Oralidad y la "eroticidad"
Siempre sorprende por su altura estética —tanto en
la oralidad y en
la escritura, y como narrador
e investigador—
el poeta Alexis
Díaz-Pimienta. Compartimos esta valoración suya, recientemente publicada en
su página de Facebook
Estoy recordando hoy, no sé por qué, mis incursiones en el
"repentismo erótico". Y es bien difícil. Cierto que yo escribí Diario Erótico de Robinson Crusoe, un
poemario de casi 200 páginas de décimas eróticas (muy eróticas), pero en el
repentismo es muy distinto. Además, ese diario tardé casi 25 años en
terminarlo. Una primera parte se publicó en Cuba en 1994 (Premio Cucalambé 93,
co-escrito con Mitrani) y la versión final, definitiva, en España en 2016. Todo
ese tiempo tuve para escribir, borrar, reescribir, quitar, poner, todo lo que
significa la escritura (que siempre es re-escritura). En el repentismo no.
Además, la creación literaria es íntima, el repentismo es público (y aquí
juegan importante papel los acicates psicológicos individuales y los tabúes
linguísticos y comunicativos de índole social). En la escritura, además, hay
una extensa tradición de textos eróticos, sublimes antecedentes. Desde Safo
hasta Lawrence, pasando por Miller, Navokov, el Marqués de Sade, todos válidos.
Pero en la oralidad, en general, el erotismo es bien complejo. La literatura
escrita genera un halo de complicidad silenciosa (el autor crea solo el texto
erótico; el lector lo degusta en solitario, y en lectura es ocular, solitaria
la mayoría de la veces, no en voz alta ni en público). La oralidad tiene
ejemplos sublimes también, aunque casi siempre semi o filoeróticos, y casi
siempre escudándose, emisor y receptor, en el humor, que es transgresor per
se. En el doble sentido (tan caro a las cancionística popular cubana, por
ejemplo; ese Compay y su "se me sale la babita", "cómo sacudía
el jibe"). Moverse por la cuerda floja del erotismo, desde la oralidad,
sin caer en lo "finamente escatológico", o directamente en lo soez o
burdo, es complicado. Y aquí estoy hablando de "oralidad memorial"
(canciones, romances, cuentos, narraciones orales, etc.) ¡Imagínense, entonces,
en la oralidad improvisada, en el repentismo! Es complejísimo. Es más fácil,
incluso, el repentismo escatológico, el porno-repentismo (que también hay, hubo
y habrá: he ahí el delicioso Decimerón,
de Yamil Díaz Gómez, en Cuba); esto es más fácil que el repentismo erótico.
Estás en escena, tienes un público heterogéneo en todos los sentidos (edades,
estratos sociales, niveles culturales) y tienes que hilar muy fino para no
romper la delicada membrana que recubre la comunicación. Entonces, ¿qué pasa?
Que la mayoría de los repentistas no hace repentismo erótico. No sabe cómo. O
se bloquean directamente. Hay quien lo intenta, y pasa directamente a lo soez,
y se queda tan lejos del erotismo que el resultado es una estrofa romántica, o
romanticoiode, o melosa. Hay quien cree que hace erotismo por mencionar partes
del cuerpo, directa o metafóricamente. Pero el verdadero erotismo nunca está en
lo que se dice: está en lo que se provoca en el receptor (sea lector u oyente).
En fin, no sé por qué me viene esto a la mente ahora. Y de paso aprovecho
para compartir algunas de mis tímidas incursiones en el repentismo erótico.
Esta redondilla fue improvisando en Limonar, Matanzas, en la Casa Naborí
(año 1989 o 90), creo que con Wicho Vasallo, dedicadas a una hipotética mujer
(personaje poemático y a la vez destinataria ideal, in absentia):
Y cuando quiero nadar
me sumerjo en humedades
y entro por las dos mitades
que usa para caminar.
Y esta redondilla fue improvisada con Irán Caballero, en la casa de mi
amigo José Antonio Roche, en Playa, en una controversia a capella sobre erotismo y cine.
La primera vez que vi
a una hembra desnuda en cine
"me fui" de la sala y "vine"
con el mismo "me" que fui.
También de esa noche es esta décima, la única que recuerdo completa:
personajes de la cama,
y su asmático pijama
de flores he atravesado.
A Julia Roberts le he dado
un erótico menú.
Y soy más loco que tú
porque a mí desde pequeño
me erotizaban el sueño
las ligas de Betty Boo.
Cómo ven, un tema apasionante. Porque no es lo mismo escritura que
oralidad, ni oralidad que repentismo (donde "palabra dicha no tiene
vuelta"). Del mismo modo que no es igual "erotismo" que
"eroticidad" ("calidad de erótico"). Y la "calidad de
erótico" tiene mucho que ver con (depende de) la calidad de lo erotizado.
Y esto, casi siempre, lo determina el receptor, el destinatario de la obra.
Por último, a uno de los pocos repentistas cubanos que le he escuchado
versos, redondillas y hasta décimas enteras de fina carga erótica improvisada,
es al maestro Efrain Riverón Argüelles. Otro es el poeta y promotor matancero
Reinaldo Gil González, Papito.
Tal vez ellos y otros quieran compartir sus experiencias en este post.
OJO: Estoy hablando de décimas y redondillas improvisadas, no escritas ni
para libros ni para radios, discos, televisión).
Versión original en Oralitura
Habana
En ese sitio, vea controversia realizada en la Jornada Cucalambeana del
año 2005 entre Alexis
Díaz-Pimienta y Emiliano
Sardiñas:
De los numerosos lauros merecidos por Alexis
Díaz-Pimienta (La Habana, 1966) en la variante de la décima escrita, el
Premio Iberoamericano Cucalambé 2003, por Confesiones
de una mano zurda, es solamente un botón de muestra. De ese libro hemos
publicado, entre otros, los poemas Declaración
pública, Mensaje
urgente para mi hijo Axel, después de releer El Principito, Un
pagaré para las azoteas y Cine
perdido. También en nuestros archivos, pueden verse sus Décimas
contra la guerra, sus estrofas
improvisadas en el programa televisivo Con dos que se quieran y el encuentro de Alexis y
Philip Pasmanick con el Grupo Ala Décima. Más recientemente su poema
costumbrista Habana
WiFi, de fino humor popular, y su texto Baracoa,
mon amour, en solidaridad con el pueblo de esa ciudad oriental de Cuba,
azotada por el huracán Matthew. Y entre el 2018 y el 2020:
Una información más abarcadora de su quehacer puede encontrarse en el sitio web de Alexis Díaz-Pimienta, en
su blog Cuarto de Mala Música
y en el blog de su Proyecto
Oralitura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario