martes, 7 de mayo de 2019

Lira y verso cumple 17 años


Diecisiete mayos de tertulia

La tertulia Lira y verso, que conduce el poeta y trovador Julio Alberto Cumberbatch Padrón —en la imagen, miembro del Grupo Ala Décima, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y de la Sociedad Económica Amigos del País— cumple 17 años en este mes de mayo.

Julito ha sido premiado en poesía y cuento en los concursos Aracelio Iglesias y Rubén Martínez Villena de la CTC nacional. Fue trabajador por 25 años de la Empresa de Navegación Mambisa de la Marina Mercante. Es Licenciado en Educación, especialidad Literatura y Español, Profesor de Inglés y graduado de la Academia Naval como Oficial de Cubierta. Publicamos a continuación la reseña que nos envió para resumir estos 17 años de la tertulia.

17 MAYOS DE LIRA Y VERSO
EL PORQUÉ DE LA TERTULIA LITERARIA

El Grupo de Creación Poética de la Fundación Nicolás Guillén, al cual me integré en 1999, cada jueves dejaba escuchar formas expresivas de una diversidad poética que lograba una cohesión espiritual y fraternal que superaba los objetivos de los ya existentes Talleres Literarios. La diversidad de profesiones de sus integrantes le aportaba una magia expresiva que sólo el ambiente del intento poético, es capaz de lograr.

Guiados por Felipe Oliva en sus inicios y a posteriori por Aries Morales, los jueves leíamos lo nuevo que habíamos escrito y la retroalimentación literaria era fructífera. Los eventos locales o internacionales a los que, por la UNEAC, éramos convocados, permitían una relación personal con los poetas invitados, pero no éramos prioridad para exponer algún que otro poema. Comprendí que sería muy útil crear un espacio donde los miembros del grupo pudieran exponer un proyecto poético donde el resto fuéramos el auditorio, junto a otras personas interesadas. El Grupo de Creación Poética, en general, contaba con una fuerza creativa que a mi entender lo hacía atípico, por lo menos, en la ciudad de La Habana.

Por eso, en una actividad literaria de la librería Ateneo Cervantes de Obispo y Bernaza, Habana Vieja, gracias al consentimiento y apoyo de Osvaldo Padrón, en ese entonces promotor del Centro Provincial del Libro y la Literatura, en aquel mayo de 2002 nace la tertulia, con la inmediata complicidad de la poetisa Luisa Oneida Landín que aceptó asumir juntos ese necesario, y a posteriori, útil proyecto. Lo de LIRA Y VERSO fue automática idea del dinámico periodista, poeta y fraterno Luis Hernández Serrano, al preguntarle y conjugar mi afición guitarrera y gusto por la poesía.

A posteriori Oneida fundó su propio espacio La Letra en Rosa allá en el reparto Bahía, y Tomasa González Pérez, también creadora y entusiasta, compartió conmigo desde esa mágica esquina habanera siempre el segundo sábado de cada mes esta reunión cultural-familiar que por la participación de cultores de diferentes manifestaciones artística ha sido más que la inicial pretensión de una tribuna para los poetas.

Desde sus inicios auspiciados por el Centro Provincial del Libro y la Literatura (CPLL) y su Centro Promotor, de quienes me siento parte después de 17 años, Lira y Verso, siendo un activo autor musical, guitarrero y cantor, me ha permitido disfrutar de la armonía y confraternidad que la poesía es capaz de proporcionarnos por el ímpetu de su espiritualidad.

Hacer canciones y decirlas te impone exigencias complejas por eso de la melodía, letra y la armonía que los acordes aportan para vestir el acto creativo-musical. Pero intentar el acto literario, poético, me resulta mucho más complejo y desgarrador, es un mundo que debes reinventar desde la realidad, y vivencia que desde el sentimiento interno te compulsa a transcribir un trance emocional que intentas traducir desde una perspectiva atípica respecto al contexto que nos rodea.

Tanto a la Música como a la Poesía le debo ser miembro de la UNEAC, la Gitana Tropical en 2009, el Premio (cultural) Mariposa 2010 (por autor y poeta), ser miembro del Grupo Ala Décima, pertenecer a la  prestigiosa Sociedad Económica Amigos del País por la Sección de Educación. Pero sobre todo feliz de ser parte de la confraternidad de amigos que la Poesía y la Música me han aportado, para intentar ser mejor persona, y defender el enaltecimiento de la cultura de mi país. Hoy jubilado de la Empresa Adolfo Guzmán pero aún en activo como músico, poeta y promotor cultural.

Nota:

La música fue una motivación que me atrapó desde niño, ya a los trece años integraba el coro de la Secundaria Básica Rubén Martínez Villena, becado allá en Siboney, zona cercana a las playas de Marianao. Coro a cuatro voces creado y dirigido por el profesor Raúl Izquierdo. También cantaba en un cuarteto en los matutinos de la escuela.

La guitarra vino 3 años después estando en la otrora Isla de Pinos enrolado en la Columna Juvenil Agropecuaria, y con esa fiel acompañante llegaron mis primeros intentos de canciones pero escribir versos, vivencias, angustias… siempre estuvo presente. Aún guardo mis últimos días de becado que escribí en un cuadernito que inventé para decir cotidianidades de esa etapa en abril de 1967.


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