jueves, 4 de enero de 2018

Toda luz y toda mía en diciembre


A la luz del Punto Cubano

El espirituano Grupo Toda luz y toda mía dedicó su encuentro del pasado mes a esa imprescindible expresión musical del complejo de la décima. Nos reporta la poetisa Merari Mangly Carrillo, presidenta de esa agrupación y representante del Grupo Ala Décima en Sancti Spíritus


Texto y fotos: Merari Mangly Carrillo

Para despedir el año, Toda luz y toda mía, diferente cada vez, resultó el escenario para la entrega oficial del Premio Memoria Viva 2017 en la categoría Preservación de Tradiciones, a la Parranda Típica de Arroyo Blanco Los Sánchez. Rendimos tributo, una vez más, al Punto Cubano.

A manera de interludio, Toda luz y toda mía volvió a colocarse sobre el puente entre la cultura y la historia al presentar en su espacio el reciente número de Vitrales, suplemento cultural del periódico Escambray.


La variedad temática de esta edición incluye dos artículos que resultaron oportunos al momento del espacio de este proyecto, al referir temas cercanos al poblado de Arroyo Blanco. El primero, bajo el título “La guerra del 95 terminó en Arroyo Blanco”, recoge fragmentos del libro Arroyo Blanco 1898. El otro final de la Guerra, según Escambray, de la acuciosa investigadora Lourdes M. Méndez Vargas, lectura recomendada dentro del catálogo de Ediciones Luminaria para el 2018. Año este, el de rememorar el 120 aniversario de la terminación de las primeras guerras por la Independencia cubana. El segundo, bajo el título “La memoria en el olvido”, de la escritora Merari Mangly Carrillo, recoge preocupaciones suyas alrededor de la insuficiente atención institucional con relación a proteger el patrimonio histórico y cultural de la nación cubana. Varios ejemplares del Vitrales, llegados a manera de cortesía del periódico espirituano Escambray, fueron donados a contertulios, escuelas rurales e instituciones representadas en el encuentro.

Tras el carácter itinerante de Toda luz…, el Patio de la Poesía de la Uneac se engalanó al prestigio de hacer llegar el premio a los parranderos y entrelazar luego el punto de parranda campesina (variante del punto cubano) con el verso oral improvisado. Así, una trenza de los patrimonios intangibles cubano y de la humanidad, fue el resultado de este encuentro.


Los repentistas del patio Reidel Viamonte y Maikeidly Díaz Coca, junto a los invitados Yeny González, Oreste Pérez y Luis Paz Esquivel, Papillo; luego de escuchar las interpretaciones del punto considerado el más antiguo de Cuba (según María Teresa Linares en su libro El punto Cubano) improvisaron sus décimas como tributo a este punto y, en lo particular, a Rubén Sánchez Calderón, sobrino nieto del prócer espirituano y violinista de esta agrupación tradicional campesina. Los 95 años de Rubén no impidieron su presencia física en el encuentro e hizo acto de donación de una guayabera suya a la institución Casa de la Guayabera espirituana.


Durante las improvisaciones a él, el agasajado violinista parrandero mostró su respeto a los repentistas al ponerse de pie con gran esfuerzo físico.

Cuba Ala Décima ofrece fragmentos de las transcripciones realizadas a estas improvisaciones, de manera que podamos compartir la impronta que pudo ser efímera. Ellas, por sí solas, sintetizan el tributo:

DÍAZ COCA:

De esta parranda, el violín
nos dio a beber en sus fuentes,
aguas de los descendientes
del General Serafín.
Endulza cada festín
la miel de sus expresiones
para que generaciones
puedan su punto escuchar
y entre versos ofrendar
parranderas tradiciones.

VIAMONTE:

Esta tradición antigua
que disfrutamos ahora
es una ofrenda sonora
que se forjó en la manigua.
Cada músico atestigua
su verdadera costumbre.
Y para que siempre alumbre
el canto de un parrandero,
La Parranda es un lucero
tradicional en la cumbre.

YENY GONZÁLEZ:

Rubén Sánchez, sé que eres
creador de esta parranda
que por largos trillos anda
dibujando amaneceres.
Hoy, sin perder tus poderes,
donaste un sueño sin fin
en honor a Serafín,
a esta tierra parrandera.
¡Junto a ti, tu guayabera
aprendió a tocar violín!

ORESTE PÉREZ:

Este  punto, paladín
de esta noble tradición,
mantiene una relación
familiar con Serafín.
Avanza en el mundo sin
que haya un sentido inclemente,
y para ser consecuente
al tamaño del respeto,
saludo al sobrino nieto
del patriota, aquí presente.

PAPILLO:

Ahí está Rubén sentado,
¡cuántas noches parranderas
colgando de las ojeras
del tiempo, un don heredado!
Yo sería un agraciado
del arte y del virtuosismo
con que inserta el repentismo
su gracia en la geografía,
si una guayabera mía
lograra vivir lo mismo.


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