En el complejo En guayabera
Anda por esos
días celebrando su segundo cumpleaños la peña semanal del trovador, compositor y
poeta Diego
Ulloa, que ya se ha hecho muy concurrida cada viernes a las 3 de la tarde
en Alamar, La Habana del Este, para más señas en el complejo cultural conocido
como En guayabera, aunque no haya que asistir a él con ese típico atuendo
cubanísimo.
Cubanísimo,
eso sí, es el espacio de este joven y talentoso creador de la música y el
verso, en virtud de la clara expresión de nuestras raíces musicales que puede
apreciarse en su quehacer guitarra en mano. Nacido en La Habana en 1985, Diego
Ulloa ha bebido de la tradición trovadoresca de su país y su ciudad, y ha
sabido condimentar sus composiciones e interpretaciones con los aires más
contemporáneos cubanos, al tiempo que les incorpora un sello muy personal.
Entre las
primeras presentaciones de este novel artista, antes de fundar su propio
espacio, están sus bien acogidas actuaciones en la peña
semanal que sirve de sede al Grupo
Ala Décima, en la biblioteca
Tina Modotti, de la cual sigue siendo habitual asistente.
Útil es
señalar que, como en el caso de la mayoría de los creadores que se desenvuelven
por igual en la trova y en la poesía escrita, hay diferencias de enfoque
estético entre lo que Diego hace con fines de escritura poética y lo que
escribe para las letras de sus números musicales. Lo que leerán a continuación
es una breve muestra del segundo aspecto de su creación, un tema a medio camino
entre los aires de la Nueva Trova y la guaracha tradicional.
La perra
mordió mi mano,
yo que le di
de comer
y aunque a ambos
nos dio placer
hoy comprendo
que fue en vano.
Debí saber de
antemano
lo oscuro
detrás del sol:
su boca no
habla español
ni sus ojos
de fogata
bien nutrida;
mi cantata
de la noche,
en Si bemol.
Quizás
también yo fui perro
en otra
reencarnación:
tal vez fui
tan mordelón
que merezco
algún destierro.
Comprendo que
muere a yerro
quien mata
sin entender
que vale nada
el placer
de entregarse
…a lo loco
y perderse poco
a poco
en historias
de alquiler.
La perra,
dientes afuera,
mostró su
lado brutal
–lógico en un
animal
sin domador ni
frontera.
No fue esta
vez la primera
–soy aprendiz
del camino:
le di de
leche un pepino,
mortadella,
pollo asado
y escabeche
de pescado,
le di yuca
(ah…!) le hice vino!
La fasciné
con mi yuca,
con mojo del
oriental.
¡Qué alegre
estaba al final!
La acaricié
por la nuca.
Como un
disparo bazuca
sus dientes
trozan mi piel
y yo, que me
hice de miel,
me han comido
las hormigas.
Por llenarle la
barriga,
he quedado
hecho un tropel.
Mi mano, bien
malherida,
ya me dejó de
sangrar.
¡No vuelvo yo
a alimentar
a otra perra
en esta vida!
Aquel fue un
acto suicida
–el sabio
aprende del llanto:
Guarda tus
pies del quebranto
y tu mano has
de esconderla,
a los cerdos
no eches perlas
ni a los
perros des lo santo.
NO ERES MI
TIPO
No sé ya
cuántas historias
me he
inventao' yo pa' evadir
esta vida de
faquir
que me das y
tus euforias
nocturnas.
¡En cuántas norias
he caído!
Porque, como
es de
suponer, de plomo
está fundida
tu cara.
¡Quién
viniera y me salvara
de que me
partas el lomo!
¡Soledad, no
eres mi tipo!
Eres rara,
presuntuosa,
intolerable
¡das hipo!
¡No creas que
eres mi diosa!
Tú me celas
de to' el mundo,
me has
invadido hasta el arte.
Haces que sienta
que Marte
es de donde
soy oriundo.
Me acaparas,
ya no abundo
en Consuelo o
Esperanza.
Ve dejando la
confianza
que con esa
cara fea
tú no eres mi
Dulcinea
ni yo soy tu Sancho
Panza.
¡Soledad, no
eres mi tipo!
Quien procuro
no eres tú.
Soledad en un
iglú
¡A tu lado me
constipo!
Me ve una
chica quizá,
pero al
notarme a tu lado
traigo cara
de pescado
en tarima y
se me va!
No me haces
daño… qué va.
¡Me haces
peor… me haces añicos!
¡Vaya, ni con
abanicos
me refresco!
Tú me quemas.
Es que
incluso los problemas
sin ti se
sienten más ricos.
¡Soledad, no
eres mi tipo! (ambos coros anteriores)
A TUS 60
Para mi padre
Sesenta
dioses inindulgentes
torturan hoy
tus carnes con saña,
mas no me
preocupa tal hazaña
del Olimpo de
la vida. Mentes
débiles
asumen los ardientes
y a la vez
sutiles mortajillos,
con
resignación de quien, sin brillos,
nace ilota.
Pero es que en tu caso
vas perdiendo
tu luz paso a paso
con sorbos de
diantres amarillos.
Me perturba
el instinto suicida
con que
respondes a mi constante
llamado de
alarma –más amante
reprensión no
tengo a tu medida!
Si es tan
prematura la partida,
será póstumo
el adiós. No hay ratos
extra –no lo
saben los novatos.
Y a ti te
sobra conocimiento
que no has
carecido ni un momento
de padecer
tus automaltratos.
¡Ojalá no
veas esta trova
como papel
para el escusado!
"Sí, sí,
lo sé… ya estoy avisado"
me dices,
tosiendo el Bossa Nova
de la Parca;
rasgando la coba
de tu
existencia. ¡Caramba viejo!
¡Que no te
pudran el entrecejo
con
incapacidades! No tienes
por qué salir
a buscar en trenes
la muerte.
¡No te hagas el pendejo!
¡Elige vivir,
viejo, elige vivir!
¡Elige vivir,
que yo te quiero!
Elige vivir,
viejo, elige vivir
¡Que yo te
quiero!
EN NUESTROS ARCHIVOS:
—La sede
principal del Grupo Ala Décima, la Peña semanal de cada lunes en la biblioteca
Tina Modotti.
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