Reseña de la tertulia La décima
es un árbol, mayo 2010.
Tributo a René Batista Moreno
Por Mariana Enriqueta Pérez Pérez,
miembro del Grupo Ala Décima
y su representante en Villa Clara
Cuando un amigo se va / queda un espacio vacío… –dice una canción del argentino Alberto Cortez– y si la cito en este contexto, que en nada guarda relación con ella salvo por la poesía misma, es porque acaba de írsenos un amigo.
Familiares de René Batista: Paulino Reyes Moreno (hermano), Alejandro Batista López (hijo), Elsa Orgueira (cuñada) y María López Martínez (viuda).
En el Museo de Artes Decorativas de Santa Clara nos reunimos, el pasado viernes 21 de mayo, amigos y familiares de René Batista Moreno para rendirle tributo póstumo. Esta vez «
La tertulia se inició con las décimas «A Camajuaní», dedicadas por el poeta Leoncio Yanes, su autor, «para René Batista Moreno» (1). Inmediatamente después del saludo, comentamos que, por coincidencia, ese 21 de mayo estaba celebrándose el «Día de
«La pieza del mes» consistió en objetos textiles que pertenecieron al hijo de José Martí, para recordar la efemérides del 19 de mayo, así como el Día Internacional de los Museos, que se había celebrado el 18.
El Catálogo rimado no pudo imprimirse a tiempo, y en su lugar, el escritor Arístides Vega Chapú hizo la presentación del boletín cultural Guamo, cuyo número de enero incluye trabajos de autores camajuanenses.
El actor Carlos Riverón Rodríguez lee un poema de René Batista.
A partir de ese momento, ya la tertulia se consagró exclusivamente a la memoria del amigo. El actor Carlos Enrique Riverón –hijo de Ricardo– leyó el poema «¿Verdad que hay razón para?», de René Batista, perteneciente a la antología Punto de partida (Instituto Cubano del Libro, 1970); la conductora de la tertulia le dedicó su trabajo «Paisaje con jutía, cuatro gatos y un amigo fiel», acerca de las relaciones entre el poeta-investigador-editor y la décima; Paulino Reyes Moreno –hermano– y Elsa Orgueira –cuñada– hablaron de las relaciones filiales; el profesor camajuanense Pablo Broche Damas presentó su conmovedora crónica «Recordando a René», acerca de las reuniones del taller literario, que celebraban, en casa de éste, los terceros viernes de cada mes y de sus relaciones interpresonales. Entre tanto, por la sala circulaban hojas de papel para que los presentes escribieran frases, anécdotas, elogios o despedidas.
Mariana dio a conocer la décima, con pie forzado, que su padre, Santiago Pérez Alfonso –presente allí, a pesar de sus 83 años–, dedicó a la muerte de René:
PIE FORZADO
René Batista Moreno,
feijosiano folclorista
que del cuento hizo pista
por ser su mejor terreno.
A sus anchas, gozó pleno
del campestre Potosí.
«¿Por qué te marchas así?
–pregunto, ya sin respuesta–
Si no vienes a la fiesta
hay luto en Camajuaní».
Después leyó las suyas:
HOMENAJE
René Batista Moreno in memoriam
Búscame la voz del gallo,
investiga, sigue fiel,
aprende –junto a Samuel–
los secretos de un caballo.
No te apartes, porque mayo
gotea punto guajiro.
Preside el alma de un güiro
y un concierto en cuerda sola…
Tu gracia nunca se inmola:
vuélvete güije y suspiro.
Deja siempre la constancia
de tu espacio en el viraje:
si compones un paisaje,
inventa la resonancia;
imagina la importancia
de la luz o del conejo;
enfoca, pide consejo
para un cuadro con arroyo,
y evita siempre el escollo
de posar junto al cangrejo.
Cuando el barrio parrandero
te nomine emperador,
acepta el puesto de honor,
desoye al canto agorero.
Si se agita el avispero
de la bruja que te aferra,
dispón la bronca, la guerra,
como tu gente demanda:
Vuelve, René, a la parranda,
no te escondas en la tierra.
Las librerías «Pepe Medina» y «Viet Nam Heroico» de la ciudad se sumaron al homenaje con una extensión de venta, y como Limendoux: leyenda y realidad es la última gran investigación –iniciada en 1968– de Batista Moreno, lo seleccionamos para que Ricardo Riverón –su muy cercano amigo–, al igual que en la pasada Feria del Libro, lo presentara. Por una enfermedad inoportuna, Riverón no pudo asistir, Carlos Enrique ocupó su lugar y leyó el texto.(2)
Para el final fue seleccionado el elogio, escrito por Yamil Díaz, con motivo de la entrega del Premio Ser Fiel 2005. (3) Debo confesar que sentí temor, en la crónica aparecen frases un tanto «fuertes» para ser escuchadas en esta ocasión luctuosa, por eso, como «justificación», antes de darle la palabra a Yamil, leí una respuesta del propio René al escritor Pedro Llanes:
Los pueblos son los que saben reír. En la misma proporción en que almacenan para la risa, también lo hacen para el llanto. Pero es mejor reír. Los divorciados del pueblo, los que no se relacionan con él, nunca lo darán todo en una risa. Cuando lo hacen, es una risa que linda más con lo sardónico que con lo espontáneo. ¿Y con quién me he relacionado siempre? Con los que saben reír, con los grandes del humor, con los que crean el humor sin necesidad de libreto, los que en su lucha por la sobrevivencia crean conflictos, situaciones tan humorísticas nunca imaginadas por un escritor de esta disciplina. Detesto al humorista de buró, al pujo por correspondencia, al pujo ahora digitalizado. Mi risa y mi imaginación humorística funcionan muy bien, a toda hora, a todo momento, pero no es una coraza a mis frustraciones, no es un tónico contra el autopesimismo. Es mi personalidad, es mi naturaleza. A veces pienso cosas, no importa donde esté ni en la situación en que esté, y siento deseos de reír. Reír no cuesta nada, y no es violatorio de ninguna constitución del mundo. (4)
El presentador también realizó una breve explicación, y así quedó preparado el público, sobre todo la familia, para lo que iban a escuchar. Por suerte, lo escrito por Yamil Díaz Gómez –como toda su obra– es tan bueno que no merece reproche. En fin, no hubo agravio.
Terminó la tertulia y se vendieron los libros. Todos, familiares y amigos de René Batista, percibimos cómo, en la silla donde colocamos su último libro publicado y el último número de la revista Signos, estuvo él todo el tiempo, diciendo chistes y narrando historias medio inventadas. Nosotros le garantizamos, Alberto Cortez, que ese espacio jamás estuvo vacío: los guajiros cubanos sabemos de «apariciones».
NOTAS:
1.- Yanes Pérez, Leoncio, «A Camajuaní», [p. 2], en su Canto del pueblo: décimas, Taller Literario José García del Barco, 1981, Camajuaní.
2.- Riverón Rojas, Ricardo, «La realidad de una leyenda. Sobre el libro Limendoux, Leyenda Y Realidad, de René Batista Moreno», en Decimacontexto, 25 de marzo de 2010, http://decimacontexto.blogspot.com
3.- Díaz Gómez, Yamil, «Elogio de nuestro René», palabras de elogio en la entrega del Premio Ser Fiel el 24 de febrero de 2005, en su Después del huracán, pp. 79-83, Ediciones Sed de Belleza, 2007, Santa Clara.
4.- [Llanes Delgado, Pedro], «René Batista Moreno, investigador folclórico, poeta y periodista, miércoles 22 de octubre de 2008» [entrevista], en Sitio Web de los Joven Club de Camajuani, http://www.vcl.jovenclub.cu/munic/camajuani
PAISAJE CON JUTÍA, CUATRO
GATOS Y UN AMIGO FIEL
Por Mariana Enriqueta Pérez Pérez
La historia de la humanidad, desde sus primeros momentos, es la historia de la muerte. Y ocurre que los muertos, esos muertos que comparten contigo un espacio en la sociedad en que vives, y no saben que están muertos, son los que más le temen a la muerte; la persona que es capaz de concienciar cuánta vida posee nunca piensa en ella, no le interesa ante un acto de tanta vida diaria.
Ellos son los creadores de la vida.
René Batista Moreno
Si empleo estas ideas de René Batista Moreno –tomadas de una entrevista que le hiciera el escritor Pedro Llanes (1)– para comenzar esta tarde a hablar de sus relaciones diversas con la cultura tradicional cubana y, particularmente, con la décima, es porque ese amigo fue un «creador de la vida», sin pensar que la muerte, desdichadamente, lo tocaría físicamente.
Ahora estamos reunidos y se impone conversar acerca de la décima en René, y de René en la décima. Lo primero que debo enunciar aquí es que si esta tertulia existe, ello se debe a que, seis años atrás, culminé una investigación panorámica acerca del movimiento de la décima escrita en Villa Clara entre 1959 y 2003, la cual constituye fuente principal de los temas que acá se tratan. Dicha investigación debe mucho a la ayuda desinteresada que prestó René. Él facilitó muchas fuentes bibliográficas que sólo él –coleccionista meticuloso– poseía, además de información verbal referida al tema. Lo segundo que debo expresar es que era investigador «de campo» y yo soy una investigadora «de archivo» (filóloga y bibliotecaria), por lo que su colaboración resultó más que valiosa. René Batista Moreno investigó la décima en su vertiente oral, y yo en la vertiente escrita, pero su trabajo fue raigal, tomó del aire, y de la voz de innumerables testimoniantes, un tesoro decimístico que solamente tiene parangón con el trabajo de su maestro Samuel Feijóo. René supo trasladar a la categoría de «éditos» a muchos poetas repentistas, cuyas creaciones, de otro modo, solamente hubieran quedado grabadas en los árboles del monte, tal es el caso, por ejemplo, de Felo García «El muchacho de Falcón» (2); pero su indagación fue también a rastrear el pasado, mediante una titánica búsqueda bibliográfica y testimonial, para hacernos presente a Juan Ruperto Delgado Limendux (3), y también la enorme cifra de décimas humorísticas, surgidas a partir de 1769, que conforman su libro Yo he visto un cangrejo arando (4).
No solamente hubo (hay) un René Batista investigador, también hay un René decimista –aunque todavía no se haya profundizado lo suficiente es esa faceta– y un René editor de decimarios. Los tres son apreciados en la investigación «La décima es un árbol», y baste decir que, en la misma, su nombre se cita –desde los agradecimientos hasta los anexos– más de diez veces, a lo que se agrega la valoración crítica de sus décimas (abarca aproximadamente dos páginas), las referencias bibliográficas y las notas al pie. En ese estudio se demuestra también su labor editorial que, solamente en las denominadas Ediciones Hogaño y las publicaciones del Museo «Hermanos Vidal Caro» de Camajuaní, abarca 11 títulos relacionados con la décima –dentro de los 79 registrados por la investigación–; sin contar su inmensurable faena en la revista Signos. Comencemos, entonces, por lo menos conocido, el René decimista.
Lo primero que salta a la vista cuando se leen las décimas de este poeta es el afán renovador. La revista Signos le publicó en 1978 «El Cuadro» (5), seguidora de las corrientes poético-visuales, donde se insertan los «poemas estructuras» o «estructuralistas», a las cuales prestó mucha atención esta revista y, personalmente su director, Samuel Feijóo. (6). Clemente Padín, en su libro La poesía experimental latinoamericana (1950-2000), se refiere a que la disposición de los versos, las palabras, sílabas o letras en el blanco de la página, pueden interpretarse e integrar un posible operador visual o icónico, al igual que la pausa o el silencio entre verso y verso, la musicalidad, la alternancia de rimas, las aliteraciones, etcétera, integran el operador fónico. (7) En dicha décima, René Batista presenta tipográficamente el zigzaguear de un arroyo que salta entre las montañas, pero conservando la rima y la fórmula de Espinel, con lo que logra las dos dimensiones, icónica y fónica:
……..tan
Sal……....do
Viene el arroyo,
…………………..montaña.
Baña tu verde
..…….ta,
Sal…………cae
la piedra araña,
se……………hace
……..des
………………en
……………………el
…………………………co
……………………es……...llo.
Llega el torrente hasta el
……………………......……hoyo,
bebe el guerrillero aprisa;
el viento:
…………….una loca risa
–machete de filo rojo–
el agua; el cielo es un ojo
azul de patria mambisa.
Sin embargo, es evidente que el autor no descansa sólo en la tipografía, o sea el operador visual, ni en el valor sonoro de la estrofa, sino que adorna el tema –poético por naturaleza– mediante metáforas de gran plasticidad y colorido.
En 1983, Ediciones Hogaño, del taller literario «José García del Barco», de Camajuaní, publica su cuaderno Concierto para cuatro gatos (8), con el que incursiona, también en busca de la experimentación formal, en la llamada «décima doble» (9). En este caso, René Batista presenta la décima en una sola estrofa de 5 versos con 16 sílabas cada uno, dividida en dos hemistiquios octosilábicos; la rima obedece a la fórmula de la décima espinela –tanto en primer octosílabo como en el segundo– de manera que el primer hemistiquio rima con el cuarto y quinto, el segundo con el tercero, el sexto con el séptimo y el décimo, y el octavo con el noveno. La sencillez tropológica y la ingenuidad, no exenta de belleza, en el discurso poético de las décimas que aparecen en este cuaderno, las emparienta con el repentismo. En ellas se aprecian elementos de la naturaleza como: mariposas, flor, brisa, viento, noche, paisaje, entre otros. En la décima «Risas», de tradicionales, las mariposas en vuelo son comparadas con la risa, es decir con la alegría que ésta representa; aunque en el tercer verso (hemistiquios 5 – 6) hay un intento de complicar la imagen cuando dice: Risa, reír ¿Hasta cuándo la flor andará de prisa?, la flor (elemento inanimado) asume una cualidad de la mariposa –andar de prisa– y la risa adquiere las propiedades de la flor, pero no llega a ser una imagen visionaria debido a que la semejanza está basada en el aspecto externo, físico, de dichos elementos. Por otra parte, el poeta emplea rimas formadas con gerundios (volando, engalanando) con lo que se acerca al canto tradicional de los guajiros que ha hecho vivir en su prosa investigativa. La siguiente décima, «Ronda de los abanicos», se comporta en igual forma que la primera. «La joven de la parada» es la síntesis, el cuento rimado, de un suceso cotidiano. «La flecha» presenta un mayor alcance poético, tanto por el uso de imágenes visionarias como por su composición formal. «Las ruinas», utiliza el recurso de la aliteración (10): torres en frustrados cielos. «No pudo ser», de corte neorromántico, y «Madre», emplean menos elementos tropológicos, mientras que en «Ocaso» hay mayor elaboración, por cuanto trabaja con la armonía de los movimientos espirituales. «El gato» presenta versos suaves, armónicos –como el propio animal–, logrados a través de una acentuación acertada, así como de la introducción de una imagen visionaria –la luna tiene en sus pechos mordidas que no le he dado–. Y la última décima, «El cuadro», es la misma que fuera publicada, como poema estructuralista, en la revista Signos, sólo que con el formato de décima doble se pierde la gracia y la dimensión extralingüística, visual, que en aquella forma tenía.
El René investigador necesita de un estudio minucioso, porque no bastaría con estudiar sus libros dirigidos especialmente al rescate de la décima –Yo he visto un cangrejo arando– y de los decimistas –Felo García, Limendoux…–, sino que la estrofa se encuentra íntimamente relacionada con casi todas sus publicaciones, las cuales tratan del campo y del folclor. Sólo voy a mencionar la presencia de la décima en su libro Ese palo tiene jutía –que obtuviera Mención en el certamen «Premio Anual de Investigación 2003» por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello– como muestra de la íntima relación de la décima con los cantos y bailes tradicionales campesinos.
El testimonio «Lirios y mariposas», de José Rodríguez Rodríguez (Cheo Pandilla), incluye las décimas humorísticas que titulan «
Con una estaca en el suelo,
una cabuya y un gajo
formaban rústico bajo
en los tiempos de mi abuelo.
En su típico modelo,
un palo, una yagua, un mango,
y a veces cambiando el rango
el gajo de güira era;
lo llamaban tumbadera
y también tingotalango.
También la redondilla –que algunos confunden con la cuarteta, y por extensión la nombran de ese modo– se encuentra presente en los cantos populares, tal es el caso de La guabina, guaracha, que aparece (pág. 31) dentro del capítulo «El músico de la pita y la lata», y del son [Yo anduve por Maisí] (pág. 39) en «Agapito toca el pito».
En «El hombre de la hojita» se recoge una de las tantas décimas que le hicieran a Antonio Mayor (pág. 58):
El día 20 de mayo
Natoso no estará en crise
y he de ver a «Tenerife»
corriendo a pie o a caballo.
Echando pelea de gallo
y diciéndole a «Titín»,
que le juegue al de Negrín
si es que pretende ganar
y a Mayor oirlo tocar
con hojas el cornetín.
Los testimoniantes a veces olvidaban la décima completa, lo cual no impidió que el investigador recopilara, al menos, una parte de ésta, como ocurre en el último capítulo, «Bailes, cantos y fiestas campesinas en los primeros años del siglo XX» –con los recuerdos de su padre Ricardo Batista Ruiz–, donde, entre otros tipos de estrofas ligadas a la música, cita la última redondilla de una décima improvisada por el poeta Cruz García (pág. 83): De aquí me retiraré / y me voy con mucha pena; / me retiro, Magdalena: / muy lejos de aquí me iré.
Como se ha visto, hay un René Batista Moreno múltiple, quien, con su trabajo cuidadoso, dio vida a esa décima popular que no debe perderse en el viento. Permítanme cerrar y suscribir la aproximación al amigo, con las palabras que él mismo expresara –en la ya citada entrevista– a propósito de los libros Ese palo tiene jutía y Yo he visto un cangrejo arando: «Las pequeñas culturas hacen la gran cultura, la cultura universal. No hay manifestación cultural que se produzca, por pequeña que sea, en zona o geografía que sea, que no resulte de interés para esta ciencia, que no enriquezca la cultura universal».
NOTAS:
1.- [Llanes Delgado, Pedro], «René Batista Moreno, investigador folclórico, poeta y periodista, miércoles 22 de octubre de 2008», en Sitio Web de los Joven Club de Camajuani, http://www.vcl.jovenclub.cu/munic/camajuani
2.- René Batista Moreno compiló las décimas de Felo García, las cuales editó en publicaciones seriadas y en los cuadernos: Felo García: décimas, y Aquí está Felo García, ambos de Ediciones Hogaño, Camajuaní, 1983.
3.- Batista Moreno, René, Limendoux: leyenda y realidad, 147 p., Editorial Capiro, 2009, Santa Clara.
4.- ________, Yo he visto un cangrejo arando: compilación de la décima humorística cubana, Editorial Capiro, 2004, Santa Clara.
5.- ________, «El cuadro», en Signos 21:390, ene.-dic. 1978, Santa Clara.
6.- De hecho, en el libro La poesía experimental latinoamericana (1950-2000), de Clemente Padín, p. 34, aparece un poema visual de Samuel Feijóo.
7.- Espinosa, César, «01-Prólogo», pp. 2-3, en Clemente Padín, La poesía experimental latinoamericana (1950-2000), http://boek861.com/padin/ [documento en PDF]
8.- Batista Moreno, René, Concierto para cuatro gatos, [14] p., [Taller Literario José García del Barco, 1983, Camajuaní.
9.- Denominadas así por El Indio Naborí –según cita de Alexis Díaz Pimienta en su libro Teoría de la improvisación (p. 201 – n. 150)– , quien escribió décimas de 16 sílabas, con la curiosidad de que el orden de rimas de los hemistiquios tenía la misma estructura de la décima (abba-accddc).
10.- Figura que, mediante la repetición de fonemas, sobre todo consonánticos, contribuye a la estructura o expresividad del verso.
OPINIONES, RECUERDOS, MENSAJES…
DE «
PARA RENÉ BATISTA MORENO
(Santa Clara, 21 de mayo de 2010)
VÍCTOR CASTILLO LARA (poeta, miembro fundador de «La décima es un árbol»): «René, en ocasión de haber premiado una obra mía, besó mi mejilla y recordamos los días de la infancia, cuando jugábamos a la pelota en Camajuaní: él era un amigo».
ELIO FRANK BRITO CANCIO (tallerista, miembro de «La décima es un árbol»): «René, un genuino creador que mucho aportó a la historia literaria de su pueblo y al país, dejándonos un rico legado para las futuras generaciones».
ROLANDO RODRÍGUEZ ESPERANZA (Presidente del Cine Club Cubanacán): «René, cuando se escriba la historia de la tradición y la narrativa villaclareña, tú estarás ahí, entre los grandes que pusieron amor y voluntad en esa gran obra, que será siempre venerada. ¡Gracias por tu arte!».
OLIMPIA POMBAL DUARTE (Escritora, miembro fundadora de «La décima es un árbol»): «Admiro a René no sólo como poeta, sino como el folclorista que fue, rescatador de tradiciones y del folclor regional. ¡Qué lástima que se lo llevara la muerte!».
ELOÍSA FONT ORTEGA (Tallerista, miembro fundadora de «La décima es un árbol»): «Aunque no conocí personalmente a este gran poeta, me uno a la simpatía que por él sienten los presentes».
BERTA Y MARÍA TERESA POLANCO: «Si me preguntan qué es la amistad, responderé: se llama René Batista Moreno».
MAGALY C. PÉREZ (Miembro del Taller Literario Dulce Mª Loynaz): «Hubiera querido estar cerca de René para alimentarme de su conocimiento, no obstante, perseguiré su obra, donde dejó plasmada una exquisitez. Estoy contenta, hoy puedo transmitir parte de mi “pobre” palabra. Gracias a la tertulia».
ANA ARELYS LINO GONZÁLEZ (miembro de «La décima es un árbol»): «Le conoceré por su obra».
PABLO BROCHE DAMAS (profesor y promotor literario en Camajuaní): «Es el más grande “guajirólogo” de la cultura cubana en los últimos años, y su obra, el más grande concierto de sabiduría popular».
IRÁN CABRERA DÍAZ DE VILLEGAS (Director de
HILDA CÁRDENAS CONYEDO (Periodista de radio y televisión): «Guardo y profeso por René Batista Moreno, una sincera admiración por toda la obra que hizo y nos legó. No era dado a las entrevistas de televisión, pero nuestro equipo se ingenió para tomar de él algunas imágenes (pocas, les aseguro) que nos han quedado como recuerdo físico de su persona, porque el recuerdo espiritual irá siempre con nosotros. Gracias por existir y por toda la historia viva que supiste dejarnos».
DRA. ELSA ORGUEIRA (Psicóloga): «Compartí con René las peñas literarias en su querido Camajuaní, hace más de 30 años, después tuve la suerte de ser su cuñada; hoy lo recuerdo como un profundo investigador, muy jocoso y perserverante».
LUIS SANTOS BORRELL (Combatiente licenciado de las FAR, miembro del Taller de Novela “Carlos Loveira”): «Era como el marabú ante la hipocresía, como la caña con los que le profesaban sinceridad».
FÉLIX MIGUEL GARCÍA (Poeta y Promotor Cultural del Centro Provincial del Libro y
MIRIAM ARTILES CASTRO (Editora): «Trabajé con René hace años en la edición de Signos, después en el libro sobre Leoncio Vidal, y siempre me resultó muy grato. Trabajar, conversar, compartir con él fue siempre aportador por su sencillez, sus conocimientos y su increíble humor».
YAMIL DÍAZ GÓMEZ (Escritor, Periodista y Editor): «Nuestro René se queda para siempre porque fue, es y será tremenda yaya. Sigue presente en cada abrazo».
CARLOS ENRIQUE RIVERÓN RODRÍGUEZ (Actor y Poeta): «Siempre te recordaremos, René, desde la humildad y humanidad que te acompañó en cada momento de tu vida».
SOBRE
Mariana Enriqueta Pérez Pérez es conductora de la tertulia La décima es un árbol —fundada en septiembre del 2007— y creadora de su sitio web; desde el 2009 miembro del Grupo Ala Décima y su representante en la provincia de Villa Clara. Muestras de la obra poética de Mariana, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Álbum nocturno y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por Mariana Pérez Pérez aparecen en nuestra sección Decimacontexto: POLIZÓN EN LA ALJABA DE EROS, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. LAS ALBAS RUMOROSAS, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. LA DÉCIMA CUBANA DURANTE LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA: LOS POETAS DE LA GUERRA, interesante aporte sobre ese período. LA DÉCIMA ESCRITA EN VILLA CLARA, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia.
Para comunicar con Mariana vía email: marianaenriqueta@gmail.com
Visite el sitio web de la tertulia La décima es un árbol.
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