jueves, 12 de junio de 2008





Sobre Cambio
de marea
,
de Karel Leyva



Por Lina de Feria

En el 2007, salió un breve pero sólido poemario del santiaguero Karel Leyva, nacido en 1975, su “Cambio de marea”, publicado en Ediciones Santiago, concilia perfectamente la trayectoria poética del autor que ya ha obtenido: Mención David de la UNEAC, el premio de poesía erótica Farraluque del 2000 y 2006, y otros interesantes como el Nosside Caribe. Se trata de un poeta cuya concepción escritural es de meritorio rigor, señalando que se trata de un primer libro. Pero viene formado en buena lectura de poesía, y ello se evidencia, en la madurez con que facturó su libro. Buen titulo, buenas secciones, absoluta unidad en lo esencial concebido. Una especie de halo marinero, preside el poemario, de tal forma que los elementos creadores manejados lo proyectan como un hombre, no de continentes: sino de islas, pero no en la “marinería” de un Rafael Alberti, sino que es en el sentido virgiliano del mar y la tierra rodeada de aguas por todas partes.

A veces con un lenguaje directo, a lo verso norteamericano, Karel tiene, no el afán profético o mesiánico, sino la inteligencia de hacer contráctil el verso, y transmite desde la emoción más contenida: “dejo mis manos aquí! Por si mañana necesitas recordar! Cada trazo será exacto! No harán falta códigos! Lo sabrás simplemente”. Y otras veces, en el ceñido metro de un soneto como “Herencias” mezcla contemporaneidad con clasicismo hasta convertirlo en verso de vanguardia.

Asombra su capacidad de observación, cosa tan primordial en un escritor de médula, ya que el paisaje es captado en un breve instante, verdadero chisporroteo de la mente, y en otras ocasiones, hay una auténtica recreación del ámbito descrito como si se tratara de que no le ocurriera lo que tanto reclamó Lezama en su extraordinario verso:” Ah, tú que escapas cuando alcanzabas tu definición mejor”.

“Náutica VIII”, tiene, en un corto poema, de las mejores imágenes de Karel como resultan ser: “Una ciudad espera por mis huesos! Por la raíz de pájaro indomable! Que tiende el mar”. Es que la naturalidad con que mana el verso le quita cualquier aspecto cosmetológico al asunto tratado, y destacamos su propiedad a la hora de poetizar, cosa muy difícil en un primer libro. Tenemos, necesariamente que seguir esperando los próximos libros de este joven, ya que, enmarcada su poesía en una cuidadosa trama lo veremos ascender por los caminos originales, y cuando engrose aún más su prometedora y conseguida vía poética, estamos seguros que en el panorama del 2010, o del 2012, Karel Leyva va a encabezar espacios, por el evidente tecnicismo de su escritura, y porque buscador de argumentos de fuerte carácter comunicador, ya tiene su trampa, de la que no podrá salir, en la mismísima búsqueda de la belleza.

Esperamos que “Cambio de marea” tenga una buena difusión porque ello contribuirá a que otros lectores, jóvenes y menos jóvenes, se formen criterios de magnífica aceptación ante un escritor que, teniendo tiempo y velocidad para decirnos de su interioridad, ya planea, como buen objeto sensible, por el mundo de la poética nacional.

Junio del 2008

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