viernes, 10 de marzo de 2017

Prometeo de espaldas a la roca


Un poema de Arístides Valdés Guillermo

Nos envía este texto reciente, como fraterna colaboración, el poeta Arístides Valdés Guillermo (Corralillo, Villa Clara, Cuba, 1960; actualmente reside en el exterior). Escritor de larga trayectoria con numerosos reconocimientos —entre ellos el Premio Ala Décima 2003 y el Premio Fundación de la Ciudad de Santa Clara 2006—, desde hace años se ha destacado además en la promoción de la literatura cubana y latinoamericana mediante la red de redes, con su blog Pólvoras de alerta y sus Ediciones PdA —libros de escritores latinoamericanos, con la posibilidad de ser descargados fácilmente de la red—. A él debemos la inauguración de la Biblioteca Ala Décima, donde hasta el momento pueden descargarse los títulos Antología Premios Ala Décima 2001-2016 e (In)vocación por el paria. De este último volumen, Premio Iberoamericano Cucalambé 2000, es el poema El desatino en la piedra —relectura del mito de Prometeo—, del cual ha tomado Arístides cuatro versos para glosarlos en este hermoso e interesante poema suyo en décimas polimétricas. Desde 2017, Arístides prestigia con su membresía el Grupo Ala Décima.


PROMETEO DE ESPALDAS A LA ROCA

Oh dios yo no robé la lumbre
No la tuve en verdad
Miente la cumbre
Se bebe mi inocencia una paloma

Pedro Péglez González


Ya el águila se apura, ya sus alas
me golpean el rostro,
ya me postro
ante la eternidad que me regalas.
Tú ordenas el castigo y te acicalas
con el dolor que impones.
                                                     La costumbre
de atar el sufrimiento le resta mansedumbre
a los tristes mortales, y aunque medra
tu soberbia ciñéndome a esta piedra,
te equivocas, oh dios: yo no robé la lumbre.

No acaricio intenciones
de socavar la gloria de tu imponente carro.
Si con barro
modelé las humanas perversiones,
también le di razones
al hombre, ya creado, para nutrir su edad.
Aquella luz de atroz intensidad
por cuyo escamoteo me acercas al denuesto,
un día saltó en haces de la forja de Efesto
y sin embargo, padre, no la tuve en verdad.

El Cáucaso me clava
sus puñales de frío en el costado.
Ya sé que vivo atado
a tus cruentos caprichos, pero esclava
nunca será mi carne, y esa evidencia lava
toda la podredumbre.
Si la herrumbre
sublimiza tu intento, no me asusto:
aprende, oh dios, que para darte gusto
miente la sociedad, miente la cumbre.


¿Precisan los mortales
de nosotros, vecinos
de las rutas del sol, de los caminos
que algunas vez transitarán?
                                               Triunfales,
ya cuestionan tu cetro: mezclan bondad y males
en la misma redoma,
pero jamás un rayo la impaciencia les doma.
Tú salpicas las mieles con amianto,
me acusas de una estafa y, mientras tanto,
se bebe mi inocencia una paloma.


Zapotillo, Loja, Ecuador,
02/03/2017


Arístides Valdés Guillermo cuenta con poemarios publicados, como Las puertas de cristal (1992), El príncipe de bruces (1997), Esbozos con figura de muchacha (1999) y Meditaciones del náufrago (2007). Poemas de su autoría aparecen en las antologías Nuevos poetas cubanos y Nuevos juegos prohibidos, publicadas por la editorial Letras Cubanas en 1994 y 1997 respectivamente. En nuestros archivos, pueden verse sus poemas Glosa por la infancia ida de un amigo, Confesiones del hijo de Laertes, Balsa flotando al sur, Lamentos de Tersites junto al cuerpo de Ilión y Caminante en intramuros, así como su comentario sobre el libro Bajo una luz que no existe, del imprescindible poeta villaclareño Ricardo Riverón Rojas. Más información sobre la obra decimística de Arístides en el ensayo de Mariana Pérez Pérez sobre la décima escrita en Villa Clara, en nuestra sección Decimacontexto. Otros acercamientos al quehacer de este autor, en el blog Laberinto del Torogoz y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga.






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