viernes, 3 de agosto de 2018

XIII Encuentro Décima al filo. Resumen


Una verdadera clarinada
del 20 al 23 de julio

Por Odalys Leyva Rosabal, presidenta de la agrupación homónima de creadoras decimistas y del Comité Organizador de estos cónclaves. El Gran Premio del XI concurso Décima al filo lo mereció Nitza Núñez, de Guáimaro
 El portal del Rincón guaimareño de la décima, como en encuentros anteriores, fue testigo de estas veladas. A la izquierda, Odalys. Foto: página Facebook de Alejandro González Bermúdez.


En el XIII Encuentro Décima al filo se juntó el pueblo amante de la décima con los escritores y artistas, fue un verdadero movimiento cultural, pues la afluencia de público permitió la interacción, tanto en las actividades realizadas dentro de las instituciones culturales como las comunitarias. La Galería de Arte y el Museo de Guáimaro recibieron los arpegios de la décima oral y escrita; la gala artística en el Parque Constitución fue un disfrute para el público de diferentes edades, pues recibieron su influjo más de 400 personas.

 A la izquierda, la presidenta de la agrupación de mujeres Décima al filo, acompañada de varias de las entusiastas creadoras que participaron. El alto espíritu de decenas de ellas fue como siempre el toque distintivo de esta cita artístico-literaria organizada por las féminas en torno a la estrofa de diez versos. Foto enviada por Odalys.

 Los escritores ganadores del Premio Cucalambé que asistieron al XIII Encuentro. De izquierda a derecha, Domingo Peña, Alexander Aguilar López, Odalys Leyva Rosabal, Carlos Esquivel Guerra y Diusmel Machado Estrada. Foto enviada por Odalys.

Un elenco compuesto por los escritores premio Cucalambé Diusmel Machado Estrada, Carlos Esquivel Guerra, Alexander Aguilar López, Odalys Leyva Rosabal y Domingo Peña, así como los repentistas Héctor Peláez y Nelson Lima, los tonadistas e intérpretes de música tradicional Marisol Guillama, Antonio Alberto Iznaga Morejón (El Jilguerito) y Yudit Cordero, acompañados por el grupo musical Rumores del Yaquimo y la narradora oral Mirtha Costa, ganaron repetidos aplausos.

 Las lecturas de poemas fueron acogidas por las áreas exteriores del Museo de la Constitución. Foto enviada por Odalys.

Los espacios teóricos, las presentaciones de libros, y los recitales poéticos mostraron a un evento que continúa en ascenso, en este la décima escrita tiene el protagonismo y la décima oral como su contraparte ratifica a Guáimaro como capital de la décima escrita por mujeres.

 Escritores, artistas y población en general, tras la actuación en la cooperativa Álvaro Barba. Foto enviada por Odalys.

El Guateque Comunitario La Décima sí es mujer, con la intervención en el programa radial Verano de Noche, conducido por Aurora Nápoles Quiñones (trasmisión remota por la Emisora Radio Guáimaro durante cuatro horas) llevó a los oyentes del municipio todo lo que ocurrió en este espacio de la calle San Miguel # 36 entre Irene Muñoz y Loma (frente a la casa de Odalys Leyva), donde se reunieron más de 500 personas. Esto nos hace valorar que, si existe motivación en la literatura, puede atraer multitudes. Los escritores invitados al encuentro Décima al Filo leyeron sus poemas y los artistas propiciaron el disfrute desde la cercanía con ese latir que hizo brotar luces con la música y la décima.

 Los participantes agradecieron a los trabajadores de Gastronomía que los atendieron. Foto enviada por Odalys.

Esta edición dedicó sus homenajes principales a la escritora e investigadora y pedagoga tunera Maritza Batista Batista, y a los poetas improvisadores camagüeyanos Héctor Peláez y Nelson Lima, por sus aportes a la promoción y cultivo de la décima en Cuba.

 De izquierda a derecha El Jilguerito, Héctor Peláez, Marisol Guillama, Nelson Lima y Alejandro González Bermúdez.

El foro literario La décima tiene la razón propició la reflexión sobre situaciones que aún perturban el buen desarrollo en la creación decimística en la provincia, se abordó el tema de las peñas culturales, la necesidad de mantener el trabajo con los talleres infantiles de repentismo, la imperiosa necesidad de una Casa de la Décima en la provincia de Camagüey, espacio que serviría de encuentro para los poetas y a la vez para conservar el patrimonio inmaterial.

El grupo musical Rumores del Yaquimo, de Amancio, Las Tunas, interpretó varias tonadas, y lo sentimos como un revitalizador del Punto Cubano.

Desde el portal del Museo de Guáimaro, mirando al monumento dedicado a la patriota Ana Betancourt de Mora, la mujer decimista levantó su voz, con un canto que trasciende y apuesta por el desarrollo cultural de Guáimaro, Cuna de la Constitución.

El sentir de Ana Betancourt de Mora y de Gertrudis Aguilera de Céspedes se hizo sentir con el nombre de patria, con la décima como elemento importante en la conformación de la cubanidad, esta vez con el influjo femenino que se viste de versos octosílabos y siente la identidad, la tradición, el patrimonio, y los revitaliza desde la creación y desde la Academia.

Guáimaro, suave caudal,
mujer de lluvia y concierto
acorde de grácil puerto,
la décima de ritual.
Guáimaro en el manantial
de rimas da su ovación,
qué sublime emanación
crece de tu algarabía
al ser ya sin utopía
guitarra, copla y canción.

Las mujeres se levantan
con el verso de bandera
sin hallar otra manera
desde sus luces imantan.
Mujeres que se agigantan
sin denotar un sigilo,
llega un pájaro intranquilo
vuela en su razón de ser;
la gloria de la mujer
versa con Décima al Filo.

26-07-2018.

Versión original en Trabajadores:




Palabras de clausura

Por la MSc. Odalys Leyva Rosabal.
(Guáimaro, 23-7-2018)

Guáimaro es rico en cuanto a patrimonio cultural, el museo y otros monumentos históricos se mantienen en buen estado y refuerzan la identidad en el territorio.

El patrimonio inmaterial como el acervo de conocimientos y valores acumulados, trasmitidos de una generación a otra, es reconocido socialmente como entidad individual y colectiva, las condiciones históricas contemporáneas han llevado a la necesidad de transformar la conceptualización y ampliar el alcance de las funciones tradicionales de los museos e instituciones en lo concerniente a la sensibilidad y salvaguardia de este patrimonio, del cual debe auxiliarse en aras de preservar y fortalecer los portadores del patrimonio cultural vivo y su aporte al desarrollo cultural de la localidad.

Los bienes declarados dentro del patrimonio material reciben mayor reconocimiento que el patrimonio cultural inmaterial en toda su diversidad de expresión, así como su papel dentro de los procesos socioculturales. Me refiero a las diferentes manifestaciones: música, danza, teatro y literatura, costumbres, mitos y leyendas, entre otros que conforman la tradición del ser guaimareño.

Es preciso que todos trabajemos para revitalizar al punto cubano y la décima como estrofa nacional, como elemento conformador de la tradición, de esta identidad que es lo que nos define en todo momento histórico.

Desde el siglo XIX, la décima ha sido la voz en todas las etapas por las que hemos transitado, ha sido albacea de un mensaje de patria. Los poetas de la guerra le cantaron a su gesta, José Martí hizo la compilación para que llegara a nuestros días, después del triunfo de la Revolución han sido los decimistas también parte de ese movimiento de pueblo, tanto en la décima oral como en la escrita.

En Cuba la décima se instala por todo el archipiélago con Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, otros nombres la prestigian, entre ellos: Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, y Adolfo Martí Fuentes entre otros; lo que sí es evidente que la décima, por su uso a través del tiempo y diferentes generaciones, es un elemento identitario. Es parte de la tradición, e identidad cultural, asimismo brinda aportes sustanciales al desarrollo cultural. Es un elemento de estrecha relación con las tradiciones cubanas, ello responde a momentos y circunstancias dados a lo largo y ancho del país que han transcurrido en diferentes períodos y espacios, los cuales han sido sustantivos para que la estrofa se difunda y permanezca en el quehacer cultural cubano.

La identidad cultural es la producción de respuestas y valores que, como heredero y trasmisor, actor y autor de una cultura, se realiza en un contexto histórico como consecuencia del principio diferenciación-identificación en relación con otros grupos o sujetos culturalmente definidos.

También en la comunidad se asume de forma consciente, en tanto existen rasgos comunes a los cuales se responde desde la colectividad, mientras otros elementos distintivos acercan a grupos y familias, puesto que en ello se ven reflejados.  Está relacionada, además con el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funciona como elemento cohesionador dentro de un grupo social y su cultura y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.

Todo individuo tiene su propia identidad, como la tiene su grupo y en ello radican las semejanzas que puedan existir desde la individualidad, al colectivo y sociedad, semejanzas que acontecen en el tiempo o de alguna manera pueden sufrir transformaciones, por lo que resulta interesante apreciar cómo se renuevan elementos identitarios con el tiempo y el espacio que se habita. Al respecto se toma en consideración las palabras de la MSc Maritza Batista: “Es esta categoría la suma de igualdades y contrastes entre los individuos y el grupo, así como también lo transformable del ser con el devenir del tiempo, precisa la actividad y la comunicación humana mediante interacciones en las cuales tanto unos como otros cambian, ofrecen, reciben”. (Batista: 2014)

La décima tiene alusiones identitarias porque fue el canto de los poetas de la guerra como expresé anteriormente; pasó por un proceso de formación, adaptación y posesión, varios escritores de los que se consideran que han contribuido a la formación de la cubanidad escribieron décimas como son: José Martí y Nicolás Guillen, dentro de otros, por lo que se considera que el proceso de transculturación está muy vinculado con la evolución de la décima, pues llegó a Cuba, a causa de este proceso y luego se adaptó a lo criollo, a lo nacional.

Desde otra perspectiva debe aclararse que, al valorar la identidad cultural como ente indispensable en las comunidades, es necesario tomar en cuenta la idea de que no debe soslayarse el término del “otro”, porque la otredad y la mismidad son componentes sustanciales en esta categoría; acerca de ello se pronuncia Maritza García Alonso: “(…) la identidad no es la mera ontología, es decir, conjunto de rasgos distintivos de una entidad cultural dada —constituyéndose en la llamada “mismidad”—, sino que incluye la referencia a otra entidad distinta, con la cual se interactúa y que es concebida  así como un “otro”.” (Alonso; 2002:14)

Al reconocer la décima como elemento de la identidad cubana se revitaliza una de las tradiciones en el país, y aludir a la tradición implica ir a la búsqueda y conservación de elementos genuinos, en tanto esta categoría responde a aquellos temas o asuntos que se quedan y se trasmiten en las sociedades de un grupo a otro, de un tiempo a otros que le continúan, al respecto expresa la Dra. Rafaela Macías Reyes: Las tradiciones son costumbres, ritos, usos sociales, ideas, valores, normas de conducta, históricamente formados y que se trasmiten de generación en generación, elementos del legado sociocultural que durante largo tiempo se mantienen en la sociedad o en distintos grupos sociales.  (Macías; 2014: 64)

La tradición permite identificar cómo se conduce un grupo o un pueblo, sus expresiones, particularidades, pretensiones, intereses de ese pueblo que persistentemente transfiere a nuevas generaciones. Se refiere a todo lo que se transmite de una generación a otra.  Es parte de la historia y de la cultura de un pueblo, de la misma manera que la identidad puede transformarse con el tiempo, incluso algunas pasan al olvido, de ahí el interés en revitalizarla.

Es evidente que los pueblos van formando, desde su propia historia, sus expresiones genuinas, a partir de las motivaciones e intereses que mueven al grupo a resultar ellos mismos desde sus leyendas hasta todo un conjunto de elementos que se mantienen con la trasmisión a las comunidades posteriores, aunque es irrefutable la idea de que en ese devenir temporal pueden quedar atrás ciertas tradiciones y otras transformarse.

La décima se sostiene en labios del pueblo, preserva lo más genuino de las tradiciones, los cantos del amor y la esperanza, la mixtura de las razas, el proceso de transculturación donde lo cubano examina su espacio y salta hacia lo inmenso. Esta se convierte en tradición porque, desde que en el siglo XIX la populariza El Cucalambé, no es fenómeno aislado, sino de movimiento de convocatoria desde las instituciones culturales a las comunidades cubanas. Se realizan espacios unitivos que además permiten adentrarse en qué es la décima, como elemento identitario y tradicional.

Décima, identidad cultural y tradición son categorías básicas dentro de la cubanidad, son parte de los bienes de valores espirituales que existen y perviven en grupos y comunidades, regiones y territorios. En esta isla están ligadas a la permanencia de ser cubano, al hecho de tener un sitio identificado, de tener valores únicos y auténticos. Son términos inseparables, en tanto la décima es parte indisoluble de la tradición de campos y ciudades que se expande como estrofa nacional, de ahí su carácter identitario y tradicional, es un trinomio que se conjuga dentro de la cultura y el desarrollo cultural.

La cultura es camino hacia el desarrollo. Por eso hago énfasis en la necesidad de conservar el patrimonio inmaterial, ya tiene Guáimaro una historia dentro de la décima cubana, es la mujer guaimareña un símbolo de patriotismo desde el siglo XIX cuando Ana Betancourt de Mora proclamó la emancipación de la mujer en nuestra tierra y Gertrudis Aguilera de Céspedes escribió un libro de dietética en décimas, luego en el siglo XX Margarita Palmero Milanés, María Isabel Álvarez Lapinet, Mariem Gómez Chacourt y Miriam Estrada, leyeron en nuestro pueblo sus estrofas clásicas, y posteriormente en el siglo XXI, se juntaron las mujeres cubanas que cultivan este género literario, en el grupo Décima al Filo para expresarse en versos y desde aquí juntar sus voces con el ímpetu de que se reconociera su labor creadora.

Fue notable el apoyo del Club de la décima de Guáimaro; escritores como Diusmel Machado Estrada, Desiderio Borroto Fernández, Desiderio Borroto Valdés, Sergio Sánchez, Roberto Machado, Roberto Delgado, Ángel Rosabal, Jorge Luis Arias Reina, Pavel Zamora, Manolito Acosta, Randoll Machado, Domingo Peña, Odalys Leyva, Nitza Nuñez y Magdelis Estrada, entre otros le dieran su vigor creativo a este proyecto.

Hoy a dieciséis años de fundado el grupo Décima al Filo, podemos decir con certitud que es un movimiento cultural auténtico, que hemos pasado por montañas y caminos arrevesados, pero hemos logrado nuestro principal objetivo que es la continuidad del legado decimista.

Seguiremos cultivando y revitalizando la décima escrita y oral, y de este modo seguirá siendo Guáimaro la Capital de la Décima Escrita por Mujeres; pero para ello se necesita del trabajo constante de las instituciones culturales, de los poetas, campesinos, intelectuales, artistas y hombres de pueblo, desde esa unicidad que brota de la cultura y por la cultura, de la patria y por ella.




Miembros del Jurado:

              Gran Premio “Décima al Filo”, a la obra de mayor calidad ideoestética, consistente en una obra de arte (cortesía del grupo musical “Rumores del Yáquimo”), y una colección de libros publicados por el Frente de Afirmación Hispanista, A.C. (de México), así como la invitación a realizar un recital poético en el Encuentro “Décima al Filo” 2019, con el correspondiente pago de oralidad (si la autora reside en Cuba). La obra premiada será publicada en la revista digital Guatiní y en el sitio web Cuba Ala Décima.
OBRA: Soliloquios
SEUDÓNIMO: Cecilia Valdés
AUTORA: Nitza Núñez Valdés (Guáimaro, Camagüey)

              Premio “Décima fiebre”, a la obra que con mayor sensibilidad y calidad literaria aborde el tema erótico; concedido por la Casa Iberoamericana de la Décima “El Cucalambé” y la Editorial Sanlope (ambas instituciones con sede en Las Tunas). Consistirá en una colección de libros publicados por Sanlope.
OBRA: Sábanas rotas
SEUDÓNIMO: Libélula
AUTORA: Yelaine Martínez (Las Tunas)

              Premio “Toda luz y toda mía”, concedido por el grupo decimístico homónimo (de Sancti Spíritus) a la obra de mayor calidad literaria cuyo discurso enfoque la figura femenina como protagonista. Consistirá en un pequeño lote de libros.
OBRA: Porque la lluvia no cesa
SEUDÓNIMO: Benicarla Sant Pierre
AUTORA: Yolanda Felicita Rodríguez Toledo (Sancti Spíritus)

              Premio “Ala Décima”, otorgado por el grupo decimístico homónimo (con sede en La Habana) a la obra de mayor calidad literaria de una autora menor de treinta años de edad. Consistirá en un pequeño lote de libros y obsequio de arte.
OBRA: Curada por el abismo
SEUDÓNIMO: Odisea
AUTORA: Magdelis Estrada Leyva (Guáimaro, Camagüey)

              Premio “Perros ladrándole a Dios”, concedido por el escritor Carlos Esquivel Guerra, a la obra que mejor revele las posibilidades de experimentación y renovación en el tratamiento formal e ideotemático de la estrofa. Consistirá en un pequeño lote de libros.
OBRA: Desuso del miedo
SEUDÓNIMO: JRS
AUTORA: María Mayelín Barrera Castro (Las Tunas)

              Premio “La Ceiba en Flor”, concedido por el proyecto sociocultural homónimo (con sede en Velasco, Holguín), a la obra de mayor calidad literaria, de entre aquellas cuyo tratamiento formal de la estrofa conserve sus rasgos tradicionales más significativos. Consistirá en una pequeña colección de libros publicados por Ediciones Holguín y obsequio de arte.
OBRA: Casa-isla
SEUDÓNIMO: Alberti
AUTORA: Annalis Castillo Seguí (autora de Sibanicú, Camagüey, actualmente radicada en La Habana)

              Premio “Más allá del silencio”, concedido por el Grupo "Décima al Filo" a la obra de mayor calidad literaria presentada por una autora no cubana. Consistirá en una colección de libros de autores cubanos.
OBRA: La lanza y la paloma
SEUDÓNIMO: Paloma
AUTORA: Julia Gallo Sanz (Madrid, España)

              Premio “G-NERArte” a la mejor obra de temática o ambiente rural, entregado por el Grupo Nacional de Escritores Rurales (G-NERArte; con sede en San José de Colombia, Las Tunas). Consistirá en la publicación de la obra en forma de plegable (en cantidad de 50 ejemplares), editado por la Sección de Literatura de la Casa de Cultura de Guáimaro; además de un pequeño lote de libros.
OBRA: Viajar a las raíces
SEUDÓNIMO: La Hija del Campo
AUTORA: Ana Herminia Rodríguez Sánchez (Velasco, Gibara, Holguín)

              Premio “José Ávila Serrano” a la mejor obra de temática ambientalista (en defensa de la ecología), entregado por el Centro Escolar “José Ávila Serrano”, con sede en Velasco (Gibara, Holguín). Consistirá en un pequeño lote de libros.
OBRA: Viajar a las raíces
SEUDÓNIMO: La Hija del Campo
AUTORA: Ana Herminia Rodríguez Sánchez (Velasco, Gibara, Holguín)

              Premio “Punto Cubano”, concedido por el proyecto sociocultural “Yo soy el punto cubano” (con sede en Velasco, Holguín), a la obra de mayor calidad literaria, de entre aquellas cuyo discurso dignifique los auténticos valores nacionales de la cubanía, resaltando los elementos singulares de la historia y cultura del pueblo cubano. Consistirá en un pequeño lote de libros y obsequio de arte.
OBRA: Galería
SEUDÓNIMO: Isabella
AUTORA: Elena Beatriz Corujo Morales (Isla de la Juventud)

              Premio “La Estrofa de Oro”, a la décima que por su belleza y originalidad destaque entre todas las que integran los conjuntos presentados. Esta estrofa será publicada por diferentes medios de difusión, y la Sección de Literatura de la Casa de Cultura de Guáimaro editará con ella un suelto literario para ser obsequiado a todos los invitados del Encuentro “Décima al Filo” correspondiente al año 2019 (la autora de la décima premiada recibirá 10 ejemplares del suelto literario como obsequio).
NOTA: El premio resultó compartido entre dos estrofas. Para llegar al veredicto, el presidente del jurado realizó una preselección de las mejores estrofas de todos los cuadernos en concurso (resultaron finalistas 13 estrofas de 7 cuadernos); luego, las estrofas finalistas fueron leídas en la última actividad del programa del evento, y los escritores y artistas participantes en el Encuentro votaron (por aclamación), resultando elegidas en igualdad de condiciones las dos estrofas que siguen:

- ESTROFA: “Betsabé, no entres desnuda...” (Del poema “Con la prudencia de las estatuas”, integrante del cuaderno Trasmutar algunos vicios)
SEUDÓNIMO: La tenaz
AUTORA: Miriam Peña Leyva (Velasco, Gibara, Holguín)

- ESTROFA: “Cierra los ojos, voltea…” (Del poema “Danza nupcial”, integrante del cuaderno Curada por el abismo)
SEUDÓNIMO: Odisea
AUTORA: Magdelis Estrada Leyva (Guáimaro, Camagüey)

A continuación, ambas estrofas de oro:

CON LA PRUDENCIA DE LAS ESTATUAS
(1)
Betsabé, no entres desnuda
a las termas ni al Edén,
no permitas que te den
sangre por agua. Reanuda
tu vuelo, sin miedo suda
las alas blancas, prudente
baila en torno de la fuente
al afán de cada día;
pero asiste a la porfía
y, si es preciso, detente.


DANZA NUPCIAL
(3)
Cierra los ojos, voltea
mis caderas a tu boca,
hazme la más cuerda loca,
crece en mí, muere, golpea
sin miedo, vive, desea
ser en mi cuerpo estampida,
y en tu más leve caída
bórrame la luz y el nombre.
Quiero sentir que es un hombre
el que me roba la vida.



La ganadora del Gran Premio

Nitza Núñez Valdés (Camagüey, 1967). Su infancia transcurrió en el ambiente rural, en Palmarejo, rincón aledaño a la localidad de Guáimaro. Cursó estudios de enfermería, y desempeñó ese noble oficio durante diecinueve años. Desde temprana edad se inclinó por la poesía y la literatura en general. Cultiva la poesía y la narrativa, para adultos y para niños. Ingresó al Taller Literario Municipal Pablo de la Torriente Brau, de Guáimaro, en el año 2005. Desde entonces, su participación ha enriquecido significativamente los espacios, actividades y eventos culturales en Guáimaro y otras localidades. Ha ofrecido numerosas lecturas de poesía para públicos diversos. Sus obras han obtenido diversos reconocimientos en eventos literarios, entre ellos en encuentros-debates de talleres literarios y en los concursos internacionales Décima al filo.

 La principal laureada del XI concurso Décima al filo, la poetisa guaimareña Nitza Núñez, junto a su esposo, el también poeta Domingo Peña (a la derecha), Premio Cucalambé 2018, y el reconocido tonadista Tony Iznaga, el Jilguerito. Foto: Alejandro González Bermúdez.

Ha publicado el poemario para niños Una boda en Charca Dulce (Editorial Ácana, Camagüey, 2015). Además, poemas suyos han sido incluidos en las siguientes selecciones: Antología Tanática de la Décima en Cuba (Frente de Afirmación Hispanista; México, 2007); Antología oral traumática de la décima escrita por mujeres en Cuba (Frente de Afirmación Hispanista; México, 2008); Esta cárcel de aire puro (compilación de décima cubana, tomo II), por la Casa Editora Abril, La Habana, 2010, y La Poesía del Encuentro (compilación poética, Editorial Ateneo Las Hespérides, España, 2013).


Ofrecemos su cuaderno ganador del Gran Premio Décima al filo:



Soliloquios


LA INMENSA NOCHE
 
Parado en medio de la calle miro
el cielo: la inmensa noche descendiendo
en mis cabellos con sus
brillantes gotas de rocío.

Y es todo un giro silencioso que
se contrae junto a mi cuerpo
y toma forma y vida rozando el
envoltijo de mis huesos.

Rolando Escardó


1

Ofrecí de otro sol una migaja.
Quité a mi calendario el viernes trece.
(Hay señales de humo, y anochece.)
¿Podré torcer la piedra que no encaja
en el humo? Volteo la baraja.
Grita el labio que escucha  y no bosteza.
No pregunten por quién sirvo la mesa,
si ordeno en el mantel de lo prohibido
la imagen donde está lo que se ha ido,
los dados hacia el sur de mi cabeza.


2

Sujeta por miradas imprudentes,
niego el saludo que al desdén alcanza.
Nadie percibe este pavor: avanza
como la noche por antiguos puentes.
¿Intentarán los ojos penitentes
vencer los juicios (hordas abismales)?
No hay lunas que maldigan los rituales.
Nieve y rostro definen mi persona.
Es impía la voz que no abandona
a esta oscura mujer entre puñales.


3

Se abstienen los que callan las auroras.
(Escardó es un poema sin familia.)
Si me paro en la calle, ¿quién me auxilia?,
¿quién escribe de frágiles demoras?
Debajo del reloj cuento las horas,
y el éxodo es un lápiz: no me apunta.
¿No transigir, será lo que nos junta
en la impaciencia de un temblor sin músculo?
(El crujir de la calle es el mayúsculo
soliloquio de un golpe, una pregunta).


4

Cuando el ojo que murmura
parpadea, ¿su fracaso
inmóvil será? ¿O acaso
felonía, ardid, locura?
Hay un silbido de altura
crepuscular, ingenioso.
Apetece, escandaloso,
la piel de un sitio: mi voz.
Huir multiplica en dos
la cruz del ojo vidrioso.


5

Quiero atravesar el muro
con sus paredes inciertas.
Indagar en otras puertas
y ventanas de mi apuro.
No ha de ofenderme el conjuro
en el hechizo culpable.
Quiero vivir lo indomable,
polvo de mísera infanta,
cuando otra voz (¿su garganta?)
ignore mi llanto afable.


6

Vitrales de pies desnudos
adornan con luz amarga
la pobreza (gris y larga
procesión de sueños mudos).
Alguien le envía saludos
a la burla, con histeria.
Alguien padece en la feria
de su propia vanidad,
pues olvida la humildad
insomne de la miseria.


7

Convicta del pesar, abro
los ojos. No dejo indicios.
Soy águila de prejuicios
que se ampara en lo macabro.
Sin lunas, el descalabro
teje con euforia un velo.
Hay tristeza en el anzuelo
del pavor. Es vehemente
lo que el pesar trae, urgente,
con sus punzones de hielo.


8

Rompen fuegos mis arterias
(fuegos en la desmemoria),
y se desgasta la gloria
sobre un trono de miserias.
No me salvarán las ferias
de fingidos oropeles,
ni los espejos infieles
que anunciaron la humildad.
Me salva alguna ciudad
de punzantes cascabeles.


CONVICTA DEL PESAR


IMPURO DISFRAZ
 
Voy a elevarme en esta semántica burbuja.
Voy a extraer la roca de la base del cráneo.
Puede que el alma exhiba su cuello momentáneo
y la visión provenga del ojo de la aguja.

Herbert Toranzo Falcón


Con torpe nimiedad tropiezan los asombros
que denuncian las líneas oscuras de mis penas.
¿Pudo acaso el azar tejer sobre sus venas
el remolino azul que me encoge los hombros?
No prometo un final feliz, si doy escombros
a la tierra que muerde la mano que la embruja.
Luce impuro el disfraz: ¿y quién lo desdibuja?
Si ahora ya no me nombran: ¿soy del humo un retazo?
Cuando sacuda el polvo que endurece mi paso,
voy a elevarme  en esta semántica burbuja.

Murmuran los finales del siglo que comienza
entre furiosas lenguas de maldiciones varias.
He visto al horizonte dos nubes legionarias
fingir sus aguaceros cuando nadie las piensa.
A golpes de acertijos ayuna mi vergüenza
sin responder al salto viril de lo instantáneo.
La noche va desnuda (pobre hueso calcáneo)
con secuelas y trampas de sombra distendida.
Del recuerdo profundo de mi sien retorcida,
voy a extraer la roca de la base del cráneo.

Yo soy la Gelsomina de un libro interminable.
Yo vivo su calvario. No quiero ser prudente.
¡Evoco las paredes sitiadas vagamente
y me rasgo el cabello de raíz indomable!
¿Cómo esperar entonces la blasfemia culpable
que da vueltas y vueltas cercenándome el cráneo?
No podrá lo fingido parecer espontáneo.
Y si el cuerpo sin cuerpo se desploma en lo ignoto
de su aguda espiral, de su espejo remoto,
puede que el alma exhiba su cuello momentáneo.

Puede que lo tangible comulgue con lo inerte
en una felonía perfecta, inacabada.
Pero voy sobre el filo de mi culpa, y no hay nada
en el fondo del tiempo. La ilusión no me advierte.
La otra parte de mí, la que aún se convierte
en su propio fantasma cuando nadie la empuja,
sus cuentas rendirá al que todo lo estruja
cuando se rompa el hilo que la fue dividiendo,
cuando al alma le baste con su inútil remiendo
y la visión provenga del ojo de la aguja.


FUI SIEMPRE YO…

Fui siempre yo la pequeña,
la última de su fila.
Una mujer que asimila
su nacimiento y no es dueña
de otra voluntad.
                                   Enseña
el lado triste, mordido
entre sus dientes… ¡erguido,
para llegar a la savia
de un árbol donde no hay rabia,
ni tiempo para el olvido!



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