Décima sin límites
En el Quinto
Festival Toda luz y toda mía, a principios de junio en Sancti
Spíritus, fue presentado entre otros el libro Todo sin límites, de Sonia Hernández, con las
palabras de la crítica literaria Rosa
María García Garzón que ahora publicamos
De izquierda a derecha, Sonia Hernández y Rosa
María García Garzón.
La poesía, lo sabemos, no
tiene límites, y la décima, desde siempre, transgrede, se vuelca sobre el
Universo para ofrecernos lo que el título de este libro anuncia: Todo sin límites, aunque su autora,
Sonia Hernández, se haya empeñado en dividirla en dos ramilletes: Testimonios
certeros y Por dentro.
Nos trasmite la certeza
testimonial de que el pasado, presente y futuro son solo visiones que nos
inventamos para poder existir aferrados a laberintos que escapan de los
espacios y de nosotros mismos.
Necesitaré citarla a cada
momento para no desvirtuar la esencia de sus certeros testimonios:
Ante la luz, la mañana
es un sueño, no me quejo,
el futuro es un reflejo,
escapa por la ventana.
El pasado se desgrana
en un segundo fugaz
-la urgencia, con su
antifaz
en desnudas perfecciones-
si se viven ocasiones
que no regresan jamás.
Nos testimonia una “tierra de magia humana”, con
su “ciudad desnuda”:
Sigo el tránsito, me quejo
ante la urgencia del brío,
la belleza, el desafío,
como conquista del aire
para envolver el desaire
contra el muro del vacío.
Sonia nos ofrece las
sombras que pulsan la noche, “las rápidas nubes negras sueltan sus brazos
intensos, rompen soberbias el viento,
desbordándose sin riendas”.
La palma es “única y
extraña”, “madera de inspiración” que “borda el cordón de la montaña”.
La poesía encerrada en
estas décimas nos hace experimentar la sensación de poder disfrutar desde un
mirador todo un paisaje, como cuadro abstracto, al que debemos develar su
antifaz y descubrir lo que se esconde “entre máscaras”.
Pero la autora nos
desgrana sus décimas como “virtud”, así nombra una de ellas, para “enviar
mensajes de lunas llenas”, “que ofrecen tus prontas manos”.
Luz y sombras, hastío y
esperanzas, entretejen en estos versos “el perfil desnudo de la conquista”.
La segunda parte del libro
nos declara bajo su título, que “Por dentro” está el amor que “descubre luz y
levanta el vaivén del universo”.
La poesía de este libro
es, peldaño a peldaño, según los propios títulos de los textos, “signo y riesgo”, “escalada”, “prueba”, pero
también “atadura” a sus juegos verbales, en décimas caprichosas en las que
falta alguna de las vocales. No hay malabarismo ultramoderno en ellas, pero sí
profundidad semántica, sinceridad e intensidad desgarrada, verso sereno como el
agua de los manantiales que en este caso, saciará nuestra humana sed poética.
Pero a la vez, nos interrogará:
Urgencia, espada certera,
¿sobre quién viertes la
ira?
¿dónde enjuiciar la
mentira?
¿en lo trivial? Donde
quiera.
En este libro podemos, se
lo aseguro, enjuiciar múltiples aspectos de la vida humana, sin desasirnos del
maravilloso entorno natural, todo sin límites.
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