Desde Pinar del Río
Da
continuidad a su sistemática y fraterna colaboración el poeta Lorenzo
Suárez Crespo, desde la Casa
de la Décima Celestino García, el
Parnaso de los poetas pinareños, en la más occidental de las provincias
cubanas
La
décima es una rítmica y breve estrofa poética, tan sencilla como inmensa,
porque es capaz de atraer multitudes cuando vibra entre las cuerdas de la
guitarra, el laúd y el tres, sobre todo en la voz de los poetas que le ponen
alas en dorados matices.
Este
sábado en la noche la sentimos domar feliz los aires de Vueltabajo y rubricar
sus huellas sonoras sobre las ondas silenciosas y cómplices del río Guamá.
Fue
la noche de un mes de coincidencias donde vistió sus atributos de reina en el
parnaso lírico del Ranchón. Allí se le dio la bienvenida a la doctora Alma
Montero Alarcón, Premio José Vasconcelos 2016 y directora del Museo Nacional
del Virreinato en Tepotzotlán, México, así como a su hijo José Emiliano;
además, la periodista Laura Sobredo; no solo amantes de la estrofa mágica,
música y tradiciones, sino tocados espiritualmente por los códigos de luz de un
mes de felices coincidencias.
El
27 de febrero de 1874 enluta los destinos libertarios de Cuba con la caída en
desigual combate del Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes,
quien convocara a sus esclavos con la consigna de libertad o muerte, ecos que
profundizarían la rebeldía nacional en el joven José
Martí, a la postre organizador de la guerra necesaria de 1895. Estas
coincidencias en febrero develan la aureola visionaria en ideas, justicia y
cultura unificadora de dos grandes de Hispanoamérica: el propio José
Martí y el político y pensador José Vasconcelos.
Es que en este mes, pero de 1967, se reúnen un grupo de intelectuales para
fundar el Frente
de Afirmación
Hispanista.
El
héroe de Dos Ríos afirmaba: Por sobre las razas, que no influye más que el
carácter, está el espíritu esencial y humano, que las ilumina y unifica,
mientras que Vasconcelos asumía como axioma: Por mi raza hablará el
espíritu.
Blancos,
indios, negros y mestizos como una sola identidad humana, abanderados de
proyectos comunes y herederos de su más rico legado, la lengua castellana.
El
amplio espacio del Ranchón se vio colmado de lugareños, así como visitantes y
poetas invitados de otros sitios vueltabajeros: Santa Lucía, San Juan y
Martínez, Mantua, Bahía Honda, entre otros.
Cercana
al noveno aniversario de su fundación a mediados del próximo mes de marzo, la Casa
de la Décima tuvo, además de sus espacios habituales, una interesante
exposición con temas cubanos de Darién Robaina, motivos más que suficientes
para festejar los nuevos aires de renovación que ya exhibe el templo de los
poetas vueltabajeros.
Declamación,
verso improvisado y música bailable enaltecieron nuestro tesoro cultural en
estas manifestaciones nutridas de arte y tradición campesinas.
El
poeta y periodista Jesús
Arencibia, premiado recientemente en el concurso
nacional Ala Décima, leyó décimas de homenaje a Carlos Manuel de Céspedes.
aún
redobla en el ingenio.
Sacude
todo un milenio
de
su modorra onerosa.
En
el ojal, una rosa.
Al
cinto, diestro, la espada.
En
el revólver guardada,
junto
al trueno desafiante,
cicuta
para el instante
de
la patria traicionada.
Además
de las improvisaciones durante la ronda, el pie forzado, las tonadas, la
seguidilla y otras variantes interpretativas alternadas con la música y el
baile, dos de los más jóvenes poetas tuvieron sus loas por las distinguidas
visitantes Alma y Laura:
ELOY
SANCHEZ PADILLA
Le
pregunto, Alma Montero,
diosa
de aquel Virreinato,
si
este momento tan grato
vierte
luz a su asidero.
Esta
noche, Alma, yo espero
que
como el vino en la cuba
suba
su alegría, suba
más
alto que este Ranchón
y
se colme de emoción
con
los aires de mi Cuba.
ADRIEL
CEBALLOS DELGADO
Para
Laura, que combina
vida,
lente y corazón,
un
lucero de emoción
en
la noche campesina.
Para
Laura que se inclina
ante
el Ranchón enguanado,
este
saludo rimado
en
bandera que tremola
como
una jota española
junto
al verso improvisado.
Pinar
del Río, la meca del tabaco con esencias permanentes de bucólicos paisajes,
caña y café, pero sobre todo de poesía, no solo mostró en este inolvidable
guateque sus ingredientes de cubanía y fraternidad, sino las razones culturales
y espirituales de su existencia.
DEL AUTOR DE ESTA RESEÑA:
Lorenzo
Suárez Crespo (Bahía Honda, Pinar
del Río, 1943) Emblemática figura de la poesía en décimas en la provincia.
Licenciado en Literatura y Español. Cuenta con una amplia trayectoria de
trabajo cultural que le valió en 1999 el Premio Nacional de Cultura
Comunitaria, numerosos premios literarios y varios libros publicados, entre los
cuales tiene un peso considerable la poesía para niños. En el 2012 recibió el Premio
José Vasconcelos, otorgado por el Frente
de Afirmación Hispanista de México. De su autoría puede ver mediante estos
enlaces los poemas La
rosa y el pincel, Definición,
¿Por
quién doblan las campanas?, así como otras tres décimas de su
poemario La
brújula del viajero. También en
nuestros archivos, su comentario
sobre el decimario Con mi guitarra de invierno, de la doctora
Lourdes de la
Caridad Gutiérrez Álvarez, publicado por la Editorial Loynaz.
Lorenzo
Suárez Crespo es un destacado colaborador de este sitio, al
que mantiene informado sobre las actividades de la pinareña Casa
de la Décima Celestino García; entre ellas, las tributadas a los fallecidos
José
Miguel Mederos y Polo
Montañez.
SUS MÁS RECIENTES COLABORACIONES:
SOBRE ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
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