viernes, 5 de agosto de 2016

El Ranchón en verano


Desde Pinar del Río

Nos reporta el hermano poeta Lorenzo Suárez Crespo, desde la Casa de la Décima Celestino García, el Parnaso de los poetas pinareños, en la más occidental de las provincias cubanas

 Una princesa y un príncipe: Anabeybi Rodríguez y Julio Pablo Travieso.


¡Albricias!, por todo espacio festivo en el que tenga su lugar la estrofa mágica, ya sea en su expresión escrita o en alas del repentismo como legítima herencia de sus trovadores orales.

El verano siempre nos propicia oportunidades para darle paso a la reina y que vistiera sus galas con el orgullo de enaltecerla, de defenderla y de elevarla a planos estelares.

Estas fiestas populares vueltabajeras no han sido una excepción. Primero en Bahía Honda el día 12 de julio con la Gala Homenaje y premiación del concurso literario en décimas Juan Cecilio Cruz al cual tuvimos la dicha de asistir. Allí en el Museo local donde desde hace más de una década se conservan algunos de los cuadernos que le publicamos, los versos octosílabos volaron en recuerdo al querido bardo que formó parte de una generación de cultores de la viajera peninsular, artífices de las nunca olvidadas Noches Campesinas animadas por otro grande del verso, José Miguel Mederos Mederos.


La siguiente jornada, desde el día 14 al 17, iluminó sus estrados en el Ranchón del Guamá en horas de la tarde como el mejor convite para disipar los rigores del calor y la persistencia de las lluvias que llegaron a darles su saludo musical a los altos guanos donde tanto amor y tantos versos se anidan desde los ocho años en que las pencas vienen saludando al sol y que se han enamorado definitivamente de la luna.

El viernes 15 de julio se matizó desde temprano con la alegría particular que le confiere a la vida el encanto de la niñez y la juventud. Se celebró el Día de los Niños con una fiesta comunitaria y en las conclusiones, casi al crepúsculo, una princesa y un príncipe regalaron uno de los más hermosos diálogos del encuentro: Anabeybi Rodríguez y Julio Pablo Travieso.

Artistas de las cuerdas, solistas y poetas tendieron su armonía espiritual muy cerca de las lentas aguas del Guamá aderezadas por la bendición de las lluvias veraniegas y le dieron colorido y alegría a cada tarde de guateque.

Dicha nuestra contar con los poetas Felipe Pérez Alvarado, Miguel Herrera Javiqué, Juanito Rodríguez Cabrera y toda la constelación que sábado a sábado reta a las estrellas con el brillo de su lirismo.

Dos de las voces más bellas de la música campesina en las interpretaciones de Adelfa Velázquez y Miriam Pacheco, solistas del Grupo Cuyaguateje, le dieron luz a temas tradicionales mientras que en los bailables movían la escena Adriel Corrales Castillo y El Diamante pinareño.

Sea este breve pasaje un voto de gratitud a esos paladines de la improvisación que desde los alrededores de La Habana hasta el legendario rincón de Mantua acogieron en voz y espiritualidad el estrado del Ranchón para, muy juntos, seguir enalteciendo la estrofa de los cubanos, la que sembrara Celestino García por todo Vueltabajo hasta la que ahora en este parnaso enjoya armónicamente Anabeybi y que, como lírico cendal, bate al viento con su luz de cubanía e identidad.

A nuestros lectores, tres de las décimas de presentación.


Miguel Herrera Javiqué

Hoy cuando vuelvo sin trueque
a este rincón cultural
evito que el manantial
de la rima se me seque.
Aquí se anuncia un guateque
con la voz del corazón,
canta la satisfacción,
mueve el pueblo cada mano
y hace gárgaras de guano
la garganta del Ranchón.


Felipe Pérez Alvarado

Pinar del Río me llegas
a lo profundo del alma
por el blancor de la palma
y lo fértil de tus vegas.
El amor de mis colegas
que jamás olvidaré
por un trago de café,
un naranjal en injerto,
por un Celestino muerto
y un Pablo que se me fue.


Juanito Rodríguez Cabrera

De nuevo la voz viajera
como una chispa celeste
encuentra su brillo en este
rectángulo de madera.
El Guamá llena la espera
de su oído de cristal
con un rato musical
donde salen apurados
los glóbulos afinados
de unas venas de metal.


DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:
Lorenzo Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia. Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio José Vasconcelos, otorgado por el Frente de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos enlaces los poemas La rosa y el pincel, Definición, ¿Por quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su poemario La brújula del viajero. También en nuestros archivos, su comentario sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora Lourdes de la Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz. Lorenzo Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos José Miguel Mederos y Polo Montañez.

SUS MÁS RECIENTES COLABORACIONES:


SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
PINAR DEL RÍO







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