domingo, 3 de enero de 2016

X Encuentro Décima al filo, resumen


Siempre con la población

Se realizó del 13 al 15 de diciembre, con un amplio programa de lecturas poéticas, sesiones teóricas, intercambios con la comunidad, y la premiación del VIII concurso Décima al filo, cuyo Gran Premio mereció Mariana Pérez Pérez
  Varias participantes en el X Encuentro Décima al filo, tras una lectura colectiva de poesía en el Museo de la Constitución.

Ampliado de Trabajadores
Fotos: Cortesía de Odalys Leyva

La camagüeyana ciudad de Guáimaro, cuna en 1869 de la primera constitución cubana, fue testigo una vez más este diciembre de una cita artístico-literaria de amplio intercambio con la comunidad: el X Encuentro Décima al filo, organizado por la agrupación homónima de mujeres decimistas, que dirige la poetisa Odalys Leyva Rosabal, y respaldado entusiastamente por sus padres y vecinos, las instituciones culturales del territorio y el Frente de Afirmación Hispanista, de México.

La velada final, que culminó tres días de agenda, se efectuó en la casa de familia de René Lantigua, veterano colaborador de estos eventos, y contó con la asistencia de numerosos pobladores, además de la treintena de escritores y artistas participantes, procedentes de varias provincias y de la propia villa anfitriona, así como de integrantes del colectivo de Radio Guáimaro.

Esa emisora había trasmitido, en la sesión nocturna de apertura, su programa Buenas noches, Guáimaro, ante el portal de la vivienda de Odalys, convertida desde hace años en el Rincón guaimareño de la décima. Se dio inicio así a una secuencia de cálidas ocasiones para el disfrute de la poesía escrita en décimas, acompañada por la música de concierto y las tonadas campesinas, y también por la canción trovadoresca.

Los Premios Cucalambé también leyeron sus obras y recorrieron el Museo. De izquierda a derecha, Agustín Serrano, Alexander Besú, Irelia Pérez Morales, Odalys Leyva, Carlos Esquivel, Ronel González y Pedro Péglez González. Otros escritores que ostentan ese lauro y participaron del evento, aunque no se encontraban en el momento de la foto, fueron Miguel Mariano Piñero, Diusmel Machado y Junior Fernández Guerra.

En el Museo de la Constitución tuvo lugar el espacio teórico, en el cual se expusieron diez ponencias, todas relacionadas con el complejo artístico-literario de la décima, con sus columnas centrales de la oralidad y la escritura, y sus vasos comunicantes con otros exponentes como las artes plásticas. La Casa de la Cultura de la ciudad acogió igualmente los momentos de este X Encuentro Décima al filo, dedicado a dos escritores merecedores del Premio Iberoamericano Cucalambé, el más importante de las letras decimísticas: Irelia Pérez Morales (Cienfuegos) y Alexander Besú Guevara (Granma), a la escritora guaimareña Nitza Núñez, y al Aniversario 22 de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, con sede en la ciudad de Las Tunas.

Otros ocho bardos merecedores del Premio Cucalambé tomaron parte de la cita y sus lecturas poéticas. Es la primera ocasión en que el cónclave cuenta con tantos escritores que ostentan el alto galardón.

En el encuentro de clausura, en la casa de René Lantigua, se dio a conocer el acta del jurado del VIII concurso iberoamericano Décima al filo, el cual estuvo integrado por Miguel Mariano Piñero, Marcelo Leal y Pedro Péglez González.

En el contexto de la velada final, se efectuó la premiación del VIII concurso iberoamericano Décima al filo, certamen dedicado especializadamente a la estrofa escrita por mujeres. Su Gran Premio fue a manos de la villaclareña Mariana Pérez Pérez, por su obra Entre la playa y el cielo, al decir del jurado por los altos valores literarios del conjunto y el adecuado tratamiento artístico de un tema neurálgico de la contemporaneidad.

Conquistaron galardones colaterales:

— Premio del Grupo Nacional de Escritores Rurales, que incluye invitación a integrarse a esa agrupación, a Irelia Pérez Morales, por su obra Yo, la llave.

— Premio Perros ladrándole a Dios, que otorga el escritor Carlos Esquivel, a Luisa Oneida Landín (La Habana), por su obra Pan nuestro de lo inasible.

— Premio Más allá del silencio, a escritora residente en el exterior, para Martha Rosa Fernández, por su obra Las malditas diferentes.

— Premio Décima fiebre, de tema erótico, otorgado por la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas, para Ada Bezos Hernández (cubana residente en el exterior) por su obra Íntimos misterios.

— Premio del Grupo Toda luz y toda mía, de Sancti Spíritus, a Olimpia Pombal Duarte (Villa Clara), por su obra En el Parnaso.

— Premio del Grupo Ala Décima, para autora joven, a Mayelín Barrera Castro (Las Tunas), por su obra Poema en carne viva.

— Premio del Proyecto La ceiba en flor, de Velasco, Holguín, a Elvia Rodríguez Carballo (Sancti Spíritus), por su obra La décima guajira.

 Elizabeth Reinosa Aliaga (a la izquierda), que en la pasada edición del certamen conquistó al mismo tiempo el Gran Premio y el Premio del Grupo Ala Décima, entrega este último lauro a Mayelín Barrera, que lo mereció en esta convocatoria. Detrás, Odalys Leyva con otros regalos.

El XI Encuentro Décima al filo será en diciembre del 2016 en esta ciudad y estará dedicado a René Lantigua y su familia de fraternos colaboradores, así como a los escritores María de las Nieves Morales y José Luis Serrano, Premios Cucalambé en el 2002 y 2001 respectivamente.


Versión original en Trabajadores digital:
X Encuentro Décima al filo, siempre con la población.


MIEMBROS DEL GRUPO ALA DÉCIMA PRESENTES
EN EL X ENCUENTRO DÉCIMA AL FILO:


LA GANADORA DEL GRAN PREMIO

Mariana Enriqueta Pérez Pérez (Santa Clara, Villa Clara, 1951), Licenciada en Filología, en la especialidad Lengua y Literatura Hispanoamericana y Cubana, y Diplomada en Cultura Cubana. Cuenta con numerosos reconocimientos, tanto en versos como en trabajos de investigación. Entre sus lauros está el Premio Poesía de Amor Varadero 2009. En el 2013, en el concurso internacional de poesía Nósside, obtuvo una mención particular, y su poema en décimas Multiverso alcanzó mención en el apartado de poesía del V Concurso de Ciencia-Ficción y Fantasía Oscar Hurtado. Tiene publicados, entre otros, los libros La nostalgia domina los rincones (poesía, Editorial Capiro, 1992); Cierta llama (décimas, Ed. Capiro, 2001); La desnudez oculta (poesía, Ed. Capiro, 2005); Búscame en el horizonte (compilación de la obra poética de Leoncio Yanes, Ed. Sed de belleza, 2008), y La flecha inesperada (poesía, Editorial Capiro, 2012). Es representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara, donde fundó y dirige la tertulia La décima es un árbol y su sitio web. En el séptimo aniversario de esa tertulia (2014), su poema Un cante de ida y vuelta (guajira) mereció el primer premio en el concurso «Leoncio Yanes. Catálogo rimado: décimas del año», que se decide por votación de los contertulios. También en el 2014, mereció el Premio del VI concurso nacional de glosas Indio Naborí, con su poema Embriaguez (rosa, espada, luz). En nuestros archivos, de este 2015, su poema Los ojos de la voz, dedicado al deceso de Eloína Pérez, compañera de toda la vida del Indio Naborí.

A continuación su poema Entre la playa y el cielo, que mereció el Gran Premio en el VIII concurso iberoamericano Décima al filo. El conjunto está dedicado a Aylan Kurdi, niño sirio, de tres años, encontrado muerto en una playa de Turquía, y forma parte de una obra más amplia.


ENTRE LA PLAYA
Y EL CIELO

(Muertos del Mediterráneo)

(Fragmento)

Desde Joan Manuel Serrat


1.
Quizá porque mi niñez
fue nube de un soplo austero
me convertí en marinero
de tus rumbos a través.
Argonauta de hosca tez
bajo sol desprotegida,
me desplazo en estampida
que pierde el viaje y la meta.
Mi azul, mi acuoso planeta
se abre y se hunde, sin vida.

2.
Sigue jugando en tu playa,
mar, no me lleves al fondo.
No repudies a quien blondo
no ha nacido, a quien desmaya
por encontrar su atalaya,
cuna del niño sin fiambre.
No repudies al enjambre
que se guarece en tus puertos.
No azotes, mar, que los muertos
cortan de vida el estambre.

3.
Escondido tras las cañas
aúlla un viento azaroso.
¿Quién causa tanto destrozo?
¿Quién dio fuego a las cabañas
de mi aldea, como «hazañas»?
¿Qué soldado furibundo?
Hay un terror nauseabundo,
un crimen de lesa vida,
y en esta  chalupa  hundida
pierde a sus hijos el mundo.

4.
Duerme mi primer amor
en el cenit de mi cráneo
y tú, Mar Mediterráneo,
lo deshojas, vengador.
Yo era un río acusador 
derramado a tus orillas,
ahora doblo las rodillas
en la duna cenicienta
y cae mi bolsa, mi cruenta
soledad, como cuchillas.

5.
Llevo tu luz y tu olor
en mi cuerpo desollado.
No pienses que me he callado,
gritaré, si el resplandor
me ciega. Soy tu deudor,
Mare nostrum. Mar estigio,
dame un piadoso vestigio
familiar, como si el Arca
de Noé fuera mi barca,
sin criaturas en litigio.

6.
Por donde quiera que vaya
arrastraré la furiosa
raíz de tierra infructuosa
que cruje bajo la raya
del muro. ¿Cuál azagaya
penetró en mi piel oscura?
¿Qué brutal magulladura
deja en mi cuerpo, invisible,
este absurdo predecible
y este morir de aventura?

7.
Amontonado en tu arena
con jirones del naufragio
se reclinó mi presagio,
perdida el alma y la cena.
Yo imaginé la serena
ley de un país generoso
y me recibe el acoso,
cada sitio me rechaza.
¿En cuál suelo está mi casa?
¿Dónde encontrar mi reposo?
 

8.
Tengo amor, juegos y pena,
que reclaman ilusiones.
Me refugio en estaciones
y son mis huesos la trena
opresora. El cielo truena:
una Europa indiferente
ve cómo sufre la gente
(que protección le suplica)
y en fronteras multiplica
su alambrada hacia el Oriente.

9.
En la piel tengo el sabor
de pasiones y desierto,
es la epidermis del muerto
con purulencia y hedor.
Hay un orden violador
sobre la tierra del vivo.
Riesgoso mar, vengativo
me envuelves, como sudario,
como túnel cinerario,
como fondo represivo.

10.
Amargo, del llanto eterno,
uno mi voz al empuje
de esa multitud que ruge
a las puertas del infierno.
No hay llanto como el interno
rencor. Yo grito al vaivén
de gendarmes y al andén
donde me niegan cobijos.
Grito a la par de mis hijos:
«¿Por qué nadie sube al tren?»

11.
Que han vertido en ti cien pueblos
sus cadáveres. Que en tanto
extravío, muerte y llanto
ahora te ciñen despueblos.
Que al norte invaden los pueblos
(no van sumisos, palpitan).
Que de pie, con hambre, habitan
junto a la muerte en sus botes.
Que los antiguos galeotes
en cien pueblos resucitan.

12.
De Algeciras a Estambul
la Historia disipa eras
y cuando zurce banderas
cambia rojo por azul.
Mediterráneo, la cul-
pa la tiene el Cielo: hitos,
bulas, Cruzadas y mitos…
la Historia cambia su mapa.
La gente corre y empapa
tu cintura de proscritos.


13.
Para que pintes de azul
la luna en los belvederes
se reúnen las mujeres
bajo un añoso abedul.
Sueñan campos de garzul
maduro en calientes panes,
y al cuadro asoman: desmanes
—con óleo espeso y escalas
de gris—, pájaros sin alas,
bombarderos y volcanes.

[…]

15.
Y a fuerza de desventura
se extravía mi potencia
y cuando ruego clemencia
me rasgo la vestidura.
Bajo aguas, la tortura,
el humo y el terremoto;
mis amigos en la foto
del iPhone, la red, la moda
(marcas y boutique). La poda
y el madero. Ya no floto.

[…]

COLOFÓN

Como se abre un postigo
se abrió el bote; al mar abrían
los rayos que me decían
«emigrante» y «enemigo».
Y fue quizás el castigo
de un Zeus contemporáneo
este morir instantáneo,
esta avalancha salobre.
Yo venía del Sur pobre:
morí en el Mediterráneo.


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