequeña crónica.

Entonces ahora podré hablar sobre el evento en sí, no porque haya agotado todo cuanto sobre Guáimaro tengo que decir, sino para ahorrar un poco de tiempo a los apurados de todo, ya que aquella visita memorable del día 7 a la cooperativa, el encuentro con su gente maravillosa, merecería una crónica aparte, porque entre ellos me sentí más humano y más creador, porque me ungí con la sencillez de aquellos seres divinos.

Comencemos con lo diminuto del encuentro, que fueron sus actividades en sí, aunque parezca contradictorio. ¿Por qué? Porque cuando un grupo de personas se reúne para tratar temas específicos, generalmente acuden los interesados que son, en mayor o menor proporción, especialistas o entendidos en la materia, lo que de hecho los convierte en encuentros elitistas. Estos fueron interesantes.

La conferencia sobre la décima en Guillén, impartida por el reconocido poeta, ensayista e investigador Ramiro Duarte, pendiente desde la pasada edición del evento, se convirtió, de hecho, en lo más contundente de esta naturaleza, por el tema tratado, tanto de objeto como de sujeto: un público numeroso se fue adueñando poco a poco de todas las butacas del teatro de la Casa de Cultura. Entonces quedó demostrado que si el tema a tratar tiene el encantamiento de lo popular y además, el lenguaje que se utiliza no pretende deslumbrar por su enciclopédica función, entonces aquí también lo culto y lo popular pierden sus fronteras.

Se habló y hablamos de todo cuanto nos interesó. Escuchamos y se nos escuchó. ¿Qué habrá quedado de lo que dijimos? Hablamos de nuestras experiencias en el proyecto grupal que con más de 8 años de existencia, sigue ensanchando sus propósitos; nada hegemónico, al contrario, abierto a la expansión de nuevas experiencias y brindado a todos los demás. Creemos que se nos reconoce y eso es bueno, no para nosotros como grupo, sino como amantes de la décima, que al final, es quien gana o pierde.

Fue interesante ver, yo al menos es la primera experiencia de ese tipo que tuve, a tres de los siete premios iberoamericanos de la décima, sentados juntos y leyendo sus poemas: María de las Nieves Morales (2002), Carlos Esquivel (2005) y Pedro Péglez González (2000 y 2004), todo un regalo de lujo, tal vez lo excelso de lo excelso en todo el evento, aunque quizás no todos fuéramos conscientes del hecho en sí.

No llegaron todos los invitados y confirmados. Razones y motivos siempre sobran. Son una pena algunas ausencias, pero de algo sí estoy convencido: ninguno faltó por razones mezquinas, pues dentro del movimiento de la décima escrita prima la cordialidad, la unidad y el reconocimiento de los unos por los otros. Pero sin lugar a dudas, los que asistimos cumplimos con las expectativas.

No se trataba de metas, sino de aportar a la cultura de Guáimaro y los guaimarenses, un verdadero espectáculo de calidad estética, en el caso de los escritores, y de espectáculo de alto nivel por el resto de los artistas invitados, los que hicieron delirar en cada presentación a los diferentes públicos.

La rubia de los ojos color de cielo, Marisol Guillama, con su estilo criollísimo hizo un derroche de entrega en cada tonada. No tan espectacular por sus movimientos pero sí por la hermosura de su voz, la también cantante de música campesina, Mercedita Isla, pequeña de estatura pero grande, inmensa, en el escenario, junto al Jilguerito, con su poderosa voz, el dúo Ad Líbitum, integrado por dos miembros del Grupo Ala Décima, María de las Nieves Morales y Leonel Pérez, el guitarrista holguinero Eliezer Travieso, concertista y director de la orquesta de guitarras de Holguín, y los poetas repentistas Emiliano Sardiñas, Nelson Lima, Jorge Luis Hernández (Pompillo) y la veterana de oro, Caridad Sánchez, la Calandria de Balboa (Cienfuegos), tuvieron a su cargo la parte del espectáculo cultural.

No quiero calificar una actividad por encima de ninguna otra, pero tengo que hacer referencia a una en particular: el acto de premiación del IV concurso nacional Décima al filo, ganado esta vez por la Premio Iberoamericano de la Décima, y miembro de nuestro grupo, María de las Nieves Morales. Pero no es por esta razón, que se justificaría, por la que quiero hacer referencia a esta actividad, sino porque, como ya se viene haciendo habitual, al unísono se realiza la segunda parte de la premiación del concurso Ala Décima. Fue un momento muy especial cuando me correspondió hacerle entrega de su premio al poeta guaimarense Jorge Luis Arias, correspondiente a un bello cuadro al óleo, del pintor Manuel Fernández Malagón, para quien aquel lienzo tenía un alto significado sentimental. Esa noche se prolongó más allá de todo lo planificado, pero valió la pena, a pesar del gran aguacero que vino a acompañarnos.

Después, al siguiente día, fue la visita a la Cooperativa de Producción Agropecuaria. Claro que ese ambiente no era propicio ni para leer poesía ni mucho menos para conferencias teóricas, sobro todo, cuando por razones ajenas a nosotros, llegamos con dos horas de retraso y ya la pipa de cerveza se vaciaba. Pero el calor con que nos recibieron fue un verdadero regalo.

Llegaron vecinos de muchos lugares, de los más intrincados, a pesar de que la lluvia de los últimos días hacía difíciles los caminos. Disciplina, camaradería, humildad y mucho agradecimiento nos dieron a manos llenas. Entonces, al retirarnos físicamente de allí, en ese mismo instante nos quedamos, al menos yo me quedé, anclado en aquel apartado poblado.

El día domingo, los poblados de Martí y de Cascorro nos recibieron con la misma alegría y solidaridad. Allí hubo, en los dos lugares, intercambios y actuaciones de conjunto entre los aficionados y los artistas profesionales que han sido siempre admirados y queridos por todos ellos y ahora podían reconocer que eran de carne y hueso y estaban allí, a su lado, compartiendo el mismo escenario. Alegría por doquier se desbordó y los visitantes, a la hora de la obligada partida, sintieron tristeza por tener que dejarlos, aunque quedara la promesa de volvernos a ver el próximo año.

Ese domingo por la noche nos esperaba lo que ya viene siendo la última actividad del evento: la visita a la estación de Radio Guáimaro, en el espacio que dirige cada noche entre las 8 y las 11 de la noche la excelente locutora Aurora, “Buenas noches, Guáimaro”. Esa noche entramos a cientos de hogares. Muchos tuvieron de forma directa, en sus radiorreceptores, a sus artistas preferidos, además de conocer a otros. Con la maestría de Aurora, radiamos muchas ideas, y allí, lejos de despedirnos, lo que hicimos fue patentizar nuestro ya gran amor por Guáimaro y su gente, y la promesa de volver para el V Encuentro Décima al filo, 2009.

Ahora ya muchas personas, en Cuba y en el extranjero, han leído, a través de la página web de Radio Guáimaro, el blog Cuba Ala Décima y en la página 10 del periódico Trabajadores del pasado 16 de junio, muchas de las cosas que aquí digo. Pero ahora, aquí, este lunes, en esta Peña de Luis y Péglez, en la biblioteca Tina Modotti, al decir de uno de sus fundadores y conductores, a la hora que mataron a Lola, mientras informo ampliamente sobre Guáimaro y su reciente cita de las poetisas decimistas al público habitual, amante de la décima y la historia, yo concibo este resumen, el que pongo a consideración de los asistentes, como, a mi parecer, la verdaderamente última actividad del IV Encuentro Décima al filo.

viernes, 20 de junio de 2008





Un joven poeta
comenta decimario
Donde dice
primavera
y es otoño



Pégle
z: Inquietud por la poesía

Por Giovanni Fernández
Miembro del Grupo de creación poética
de la Fundación Nicolás Guillén
y periodista de Trabajadores
(Tomado de su blog Littera Cuba)



El límite entre la introspección y el extrañamiento del ser es un anhelo incesante en la obra Donde dice primavera y es otoño, del poeta y periodista cubano Pedro Péglez González. El amor, el tiempo, la cotidianeidad, son temas que se funden en el discurso y
la propuesta de este decimista, ganador del Premio V Juegos Florales 2006, que busca no solo el verso estéticamente depurado y clásico sino la experimentación formal y de contenido.

En ocasiones, al lector le parecerá que las continuas adjetivaciones y referencias literarias y mitológicas van en contra de la poética, deteniendo el ritmo interno del poema, pero el texto Donde dice… (Ediciones Matanzas, 2007) pretende entremezclar una reflexión diferente sobre el amor, el tiempo y la soledad con la cotidianeidad mirada esta última desde una perspectiva del futuro y la esperanza.

En el poema Hay un hombre que quiere que tú existas, afirma que: A pesar de su lóbulo de armiño,/ hay un hombre varado en tu corpiño/ sin sol y sin pedir que te desvistas/ el cabello. A pesar de las revistas/ de su almohada, a pesar de los avernos,/ un hombre va y prefiere con cien cuernos.

Péglez ―quien ha publicado además La noche es ella (2001), Tribulaciones del arca (2002), Paflagonia de noche según el condenado (2003)― en los versos Retrato de una muchacha sentada sobre un verso, nos propone que imaginemos un mundo inexistente donde habitan los sentimientos y temores de una muchacha decidida a perdurar en un viaje contra la muerte: A veces la pared que era también de verde/ le enturbiaba la sed como azul que se pierde/ y era llena de gracia como el Ave María.

El poema más impresionante y mejor estructurado es Oneida se escribe con H. Es el poeta decidido a interrogarse a sí mismo “el ser o el no ser” teniendo como referente la vida, los sortilegios, las sombras, el pasado y la visión de una mujer misteriosa que lo invade y de cierta manera lo invita a romper con la métrica, los espacios y los contenidos.

Péglez abandona las referencias mitológicas y de cierto hermetismo concentrándose en el sentimiento, la reflexión de lo cotidiano y se refugia en las esencias, en el porvenir: Yo desnudo ante el espejo/ tú ante el espejo desnuda/ ¿y qué hacemos con la bruma/ que entre los dos puso el tiempo?.../ ¿Por qué tanto desencuentro?/ ¿Por qué ahora no fue antes?/ Nadie sabe Nadie sabe/ Solo se sabe el acorde/ del hombre que soy del nombre/ que Oneida escribe con H.

jueves, 19 de junio de 2008

Venturas y desventuras
en el filo de la décima

Por Pedro Péglez González
Foto: Modesto Caballero
Tomado de Trabajador
es digital












Dice Roberto Manzano que cuando las mujeres gobiernan todo sale mejor. Por lo pronto es muy revelador que haya sido el
grupo de poetisas Décima al filo, creado
en el 2002 por la escritora Odalys Leyva en Guáimaro, Camagüey, el que haya generado, con sus encuentros allí celebrados desde entonces, la cita más significativa entre las que tienen como centro a la poesía escrita en estrofas de diez versos.

Su primer acierto fue no concebirlo como un cónclave estrictamente femenino, y elevar la voz en favor de la décima desde aquella localidad, cuna de la primera constitución de la República de Cuba en armas, con la misma pasión integradora con que lo hizo Ana Betancourt en la asamblea de Guáimaro, en aras de la nación naciente.

El segundo tino ha sido que el predominio de la escritura decimística no resulte en detrimento de su hermana, la oralidad improvisada: el programa, pleno de recitales y conferencias, va acompañado siempre de repentistas y tonadistas, además de la relación interdisciplinaria con las artes plásticas, la danza y el teatro, en espacios públicos para el intercambio con la población.

Ahora Décima al filo acaba de concluir su cuarto encuentro, con un saldo que puede resumirse en una palabra: consolidación. Consolidación, sobre todo, de su proyección de representatividad, con la participación de escritoras y escritores de Las Tunas, Holguín, Villa Clara, Cienfuegos, Matanzas, Ciudad de La Habana y Camagüey, entre ellos tres de los siete poetas que han merecido el Premio Iberoamericano Cucalambé. Consolidación que subraya, para aquella pequeña ciudad, el título que le han dado los poetas: capital de la décima escrita por mujeres.

Pero ello, que comporta para el territorio un indudable compromiso, se logró a contrapelo de lunares ensombrecedores, como el incumplimiento horario de la agenda, por lo general a resultas de dificultades con la transportación, y fueron deplorables las condiciones del alojamiento en el hotel Guáimaro, a causa del incomprensible deterioro de esa instalación, por cierto, el único hospedaje en el extenso tramo de carretera desde Camagüey hasta Las Tunas.

Son máculas que deben examinar las instituciones administrativas locales, desde ya, con la mirada puesta en la cita del próximo año. Estamos seguros de que atenderán a su solución, y que Décima al filo del 2009 obrará a favor de que se cumpla, también con plenitud en el orden material, el aserto de Manzano.

jueves, 12 de junio de 2008





Sobre Cambio
de marea
,
de Karel Leyva



Por Lina de Feria

En el 2007, salió un breve pero sólido poemario del santiaguero Karel Leyva, nacido en 1975, su “Cambio de marea”, publicado en Ediciones Santiago, concilia perfectamente la trayectoria poética del autor que ya ha obtenido: Mención David de la UNEAC, el premio de poesía erótica Farraluque del 2000 y 2006, y otros interesantes como el Nosside Caribe. Se trata de un poeta cuya concepción escritural es de meritorio rigor, señalando que se trata de un primer libro. Pero viene formado en buena lectura de poesía, y ello se evidencia, en la madurez con que facturó su libro. Buen titulo, buenas secciones, absoluta unidad en lo esencial concebido. Una especie de halo marinero, preside el poemario, de tal forma que los elementos creadores manejados lo proyectan como un hombre, no de continentes: sino de islas, pero no en la “marinería” de un Rafael Alberti, sino que es en el sentido virgiliano del mar y la tierra rodeada de aguas por todas partes.

A veces con un lenguaje directo, a lo verso norteamericano, Karel tiene, no el afán profético o mesiánico, sino la inteligencia de hacer contráctil el verso, y transmite desde la emoción más contenida: “dejo mis manos aquí! Por si mañana necesitas recordar! Cada trazo será exacto! No harán falta códigos! Lo sabrás simplemente”. Y otras veces, en el ceñido metro de un soneto como “Herencias” mezcla contemporaneidad con clasicismo hasta convertirlo en verso de vanguardia.

Asombra su capacidad de observación, cosa tan primordial en un escritor de médula, ya que el paisaje es captado en un breve instante, verdadero chisporroteo de la mente, y en otras ocasiones, hay una auténtica recreación del ámbito descrito como si se tratara de que no le ocurriera lo que tanto reclamó Lezama en su extraordinario verso:” Ah, tú que escapas cuando alcanzabas tu definición mejor”.

“Náutica VIII”, tiene, en un corto poema, de las mejores imágenes de Karel como resultan ser: “Una ciudad espera por mis huesos! Por la raíz de pájaro indomable! Que tiende el mar”. Es que la naturalidad con que mana el verso le quita cualquier aspecto cosmetológico al asunto tratado, y destacamos su propiedad a la hora de poetizar, cosa muy difícil en un primer libro. Tenemos, necesariamente que seguir esperando los próximos libros de este joven, ya que, enmarcada su poesía en una cuidadosa trama lo veremos ascender por los caminos originales, y cuando engrose aún más su prometedora y conseguida vía poética, estamos seguros que en el panorama del 2010, o del 2012, Karel Leyva va a encabezar espacios, por el evidente tecnicismo de su escritura, y porque buscador de argumentos de fuerte carácter comunicador, ya tiene su trampa, de la que no podrá salir, en la mismísima búsqueda de la belleza.

Esperamos que “Cambio de marea” tenga una buena difusión porque ello contribuirá a que otros lectores, jóvenes y menos jóvenes, se formen criterios de magnífica aceptación ante un escritor que, teniendo tiempo y velocidad para decirnos de su interioridad, ya planea, como buen objeto sensible, por el mundo de la poética nacional.

Junio del 2008