domingo, 15 de julio de 2018

Sexto Festival de Toda luz, resumen


Lució, a pesar de contratiempos

Dedicado al Punto cubano y a sus exponentes espirituanos Marcelo Lamas y Arletys Medina. El máximo lauro del VII Concurso Toda luz y toda mía lo mereció el escritor tunero Miguel Mariano Piñero

 La población colmó el bulevar de la villa del Yayabo para disfrutar de la gala inaugural del VI Festival Toda luz y toda mía.

Fotos enviadas por Merari Mangly

La sexta edición de los festivales Toda luz y toda mía, evento anual de la agrupación decimística homónima, de Sancti Spíritus, la cual preside la escritora Merari Mangly Carrillo, brilló nuevamente a pesar de que en esta ocasión hubo una triste circunstancia que no permitió cumplir todo lo previsto. La dolorosa pérdida física de una trabajadora de la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) espirituana, lógicamente, motivó a los organizadores del festival a suspender las actividades nocturnas del cuarto y último día de la agenda, en virtud de su carácter festivo, así como la serenata a una figura de la cultura del territorio, con la cual ya es costumbre concluir el evento.

A tono con el peso que en la provincia espirituana tiene la vertiente oral de la décima —repentismo y todos sus enlaces con la cultura musical y danzaria de origen campesino— vertebra todo su trabajo el Grupo Toda luz y toda mía, iniciativa de los creadores de la vertiente escrita (su nombre es el de la primera antología decimística publicada en el territorio, en 1996), quienes cristalizaron ese empeño en noviembre del 2011. Eso desde luego se expresa en sus festivales anuales. El de este año fue dedicado al Punto cubano, Patrimonio Cultural de la Humanidad desde el pasado año, y a sus exponentes espirituanos Marcelo Lamas —maestro de cuerdas con larga trayectoria— y Arletys Medina —muy destacada tonadista, no obstante su juventud—, y se inició con un espectáculo nocturno de lujo.

 La presidenta del Grupo Toda luz y toda mía, Merari Mangly, dejó inaugurado el Festival y condujo la gala de apertura.

El bulevar de la ciudad de Sancti Spíritus acogió esa noche a un público numeroso y casi delirante de júbilo. La gala inaugural, bien pensada y conducida por Merari Mangly, partió del concepto de los tríos y el punto como hermanos en la tradición espirituana, lo que se expresó en dos momentos. En el primero deleitaron a todos el trío D´Gómez y el trío Miraflores. El segundo momento lo capitalizó la Parranda 17 de Mayo, al son de la cual cantaron los repentistas locales Raúl Herrera, Abel Amador y Maikeidlys Díaz Coca, y los visitantes Luis Paz Esquivel, Papillo, también director del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, y el igualmente reconocido tonadista Tony Iznaga, el Jilguerito.

 Un bloque dedicado a los tríos abrió el programa de la gala.

  Los homenajeados en el Festival, el maestro de cuerdas Marcelo Lamas y la tonadista Arletys Medina.

  Entre los repentistas invitados, brindó su arte Luis Paz Esquivel, Papillo.

Raúl Herrera, una de las figuras de la décima oral improvisada en Sancti Spíritus.

Los homenajeados de este VI Festival recibieron allí los reconocimientos de Toda luz y toda mía y de instituciones del territorio, para emoción de ambos. Arletys cantó, en solitario y con El Jilguerito, y Marcelo pudo ver, con satisfacción, interpretaciones muy acertadas de sus alumnas. Fue una noche para no olvidar, con un programa que algunos consideraron un poco extenso, pero el caso es que la gente no se movía de sus asientos. (Los que lo consiguieron, pues muchísimas personas tuvieron que disfrutarlo de pie).

Arletys Medina pidió cantar con el invitado Tony Iznaga, el Jilguerito, tonadista reconocido en todo el país.

Una de las niñas alumnas del maestro Marcelo Lamas ejecutó admirablemente el laúd, incluso manipulando el instrumento en su espalda.

Otras dos alegremente largas canturías, en días sucesivos, llevó Toda luz y toda mía con sus invitados a los municipios de Cabaiguán y Trinidad, en el primer caso acogidos por la peña campesina Jesús Pérez Sosa, sus improvisadores y la agrupación musical Síncopa Son, y en el segundo arropados por las escritoras Freda González y Anisley Miraz, en coordinación con la empresa Aldaba y la participación del grupo musical Manacanabo y los niños del taller de repentismo La Edad de Oro.

El Festival llevó sus artistas y escritores, invitados y locales, a la población de Cabaiguán, que acudió nutridamente. El Jilguerito fue una de las figuras más aplaudidas.

En Trinidad, los artistas y escritores participantes en el Festival, actuaron para la población junto con artistas locales y niños del taller de repentismo.

La modalidad de la contralectura, controversia entre escritores y repentistas, fue parte del programa en Trinidad.

Entre los escritores que brindaron sus textos en Trinidad estuvo el mayabequense Juan Carlos García Guridi.


LOS ESCRITORES

Los creadores de la vertiente escrita, tanto del patio como visitantes, disfrutaron del programa en general y tuvieron además sus espacios específicos en diversos lugares, con lecturas de poemas, presentaciones de libros y el panel teórico Historias contadas. Entre los espirituanos estuvieron los infaltables Ramón Díaz Medina, Reinol Cruz, María del Rosario Basso, Rosa María García, Sonia Hernández, Pável Esquerra (también trovador) y Noelio Ramos. Entre los huéspedes vale mencionar al poeta e investigador Juan Carlos García Guridi, de Mayabeque, y de Las Tunas, a la poetisa y actriz Ana Rosa Díaz Naranjo, que se “robó el show” más de una vez con su divertidísimo títere Fito.

Durante todo el Festival, muchas veces Ana Rosa Díaz Naranjo “se robó el show” con su divertido títere Fito.

El espacio teórico Historias contadas, en la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), consistió en dos charlas: Una, la de la investigadora espirituana Sayli Alba Álvarez, que versó sobre el maestro Marcelo Lamas, bajo el título El virtuoso de las cuerdas. La otra fue la del ya mencionado Guridi, que trató de un singular caso de la pasada centuria: Irma, la estigmatizada. El panel fue presentado por el poeta, narrador e investigador espirituano Antonio Rodríguez Salvador.

El inicio de este espacio, previsto para las 3 de la tarde del domingo Día de los Padres, se vio afectado por un lamentable incidente. Desde la mañana, la festiva fecha había marcado el ambiente en el patio central de la Uneac, y por añadidura e incomprensiblemente, alguien anunció al mediodía que lo que ofrecería el festival de Toda luz y toda mía en la tarde sería un guateque similar al de la inauguración la noche anterior, donde supuestamente cantarían de nuevo Papillo y El Jilguerito. De manera que el público esperaba en una actitud festiva que en nada favorecía la realización de un encuentro de reflexión y análisis.

Los organizadores del festival, al tomar conocimiento de lo anterior, cercana ya la hora señalada para el coloquio, aclararon por los micrófonos a los asistentes el contenido real de lo que acontecería de inmediato y una buena parte de los que aguardaban se retiró, al ser debidamente informados. No obstante quedó una persona mayor que al parecer persistía en su ánimo festivo, se encontraba en estado de embriaguez y entorpeció ofensivamente la labor del presentador Antonio Rodríguez Salvador cuando trató de iniciar el espacio teórico. Los pocos trabajadores de la sede de la Uneac que se encontraban en el local, con buena disposición y no sin mucho esfuerzo, lograron controlar la situación y retirar con la debida delicadeza a la persona embriagada. Pero se echó de menos la presencia de un directivo de la institución, que hubiera podido con su autoridad, preventivamente, actuar en evitación de este tipo de percance.

En una de las sesiones de literatura escrita, Miguel Mariano presentó el libro de comentarios de Péglez titulado Con diez que se quieran bien, publicado por la Editorial José Martí.


LA PREMIACIÓN DEL CONCURSO

La sede de la Uneac, específicamente en la tertulia nocturna que conduce el reconocido poeta Esbértido Rosendi Cancio, acogió también un momento trascendente de estos festivales: la ceremonia de premiación del Concurso de décima escrita Toda luz y toda mía, cuyo lauro principal en esta séptima edición correspondió al autor Miguel Mariano Piñero, de Las Tunas, por su obra Infancia, bautismo y partida, la cual, según el acta del jurado, es “un conjunto de cuidada factura escritural y notable aliento poético, cargado de expresiva fuerza de conmoción en el abordaje de temas provenientes de las cicatrices de la raíz familiar, de las experiencias más íntimas del ser humano en su encontronazo necesariamente doloroso con la guerra, y de las pérdidas humanas en general”.

Miguel Mariano Piñero recibe el Premio Toda luz y toda mía de manos de Merari Mangly, presidenta de la agrupación.

En Trinidad, al día siguiente de la premiación, Chichito y Péglez (al centro y a la derecha), como integrantes del jurado, quisieron brindar con un café con Miguel Mariano por su premio.

El jurado, integrado por los poetas Luisa Oneida Landín Ramos, Antonio Rodríguez Salvador (Chichito) y Pedro Péglez González, entregó además el Premio de la Uneac y el Premio del grupo de mujeres Décima al filo al cuaderno Rapsodia bajo las aguas, de Caridad González Sánchez, de Villa Clara, y el Premio de la Universidad José Martí (tema martiano) al texto Pesadillas de mi ensueño, de Orlando Víctor Pérez Cabrera, de Cumanayagua, Cienfuegos.

Con este lauro del autor tunero, se ratifica el hecho de que resulta frecuente que ganadores del Premio Iberoamericano Cucalambé, el más importante de la décima escrita, se sientan motivados a enviar también trabajos al Concurso de décima escrita Toda luz y toda mía, lo cual habla del prestigio de que ha gozado el certamen desde el principio, en virtud del aval de trabajo de la agrupación homónima.


EL GALARDONADO Y SU OBRA

Miguel Mariano Piñero Martínez (Guáimaro,1958) reside en la comunidad de San José, municipio de Colombia, Las Tunas, donde fundó en marzo del 2013 el Grupo Nacional de Escritores Rurales, agrupación que preside desde entonces. En mayo de ese año ingresó a la Filial provincial del Grupo Ala Décima en Las Tunas. Mereció el Premio Iberoamericano Cucalambé 2014 por su libro (In)mutaciones del solitario (Editorial Sanlope, 2015). Tiene publicado además el poemario Divagaciones entre las nubes y el lodo (Editorial Sanlope, 2009) y aparece en diversas antologías. Ha obtenido premios en concursos nacionales y provinciales, entre ellos el tercer lugar en el X concurso nacional Ala Décima (2010) con su cuaderno Cartas desde el infierno. En el 2011, su obra Discursos del solitario mereció el más alto lauro en el Concurso nacional de glosas Canto alrededor del punto. Acercamientos a su obra poética pueden verse en la antología on line Arte poética. Rostros y versos y en el blog Odiseo en el Erebo (acceso con los anteriores links), ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. En febrero del 2013 alcanzó el Premio Ala Décima con su cuaderno Epístolas del escriba. A fines de ese mismo año, mereció en el II concurso nacional Toda luz y toda mía el Premio UNEAC, segundo lugar del certamen. De su libro (In)mutaciones del solitario, hemos publicado el poema Fe de erratas en los discursos del solitario. Su poema Moribundos, con este link, puede verse en la entrada titulada Miguel Mariano visto por Carlos Esquivel. Con el siguiente enlace, una de sus participaciones en el Café Converso, tertulia de la Casa Iberoamericana de la Décima de Las Tunas.


INFANCIA, BAUTISMO Y PARTIDA

Dios existe, pero no hay prisa
alguna en hacerlo saber

                          León Tolstoi


Infancia

Busco volver la mirada
a mi difuso universo
de niño gris. Del reverso,
difícil ver la portada.
Veo una sonrisa helada
en el rostro de mi abuelo,
un ave… su trunco vuelo,
una mariposa muerta,
madre que cierra la puerta,
un pez convulso… el anzuelo.

Veo de lejos la ausencia
en mis pies, el amuleto
perdido y algún secreto
asociado a la violencia.
Veo una cruz, la demencia
disfrazada de tribuno,
un maestro inoportuno
y su sentencia: semillas
de maíz en las rodillas
que anuncian horas de ayuno.
Guardo la cruz que me adjunta
a mi hermano. Guardo el mar
que lo condujo a saltar
al vacío, su presunta
partida y una pregunta
no hecha. Guardo su voz:
preludio del largo adiós.
Guardo mi flébil intento
de alcanzarle y un lamento
desdibujado en la tos.

Veo el almanaque, días
acres que no compartió
un rey mago, mi otro yo,
sus esperanzas vacías.
Veo una niña, sus frías
manos desde la distancia.
Veo posarse una rancia
humedad sobre el recodo
de otro tiempo donde el lodo
se impuso sobre la infancia.


Bautismo

Para Carlos Esquivel

Mi esencia carga en su pecho
un corazón que agoniza,
y en sus botas, la ceniza
de cada fruto deshecho
sobre el polvo ¿Qué derecho
se dispensa la paloma
para volar sobre Roma?
¿Qué inocentes desvaríos
me hacen obviar a los míos
cuando la gloria me toma
por sorpresa? ¿Cuánto carga
mi mochila de soldado
de todo el miedo hacinado
en mi interior? Cuán amarga
me resulta la descarga
que huele a juicio final.
Los hilos del bien y el mal
juegan idénticos roles.
En el mapa hay girasoles
talados frente al umbral
de mi madre. Todo queda
en mi mente. La emboscada
deshilando en la mirada
los claros de una arboleda.
Pido a Dios que nos conceda
el perdón. Un eco raro
germina del desamparo
y la metralla. Alguien muere.
Nos miramos. Nadie quiere
saber si es suyo el disparo
mortífero. El uniforme
de raído camuflaje
nunca ve cuando el paisaje
le da su espalda inconforme.
Alguien escribe un informe
donde dice: herido leve,
0009,
0002,
muerto en combate. Es atroz
ser solo un número. Llueve
en el rostro del herido,
llueve también desde el cielo
¿Sabrá Dios que sobre el suelo
hay sangre rota y olvido?
En el pecho del caído
una bandera se inmola.
Lejos… la Isla acrisola
al Héroe. Una madre siente
la sombra del hijo ausente
que grita sobre una ola.


Partida

Papá
Sé que donde estés hallaste tu Mona Lisa aguardando en la sonrisa de mamá
Sé que esta vez reíste por un después y lloraste por el antes
La risa por dos amantes desabrochando acertijos y lágrimas por los hijos
ausentes a los instantes de tu alegría
Papá no te impacientes
Mis pasos siguen en orden los trazos que dejaste
Por acá nos complace que mamá ahora esté junto a su Homero
Sigo al tanto del sendero (lírico) donde esculpiste tus palabras y le diste
un abrazo al pordiosero que te mostraba en la mano abierta su sueño roto
Sabes si hay en tu remoto Edén ofidio y manzano
Seguro que no    lo vano te respeta
Ser Alción    tal vez mi única opción para iniciar la partida sin la gloria
del suicida
Sabes que toda misión llega al fin
No queda luz en mi orilla
Solo duermo la sombra de un dios enfermo
y mi sombra a contraluz es otra sombra en la cruz del Mesías
Di a mamá que pronto iré para allá
Viajaré en un desengaño del tiempo donde te extraño hasta tu tiempo
Papá


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