miércoles, 9 de junio de 2010

Desde Matanzas

Coloquio La medida de un suspiro
en la Atenas de Cuba


Por Ca
rlos Chacón Zaldívar


Nuevamente en la Atenas de Cuba se pasó revista a importantes aspectos relacionados con la promoción literaria de la décima, esta vez a partir de diferentes ponencias en torno a las dos vertientes que identifican a la estrofa, durante las sesiones del Coloquio La medida de un suspiro, organizado por la Biblioteca Provincial Gener y del Monte, así como por ASCUBI, organización que agrupa a los bibliotecarios de la isla.

Odalys Schery Guedes, directora de la institución matancera, y Cecilia Soto, poeta coordinadora del encuentro, lo ubicaron entre las actividades relacionadas con el Cubadisco 2010, y para reconocer la labor promocional de Fernando García, poeta y promotor recientemente fallecido, quien desde el Consejo Provincial de la Décima, contribuyó a un mayor conocimiento y difusión de tan importante modalidad lírica desde los espacios de la poesía oral improvisada.

Las sesiones se iniciaron con la inauguración de una exposición que reúne a diferentes decimarios que forman parte de los fondos de la Institución, luego la licenciada María Aleida Aguiar se refirió a los orígenes de la estrofa y como los poetas cubanos de la primera generación de la Revolución interesados por la forma estrófica “encontraron en ella esas puras raíces de lo cubano en la poesía” (1) según palabras de Félix Pita Rodríguez, Premio Nacional de Literatura, en la década del 70. Luego el presidente de la Cátedra Oralidad perteneciente a la SUM Medardo Vitier disertó sobre la evolución de la décima en Cuba.

Mujeres decimistas en Matanzas, por Dora Pérez, de la Casa Naborí; La promoción de la décima tradicional a través del mensuario Humedal del Sur, de Adrián Álvarez Chávez; Desde el trillo hasta el estrado, por Rafael Sarmiento e Iván García, ambos improvisadores yumurinos; El humor en la décima cubana, de Cecilia Soto Martínez, especialista del centro sede; Décima y promoción literaria, por Carlos Chacón Zaldívar, Universidad de Matanzas, y La obra decimista de Luisa Molina, por Odalys Sánchez, especialista de la Sala de Arte y Música de la Biblioteca Provincial.

Un rico y amplio debate propiciaron los temas expuestos, en el cual las personalidades asistentes y el público presente intercambiaron una diversidad de criterios y opiniones, que enriquecieron las sesiones. Entre las mismas deben destacarse el interés escriturario de las féminas matanceras, la permanencia de la estrofa en las páginas del Humedal y la afición de los repentistas y lectores cenagueros de la Casa del Poeta, la línea humorística; y la necesidad de lograr una coherencia promocional entre quienes escriben la décima, la improvisan, la publican y los diversos grupos poéticos, que contribuyen a la transformación sociocultural desde diversos puntos del archipiélago.

Varias lecturas motivaron al público, como la de Roberto Rodríguez, de corte humorístico; un poeta matancero que dedicó sus espinelas a Fernandito García y también una décima de Rafael Sarmiento, integrante del Consejo de la Décima y la Música campesina en Matanzas, dedicada a las organizadoras del evento.

Una nota de frescura, sencillez y autenticidad lírica aportó la jovencita limonareña Susej Niebla, cuyas décimas despertaron admiración, no solamente por las aristas temáticas que abordó, sino por las referencias intertextuales que recrean motivos de la poética martiana. Ante las cuartillas manuscritas que nos mostró Susej y los juicios de Odalys Sánchez sobre la Alondra del Moreto, volvimos a evocar el artículo de María Elena Bayón sobre la primera poetisa nacida en Matanzas, pero en especial aquellas primeras estrofas de Luisa Molina, de quien estamos conmemorando el 190 aniversario de su natalicio.

En la clausura del Coloquio, como hemos referido, se le rindió homenaje al poeta e investigador Fernando García García, por su aporte a la promoción de la tradición decimista en Matanzas, según consta en el Reconocimiento entregado por Odalys Schery, quien manifestó el agradecimiento a los presentes y el interés de la Gener y del Monte en promover estos encuentros, para un mejor conocimiento de las tradiciones culturales yumurinas.

La obra poética de García constituye una significativa búsqueda en las raíces y esencias de una modalidad lírica que mantiene plena actualidad, sirvan como ejemplos la antología La brevedad de lo eterno (La décima en Matanzas 1797-2008), cuya compilación trajo entusiasmo y estímulo a su paciente labor; pero en especial su poemario Urgencia por el alma (1996), del cual diría Naborí: “sus versos fluyen como agua de manantial, enriquecidos por una fina sensibilidad y el filtro de esmerados estudios literarios” (2).

Pero recordemos a Fernandito en el trabajo cotidiano, en la familia eterna de la improvisación, en la organización del certamen poético El Laurel de Plácido, en su cúmulo de proyectos, en todos los sueños que acosan al poeta, en las imágenes de los bardos matanceros que asistimos al noble empeño del espacio televisivo De codos en el puente bajo la sombra del árbol que cubre a Milanés, pero mejor aún, en los versos de estos Salmos que nos dejó escritos para siempre:


Evoco todo lo humano
que me condena y me salva,
sobre el crepúsculo, el alba,
la estrella sobre el pantano;
la sangre, el verbo, la mano,
la piel, el sueño, el latido,
los dones, el apellido,
lo que fui, lo que seré,
el padre que se me fue,
mi voz de sinsonte herido;
el miedo, el dolor, las penas,
la ofensa, los desagravios,
las promesas de unos labios,
las falsedades ajenas;
los desmanes, las cadenas,
la envidia, la desconfianza,
el olvido, la añoranza,
la duda, las tentaciones,
el placer, las ilusiones,
el perdón y la esperanza.



NOTAS:

1.- González López, W. La nueva décima un logro cultural de la Revolución, en Bohemia, 29/12/78, Año 7, No. 52, p.10.

2.- Orta Ruiz, J. Prólogo en Urgencia por el alma, de Fernando García García. Ediciones Matanzas, 1996, p.7.

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