Un lustro de encuentros internacionales
Fue dedicado a los poetas
espirituanos Olga
Lidia Pérez (escritora)
y Raúl
Herrera
(repentista), y al 50 aniversario del Museo
de Arte Colonial. El máximo lauro del VI
concurso Toda luz y toda mía lo mereció Luisa
Oneida Landín
De izquierda a derecha, Alejandro
González Bermúdez, en nombre del jurado, entrega el premio a Luisa
Oneida Landín Ramos, quien es felicitada por Merari
Mangly Carrillo, presidenta del Grupo
Toda luz y toda mía.
Texto y fotos: Karel
Leyva, Roly
Ávalos y Pedro
Péglez
Ampliado de
la edición
digital del periódico Trabajadores
Del 6 al 10 de junio la ciudad de Sancti
Spíritus se convirtió en el escenario del V
Festival Internacional Toda luz y toda mía, probablemente el único de su
tipo en Cuba, puesto que en su programa equilibra actividades en torno al
desempeño de los papeles de la décima en la oralidad y la décima en la
escritura. En los encuentros teóricos se analizan, también, ambas formas de
creación.
El Grupo
Toda luz y toda mía es presidido —desde
noviembre del 2011, fecha en que cristalizó el proyecto— por Merari
Mangly Carrillo, escritora, diseñadora y editora. La agrupación realiza
desde entonces una acción artístico-literaria cada mes, y a partir de mayo del
2013 organiza anualmente su festival, que incorpora el guateque campesino y la
serenata nocturna como parte de la tradición espirituana, además de encuentros
con talleres de repentismo infantil y otros espacios que defienden y cultivan
la décima desde otras manifestaciones (literatura, artes plásticas, música), con
el apoyo del Centro Provincial del Libro, la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la
Universidad José Martí Pérez, de Sancti Spíritus, y el Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado.
Museo
de Arte Colonial de Sancti Spíritus.
En esta ocasión el festival se dedicó al 50 aniversario del Museo
de Arte Colonial de Sancti Spíritus, a las
canciones y rondas tradicionales infantiles, a la escritora Olga
Lidia Pérez y al poeta improvisador Raúl Herrera. Hasta el patio de la fuente en ese museo de la
ciudad del Yayabo, se fueron en la noche inaugural los amantes de la estrofa de
diez versos para tributarles honores. Poetas integrantes de la anfitriona Toda luz y toda mía unieron sus
voces a otros del grupo nacional Ala
Décima y de varios territorios —participaron creadores de seis provincias
cubanas, así como la significativa poeta e investigadora argentina Teresita
Mabel Saint Esteben—, tanto en la velada inicial como a lo largo del
programa, y desde la escritura o desde la oralidad rindieron culto a la poesía
decimística.
Alrededor de la fuente del Museo
de Arte Colonial fue la inauguración.
En particular brilló la actuación de los improvisadores Nelson
Lima, Héctor
Peláez, Luis
Paz (Papillo), Raúl Herrera,
Abel
Amador y Maikeidly Díaz Coca, junto a los músicos de la Parranda Típica
espirituana, el coro Flor y sus Maravillas, de la cátedra del adulto mayor provincial,
la agrupación musical Sincopasón y el Dúo D´Gómez, que en este año festeja su
medio siglo. Todo este elenco acompañó al V
Festival Internacional Toda luz y toda mía en sus cuatro días de agenda.
Entre las tantas décimas que se improvisaron a los homenajeados en la cita de
apertura, estuvo esta del repentista camagüeyano Héctor
Peláez:
y hablar de Raúl Herrera
es ponerle otra bandera
al mástil de los deberes.
Es atar con alfileres
la guayabera del viento
y es, con el solo instrumento
del dúo tradicional,
levantar un pedestal
a la gracia y al talento.
EL ESPACIO TEÓRICO
La habitual sesión de intercambio de experiencias y reflexiones, como
siempre conducida por el poeta y ensayista espirituano Antonio
Rodríguez Salvador (Chichito), en la sede provincial de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba, abrió con las palabras de Martha Cuéllar, directora del Museo
de Arte Colonial de Sancti Spíritus, quien hizo
la novelesca pero real historia del árbol genealógico de la familia Valle
Iznaga, propietaria de la mansión donde hoy radica el museo, relevante por su majestuosidad
arquitectónica del siglo XIX.
La significativa poeta e investigadora argentina Teresita
Mabel Saint Esteben nos regaló su amor por José
Martí y su obra Ismaelillo.
Conmovedores momentos fueron la
ponencia de Teresita
Mabel Saint Esteben, que nos regaló una valoración hermosa de José
Martí y su obra Ismaelillo, así
como el aporte de la investigadora Saylí Alba, quien radiografió la vida y la
obra del repentista Raúl Herrera,
por cuya impronta ha merecido el respeto y la admiración de todo el pueblo
espirituano.
De indudable interés fue la propuesta del escritor Karel
Leyva, con un acercamiento a la música infantil como proceso social
formativo de la identidad cubana. La multiplicidad de herencias que llegan a
través de los corros, cantos de cuna, juegos para bebitos, rondas y juegos
musicales, denominados en su conjunto como música infantil, examinó el ponente
en su situación actual, ante el empuje de la industria cultural y las
trasformaciones de la era moderna.
GUATEQUE POR DÍA DEL CAMPESINO
Un verdadero jolgorio para los habitantes de la comunidad campesina de la
cooperativa de créditos y servicios Ventura Guerra fue la tarde y noche de
intercambio con el elenco presente en el V
Festival Internacional Toda luz y toda mía. La cooperativa está enclavada
en Arroyo Blanco, donde la historia de la guerra del 95 tiene relevantes
momentos que deben permanentemente ser revisitados, y donde nació también el
punto parrandero Mambí, el más antiguo de la isla. Una cátedra centenaria como
es la Parranda Típica de Arroyo Blanco (Los Sánchez), devino curso por donde
discurrieron las creaciones improvisadas de una decena de poetas entre ellos Nelson
Lima, Héctor
Peláez, Luis
Paz (Papillo), Raúl Herrera,
Abel
Amador y Maikeidly Díaz Coca.
El guateque en la cooperativa de créditos y servicios Ventura
Guerra, de la localidad de Arroyo Blanco, de hondas tradiciones patrióticas.
Los miembros de la cooperativa Ventura Guerra recibieron a estos
creadores y en diálogo informal nos acercaron a los hechos que se sucedieron en
la etapa final de la gesta organizada por Martí y que en los últimos días del
año 1898 escenificó en estos valles encarnizados combates que definieron la
futura posición de los criollos ante la nueva invasión que se comenzaba a
experimentar y la definitiva independencia de la metrópoli española. El pequeño
aporte de este festival sirvió para celebrar la aplazada fiesta del día del
campesino coincidiendo felizmente con la jornada nacional por el día del
bibliotecario, en honor a Antonio Bachiller y Morales.
La Colección Sur
Editores acercó hasta el lugar su título La
ingrávida estructura, otra de las contribuciones al evento, que abrazó
la poesía oral y escrita en la estructura espineliana para transmitir, analizar
y defender nuestro legado cultural.
TRIBUTO AL GUERRILLERO HEROICO
Momentos especiales fueron los dedicados a honrar las cinco décadas del
asesinato del Comandante
Ernesto Che Guevara, con la presentación del volumen Cien poemas al Che, preparado por la Colección Sur
Editores, así como el audiovisual El Che
declama a Vallejo, y la charla El Che y la literatura, impertida por El
Chino Yeras, en los salones de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Allí
mismo, en otro momento del programa, fue inaugurada por el escritor Hermes
Entenza la muestra Alianzas, de
cuadros decimados, con obras de artes visuales de Carlos Serra y Alain Delgado en
los cuales se inspiraron para escribir sus décimas varios autores de diversas
latitudes.
Presentaciones de libros hubo además en el contexto de una visita
dirigida al Museo
de Arte Colonial de Sancti Spíritus, con
poemarios como Autorretrato con soneto,
de Marco Antonio Calderón, presentado por el poeta y trovador Pável Esquerra; Todo sin límites, de Sonia Hernández
(por Rosa María García); y Desde la gleba
y el libro, del poeta popular Ildefonso Díaz (Tico), por el poeta y
periodista Jesús
Arencibia.
INFORMACIÓN RELACIONADA: Tico y Toda Luz, por Jesús
Arencibia, en La tecla del Duende, del periódico Juventud Rebelde.
LA CLAUSURA EN SERENATA
Otros muchos momentos enriquecieron este V
Festival Internacional Toda luz y toda mía, entre los cuales no faltó el
humor mediante la escenificación del dúo Los cariduros y las conducciones de
Noelio Ramos, también director de la local Editorial
Luminaria.
La clausura consistió en la tradicional serenata, en esta
ocasión al maestro de cuerdas Marcelo Lamas.
El cierre de la extensa y polícroma agenda fue, como ya es habitual en
estos eventos, el rescate de la tradición espirituana de la serenata, que en
esta ocasión tocó en la medianoche final a las puertas del hogar del relevante
músico Marcelo Lamas, maestro de generaciones en los instrumentos de cuerdas.
LA PREMIACIÓN DEL CONCURSO
La sede de la UNEAC acogió también un momento trascendente de estos
festivales: la ceremonia de premiación del concurso
de décima escrita Toda luz y toda mía, cuyo lauro principal en esta sexta
edición correspondió a la autora Luisa
Oneida Landín Ramos, de La Habana, por su conjunto Pan nuestro de lo inasible, el cual, según el acta del jurado, se
afilia “a la vertiente de la poesía de evocación familiar, mediante un corpus
de transcurrir sosegado en el cual el luto filial termina por convertir al
sujeto lírico en una dicotomía SER/CASA, de modo que lo lacerante y el ente
lacerado se transforman en uno solo e indivisible, origen y final al mismo
tiempo, con lo que la obra rebasa la elemental rememoración para avanzar a
planos más gananciosos en el orden existencial”.
El jurado, integrado por los poetas Antonio
Rodríguez Salvador (Chichito), Alejandro
González Bermúdez y Pedro
Péglez González, entregó además primera mención a la obra Asilo de alienados, del reconocido autor
holguinero Ronel
González Sánchez, mención a Miguel Ángel González, de Sancti Spíritus, y
una mención honoraria a la autora nonagenaria Brígida Lorenzo Guillén, también
espirituana. Asimismo otorgó los siguientes premios colaterales:
Premio de tema martiano, por la Universidad José Martí, al cuaderno Cuarteadura, de Mayelín
Barrera, de Las Tunas; Premio del grupo
de mujeres Décima al filo, al texto Pan
nuestro de lo inasible, de Luisa
Oneida Landín; Premio Solidaridad, para autor no residente en Cuba, a la
obra Soliloquios de Robinson Crusoe,
de Arístides
Valdés Guillermo; Premio del Grupo
Ala Décima, para autor joven, a El mar en el
espejo, de Rolando
Ávalos Díaz, de La Habana; y Premio de tema rural, del Grupo
Nacional de Escritores Rurales, a Con la
angustia a sotavento, de Celestina
García Palmero, de Sancti Spíritus.
LA GALARDONADA Y SU OBRA
Luisa
Oneida Landín Ramos (Jibacoa, La Habana, 1951) trabajó durante muchos años
como especialista en la sede central del Ministerio del Azúcar y se jubiló con
la intención expresa de poder dedicar más tiempo a su carrera literaria y de
promotora cultural. Es Licenciada en Estudios Socioculturales, poetisa,
guionista de programas radiales y una incansable activista cultural, miembro
fundadora del Grupo de creación poética de la Fundación Nicolás Guillén
(1997). En mayo del 2002 fundó junto a Julio
Alberto Cumberbatch la tertulia
Lira y verso (La Habana Vieja), y junto a él la condujo hasta 2010, cuando
consideró necesario concentrarse en la tertulia
La letra en rosa (La Habana del Este), que
ella había fundado en mayo del 2008 y desde entonces la programa y conduce.
Es graduada de la primera promoción del Curso-Taller Historia y Práctica de la
Creación Poética (2003-2004), conducido por los poetas Jesús
David Curbelo y Roberto
Manzano, y ha sido incluida en varias antologías, entre ellas la que agrupa
a los egresados de ese curso: Bienaventurado
el árbol que camina, publicada por Ediciones Extramuros.
Tiene publicados los poemarios La Habana tiene más de un jueves, que
apareció también por Extramuros en el
2005; Marcas
de Agua, por la Editorial
El
Mar y la Montaña, de Guantánamo, en el 2006; y Muchacha
que baila sobre mis papeles, por Amarillo Editores, México, en el
2007. Muestra de su obra poética puede verse en la antología on line Arte
poética, del poeta salvadoreño André
Cruchaga.
En el 2002 comenzó a colaborar destacadamente, en funciones específicas,
con el Grupo
Ala Décima, y en el 2003 inició sus participaciones en el concurso nacional
Ala Décima; en ese año obtuvo primera mención compartida, y en las siguientes
ediciones hasta el 2006 obtuvo sucesivos premios colaterales. En el 2007
alcanzó el Premio
Ala Décima con su cuaderno Muchacha
que baila sobre mis papeles II. Con posterioridad, solicitó su ingreso
al Grupo
Ala Décima y en el 2012 fue electa vicepresidenta
de la agrupación.
En el 2011, recibió
la distinción Gitana tropical que confieren las autoridades culturales
cubanas, y en el 2016 su poemario inédito Y
yo tan lejos del cielo mereció
la beca de creación literaria La enorme hoguera que otorga el sistema de
Casas de Cultura.
En el acto de premiación, Luisa
Oneida Landín recibió con emoción el plegable con su obra premiada, Pan nuestro de lo inasible, gracias al
esfuerzo de la local Ediciones
Luminaria, y que le entregó el poeta ganador de la edición anterior del
concurso, el joven tunero Alexander Jiménez del Toro.
PAN NUESTRO DE LO INASIBLE
El hogar
está dentro de uno…
Excilia Saldaña
Cerca de todo aún lejos de mi
hogar aquella casa
fue difícil argamasa nido de amargos
reflejos.
Puse en piedra catalejos sobre los pies a mi altura.
Dócil pequeña censura de
combinar lo imposible.
Pan nuestro de lo inasible
cocina de la ternura.
En dónde cuece el afecto
palabras vida certeza
techo de amor y promesa. Oh mi reino sin defecto.
Qué difícil intelecto da fijeza a la cornisa
saliente bajo la brisa del ventanal de mis años
trazos sobre los peldaños
tempestad que se desliza.
Yo puedo ser el alpiste donde se fragua el futuro
mi fortaleza es el muro que a los vaivenes resiste.
De adioses el tiempo viste la soledad de los días
Marasmos alegorías que en el
temblor de la boca
desde el silencio convoca las sonoras sinfonías.
Hogar dentro inacabado hogar de
extraña moldura
qué parte de mi procura volver del café probado.
Aroma del sitio amado tibio
rincón de familia
donde lo bueno se afilia en el hacer compartido.
En los rostros que se han ido
qué parte de mí se exilia.
Madre vienes tan de prisa con tu respuesta callada
te devuelvo en la mirada la foto de tu sonrisa.
Mi padre en blanca camisa me abraza desde la infancia
aquel hogar su fragancia de
llovizna y limonero
trae un enjambre viajero que regresa en la distancia.
Pan nuestro de lo inasible que estás en todo lo bueno
no faltes en el ameno cabalgar por lo posible.
Deja tu miga visible en los trechos de mi casa
cúbreme con fina masa el sabor de mis paredes.
Desde el desdén aún no cedes
ante la inercia que arrasa.
Saberte cuando camino por difíciles rompientes
si mis pasos diferentes se pierden en el espino.
Mi casa es patria destino de soñada levadura.
Reflejo de la blancura donde guardo mi regazo
mi casa es hogar escaso para tan grande sutura.
Escribo cicatriz puerta silencio sobre su encina
latidos tras la cortina batiéndose en luz incierta.
Ah luz fragmentada alerta contra los días convulsos
la ingratitud los impulsos hacia
el volcán y la calma
luego un canto desde el alma temible de
los insultos.
Cuando se me va el recuerdo la casa queda vacía
cuando vuelve la alegría parece que todo es cuerdo.
De lo que fue nada pierdo
señales vibran aquí
soy todo lo que viví. Hay marcas que son eternas
más allá de las cavernas: Todo está dentro de mí.
ANTERIORES
PREMIOS DEL CONCURSO TODA LUZ:
1.- 2012.- Espacio
exterior, de Diusmel Machado Estrada.
2.- 2013.- Los
trabajos distantes, de Pedro Péglez González.
3.- 2014.- Amar,
temer, partir, de Junior Fernández Guerra.
4.- 2015.- Fugas, de Elizabeth Reinosa Aliaga.
RECIENTES DE
ESTE GRUPO:
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