En Pinar del Río
Nos reporta el hermano poeta
Lorenzo
Suárez Crespo, desde la Casa
de la Décima Celestino García, el Parnaso de los poetas pinareños, en la más occidental de las
provincias cubanas
Muy
cercanos a las festividades por el aniversario fundacional de la ciudad de
Pinar del Río en que los primeros hatos y corrales fueron mercedados a los
esperanzados labriegos españoles, el Parnaso de los poetas pinareños evoca con
orgullo, no solo la estrofa salmantina que formaba parte del tesoro cultural de
los primeros fundadores, sino que tejerían con sus versos los hilos de la
guayabera. Más de una decena de poetas en su espacio de presentación evocaron
esta prenda de vestir que forma parte de nuestras más entrañables tradiciones y
cuyo uso se mantiene vigente con legítimo orgullo.
ADRIEL
CEBALLOS DELGADO
-San
Juan y Martínez, 1985
A
esta guayabera mía
con
nieve en el exterior
Juanito
le dio el color
y
Duarte la poesía.
José
con su maestría
la
hizo novia del verano,
Lorenzo
con una mano
le
apuntaló la raíz,
pero
el botón más feliz
se
lo puso Juan Montano.
Un
cuaderno y varios plegables de las Ediciones Amauta fueron presentados en esta
fiesta sabatina como una invitación a su lectura, pues en ellos, 40 autores en
total, aparecen estas evocaciones líricas a la guayabera, desde Jesús Orta Ruiz
hasta el joven Yasel García, pero quizás lo más emotivo fue la donación de
guayaberas de los lugareños para el Ranchón.
El
origen de la guayabera, en una de sus más acertadas variadas versiones, se
remonta a la tierra del Yayabo, Sancti Spíritus. Se cuenta de un camisón que
usaban los recogedores de guayabas con varios bolsillos grandes para la
colección de la fruta. Luego pasó a la preferencia popular por su frescura,
pulcritud y belleza; algo que terminó siendo, por su simbolismo, una prenda de
identidad criolla y patrimonio artístico.
El
Museo de la Guayabera, en Sancti Spíritus, la reivindica y perpetúa como
símbolo e identidad.
La
guayabera cruzó las fronteras de la fiesta guajira para ocupar espacios en los
salones más egregios durante eventos y celebraciones de todo tipo desde que
adornó el pecho de los cubanos hasta la actualidad en que sigue vigente en toda
Hispanoamérica.
Para
los poetas improvisadores la guayabera es un atuendo que los dignifica y
enorgullece mientras que las cuerdas del laúd, la guitarra y el tres elevan sus
voces en uno de los ejercicios musicales más hermosos y exaltadores, el
repentismo.
Para
nuestros amigos y colaboradores en Cuba e Hispanoamérica adjuntamos la
selección poética de nuestros cantares a la guayabera.
Con
esta motivación están invitados los poetas que nos leen para sumarse con sus
obras a este homenaje lírico a la guayabera, de manera que podamos contar con
una selección más amplia para una nueva edición.
LA GUAYABERA
-Selección:
Lorenzo Suárez Crespo
-Casa
de la Décima Celestino García, de Pinar del Río.
-Noviembre
de 2015
JOSE
CALIXTO MARICHAL
-San
A. de los Baños, Habana, 1899-1984
Guayabera que naciste
de
frutas y recogida,
con
una pulpa encendida
a
la Patria engrandeciste.
Cuando
el cubano se viste
asume
tu lealtad,
porque
en su digna heredad
los
hilos de tu esplendor
proclaman
en su fulgor
con
ecos de libertad.
ANIANO
CORO
-Viñales,
17 de noviembre de 1907
Yo
no le temo a la muerte
que
amenaza a la vejez,
porque
en fin de cuentas es
cuestión
de desgracia o suerte.
Es
inmóvil y es inerte,
pero
bajo nuestra espera,
oigo
como una quimera
el
último martillazo
del
que me está haciendo acaso
la
última guayabera.
HELIODORO
GARCÍA CELESTRÍN
-San
Antonio de Cabezas, Matanzas, 1914.
-Fragmento-
Prenda
de Cuba, pedazo
de
tradición y lirismo,
la
vejez y el modernismo
se
dan en ti largo abrazo.
Naciste
de aquel retazo
de
opal que algún vendedor
sobre
el lomo-mostrador
de
su caballo mantuvo
desde
las zafras en que hubo
azúcar,
sangre y sudor.
Le
abriste la talanquera
al
ansia del campesino
y
pusiste en el camino
larga
emoción dominguera.
El
potro retinto era
ajustado
a tu deseo
y
como alegre trofeo
bordado
de ensueño y tul,
luciste
la cinta azul
conquistada
en el torneo.
Tu
pechera almidonada
midió
la ilusión primera
de
una larga cabellera
negramente
iluminada.
Y
serviste emocionada,
de
cauce para un suspiro,
reinaste
en cada retiro
porque
fuiste en cada hora
alegre,
fresca y sonora
igual
que un punto guajiro.
Tú
fuiste planchada güira
para
un abstracto café,
contigo
el Cucalambé
vistió
de fiesta su lira.
Toda
su gracia guajira
fue
sobre el surco bandera.
Así,
cuando todo era
ansias
de un nuevo horizonte,
la
Patria para ir al monte
se
vistió de guayabera.
RAÚL
FERRER
-Mayajigua,
Las Villas, 1915
Hermana
del gallo fino,
de
la tarde y la visita,
en
ti ligera y bonita
mi
talla de campesino.
En
el fresco del camino
me
colmas de primavera,
eso
si la tierra fuera
de
quien la siembra y la cuida
porque
la tierra es la vida
vestida
de guayabera.
ANGEL
VALIENTE
-San
A. de los Baños, Habana, 1916-1987
De
yagua y techo de guano
tuvo
su primer hogar
y
entre cuerdas al cantar
estrenó
el punto cubano.
En
sus labios el habano
y
el humo de una quimera,
guajiro
de lucha fiera
sin
distinción para el trueque
luciendo
en cada guateque
su
vistosa guayabera.
FRANCISCO
RIVERÓN HERNÁNDEZ
Güines,
La Habana, 1917-1975
Olán de mi guayabera
Eres
Cuba, que en el cinto
lleva
su sangre afilada.
Eres
la Patria creada
del
pétalo de un jacinto.
Eres
el amor distinto
que
me supo a canistel,
el
incendio de clavel
que
en ojal me suspira
el
beso que mi guajira
me
cosió para la piel.
Novia
del punto y el son,
cuando
la zafra madura
saco
a beber tu blancura
en
un guateque de ron.
Pero
cuando el callejón
te
ve triste la azucena,
cuando
te duele la pena
por
algún pan necesario;
te
vas en el sol agrario
con
un silencio que suena.
Tú
eres la Cuba que canta
en
el alma de un barranco
tú
eres ese grito blanco
que
desde adentro levanta.
Tú
eres toda su garganta
erguida
en una palmera...
Tú
eres Cuba, guayabera,
liso
almidón con sonido.
¡Cuba
es un hombre vestido
con
tu criolla manera!
GERARDO
LEÓN
-San
Antonio de Río Blanco, La Habana, 1921
Quiero
con igual tijera
descrestar
el mismo gallo,
montar
el mismo caballo
y
andar la misma ribera.
En
la misma guayabera
doblar
el mismo pañuelo
y
verme en el arroyuelo
con
la reina de mi amor
que
era más flor que la flor
que
se ponía en el pelo.
JESUS
ORTA RUIZ
-San
Miguel del Padrón, La Habana, 1922
Risas
de fino cristal
a
flor de los labios rojos
de
guajiras, cuyos ojos
son
azúcar y central.
La
controversia habitual
atiza
como una hoguera
cantores
de guayabera,
sombrero
alón y machete,
mientras
la luna es jinete
sobre
los potros afuera.
GUSTACO
TACORONTE
-La
Habana, 1922-1980
Con
el caballo y el lazo
monteando
en la sitiería
jinete
de cada día
llega
el guajiro al ocaso.
Pero
el domingo el Parnaso
lo
llama y de qué manera,
un
buen guateque lo espera
acompañado
del tres
y
qué orgulloso lo ves
vestido
de guayabera.
GONZALO
RUBÉN SILVA BLANCO
-San
Cristóbal, 1926
Los
que bebimos del trillo
el
sudor rumbo al sembrado
siempre
nos ha convocado
el
sol con su limpio brillo.
Ningún
trabajo es sencillo
cuando
el surco nos espera,
por
eso en la primavera
tan
contento tú me ves
con
mis versos y mi tres
vestido
de guayabera.
PABLO
LEÓN ALONSO
-Puerta
de Golpe, P. Río, 1927
La
décima mía vino
de
Ovas y de Viñales
dejando
mis iniciales
a
lo largo del camino.
Allí
como un pergamino
se
conserva todavía
y
está la décima mía
vestida
de guayabera
entre
Benito Cabrera
y
Celestino García.
FRANCISCO
HENRIQUEZ
Unión
de Reyes, Matanzas, 1928
Todo
es mío, el alazán
que
cuando feliz lo ensillo
hace
del polvo del trillo
densa
nube de azafrán.
Soy
dueño del framboyán
que
le da sombra al potrero,
y
cuelgan en mi ropero
en
espera de un jolgorio
las
polainas de liborio,
la
guayabera, el sombrero.
CÁNDIDO
ARRONTE MARGOYES
-Minas
de Matahambre, 1928
Pienso
que el Cucalambé
la
vistió de guayabera
para
que en rimas tuviera
caña,
tabaco y café.
Toda
esta reliquia fue
atesorándose
aquí
y
al vuelo del colibrí
con
aires renovadores
fue
vestida con las flores
líricas
de Naborí.
EUGENIO
VICENTE LEÓN
-Puerta
de Golpe, Pinar del Río, 1928
Ayer
saliste conmigo
a
hurtadillas a un festín
y
un encendido carmín
viajó
a la casa contigo.
Recibimos
por castigo
una
represión severa.
Hoy
contemplo, guayabera,
tu
imagen inmaculada
de
mártir crucificada
pender
en la tendedera.
ROLANDO
GONZALEZ (Rolo)
-Sabanilla
del Encomendador, 1929-2008
En
un día muy lejano
empecé
versos a hacer
por
aquello de nacer
en
un bohío de guano.
Con
el laúd en la mano
me
vieron pasar a pie
y
al regreso me encontré
en
la vieja tendedera
llorando
a la guayabera
que
a la fiesta no llevé.
EUGENIO
LEAL PEREZ
-Alquízar,
1930-1999
Alquízar,
en tus rincones
nacieron
las glosas mías
y
un río de canturías
me
fluye por los pulmones.
De
mis amados blasones
son
mi símbolo y bandera
la
guitarra que me espera
con
los ritmos de su estilo
y
en los destellos del hilo
mi
novia, la guayabera.
ERMU
MUR OROZCO
-Las
Tunas, 1930
El
surco, el arado, el río,
la
palma real, la montaña,
el
dulce de nuestra caña,
el
cielo de mi bohío,
su
resplandor, todo es mío,
décima,
tabaco y son,
el
rico café y el ron,
la
guayabera, el sombrero,
el
sol radiante, hechicero
de
nuestra Revolución.
LUIS
PUENTES SIERRA
-Bahía
Honda, 1931
Yo
nací en el San Gabriel,
Finca
del Central Orozco,
lugar
al que reconozco
toda
transparencia fiel.
Más
si recuerdo que en él
surge
mi expresión primera,
porque
sobre su pradera
ponía
mi leva a trueque
para
asistir al guateque
vestido
de guayabera.
Luego
los años pasaron
haciendo
un vacío inmenso
hasta
que llegó Lorenzo
y
mis versos despertaron.
Los
amigos me rodearon
en
cada décima entera
como
si Luis Puentes fuera
la
nueva revelación
cuando
entraba en el salón
vestido
de guayabera.
Mucho
me ayudó Mederos
Y
el veterano Mendive
Y
algunos más inclusive
Que
aceptaron sinceros.
Que
abonaron mis canteros
Con
lirismo de primera,
Que
agrandaron mi carrera
Siempre
en toda canturía
Porque
yo siempre asistía
Vestido
de guayabera.
Siguiendo
esta vocación
Quisiera
alcanzar la meta
Para
sentirme poeta
Y
vivir con ilusión
Llevando
en mi corazón
Mi
tierra vueltabajera
Y
terminar la carrera
Siempre
con la poesía
Viviendo
el último día
Vestido
de guayabera.
ANASTASIO
GONZÁLEZ GROERO
-Guane,
1931 a 1991
Tan
blanca como si fuera
el
alma de una mujer
el
estreno puedo hacer
de
mi blanca guayabera.
Desde
el llano a la pradera
incapaz
de que yo peque
cuando
la tarde me seque
el
sudor bajo el sombrero
me
adelantaré al lucero
que
le da luz al guateque.
ADOLFO
MARTÍ FUENTES
-La
Coruña, Galicia, España, 1932
Guayabera, prenda mía
de
planchado arroz ligero,
criolla
voz, olán coplero
de
incansable juglaría:
Si
hay en tu mitología
orlas
de rumor cubano,
es
porque en mágico arcano
la
palma, el mar y mi cielo,
te
alzaron como un anhelo
de
la raíz del verano.
Tu
almidonada pechera,
blanca
como la razón,
me
cae sobre el corazón
sin
una arruga siquiera.
Impecable
guayabera
que
al dulce bien de la brisa
eres
cual clara divisa
de
un orgullo necesario,
firme
bandera al precario
carretear
de la camisa.
Tus
puños son como soles
brillantes
que te han nacido,
tu
cuello para un crecido
despertar
de caracoles.
Hecha
de ardientes crisoles
por
la gracia de tu albura
ya
tu presencia es hechura
de
una gran voz musical
cuando
te nace un rosal
tierno
en la botonadura.
Bajo
el plisado de ensueño
-celaje
por el poniente-
cubres
amorosamente
la
ancha magnitud del sueño.
Impone
tu hilo risueño
el
clamor de tu linaje;
firme
voz, alto mensaje
de
esta guayabera mía
que
es textil orfebrería
de
Cuba, de su paisaje.
JOSÉ
MIGUEL MEDEROS MEDEROS.
-Bahía
Honda, Pinar del Río, 1933
Me
gusta ver al guajiro
de
polaina y de machete,
de
tabaco y taburete
y
con las bestias de tiro.
todas
sus prendas admiro
con
delectación cimera,
pero
en la fiesta campera
olvidar
nunca podría
verlo
por la canturía
vestido
de guayabera.
MARÍA
JOSEFA VALDÉS
-Minas
de Matahambre, 1934
Abuelo
a la dominguera
guitarra
al hombro en su estilo
iba
siguiéndole el hilo
blanco
de su guayabera.
La
noche estaba a la espera
con
sus guajiros primores,
las
muchachas como flores
y
dispuestos a cantar
no
tardaban en llegar
buenos
improvisadores.
JOSÉ
LORENZO DELGADO
-Punta
de Palma, P. Río, 1940
Me
gusta la canturía
bajo
mi techo de guano
y
siento el punto cubano
muy
dentro del alma mía.
Los
sábados, qué alegría
cuando
voy con mi sitiera
y
siento de qué manera
orgullo
patrio al llegar
cuando
me pongo a cantar
vestido
de guayabera.
CELINO
ALFONSO TORRES
-Candelaria,
1942
Cuando
muy pequeño era
porque
diez años tenía,
mi
abuelo negro vestía
de
blanco una guayabera.
Paseó
La Guantanamera
en
los salones de Oriente
y
salió rápidamente
por
unos cuantos países
para
fijar sus raíces
en
el Nuevo Continente.
LORENZO
SUÁREZ CRESPO
-Bahía
Honda, P. del Río, 1943
Con
Laúd y Guayabera,
guitarra,
maraca y tres,
Pinar
del Río en dos pies
del
llano a la cordillera.
La
malara es la bandera
en
su folclor más genuino,
luz
y faro en el camino
tras
huellas de oralidad
que
se han hecho realidad
hoy
con Fulgor Campesino.
En el Ranchón
Al
vuelo de la bandera
con
espíritu espartano
el
patrimonio cubano
se
viste de guayabera.
En
esta lírica esfera
irradia
la inspiración
y
absortos por la emoción
que
esta prenda nos inspira,
hoy
la décima guajira
la
teje en este ranchón.
WALDO
LEYVA PORTAL
-Remates
de Ariosa, Villa Clara, 1943
El
laúd, la guayabera,
la
décima campesina,
es
semilla que germina
cuando
el pecho es sementera.
En
verano o primavera
florece
el punto cubano
y
esta casa, Juan Montano,
más
que casa es como un río,
un
surco, un tres, un bohío
y
un buen apretón de mano.
ARNALDO
DE LA CARIDAD NARANJO
-Pinar
del Río, 1944
¡Qué
alegre está mi bohío!
Las
cuerdas están sonando
Y
sus acordes volando
Alegran
el veguerío.
Ya
bailan en el bajío
El
roble y la enredadera,
Baila
también la palmera
Dándole
al coco una mano
En
el guateque cubano
Con
Laúd y Guayabera.
ANDRES
MENDIVE LINAREZ
-Bahía
Honda, 1946
Majestuosa
guayabera,
Novia
del Cucalambé,
Prenda
de vestir que fue
Por
su hechura mensajera.
En
Valiente y Pedro era
Clarín
tocando a degüello
Y
por ungirse en el sello
Innegable
del danzón,
Se
hizo espejo de almidón
En el puño y en el cuello. -1-Ferrer.
PABLO
LUIS ALVAREZ
-Bolondrón,
Matanzas- 1947-1994
Abanico
en su donaire,
guitarra,
laúd y tres,
en
breve espacio la ves
en
burbujas al desgaire.
Se
rompen y ya en el aire
los
versos colman la esfera
y
el poeta que no espera
bajo
el alero de guano
se
bebe el punto cubano
de
sombrero y guayabera.
JUAN PAJÓN FELIPE
-La Mulata, La Palma. 1949 -1992
Vamos, mi verso, de viaje
junto a las aves cantoras
y así satisfecho exploras
las bellezas del paisaje,
que viste su nuevo traje
sobre cada enredadera
y esa blanca guayabera
que pasea el veguerío,
nos advierte, amigo mío,
que llegó la primavera.
FELIPE
AMAYA PIMIENTA
-San
Luis, P. del Río, 1950
Cuando
la luna le arranca
la
oscuridad a la noche
cada
lucero es un broche
en
mi guayabera blanca.
Y
cuando de la barranca
la
sombra tapa el camino
como
un rayo vespertino
se
levanta mi poeta
rompiendo
la camiseta
de
mi pecho cantarino.
JUAN
MONTANO CARO
-Mantua,
Pinar del Río, 1952
Para
ceñirle la rima
como
poeta que soy
a
la décima le doy
todo
el calor de mi estima.
Para
llevarla a la cima
vestida
de primavera
cada
sábado a la vera
del
río junto al barranco,
la
adorna mi amor de blanco
igual
que mi guayabera.
OSCAR
SANTANA SCULL
-Florida,
Camagüey, 1956
Venga
en sus ritmos el son
criollo
como el café,
cadencia
donde se ve
el
baile de una nación.
En
la sala, en el ranchón
tres
y guitarra a la espera
que
suene la noche entera
en
el guateque cubano
unido
al punto cubano
vestido
de guayabera.
ALFONSO
QUIÑONES
-Manzanillo,
Granma, 1959
Décima
eneasílaba
Tuve
una calle y una casa,
una
mujer hecha de esperas,
un
alelí, dos guayaberas
y
un colibrí de pura raza,
tuve
cubiertos, plato, taza,
seis
pesos de melancolía,
un
barco anclado en la poesía,
la
lejanía de febrero,
el
corazón como un alero…
y
yo era rico, yo tenía…
ALBERTO
RODRIGUEZ ALFONSO
-Consolación
del Sur, 1965
Lo
vieron en Bermejales
Con
boina y con guayabera,
Porque
amó la cordillera
Como
el Valle de Viñales.
Frescura
de manantiales
Tuvo
en los versos que hacía
Y
si al Entronque volvía
De
cerveza y ron sediento
El
más triste y descontento
Con
sus chistes se reía.
JUANITO
RODRIGUEZ CABRERA
-San
Juan y Martínez, 1965
Hoy
desde el Guaniguanico
Yo
venía junto a Oniesis
Para
discutir la tesis
De
tu invitación, Bertico.
A
mi sinsonte en el pico
Le
arrimé la cordillera
Y
para que no tuviera
Variación
en el plumaje,
Como
es costumbre lo traje
Vestido
de guayabera.
De
mi tierra sanjuanera
Para
alegrar el encuentro
Te
llegó un poeta adentro
De
una blanca guayabera.
Yo
no sé de qué manera
Se
me arregló este batey
Y
para darte la ley
El
pueblo mío te trajo
Un
repentista debajo
De
un sombrero de yarey.
Llegué
a tu ranchón, Montano
y
vi en su entablada estela
que
hay mariposas de tela
sobre
las flores del guano.
Yo
siempre hallaré una mano
femenina
que la planche
y
por tal que se me ensanche
cada
palabra que encuentro,
la
traigo puesta por dentro
sin
que de sangre se manche.
ALEXIS SANTIESTEBAN PADRÓN
-Guane, Pinar del Río, l967
El
verso es la creación
del
poeta independiente
cultura
resplandeciente
que
brota del corazón.
Es
la identificación
del
campesino cubano
va
tomado de la mano
como
escudo, himno y bandera
igual
que la guayabera
con
el sombrero de guano.
ONIESIS
GIL CRUZ
-Consolación
del Sur, 1982
Un
sombrero de yarey
Trajiste
al punto cubano
Que
lo hicieron con el guano
De
una palma en Monterrey.
Aquí
estoy en esta grey
Admirando
tu sendero
Y
por poner un lucero
Dentro
de tu guayabera,
Estoy
quemado en la hoguera
De
un tabaco sanjuanero.
ADRIEL
CEBALLOS DELGADO
-El
Montunito
-San
Juan y Martínez, 1985
La
guayabera nació
en
una época antigua
y
cuentan que en la manigua
Perucho
también la usó.
Al
combate la llevó
junto
al himno y la bandera,
porque
esa mano guerrera
con
glorias hasta en la sien,
a
los símbolos también
los
vistió de guayabera.
YASEL
GARCIA CORTES
-Pinar
del Río, 1986
Para
mí la primavera
es
una guajira fiel
cuando
se estrena en la piel
una
verde guayabera.
Entre
la brisa agorera
hay
arpegios de rocío
y
el sastre del lomerío
estrena
más de una aguja
cada
vez que se le estruja
la
guayabera al macío.
DEL
AUTOR DE ESTA RESEÑA:
Lorenzo
Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar
del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia.
Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de
trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria,
numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene
un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio
José Vasconcelos, otorgado por el Frente
de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos
enlaces los poemas La
rosa y el pincel, Definición,
¿Por
quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su
poemario La
brújula del viajero. También en
nuestros archivos, su comentario
sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora
Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la
Editorial Loynaz. Lorenzo
Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al
que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa
de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos
José
Miguel Mederos y Polo
Montañez.
SUS
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