domingo, 29 de julio de 2018

La décima es un árbol en julio


¿Serenata con sol?

Nos reporta la poetisa e investigadora Mariana Pérez Pérez, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol y representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara


En este mes de julio, como cada año, decidí celebrar en «La décima es un árbol» el cumpleaños de Santa Clara —y el de esta servidora— con una serenata ¿diurna? Y por ello la nombré «Santa Clara: serenata y poesía». Invité al trío Cacique, agrupación que alguna que otra noche, en vísperas del 15 de julio, se ha parado junto a mi ventana para no dejar morir la tradición bohemia de la ciudad. Y como se trata de una tertulia literaria, programé un recorrido (lo más sintético posible) por la poesía y los poetas villaclareños que han cantado a su patria chica desde el siglo XVIII hasta nuestros días.

Siempre sospecho que en la tertulia pueden ocurrir venturas o  infortunios, aunque su preparación se hace al máximo nivel. Esta vez, afortunadamente, fue muy placentera, desde el comienzo hasta el fin. La sala llena, a pesar de otras actividades en la ciudad a esa misma hora, y hasta cinco turistas de la distante isla de Malta nos acompañaron durante algún tiempo.

El trío estaba afuera de la salita, junto a la ventana. Invité a los asistentes para que cerraran los ojos y pensaran en algo lindo, entonces comenzamos a escuchar la canción «Toda una vida» (1). Al finalizar la canción, les pedí que entraran al local, donde les ofrecí té como buena anfitriona. Mientras, ellos se acomodaban y bebían la infusión, yo iba introduciendo la tertulia, presentaba sus nombres: Jesús Sol Carrazana (Director), Mixbray Yera y  Lisdeny Felipe Yadro. Ludys repartía el té al resto de las personas.

El tratamiento del tema fue dosificado, para no aburrir al público, en tres momentos: Introducción: Santa Clara: primeros poetas (s. XVIII-XIX); Los poetas del siglo XX cantan a la ciudad; Los poetas de hoy: Noche cálida en Santa Clara. Entre ellos, incluí otros asuntos: «Trío Cacique, un poco de su historia»; presentación del Catálogo rimado Nº 127, con lectura de Ludys Espinosa y Leonardo A. Valdés; una tanda de dos canciones bien moviditas: «Lo que a mí me gusta», de Ñico Saquito, porque el público pidió guaracha, y, de la autoría de Jesús Sol, «Yo sí soy sonero».

Antes de la descarga musical del cierre, el Especialista del Museo, Jesús Llorens León, presentó «La pieza del mes», una postal sencilla pero con valor histórico, enviada por la patriota y poeta puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió a la señorita María Josefa Izaguirre (de Calabazar, provincia La Habana) en 1902; la dedicatoria está escrita en versos: Que bendiga tu destino / el hada de los amores / y te señale el camino / por sobre palmas y flores. Jesús comentó datos biográficos de quien fuera amiga íntima de Marta Abreu y Luis Estévez, y que el 23 de febrero de 1893, en la velada artística que les dedicó el pueblo de Santa Clara en el teatro La Caridad, declamó hermosas décimas dedicadas a Marta y a esta villa.

Finalmente, ya cerca de las seis, el trío cantó dos canciones más («Madrigal» e «Idilio») y cerramos a coro con la antológica «Hasta siempre, Comandante», de Carlos Puebla, para no olvidarnos de que esta es la Ciudad de Marta y del Che.

Y sí, porque afortunadamente la lluvia no quiso interrumpirla y también porque «Sol» es el apellido de Jesús, el Director del trío invitado, la tertulia de julio fue una «Serenata con Sol».


Mariana Enriqueta Pérez Pérez
Santa Clara, 21 de julio de 2018

NOTA:
1.- Del compositor villareño Osvaldo Farrés (Quemado de Güines, 1902 – New Jersey, 1985).



TERTULIA «LA DÉCIMA ES UN ÁRBOL»
Santa Clara: Serenata y Poesía

FECHA: 20 de julio, 2018
HORA: 4:00 PM
LUGAR: Museo de Artes Decorativas

PROGRAMA

1.    APERTURA: Trío Cacique: Serenata desde la ventana.
2.    Saludos y presentaciones.
3.    Introducción: Santa Clara: primeros poetas (s. xviii-xix).
4.    Trío Cacique, un poco de su historia.
5.    Presentación del Catálogo rimado Nº 127.
6.    Santa Clara: los poetas del siglo xx cantan a la ciudad.
7.    Trío Cacique: canciones de Jesús Sol, Director del trío.
8.    Los poetas de hoy: Noche cálida en Santa Clara.
9.    «La pieza del mes», por Jesús Llorens León.
10. Descarga final con el trío Cacique. Cierra con «Hasta siempre, Comandante», de Carlos Puebla.

DESARROLLO

  1. El trío canta la canción «Toda una vida», de Osvaldo Farrés (Quemado de Güines,1902 – New Jersey, 1985) desde la ventana. El público debe cerrar los ojos e imaginar una serenata en el lugar que prefieran. Cuando termina la canción, se invita al trío para que entre a la sala y se les brinda té. Integrantes del trío: Jesús Sol Carrazana, Mixbray Yera,  Lisdeny Felipe Yadro.

  1. Mientras el trío se acomoda y bebe su té, se saluda y se hacen las presentaciones.

  1. Introducción: Santa Clara: primeros poetas (s. XVIII-XIX):

José Surí Águila nació en esta villa el 26.10.1696 y murió el 30.10.1762.

¿Por qué tantas personas cultas atribuyen a Lezama Lima el criterio de que José Surí Águila fue el primer poeta cubano? La idea parece provenir de esta afirmación suya: (1) «El siglo XVIII muestra ya el carácter cubano, que en siglos anteriores se mostraba sin acusados perfiles». Por consiguiente, si en esa importante Antología aparece José Surí y Águila en la página inicial del siglo XVIII, y Lezama afirma que es en este siglo cuando se muestra el carácter cubano en la poesía, puede deducirse que no es descabellada la idea  de llamarlo primer poeta cubano.  Manuel Dionisio González, ilustre investigador villaclareño, autor de la Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción, (2) fue el primero en sacar a la luz la biografía de Surí y en rescatar para la posteridad las pocas composiciones de ese poeta que, para la época de González, quedaban. Dicho investigador afirma que su curiosidad fue excitada al escuchar acerca de la fama que como poeta había gozado José Surí y Águila entre sus contemporáneos; decidió «desenterrar algunas de sus composiciones», aunque pensaba que no serían «otra cosa más que la reunión de algunos pobres conceptos, escritos en forma de versos», fundado en el atraso literario existente en la época del poeta e incrementado por ser este «un hombre del interior, cuando en La Habana solo se escuchaba de tarde en tarde algún canto de mal gusto». Afirma Manuel D. González que la lectura de los versos de Surí le hizo cambiar de opinión; «hay en sus composiciones armonía y facilidad, no le falta belleza, y a par una imaginación creadora, nótanse también pensamientos ingeniosos». Y concluye el historiador: «si el fallo de una crítica severa los condenara al desprecio, para nosotros, cualquiera que sea su mérito, lo tendrán sin duda, no sólo por la época a que pertenecen, sino por la circunstancia de ser los cantos del primer patricio que cultivó aquí la poesía».

Lorenzo Martínez de Avileira (2 mar. 1722 – 30 sep. 1782). Presbítero. Sólo se conserva una de sus composiciones [décimas humorísticas], muy ligera, en contraposición a unos versos sarcásticos que, con el nombre de «Ensaladillas», recorrían en manuscrito la población.

Mariano José de Alva (27 noviembre, 1761 – 27 enero, 1800). Se conservan dos composiciones en glosas. Manuel Dionisio González lo recuerda así: «Alva improvisaba casi todas sus composiciones pues tenía extraordinaria facilidad para ello». De una de esas glosas véase la primera estrofa:

Mi casa miro pojada
de los que van a cobrarme
pues vienen a importunarme
los dolientes en manada;
me esperan en emboscada
diez o doce de pandilla,
uno ladra y otro chilla
pues por desgracia en rigor,
de quien yo no sea deudor
no hay un sugeto en la villa. [i.e. sujeto]

(Siempre he pensado que estos dos poetas fueron el antecedente lejano del conocido «Club del Poste»).

Nuestra ciudad mantuvo, y mantiene, una permanente animación literaria y cultural. Durante el siglo XIX, a pesar de la opresión que España sostenía en la Isla, se fundaron y circularon gran cantidad de publicaciones seriadas, en las cuales colaboraban las personas más prominentes de la región, si bien no estaban cerradas a colaboraciones de otras zonas del país y de algunos países, como México y España, incluso publicaban trabajos de lugares tan lejanos como Rusia, por ejemplo, de donde publicaron un cuento de León Tolstoi en la revista El Mosaico.

Manuel Dionisio González y Yanes (1815-1883) escribió un soneto a esta ciudad en 1882, cuando regresaba enfermo de La Habana.

Fernando Reyes Borguero (Regla, 1831 – La Habana, 1865) vivió por períodos en Santa Clara, escribió «Al Capiro» y «Al Bélico».

Antonio Vidaurreta Álvarez (1832-1899) menciona dos veces al Capiro en el soneto «A Cárdenas».

Félix Martínez (1832-1879): Garófalo Mesa refiere que ese poeta tiene un canto épico titulado «A Peña Blanca», y afirma: «es precioso; tiene estrofas encantadoras con bellísimas descripciones», pero no lo incluye en su antología. Lo mismo ocurre con el poema «A Villaclara» de Ana Fernández Velazco (Villaclara, 1848 – Cienfuegos, 1922).

Rosa de Araoz y Almeida (1833-1911) describe sus sentimientos ante la desembocadura del río Sagua —la llama «Boca del Sagua»— en un poema titulado «Recuerdos del mar de Sagua», en el cual evoca a su Capiro y a sus «lomas de esmeralda»; esta autora también se inspira «Ante una postal que representa al monte Capiro» y cita a la iglesia de Buen Viaje: Creo escuchar del Buen Viaje / El bronce sonoro y santo; al final afirma: Y al pensar en el Capiro / Se disipan mis pesares.  Y es significativo cómo la nostalgia por la ciudad y su entorno «disipa los pesares», o «mitiga los dolores», imagen que emplea Salvador Amado Domínguez (1842-1892) en su poema «A Cerro Calvo»: Sí, yo te canto, cerro, que del alma / Al verte se mitigan los dolores, / Aunque no miro a tu redor la palma, / Aunque no brotan en tu cumbre flores.

Hubo muchísimos poetas y versificadores villareños y, sobre todo santaclareños, cuyas «Musas» contemplaban las pequeñas colinas y los ríos poco caudalosos con telescopios de aumento descomunal. Sin embargo, no todos eran tan visionarios, los hubo más realistas y, además, armados del humorismo que ha caracterizado siempre una gran parte de nuestra poesía regional; en este sentido, creo que lo mejor que se ha escrito acerca de Cerro Calvo pertenece a Justiniano Pedraza Rodríguez (Santa Clara, 1859- ¿?), (3) y como «Justo-Niani» era su seudónimo, creo «justo» reproducir algunos fragmentos de sus redondillas: (4)

Cerro-Calvo a tu planicie
ascendí alegre y confiado
y al mirarte enmarañado
no me expliqué tu calvicie.
¿Calvo tú? Ni por jarana,
en ti la calvicie he visto,
calvo serán Evaristo
y la espléndida sabana;

Calvo se podrá llamar
quien tenga tal apellido
y todo aquel que ha perdido
la maraña capilar.
De los calvos es la lista
de tan inmensa extensión,
que hasta tiene religión:
la religión calvinista,

[…]

Calvo, sin pelo en la chola,
hubo santos y hoy hay gente:
Don Jacinto Benavente,
San Ignacio de Loyola,
D’Anunnzio, el que al Aventino
se lanzó en gesto guerrero,
y el rapado cantinero
del café de don Sabino.

[…]

Protesta, Cerro, protesta
en tono recio o airado,
de que te llamen Pelado
teniendo zarza en la cresta;

Protesta como gigante
de las sierras de Escambray,
suelta el grito, lanza un ¡ay!
o muéstrate amenazante
y pide enérgico y rudo
que los hijos de este suelo,
en vez de Cerro sin pelo
te llamen Cerro-peludo.

  1. Trío Cacique, un poco de su historia:
Fundado por Víctor de Armas Villar (Pucho) el 1º de enero de 1990, contaba inicialmente, además, con los músicos Juan Campos y Roberto Gutiérrez; más tarde fue integrado por Pedro Valdés y Ariel Rodríguez Rodríguez. Su repertorio ha sido internacional y principalmente latinoamericano. Han participado en festivales de tríos en Cienfuegos, Guantánamo y Manzanillo. Grabaron para la casa disquera Magic Music y también hay grabaciones de la agrupación en la CMHW, emisora que los ha invitado a algunos programas. En el año 1995 alcanzó renombre con su número Brujería. (5)

De su historia actual, dejemos que sean los integrantes del trío quienes hablen.

  1. Presentación del Catálogo rimado Nº 127.

  1. Santa Clara: los poetas del siglo XX cantan a la ciudad
De Villaclara (Santa Clara) los sitios más realzados en la poesía, y la versificación, eran el río Bélico y las lomas de El Capiro y Cerro Calvo, aunque hay otros, e incluso barrios, como el de La Tanolla. (6) Francisco López Leiva, en  «El robo de la sabina», (7) expresa en versos: desde Malezas a Bernia, / Desde Niguas al Bagá. Isabel Machado y Hernández (1838-1918) —también publicaba con el seudónimo de Flérida—, canta en romance «Al Bélico», en cuya primera estrofa expresa:

Adiós, pues, Bélico manso
«El de las ondas de plata»,
El que baña y fertiliza
Nuestras preciosas sabanas:
El que brinda su murmurio
Y sus orillas de gualda
A  las cubanas graciosas
Que habitan en Villaclara;

A este río le rinde doble homenaje la poetisa cuando titula a su libro como Ecos del Bélico. (8) Pero debe anotarse que también con mucho humor (y un poco de dolor) «Justo-Niani» se acercó a ese río, cuando publicó en la revista Villaclara (Nº 3, 1º de marzo, 1926) su poema «Ex-Bélico», indicador de que ya en aquel tiempo el Bélico, que fuera ponderado por buenos y malos poetas, ya venía convirtiéndose en lo que hoy vemos: (9)

no puedes estar tranquilo
ni de tu nombre orgulloso
porque ya vas siendo un hilo
sin nada de belicoso.
Ya se va extinguiendo en ti
cuanto hubo en ti de bravío,
ya te vas quedando así
como parodia de un río.

Uno de los más importantes escritores de esta ciudad fue Florentino Martínez y Rodríguez (1870-19-), quien publicaba con los seudónimos de Don Floro y Martín Flores. Poeta humorístico, pero también estudioso de la historia y las tradiciones Santaclareñas. Publicó en diversos periódicos y revistas literarias de la ciudad, como Villaclara, revista quincenal ilustrada, y trabajó en la redacción de El Mosaico (1893-1894) y Villaclara, entre otras. Escribió piezas teatrales y prosa. Socio fundador del Liceo. Libros: Música celestial. Versos o lo que sea, Villaclara, Imprenta El Iris, 1900. Marta Abreu y Arencibia. Biografía de una mujer excepcional, Editorial Lex, La Habana, 1951. También: Ayer de Santa Clara, Universidad  Central de Las Villas, 1959. Algunos de los poemas publicados en Villaclara (1926, 1928 y 1932): Año I, Nº 5, 1º de abril, 1926: «Chismes de vecindad»; Año I, Nº 6, 15 de abril, 1926: «Erratas»; Año I, Nº 9, 1º de junio, 1926: «Vaya por Dios»; Año I, Nº 12, 1º de agosto, 1926: «Chismes». Además escribía en esa revista la Sección «Cantando bajito», bajo el seudónimo de Martín Flores. Y una curiosidad: en «Las apariencias no engañan» (Año I, Nº 3, 1º de marzo, 1926), poema costumbrista donde elogia hiperbólicamente a una mujer que vio en el juego de béisbol (él escribe beis  bol): San Pedro el portero fiel / de la celestial mansión / ahora mismo este papel / mandó por… televisión. Cabe preguntarse: si las primeras emisiones públicas de televisión fueron, en Inglaterra, en 1927 y E.U. en 1930, ¿a qué se refería entonces? ¿Adivinó la existencia de esa técnica de comunicación?

Hubo tantos poetas en esta «ciudad letrada», que son imposibles de enumerar en el espacio de la tertulia, pero dos de ellos no pueden dejar de nombrarse porque sus hijas forman parte de este grupo: Ramón Font Jiménez (1885-1950) y Leoncio Yanes Pérez (1908-1987). Del primero, su soneto «A Villaclara»:

Bajo el palio triunfante de tu cielo
quietud hallé para las penas mías
y en tus tranquilos y risueños días
se amengua el cáliz de mi aciago duelo.

En ti crecí. Tu urbanizado suelo,
tus valles, tus montañas, tus umbrías
vieron mis infantiles alegrías
como vieron después mi desconsuelo.

No extrañes, pues, que mi tormento rojo
se torne amor hoy que feliz te miro
que es Villaclara mi más dulce anhelo

dar a tu tierra el gélido despojo,
besado por tus brisas del Capiro
bajo el palio triunfante de tu cielo.

Y Leoncio Yanes —«Padre espiritual» de esta tertulia—, a quien llamaron «El cantor del Capiro» porque él dibujó en su canto a esa colina como una montaña colosal y maravillosa. ¿Cuántos versos le dedicó? Solamente en el libro Donde canta el tocoloro conté cuatro décimas y veintiséis referencias. De ese caudal, una muestra:

Yo no ganaré la gloria
de Plácido y Milanés,
ni sembrarán un ciprés
en honor de mi memoria.
No me guardará la historia
en sus codiciadas planas;
pero desde las serranas
maravillas del Capiro
gozo brindando al guajiro
nobles décimas cubanas.

Un libro curioso, titulado Chamberí: Poemas pilongos, (10) de Carlos Hernández López, autor cuyos datos se desconocen, excepto que en 1943 publicó su poemario Fiebre. Sus títulos son reveladores: «A Villaclara» (soneto) es el pórtico. En la sección «Souvenirs» se encuentran décimas: «Quietud», que termina con dos versos todavía vigentes (a pesar de haber pasado setenta y cuatro años): los cascos de los corceles / que chocan con el asfalto; «Soy villaclareño», «A mi pueblo», «Reina Marta», «Parque Vidal», «El Parque de la Pastora», «El puente de la Cruz», «Majana»,  «El Parque del Carmen», «Martí», «El reloj municipal», «Ciudad de puentes» (Ciudad de puentes! Al menos, / ya que aquí ríos no hay / Bélico y Cubanicay son dos arroyos serenos —expresa en la primera redondilla), «La vieja Catedral»… y muchas otras, entre las que sobresale la titulada «A José Surí»:

Pues curaste al que sufría,
dando, en raro ayuntamiento,
al cuerpo el medicamento
y al alma la poesía,
yo descubro la ironía
que latió en tu vida inquieta,
al pensar en el poeta
que, acaso moviendo a mofa,
puso su mejor estrofa
en un papel de receta.

En la sección «Otros poemas» se inspira en el Puente de los Buenos, Chamberí, Cubanacán, María Dámasa Jova, en la vida provinciana, la aldea… en fin, la ciudad de Santa Clara.

Tal vez alguien pregunte: ¿Y las mujeres? En el libro Los poetas villaclareños, de Manuel García Garófalo Mesa, aparecen únicamente ocho mujeres, de un total de 57 autores. Representan el final del siglo xix y la primera mitad del XX: Rosa de Araoz y Almeida (1837-1911), Isabel Machado y Hernández «Flérida» (1838-1918), Mariana de la Cruz Prieto (1843-1896), Ana Fernández y Velazco (1848-1922), Caridad Morell de Santa Cruz (1844-1922), María Dámasa Jova Baró (1890-1940), Emma Pérez Téllez (España, 1901-Estados Unidos, 1988), María Antonietta Gómez Capirot (s.f.) —también nombrada Mª Antonietta G. de García Ramos—. Todas escribieron a su ciudad en mayor o menor medida.

Hacia la segunda mitad del siglo aparecerán otros nombres, la gran mayoría continuamos vivas y creando. Entre las ya fallecidas, debe recordarse a Rogelia Cárdenas y Jimeránez (1921-2002) —fue Directora de la Biblioteca Martí— de quien el suplemento Huella publicó en julio de 1990 su décima «Fuente» (11), dedicada a la fuente del Niño de la Bota Infortunada.

  1. Trío Cacique: canciones de Jesús Sol, Director del trío.

  1. Los poetas de hoy: Noche cálida en Santa Clara
Este título, (12) que obedece a la compilación del poeta Arístides Vega Chapú, reúne a poetas contemporáneos, de toda Cuba, que se han inspirado en esta ciudad. El prólogo, brillantemente escrito por Carmen Sotolongo, ofrece una panorámica de la poesía villaclareña desde sus comienzos hasta hoy. En el libro se incluyen, sin discriminación, diversas modalidades poéticas. En décima se hallan: «Motivo», de Alexis Castañeda Pérez de Alejo, poeta de la nostalgia y la bohemia santaclareñas, quien recuerda la presencia de Elena Burke en El Mejunje; Eloísa Font Ortega aparece con su décima en versos endecasílabos «Contemplando un óleo»; (13) de Mariana Pérez se publicaron «A Santa Clara» (también endecasílaba) y la glosa «La tristeza del agua y el Niño de la Bota Infortunada», sobre  ocho versos de Dulce María Loynaz; y de Teresa Rubio González «La Rosiēre», que menciona a las floristas del Parque Vidal. (14)

MOTIVO

Elena Burke cantaba.
Vagamos por el derroche
del deseo y esa noche
secreta nos apañaba.
Era la cita, quedaba
alcohol para ungir la pena,
de contenida alacena
nos abrimos casi impuros.
De El Mejunje, de sus muros,
llegaba la voz de Elena.

  1. «La pieza del mes»: postal firmada por la poetisa y patriota puertorriqueña Lola Rodríguez de Tió, quien fuera amiga de Marta Abreu, que dedicó hermosas décimas a la Benefactora y a Villaclara. Presentador: Jesús Llorens León.

  1. Descarga final con el trío Cacique. Cierra con «Hasta siempre, Comandante», de Carlos Puebla, como homenaje al 90 cumpleaños del Che.


NOTAS:
1.- José Lezama Lima: «Prólogo», t. I, pp. 16-17, en Antología de la poesía cubana, Consejo Nacional de Cultura, La Habana, 1965.
2.- Manuel Dionisio González: Memoria histórica de la villa de Santa Clara y su jurisdicción, Imprenta del Siglo, Villaclara, 1854. [Copia facsicular en PDF].
3.- Este autor y otros que aparecerán más adelante no son citados por el Diccionario de Literatura Cubana.
4.- Por el encabalgamiento de las estrofas, me inclino a clasificarlas como coplas de arte menor, también nombradas octavillas.
5.- Fuente: Hernández Ramírez, Giselda, Diccionario de la música villaclareña, Editorial Capiro, Santa Clara, 2004.
6.- «Folk-lore villaclareño: Tradición», El Mosaico (Villaclara) 1 (3): 3.
7.- Lopez Leiva, Francisco: «El robo de la sabina», en Manuel García Garófalo Mesa, Los poetas villaclareños, Imprenta J. Arroyo, La Habana, 1927. Reproducido en  Samuel Feijóo, El movimiento de los romances cubanos del siglo XIX, Universidad Central de Las Villas, 1964, pp. 402-405.
8.- Machado de Arredondo, Isabel: «Al Bélico», en Ecos del Bélico, Imprenta «Avisador comercial», La Habana, 1909. Reproducido en  Samuel Feijóo, Op. Cit., pp. 408-409.
9.- Sin querer competir con Justo-Niani, escribí (24-1-2017) esta décima «Al río Bélico»: No suelo rendir honores / al río que en mi ciudad / asusta. La vecindad / fue robándole sus flores, / la corriente, los rumores. / El guerrero que vio Plácido / hoy charca de muerte, fláccido / bajo los puentes discurre / y lo acosa tanto churre / que solo repta en el ácido.
10.- Hernández López, Carlos: Chamberí: Poemas pilongos, Imprenta Paz, Villaclara, 1944, 80 p., il. Ernesto González Puig.
11.- Cárdenas Jimeránez, Rogelia.  «Fuente». Huella (Santa Clara) jul. 1990:5.
12.- Vega Chapú, Arístides, comp., Noche cálida en Santa Clara, Editorial Capiro, 2010, 170 p., (Colección Faz).
13.- La décima fue creada el Catálogo rimado Nº 11, 18 de julio, 2008, dedicado a dos óleos donde se muestra la desaparecida Parroquial Mayor de Santa Clara.
14.- Catálogo rimado Nº 5, 18 de enero de 2008, acerca de la pieza «Coronación de la Rosiēre».


DE LA AUTORA DEL REPORTAJE:
Muestras de la obra poética de Mariana Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Odiseo en el Erebo y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella aparecen en nuestra sección Decimacontexto: Polizón en la aljaba de Eros, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. Las albas rumorosas, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. La décima cubana durante las guerras de independencia: los poetas de la guerra, interesante aporte sobre ese período. La décima escrita en Villa Clara, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia. Entre los reconocimientos merecidos por su obra en versos, está en el 2013 la mención que recibió en el concurso Oscar Hurtado. En septiembre del 2014, mereció el Premio del VI concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí por su conjunto Embriaguez (rosa, espada, luz). En el 2015, publicado en nuestro sitio su poema A Caracas, en solidaridad con Venezuela. En ese mismo año, mereció el Gran Premio en el VIII concurso Décima al filo.


MÁS SOBRE LA DÉCIMA EN ESTA PROVINCIA: