Roberto Manzano
en Guáimaro
en Guáimaro
Presidenta del Grupo Décima al filo y del comité organizador de sus encuentros nacionales de mujeres decimistas; miembro del Grupo Ala Décima y Premio Iberoamericano Cucalambé 2008
Fotos enviadas por la autora
Durante tres días el
reconocido escritor Roberto
Manzano realizó un taller de creación poética en Guáimaro,
la capital
de la décima escrita por mujeres en Cuba.
Fue recibido en el Rincón
Guaimareño de la Décima por los escritores e investigadores de la ciudad,
con la participación de los periodistas de la emisora Radio Guáimaro. Se movió
por diferentes instituciones culturales como el Museo de la Constitución y la
Casa de Cultura Luz Palomares García. Dentro de sus percepciones expuso que el
poeta tiene que estar enriquecido por dentro en su visión cosmogónica para que
convierta el texto en levadura, que las leyes de la belleza pertenecen al arte
de la naturaleza. Desde luego con una teoría de aprendizaje, tener un hábito
sin ser esclavo porque el artista no vive para el hábito, el artista tiene un
surtido de hábitos, es un rey de los hábitos, luego desarrolla la actividad y
después aparecen las destrezas y esa destreza lleva a la aptitud. Esa aptitud
la sigue desarrollando y logra la vocación, porque ese mismo poeta no puede
luchar contra la vocación, la vocación poética nace y hay que desarrollarla.
Manzano en su taller hizo
recorridos por diferentes estilos literarios, habló de poetas cubanos de
diferentes generaciones, de literatura latinoamericana y universal, para luego
terminar con una sabia explicación de cómo confeccionar un libro. Le dio una
importante atención a la “Relación” partiendo de la frase de Withman: Existe
relación en todo, hable de lo grande y piense en lo pequeño. Sobre la
complejidad dijo: “No hay nada simple, todo es complejo. El poeta escribe para
probar que la vida es compleja. Todo lo objetivo ofrece resistencia a lo
subjetivo y todo es procesual. Detrás de toda habilidad hay una intensa
práctica. El lenguaje ofrece resistencia por lo que a esa resistencia hay que
ofrecerle un lenguaje ordenado.”
En este taller de creación
poética lo recibieron los escritores Mirian
Estrada Medina, Nitza Núñez, Ketty
Blanco, Desiderio Borroto Fernández, Desiderio Borroto Valdés, Domingo
Peña, Jorge
Luis Arias Reina, Randoll
Machado, Pavel Zamora y Sobeida
Corrales; así como los investigadores Zoraida Hernández, Mabel Pérez y Daniel
Pena Rivero.
Fue un encuentro donde privó
la emotividad y el desenfado, y la literatura guaimareña, desde luego, salió
fortalecida porque Roberto Manzano es de esos ángeles que confía en que un
mundo mejor será posible pero hay que esperarlo escribiendo y hacerlo mejor
también escribiendo porque el escritor tiene que escribir y escribir…
Manzano
(segundo de izquierda a derecha), junto a Odalys
y otros escritores guaimareños que fueron a despedirlo con cariño tras su
estancia en la ciudad.

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