viernes, 30 de noviembre de 2018

La décima es un árbol de noviembre


Con Bertha María Gómez

Nos reporta la poetisa e investigadora Mariana Pérez Pérez, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol y representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara

 La poetisa Bertha María Gómez, presidenta de la Filial de Ala Décima en San Miguel del Padrón, aprovechó la invitación de La décima es un árbol para entregar a Mariana Pérez su primer premio en la más reciente edición del concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí, que convoca cada año la referida Filial. Fotos enviadas por Mariana.

LA VOCACIÓN DEL PÉTALO


Pido prestada una imagen a Pedro Péglez González, conocido poeta y líder del Grupo Nacional Ala Décima, para encabezar la presentación de mi invitada, que ha venido desde la Filial del grupo en San Miguel del Padrón. Bertha María Gómez Sedano, como hija de ese municipio habanero, es heredera por excelencia de Jesús Orta Ruiz “El Indio Naborí”, quien —nacido ahí— formó parte de una generación que colocó a la décima cubana en su más alto nivel.

A Bertha María la he encontrado en diversos lugares, entre ellos el evento Décima al Filo de Guáimaro, donde ella “sustituyó” a un músico de la Banda Municipal y “tocó” los platillos en el desfile. Por eso, este encuentro no será protocolar, sino amigable.

Bertha me hizo llegar varias décimas, y Péglez mandó el libro Quebraduras, de esta autora, que obtuvo Primera Mención en el concurso La Enorme Hoguera 2003. Precisamente, en un breve prólogo a ese libro, escribió el mencionado poeta: “En Quebraduras, Bertha María Gómez Sedano, con oficio poético airoso por igual en estructuras abiertas y cerradas, nos deja, en la memoria de la herida, la vocación del pétalo que la restaña. A pesar —avisa— de que la lluvia empañe el horizonte: queda un rayo de luz en el sendero”.

No debo ser demasiado explícita acerca de la poesía de esta invitada, porque en su lectura va a darnos todas las claves, pero sí hay que decir algo de su vida para comenzar a conocerla:

Nació en La Habana el 16 de octubre de 1954. Licenciada en Derecho. Profesora e investigadora. Trabajó varios años como Profesora Instructora  de Literatura en la Casa de Cultura Olga Alonso González, así como de Profesora de Literatura General, Comunicación Pedagógica y Comunicación Profesional en la Sede de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona en el municipio San Miguel del Padrón, en el cual también se desempeñó como Profesora de Literatura Cubana y Literatura Latinoamericana en la Sede de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de la Habana, y como Coordinadora de la carrera de Estudios Socioculturales. Actualmente es la Coordinadora de la filial del Grupo de poetas Ala Décima en el ya mencionado municipio y conduce desde hace doce años la Peña Jesús Orta Ruiz. Ha realizado más de diez investigaciones, tanto de carácter pedagógico como literario. Merecedora, entre otros, de los reconocimientos siguientes: Primer Premio en poesía del Concurso 6 de Junio, 1978; Premio en décima escrita del Concurso Angelito Valiente 2002; Mención Especial del Concurso Internacional NOSSIDE CARIBE 2003; Primera Mención del Concurso La Enorme Hoguera 2003.Tiene publicado el poemario Quebraduras (2009) y ha sido incluida en diversas antologías dentro y fuera de Cuba.

En las décimas de la muestra revisada se aprecia, en primer lugar, el interés por la glosa y la intertextualidad, que la acercan a la poesía española —desde la más antigua: Ven muerte tan escondida / que no te sienta conmigo (Comendador Escrivá) hasta el siglo xx (Antonio Machado, Miguel Hernández)—, y también a la cubana (María de las Nieves Morales, Marilyn Bobes); asimismo están presentes el homenaje a Naborí y otras elegías por el fallecimiento de amigos. En sus textos hay sencillez, pero nunca un lenguaje plano, desnudo de tropos. Sus décimas tienen sonoridad e imágenes, que no por tradicionales, son menos hermosas; basta como ejemplo: Cinco minutos de octubre y los versos Octubre es un caminante / que va robando mis flores, o, pero octubre es un panal / donde se rompe mi inercia.

Del libro Quebraduras solo me referiré a las tres décimas que contiene, aunque los poemas en verso libre, que son la mayoría, soneto y prosa poética, también merecerían atención. La primera sección, de poesía amatoria, se nombra “Tu mujer”, y se introduce con “Nacimiento”, espinela que inicia y termina —respectivamente— con los versos de Acacia Uceta: He nacido al amor como se nace / al alba tras la noche cada día; el resto de los poemas son en verso libre. La siguiente sección es “Quebraduras” y sus décimas son: “Muerte”, cuyos últimos cuatro versos tienen rima cruzada, dos de los cuales son los ya citados del Comendador Escrivá; la otra es “Viernes santo”, con exergo de Miguel Hernández (Y siento más tu muerte que mi vida) y dedicado a “Ernest Soca por la muerte de Ernestico”. La siguiente sección, “Sombras eluctables”, no contiene décimas, y tampoco la última, “El tiempo”. De este modo, los seguidores de la estrofa de diez versos nos quedamos con deseos de leer décimas, no obstante la existencia de un elegante y limpio desempeño en las otras modalidades poéticas, hecho que reconoce Roberto Manzano cuando expresa (en la nota de contracubierta): “Las estructuras son meros soportes, sin protagonismo formal: son los vehículos para las emociones, ya convertidas en nervios vivos del recuerdo. Sin rebuscamientos ni alardes entonacionales, su verso fluye hacia la naturalidad del misterio”.

Disfrutemos entonces del verso y la palabra de Bertha María Gómez Sedano con la vocación del pétalo y un rayo de luz en el sendero para entrar sin temor a su misterio.


Santa Clara, 13 de noviembre de 2018


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