Una tertulia
de estirpe juvenil
Bajo un rótulo
que engañosamente pudiera sugerir indiferencia, se encamina a su primer año,
que cumplirá en septiembre, la tertulia Da igual, el tercer jueves de cada mes,
a las 4 de la tarde
Parte
del público que colmó la Sala. Fotos tomadas de las páginas Facebook de Giselle Lucía Navarro, Charly Salgado y Rossana Oliva.
La cita es
acogida por la Sala Federico García Lorca del Centro
Dulce María Loynaz (Calle 19 número 502, esquina a E, en el Vedado
capitalino) y el guiño cómplice del título lo sustentan de este modo sus jóvenes
anfitriones: “Da igual la poesía, la música o el color que les pongas a las
tardes de verano, la creación tiene ese sortilegio de propiciar reencuentros”.
Y es que se trata de un encuentro interdisciplinario donde los versos, los
acordes y la plástica se interrelacionan entre sí, abiertos a dialogar con
cualesquiera formas del quehacer artístico y literario.
Los
conductores y sus invitados del mes de julio. De izquierda a derecha los
anfitriones Giselle
Lucía Navarro y Charly Salgado; la artista de la plástica Rossana Oliva; el poeta Roly
Ávalos, el trovador
Silvio Alejandro, el artista visual e ilustrador Dayron Gallardo Bernazar y el poeta Boris
Montalvo.
La tertulia
Da igual fue fundada en el 2018 por el poeta Edel
Morales y el trovador
Charly Salgado. Desde mayo de este año el primero encargó
la parte que le correspondía en la conducción a las manos de la novel escritora
Giselle
Lucía Navarro,
justamente coincidiendo en el tiempo con numerosos reconocimientos a sus
empeños literarios, a los que acaba de sumar una nueva acción comunitaria, que
describe de este modo en su
página de Facebook: “En el Centro Comunitario de Salud Mental de Playa
comenzó a desarrollarse este viernes el encuentro mensual La Alegría de Vivir,
en el cual los pacientes, como parte de su tratamiento, se vinculan de forma
activa a la literatura, las artes plásticas y otras manifestaciones del arte”.
En este
período bajo la batuta de Giselle, por la tertulia Da igual han pasado
creadores de valía, entre ellos tres miembros del Grupo
Ala Décima, los
poetas Karel
Leyva, Elizabeth
Reinosa y Roly
Ávalos, este último
también codirector del Proyecto RolleX.
En el encuentro de julio, además de Roly, estuvieron
la ya asidua pintora Rossana Oliva; el trovador Silvio Alejandro, el artista
visual e ilustrador Dayron Gallardo Bernazar y el poeta Boris
Montalvo.
Giselle durante su labor de conductora.
Giselle “entrevistó” a Roly
Ávalos.
Roly
Ávalos durante la
lectura de sus textos.
De la repercusión
del clima logrado por esta cita ha dado testimonio la reconocida artista de la
plástica Rossana Oliva, fiel colaboradora y sistemática
asistente de Da igual, quien se inspiró en la atmósfera del más reciente
encuentro de la tertulia, y escribió en su Facebook:
“Según el
Génesis bíblico en el principio era el verbo y el verbo era Dios, por tanto la
palabra es poderosa y aún en boca de los mortales contiene los atributos de la
divinidad. La palabra es el todo, el ladrillo fundamental con que se construye
el universo. Puede ser oficialista, coloquial y hasta soez, pero también verso,
magia, música, canción, imagen cuando se deconstruye a través del prisma
sublime del arte para fermentar en las almas sensibles. Y es ahí donde adquiere
su verdadero y más exquisito poder. Y algunos de esos seres hemos adquirido
cierta adicción a este espacio, bajo los auspicios del Centro Cultural Dulce
María Loynaz y la conducción de Charly Salgado y Giselle Lucía Navarro,
anfitriones que nos conducen hacia un mundo de luz donde la palabra es la
protagonista de los versos de Roly Ávalos Díaz (RolleX), poeta, editor,
corrector del periódico Trabajadores, narrador, integrante del Grupo Ala Décima,
quien comparte poemas de sus libros Mundo
Pañuelo, Boca de lobo y El mar es el bar de un par. A través de
su carisma y su talento innato para la rima nos habla del neorrepentismo,
término acuñado por Alexis Díaz Pimienta para referirse a un género poético que
pretende reinterpretar la décima y expandirla hacia sonoridades urbanas
inverosímiles como el hip hop o la percusión para alcanzar un público más joven
y heterogéneo. La palabra, inagotable, tremola desde los versos de Boris
Montalvo Rencurell y la propia Giselle Lucia Navarro y se convierte en música,
acompañada por los acordes de la guitarra de Charly Salgado y Silvio Alejandro
Rodríguez, quienes se sumaron a la magia. Se vuelve inspiración, surrealismo,
imagen onírica, ilustración, forma espiritual, transparencia sutil, en el
soporte de la tela de Dayron Gallardo donde devuelve la poesía que la suscita.
Y aún más, nos fecunda a todos, los que volvemos a casa con la poesía a flor de
piel, esperando que se repita la magia inigualable que nos reúne en este
espacio”.
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