Desde Italia, nación muy afectada
La poetisa Indyra
Lisy Pérez Peña (Camagüey,
1989) comparte residencia entre su natal suelo agramontino e Italia,
uno de los países de Europa que más ha sufrido los embates de la pandemia de la
COVID-19, y donde se encuentran médicos
cubanos del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones
de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, apoyando a los servicios de salud
de aquella nación en el combate a la enfermedad que ha cambiado la vida en
el planeta.
El brote epidémico la sorprendió en tierra
italiana, justo cuando preparaba sus maletas para venir a una nueva estancia en
Camagüey, y entre los planes que traía, estaba el de llegar a La Habana a recibir,
en alguna de las tertulias del Grupo
Ala Décima, habilitada al efecto —y para ello estábamos en contacto—, el Premio
del Grupo Décima al filo en el XX concurso nacional Ala Décima que había
merecido por su cuaderno El
miedo de vivir, y que no había
llegado a sus manos por no encontrarse en Cuba cuando
se efectuó la premiación de esa edición de nuestro certamen. De modo
que ese contratiempo emotivo se añadió a los muchos que ha debido enfrentar en
razón de las medidas de aislamiento que impone la pandemia.
Compartimos poemas de su autoría que recientemente ha publicado en su página de Facebook.
Están
cerrados los clubes.
Te criticarán
si subes
fotos fuera
de tu casa.
El futuro se
nos pasa.
¿Podremos
saltar el muro?
Todo espacio
es inseguro.
El presente
se eterniza.
Ya el dolor
no cicatriza.
¿Acaso existe
el futuro?
PRIMER POEMA
DE AMOR
Me dejas en
el nombre una distancia
que puedo
confundir con la penumbra.
Avísame si el
sol vuelve y se alumbra
el tiempo ya
perdido de arrogancia.
Las flores me
han negado su fragancia.
Las nubes ya
no bajan a mi huerto.
El sol es
invisible como un muerto.
Con tanta
oscuridad sufro el vacío.
Mis ojos solo
sirven de atavío.
Me dejas en
el nombre tu desierto.
Alcánzame en
la herida del sarcasmo.
Anuncia el
golpe luego de la herida.
Habrá un
indicio de la despedida
que nos evite
demostrar el pasmo.
Perviérteme
la luz del entusiasmo
con horas y
crepúsculos. Las horas
tendrán que
ser tan largas y sonoras
como playas
desiertas en el trópico.
¿Por qué te
haces lejano, sueño utópico?
¿Por qué no
he de ser yo la paz que añoras?
AMOR DE
PRECIPICIO
(Dedicado a
un amigo querido)
Escapa de un
amor de precipicio
que pueda
convertirse en atadura.
Escapa lo más
pronto. La armadura
te salva o te
condena al armisticio.
Escapa de un
amor sin beneficio
y líbrate a
la vez del cautiverio
que asume el
alma en busca de un criterio,
de una
esperanza nueva en garantía.
Escapa del
amor con mente fría.
Después
líbrete Dios de otro misterio.
Indyra
Lisy Pérez Peña es miembro de la Asociación Hermanos Saíz. En el 2017 mereció el Premio nacional del concurso
Floresta florida, en narrativa. En el
2019, durante el XIV
Encuentro Décima al filo, conquistó el Gran Premio del XII
concurso Décima al filo con su conjunto Libre albedrío. En ese mismo
año, vio publicado su primer libro de poemas, titulado Pregúntale
a Dios y dado a la luz por la Editorial Poesía eres tú, en España.
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