Desde Sancti Spíritus
Nos reporta la poetisa Merari
Mangly Carrillo, presidenta del Grupo
Toda luz y toda mía y
representante del Grupo
Ala Décima en Sancti
Spíritus, los últimos aconteceres de su agrupación. Fotos: Katia
Décima y sueños…
forman parte de la alegría
Fotos: Katia
Puente de comunicación: el verso y la tradición Toda
luz y toda mía se encarga de escuchar y compartir sueños también con auditorios
de joven edad. Diferentes temas hemos acercado a niños y jóvenes con la estrofa
como medio de enseñanza y al matiz de carácter lúdico. El acercamiento se hace
perfecto.
Freda y Celestina frente a los jóvenes estudiantes.
En el centro politécnico Eliseo Reyes de la ciudad de Sancti Spíritus, Fredeslinda
González Portieles (Freda) y Celestina García Palmero mostraron la cultura
cubana a través de la décima y su carácter moldeable ante diversos temas.
Emergieron motivos cercanos a los jóvenes como la familia (los abuelos), el
amor de pareja y la escuela. Comparto una décima leída por Freda en un inicio y
con el contenido propuesto por los jóvenes:
Me desordenas y es fuego
cuando a solas cada día,
es gozo, y es alegría
lo despacio de tu juego.
A tus sábanas me apego
pues me gustan tus excesos.
Me llegan hasta los sesos
tu desorden, tu locura;
a mis muslos, mi cintura
a mis carnes, a mis huesos.
Tras las invitadas alternar lecturas de décimas sobre temas cercanos a
las anécdotas narradas por los jóvenes, la armonía de equipo permitió dialogar
sobre aristas de nuestra identidad nacional que enaltecieron la valía de la
nación cubana. Finalmente, un joven del auditorio se ofreció para dar lectura a
un conjunto de décimas del espirituano Luis Martín, el hombre de las mil
tonadas, a quien le dedicamos el encuentro por el pasado Día de la Cultura
Cubana.
Los niños de cuarto grado atentos al poeta Reinol Cruz.
El Rincón del Maestro propuesto por Toda
luz… Junto a alumnos de cuarto grado de la escuela primaria Remigio
Díaz Quintanilla y en un aula de niños en cuarto grado, Toda
luz y toda mía como proyecto sociocultural y comunitario fue muy bien
recibido. Ya habíamos compartido diálogo con los infantes en momentos
anteriores, como en el que, tras escuchar audios de punto cubano y compartir
con ellos algo que desconocían: que en tierras espirituanas, en Arroyo Blanco,
existe el punto más antiguo de Cuba y devenido de la familia del prócer Mayor
General Serafín Sánchez Valdivia; niños del grupo con aptitudes para el canto
interpretaron el punto esquinero, variante del punto espirituano, único en
Cuba. Previamente lo escucharon en grabación de audio con atención… Y la
comunicación continuó su flujo en un nuevo encuentro. La proyección de
audiovisuales sobre la décima en el cine (entre ellos la controversia entre
Media Cara y Elpidio Valdés) motivó al grupo en un inicio y luego, décimas compartidas por el poeta espirituano Reinol
Cruz Díaz, fueron escuchadas con atención junto a un mágico intercambio de
cívicas preguntas y respuestas entre el poeta y los niños.
Finalmente, fue abierto un pórtico sobre el próximo día del educador. Esto
nos permitió presentarles a los infantes a Raúl Ferrer como maestro y poeta y
obsequiarles un libro de poemas del espirituano que presidirá lo que se llamará
El Rincón del Maestro y que nacerá en el aula confeccionado por los niños para
abrir la próxima jornada a celebrarse en diciembre. Tal fue la motivación, que
varios niños escribieron al momento versos como obsequio al maestro de su aula
y nos pidieron preparar un cuaderno impreso con esos versos para ser colocado
en aquel Rincón… A Martí, Raúl Ferrer, Remigio Díaz Quintanilla (mártir de
quien lleva el nombre su escuela y quien fue maestro e internacionalista) y a
su maestro Roberto Broche Román, a quien, a las claras, aman y respetan. El
joven educador les habla con frecuencia a sus alumnos sobre Martí y con
orgullo.
En la despedida del encuentro, el maestro escribió en la pizarra una
décima de Reinol que, tal vez, los niños con aptitudes para las artes plásticas
del aula ilustren, después de conocer sobre la décima ilustrada. Los mismos
educandos nos pidieron volver. También aprendieron el eslogan de nuestro
proyecto: Toda
luz y toda mía, diferente cada vez, lo que tal vez junto a todo lo
compartido fue motivación para que aquellos niños improvisaran espontáneamente
su lema de despedida: El respeto y la cortesía, forman parte de la alegría.
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