martes, 14 de julio de 2020

Besú: Breve diálogo con el cadáver de un loco


De su libro Soliloquio del decapitado

Lo publicó en su página de Facebook nuestro hermano poeta Alexander Besú Guevara (Niquero, Granma, 1970). El poema pertenece a su libro Soliloquio del decapitado.

 Varios de los libros publicados por Alexander Besú.

Besú ha merecido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Iberoamericano Cucalambé 2007 con el poemario Bitácora de la tristeza, y es presidente de la Filial provincial del Grupo Ala Décima en Granma.


BREVE FRAGMENTO DEL DIÁLOGO QUE
SOSTUVE CON EL CADÁVER DE UN LOCO

Loco no es el que ha perdido la razón, sino el que lo ha perdido todo, todo, menos la razón.
                                                      
                                                                      Gilbert Chesterton

-Le dije: ¿Estás sobrio ahora?
Me dijo: -¿Sobrio? No. Nunca.
Levito en una espelunca
tan irreal como una aurora
desestabilizadora,
donde la luz es escasa.
Esta espelunca es mi casa
de árbol, y mi Isla Negra.
Aquí el tiempo desintegra
mi razón y me atenaza.

-¿Vives solo? -pregunté.
Me dijo: -Nunca estoy solo.
Tengo un gato y un gladiolo
tan blancos que yo no sé
por qué divago y por qué
me autorreafirmo y me niego.
Al felino yo lo riego,
y le doy leche a la planta,
siempre que se solivianta
mi voraz desasosiego.

-¿No has pensado por un rato
que una persona podría
darte mejor compañía
que tu gladiolo y tu gato?
-Cuando tocan a rebato
mis fobias, yo me enarbolo
—respondió—, y entonces solo
aspiro a calmar mi alma;
y nadie me da más calma
que mi gato y mi gladiolo.

Y hay una curiosidad:
es, ante cualquier persona,
cuando más se envalentona
mi frívola soledad.
-¿Eso es una ambigüedad?
-Sí, lo es, y es un martirio
perfumado como un lirio
que expande su envergadura
del delirio a la cordura,
de la cordura al delirio.

-La lucidez, ¿te es esquiva?
-Lo es, porque la incoherencia
me vigila con paciencia
de gárgola inexpresiva.
-¿Te anula? ¿Te desmotiva?
-Me impone un profano autismo.
-¿Niegas a Dios? -Mi ateísmo
redimensiona mi voz.
Si yo mismo me hice dios,
pues seré mi dios, yo mismo.

-¿Cómo es ese desencuentro?
-Es sufrir la aberración
de un sismo en el corazón,
y en la mente el epicentro.
-Y, ¿cómo eres tú por dentro?
-Como por fuera: inactual.
Soy un impostor astral.
Soy un mártir de la mente,
porque, lamentablemente,
el universo es mental.

- La sujeción, tan adversa,
se usa en una cifra alta.
- A un loco no le hace falta
una camisa de fuerza.
Le hace más falta, a la inversa,
una camisa de amor
inmune contra el rigor
de las espirales místicas,
y verás las estadísticas
revertirse a mi favor.

-¿Cómo es la locura? -Angosta
-expuso y luego agregó:
-Debo asumirla, o si no,
la locura me denosta.
Debo obviar a toda costa
(como si fuera un mal hijo)
a la insania y su acertijo.
-¿Y no deseas que cese?
-Sí, pero ella permanece
como un palimpsesto -dijo.


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