domingo, 14 de enero de 2018

Diego Ulloa nos espera cada viernes


En el complejo En guayabera


Anda por esos días celebrando su segundo cumpleaños la peña semanal del trovador, compositor y poeta Diego Ulloa, que ya se ha hecho muy concurrida cada viernes a las 3 de la tarde en Alamar, La Habana del Este, para más señas en el complejo cultural conocido como En guayabera, aunque no haya que asistir a él con ese típico atuendo cubanísimo.

Cubanísimo, eso sí, es el espacio de este joven y talentoso creador de la música y el verso, en virtud de la clara expresión de nuestras raíces musicales que puede apreciarse en su quehacer guitarra en mano. Nacido en La Habana en 1985, Diego Ulloa ha bebido de la tradición trovadoresca de su país y su ciudad, y ha sabido condimentar sus composiciones e interpretaciones con los aires más contemporáneos cubanos, al tiempo que les incorpora un sello muy personal.

Entre las primeras presentaciones de este novel artista, antes de fundar su propio espacio, están sus bien acogidas actuaciones en la peña semanal que sirve de sede al Grupo Ala Décima, en la biblioteca Tina Modotti, de la cual sigue siendo habitual asistente.

Útil es señalar que, como en el caso de la mayoría de los creadores que se desenvuelven por igual en la trova y en la poesía escrita, hay diferencias de enfoque estético entre lo que Diego hace con fines de escritura poética y lo que escribe para las letras de sus números musicales. Lo que leerán a continuación es una breve muestra del segundo aspecto de su creación, un tema a medio camino entre los aires de la Nueva Trova y la guaracha tradicional.


CRÓNICAS CANINAS

La perra mordió mi mano,
yo que le di de comer
y aunque a ambos nos dio placer
hoy comprendo que fue en vano.
Debí saber de antemano
lo oscuro detrás del sol:
su boca no habla español
ni sus ojos de fogata
bien nutrida; mi cantata
de la noche, en Si bemol.

Quizás también yo fui perro
en otra reencarnación:
tal vez fui tan mordelón
que merezco algún destierro.
Comprendo que muere a yerro
quien mata sin entender
que vale nada el placer
de entregarse …a lo loco
y perderse poco a poco
en historias de alquiler.

La perra, dientes afuera,
mostró su lado brutal
–lógico en un animal
sin domador ni frontera.
No fue esta vez la primera
–soy aprendiz del camino:
le di de leche un pepino,
mortadella, pollo asado
y escabeche de pescado,
le di yuca (ah…!) le hice vino!

La fasciné con mi yuca,
con mojo del oriental.
¡Qué alegre estaba al final!
La acaricié por la nuca.
Como un disparo bazuca
sus dientes trozan mi piel
y yo, que me hice de miel,
me han comido las hormigas.
Por llenarle la barriga,
he quedado hecho un tropel.

Mi mano, bien malherida,
ya me dejó de sangrar.
¡No vuelvo yo a alimentar
a otra perra en esta vida!
Aquel fue un acto suicida
–el sabio aprende del llanto:
Guarda tus pies del quebranto
y tu mano has de esconderla,
a los cerdos no eches perlas
ni a los perros des lo santo.



NO ERES MI TIPO

No sé ya cuántas historias
me he inventao' yo pa' evadir
esta vida de faquir
que me das y tus euforias
nocturnas. ¡En cuántas norias
he caído! Porque, como
es de suponer, de plomo
está fundida tu cara.
¡Quién viniera y me salvara
de que me partas el lomo!

¡Soledad, no eres mi tipo!
Eres rara, presuntuosa,
intolerable ¡das hipo!
¡No creas que eres mi diosa!

Tú me celas de to' el mundo,
me has invadido hasta el arte.
Haces que sienta que Marte
es de donde soy oriundo.
Me acaparas, ya no abundo
en Consuelo o Esperanza.
Ve dejando la confianza
que con esa cara fea
tú no eres mi Dulcinea
ni yo soy tu Sancho Panza.

¡Soledad, no eres mi tipo!
Quien procuro no eres tú.
Soledad en un iglú
¡A tu lado me constipo!

Me ve una chica quizá,
pero al notarme a tu lado
traigo cara de pescado
en tarima y se me va!
No me haces daño… qué va.
¡Me haces peor… me haces añicos!
¡Vaya, ni con abanicos
me refresco! Tú me quemas.
Es que incluso los problemas
sin ti se sienten más ricos.

¡Soledad, no eres mi tipo! (ambos coros anteriores)



A TUS 60

Para mi padre

Sesenta dioses inindulgentes
torturan hoy tus carnes con saña,
mas no me preocupa tal hazaña
del Olimpo de la vida. Mentes
débiles asumen los ardientes
y a la vez sutiles mortajillos,
con resignación de quien, sin brillos,
nace ilota. Pero es que en tu caso
vas perdiendo tu luz paso a paso
con sorbos de diantres amarillos.

Me perturba el instinto suicida
con que respondes a mi constante
llamado de alarma –más amante
reprensión no tengo a tu medida!
Si es tan prematura la partida,
será póstumo el adiós. No hay ratos
extra –no lo saben los novatos.
Y a ti te sobra conocimiento
que no has carecido ni un momento
de padecer tus automaltratos.

¡Ojalá no veas esta trova
como papel para el escusado!
"Sí, sí, lo sé… ya estoy avisado"
me dices, tosiendo el Bossa Nova
de la Parca; rasgando la coba
de tu existencia. ¡Caramba viejo!
¡Que no te pudran el entrecejo
con incapacidades! No tienes
por qué salir a buscar en trenes
la muerte. ¡No te hagas el pendejo!

¡Elige vivir, viejo, elige vivir!
¡Elige vivir, que yo te quiero!
Elige vivir, viejo, elige vivir
¡Que yo te quiero!


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