viernes, 29 de enero de 2021

Bandera Proeza Laboral para el Cidvi

Por el Sindicato de la Cultura

Coincidiendo con el aniversario 168 del natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí y el aniversario 82 de la creación de la Central de Trabajadores de Cuba



Un sencillo encuentro con una representación del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (Cidvi), sirvió para que la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, Nereyda López Labrada, entregara a esa institución la Bandera Proeza Laboral.

Participaron del acto varios artistas de la música campesina, así como integrantes de las peñas de la décima en la capital. El reconocido poeta repentista Luis Paz Esquivel (Papillo), director del Cidvi, dejó en las redes sociales testimonio con el siguiente párrafo, la foto y un poema en cuatro décimas:

“En fecha tan simbólica para la patria, el Sindicato Nacional de la Cultura, con la aprobación de la Central de Trabajadores de Cuba, le entregó al Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, la Bandera Proeza Laboral, por el trabajo desplegado durante el 2020 en el enfrentamiento a la Covid y en la defensa de nuestra identidad y patrimonio culturales”.


Con sobriedad festejemos,
no demos a la Covid
ni un respiro en esta lid
donde también triunfaremos.
Si a la décima debemos
nuestro logro principal:
haga el discurso final
con su espíritu sensible
la estrofa que hizo posible
la Proeza Laboral.


Compartimos la alegría
de este reconocimiento
con la humildad y el talento
de los que día tras día
alumbran la geografía
del verso pieza por pieza;
dígase con la limpieza
de una verdad soberana:
fue la décima cubana
la que logró la proeza.


Un ramo de luz y flores
pone la estrofa maestra
al nacimiento de nuestra
Central de Trabajadores.
La décima rinde honores
patrios, si ante los caminos
que marcan nuestros destinos
de fe, de unión y esperanza,
es otro puente en la alianza
de obreros y campesinos.


Nos alienta el sentimiento
de: 'Patria es Humanidad',
frente a cualquier levedad,
insolencia y fingimiento.
Repudiamos cada intento
de burda provocación,
y alzamos, en esa acción
honrosamente sagrada,
la cultura como espada
y escudo de la nación.


Original en Trabajadores:

Bandera Proeza Laboral para el Centro de la Décima

ANTERIORES DEL CIDVI:
Reinaugurada sede del Cidvi. Manos constructoras en favor de la décima.
Celebran aniversario 65 de la controversia del Siglo entre Naborí y Valiente.
Aniversario 20 del Cidvi. Entrevista a su director, Luis Paz Esquivel, Papillo.
Aniversario 20 del Cidvi. Los decimistas lo celebraron con décimas y videos.
Convocan Maratón poético en tributo a Naborí. Del 21 al 30 de diciembre.
Niños repentistas por el Héroe Nacional. Talleres de repentismo lo honran.

ANTERIORES DE LA COVID:
Vuelve la tertulia Lira y verso al comenzar enero con restricciones presenciales + otras 132 entradas publicadas durante el 2020.
Juan Carlos García Guridi: Huéspedes. Un poema por los fallecidos + otras cinco entradas sobre el tema.
De Alexander Besú: Cuba, mi amor. Un poema en el contexto de la pandemia.
Maribel Monzón comenta y honra. Nos escribió acerca de nuestra reciente reseña sobre Dalita Hernández, y en su página de Facebook rindió homenaje al poeta Alberto Vega Falcón por su Premio de cultura comunitaria 2020.
Niños repentistas por el Héroe Nacional. Talleres de repentismo lo honran.
Luis Paz Esquivel glosa a José Martí. Para la acción poética Verso amigo.

 

 

 

 

miércoles, 27 de enero de 2021

Casal por Martí; Martí por Darío

No lo raro, sino el instante raro

Un interesante análisis comparativo de la joven escritora Yanay Prats Herrera. Tomado del periódico Trabajadores


De aroma elegíaco estas semblanzas, sobrecogen como en interior de catedral justo antes de la liturgia, comunión: Julián del Casal ―de José Martí, publicada en el periódico Patria el 31 de octubre de 1893, a pocos días de la muerte de Casal―; y José Martí ―por Rubén Darío, del libro Los raros, especie de canon literario del escritor nicaragüense, cuya primera edición fue en 1896, un año después del fallecimiento del Apóstol―.

Inician a modo de invocación ante lo rotundo de la muerte: “—¡oh! permitid que diga su nombre delante de la gran Sombra épica; de todos modos, malignas sonrisas que podáis aparecer, ya está muerto!…” (José Martí). “Aquel nombre tan bello que al pie de los versos tristes y joyantes parecía invención romántica más que realidad, no es ya el nombre de un vivo” (Julián del Casal).

Retratos finiseculares que hacen llegue a nosotros un perfume decimonónico inconfundible, espíritu romántico en transición hacia nuevas vías estéticas y éticas: “De la beldad vivía prendida su alma; del cristal tallado y de la levedad japonesa; del color del ajenjo y de las rosas del jardín; de mujeres de perla, con ornamentos de plata labrada; y él, como Cellini, ponía en un salero a Júpiter. Aborrecía lo falso y pomposo” (Julián del Casal).

Prosa pródiga (estilo de época) en emociones, metáforas, imágenes… “Quien murió allá en Cuba, era de lo mejor, de lo poco que tenemos nosotros los pobres; era millonario y dadivoso: vaciaba su riqueza a cada instante, y como por la magia del cuento, siempre quedaba rico: hay entre los enormes volúmenes de la colección de La Nación, tanto de su metal fino y piedras preciosas, que podría sacarse de allí la mejor y más rica estatua” (José Martí). De tal modo, vamos configurando la personalidad del evocado y de quien evoca como un solo latir, unimos el nuestro.


El instante raro de estos poetas es misterio… enamora. Especie de caleidoscopio en el que Casal, Martí y Darío son los tres espejos al interior e involucran, más que con frías y exactas figuras de fechas y hechos, con esa calidez de colores que no dejan de maravillar.

Martí y Darío no pueden permanecer impasibles en esas semblanzas elegíacas que escriben: respetan al ser humano, aman el arte; y comparten el modo, ese modernismo literario (Casal, uno de sus más sublimes cultores) que germinaba en estas tierras latinoamericanas con una personalidad regional que se iba definiendo. “Es como una familia en América esta generación literaria, que principió por el rebusco imitado, y está ya en la elegancia suelta y concisa, y en la expresión artística y sincera, breve y tallada, del sentimiento personal y del juicio criollo y directo” (Julián del Casal).

A veces temo que no sepamos ver ―como hicieron José Martí y Rubén Darío desde miradas singularísimas― a estos poetas de cuerpo entero, sin necesidad de pedagogías o maniqueísmos. Distinguir, por ejemplo, a un Martí inquieto y curioso cual Meñique, caminando por ese país del que, no obstante advertir el peligroso gigante, horadó en matices insustituibles, así lo refiere Darío: “Mi memoria se pierde en aquella montaña de imágenes, pero bien recuerdo (…) un puente de Brooklin literario igual al de hierro: una hercúlea descripción de una exposición agrícola, vasta como los establos de Augías; unas primaveras floridas y unos veranos, ¡oh, sí! mejores que los naturales; unos indios sioux que hablaban en lengua de Martí como si Manitu mismo les inspirase: unas nevadas que daban frío verdadero, y un Walt Whitman patriarcal, prestigioso, líricamente augusto, antes, mucho antes de que Francia conociera por Sarrazín al bíblico autor de las Hojas de hierba” (José Martí).

O ver a un Casal sentado en el paseo frente a su casa de Prado, leyéndonos algún verso de esos poetas malditos que tanto amó. “(…) la poesía doliente y caprichosa que le vino de Francia con la rima excelsa, paró por ser en él la expresión natural del poco apego que artista tan delicado había de sentir por aquel país de sus entrañas, donde la conciencia oculta o confesa de la general humillación trae a todo el mundo como acorralado, o como con antifaz, sin gusto ni poder para la franqueza y las gracias del alma” (Julián del Casal).

Y así leerlos ―conversarles en privado para evocarles desde quienes somos; así hizo el Apóstol con Julián, o Darío con nuestro Martí― como si estuviéramos sentados en el cómodo sofá de la casa y les escucháramos. Leerles como un ejercicio de libertad, sin que nadie nos diga el modo de relacionarnos con ellos; quizás no sea su escritura la más fácil, pero sí la capaz de acompañarnos en momentos de la vida: en los difíciles, de angustia o incomprensión; y también en los de sueños y deseos.


Lo triste deviene coherente acto poético en historias marcadas por el destierro. En Martí desde esa vocación de sacrificio que fue rumbo y fin. “¡Padeció mucho Martí! (…), desbordante de amor y de patriótica locura, consagróse a seguir una triste estrella, la estrella solitaria de la Isla, estrella engañosa que llevó a ese desventurado rey mago a caer de pronto en la más negra muerte!” (José Martí).

En Casal ese desencanto lo acompañó por calles y poemas: “Murió, de su cuerpo endeble, o del pesar de vivir, con la fantasía elegante y enamorada, en un pueblo servil y deforme” (Julián del Casal).

Martí y Casal no nos pertenecen: “¡Oh, Cuba! eres muy bella, ciertamente, y hacen gloriosa obra los hijos tuyos que luchan porque te quieren libre; (…) mas la sangre de Martí no te pertenecía; pertenecía a toda una raza, a todo un continente; pertenecía a una briosa juventud que pierde en él quizá al primero de sus maestros; pertenecía al porvenir!” (José Martí).

A veces cierto egoísmo me hace sentirlos muy míos, solo míos, mas sé que son de todos, ¡del mundo! “Por toda nuestra América era Julián del Casal muy conocido y amado, y ya se oirán los elogios y las tristezas. Y es que en América está ya en flor la gente nueva, que pide peso a la prosa y condición al verso, y quiere trabajo y realidad en la política y en la literatura” (Julián del Casal).

Murieron los pobres poetas, líneas de vida que dicen no lo raro, sino el instante raro de la emoción noble… ¡lleguémoslos a conocer!


Original en Trabajadores:

No lo raro, sino el instante raro: Casal por Martí; Martí por Darío


ANTERIORES POR EL ANIVERSARIO
168 DEL NATALICIO DE JOSÉ MARTÍ:

Por José Martí: La lumbre alada. Poema de Péglez.
Luis Paz Esquivel glosa a José Martí.
Los niños repentistas de los talleres por el Héroe Nacional.
A José Martí, el homenaje de un trabajador gastronómico: José Ramón.

EN NUESTROS ARCHIVOS:
BÚSQUEDA GENERAL SOBRE JOSÉ MARTÍ
Tributo eterno a José Martí. Entradas anteriores.



 

 

Luis Paz Esquivel glosa a José Martí

Para la acción poética Verso amigo

En esa iniciativa participará el reconocido poeta repentista Luis Paz Esquivel (Papillo), director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (Cidvi), con estos versos que glosan a José Martí

 

Este 28 de enero a las 2 de la tarde el Ministerio de Cultura de Cuba, el Centro Cultural CubaPoesía, la Revista de Poesía Amnios y la Asociación de Escritores de la Uneac, inician la difusión de los recitales poéticos Verso amigo. Celebrando el 168 aniversario del natalicio de nuestro Apóstol Nacional, se unen las voces de los creadores Nancy Morejón, Augusto Blanca, Luis Paz y Yenys Laura Prieto, para, al filo de las 2 de la tarde, inaugurar estos encuentros que se suscitarán desde la red de redes en sus primeras frecuencias pero que se extenderán a importantes espacios públicos en futuras ediciones. Le invitamos a acompañarnos en la red de páginas del Mincult y del FIP-Habana.

 


El poema de Luis Paz Esquivel (Papillo):

 

VERSO AMIGO

¡Verso, nos hablan de un Dios
adonde van los difuntos:
verso, o nos condenan juntos,
o nos salvamos los dos!

José Martí


Compañero de proyectos
al pie de asombros cruciales,
contigo son ideales
los caminos imperfectos.
Para repetir afectos
untados de amor precoz,
alta de luces la voz,
y la garganta inflamada
de sueños y de alborada:
¡verso, nos hablan de un Dios!

 

Pero yo quiero que seas
tú el mensajero divino,
recordándole al camino
que tus raíces febeas
se cuelgan como preseas
de iluminados barruntos,
o de ancestrales trasuntos
por donde tu alma germina
deshaciendo la neblina
adonde van los difuntos.

 

Por ti le he puesto atavíos
de relámpagos a un sueño
universal y pequeño,
tus presagios son los míos;
no importan los extravíos
a granel, ni los adjuntos
de naufragio entre dos puntos
atávicos, policromos:
nos aceptan como somos
verso, o nos condenan juntos.

 

Me has puesto la mano encima
del hombro, cuando parece
que el mundo desaparece
en la tragedia del clima
o en el drama que lastima
los ojos por cada adiós;
verso, marchamos en pos
de rumbos inexplorados:
nos morimos abrazados
o nos salvamos los dos.

 

EL AUTOR EN NUESTROS ARCHIVOS:
Luis Paz Esquivel: Homenaje a la amistad + amplia información sobre su obra.
Luis Paz Esquivel: Glosa a Nicolás Guillén. De su libro La cruz del tiempo.
De Luis Paz Esquivel, Papillo: EEUU & Humanidad & pandemia.