Del libro Ciudad para Giselle
De ese poemario, dedicado a Alicia Alonso y publicado
por la Editorial Sanlope en el 2004, nos envía su autora, Odalys
Leyva Rosabal, estos poemas como homenaje póstumo a la Prima Ballerina
Assoluta
NOSTÁLGICA CIUDAD PARA
GISELLE
…peregrinos
que prefieren los caminos
a una piedra en la ciudad
C. E. G.
Giselle conjura al fin, se
instala
en los maderos. (Ni un
cristal
puede romper.) ¿Por qué el
vitral
con sus colores le
acorrala?
¿Y cuánta música regala
a Cenicienta, si persiste
en ser actriz de un sueño
triste?
¿Buscas locura en el
ocaso,
o es que detienes el
parnaso
en tu penumbra? ¿Adónde
fuiste?
II
Inexorable es el secreto,
oh impunidad de la
lujuria,
virgen del mar que en mi
penuria
trae sinfonías de amuleto,
aplausos, goces como reto
en las alquimias de mi
hoguera,
palomas, barco, calavera
sin testamento de otra
casa:
y es que confundo la
argamasa
en las aureolas de mi
espera.
III
Giselle no sabe de
serpientes,
sólo de un hombre en su
ventana
que cuando escucha una
campana
echa a volar sobre los
puentes.
¿Por qué mirar a nuevas
fuentes,
cuando la sed se nos
agota?
(La multitud oye una nota,
sabe que esconde su
martirio,
y más terrible es el
delirio
donde se pierde una
gaviota…)
IV
Nunca le dije que en el
viento
yo contemplaba su milagro;
que no seduzco, porque el
magro
ritual de mi boca es
tormento.
Y me disgusta que el
lamento
haga paredes en mi ruina,
pero un dolor que no
termina
finge en mi voz un salmo
hiriente.
¿Dónde se enrosca la
serpiente
que mi ternura contamina?
Giselle me interrogó: ¿Por
qué el gentío?
¿Me recuerdan la voz de
los fiscales,
o el silencio de padres
ancestrales
que descubren el salto de
mi brío?
Con pinceles soy trueno,
desafío,
y con mi nombre se
humedece mayo.
Cualquiera ha de vestir mi
propio sayo,
y cantar como un ave en el
retorno.
¿Es culpable mi danza del
soborno,
o soy la grácil lentitud
de un rayo?
AMERICAN BALLET THEATRE OF
NEW YORK
(Desde la Ópera de París,
1972)
Giselle salta, desde el
sueño
tormentoso que me habita,
¿vendrá en alas de
exquisita
meditación? ¿Por qué el
ceño
he de fruncir? ¿Cuán
pequeño
es el salto de mi suerte?
Giselle, no busco la
muerte.
He sido el ángel precoz
que danzaba en el feroz
encanto de poseerte.
II
Tras mi leve caudal nace
una barca:
el timón son mis goces
virginales,
desnudeces de locos
manantiales
en los naipes efímeros del
arca.
Y no encuentro señal, sólo
una marca
en la luz que besó mi
torbellino.
¿Dónde nace el fragor? ¿En
qué camino?
¿En el aire besado por mi
salto?
¿Es que puedo perderme
hacia lo alto,
o los dioses me ofrendan
pan divino?
INFORMACIÓN ANTERIOR:
VEA EN Trabajadores:
Odalys
Leyva Rosabal es miembro de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba; presidenta del Grupo
iberoamericano de mujeres Décima al filo, con sede en Guáimaro,
Camagüey, así como del Comité Organizador de sus Encuentros
y su
concurso, y miembro del Grupo
Ala Décima. Entre sus
numerosos reconocimientos literarios cuenta con el Premio
Ala Décima 2004 y el Premio
Iberoamericano Cucalambé 2008, por su libro Los
Césares perdidos
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