Sueños al centro de Cuba
Aunque esta vez no pudo participar ningún miembro del Grupo
Ala Décima, por su alta espiritualidad y la presencia siempre de décimas en sus encuentros,
sentimos como “Tecla con Ala” la cita que en julio, una vez más, celebró el
movimiento de tecleros, seguidores de la columna La tecla del Duende, del periódico Juventud
Rebelde, continuadora de La
tecla ocurrente, de Guillermo
Cabrera Álvarez, para recordar su partida física, diez años atrás
Solidaridad, honradez y bondad fueron algunas de las esencias
compartidas por periodistas y lectores en este ocurrente encuentro. Foto:
Jesús Arencibia
Ampliado de Juventud Rebelde
Habíamos preguntado,
para recordar al cronista a diez años de su ausente presencia, ¿qué es lo
central para ti? Y Nayeli González Prada, una tímida y preciosa niña de
Guaracabulla, respondió desde la hondura de sus 13 años: «Es el órgano
principal de mi sistema. Es la fuerza que me impulsa a levantarme cada vez que
la vida me golpea. Es como el motor para los autos, como la raíz para las
plantas, como el brillo de las estrellas. Ella es mi motor, mi raíz, mi brillo.
Ella es mi madre. No llores, mamá, me dijiste que un libro era un sueño, y en
mi libro yo decidí escribir sobre ti, porque tú eres mi sueño más hermoso, el
centro de mi vida».
Como esta,
traigo un manojo de ternuras del centro de la Isla: las que hablan de la
angustia de los duendes de Holguín —Cary al frente— por llenar una guagua y no
perderse el abrazo; las que describen cómo los espirituanos de Arminda no
cupieron en su vieja Girón V y trajeron desde allá el poema de Nidia, porque
ella, enferma, no pudo sumarse, y el jabuco de libros de Teresa Toyos, solo con
su nombre y teléfono en la primera página, para que la llamaran de vuelta. No
se me despintan los desvelos de Katy, la anfitriona estelar, o la conducción en
palabras y en canciones, respectivamente, de Pablo Mirabal y Michel Madero.
Conservo la imagen de los pirograbados de Yeni, que por cualquiera de sus
costados siempre regalaban algo para ennoblecer la existencia. Me destella en
el recuerdo el esfuerzo enorme de los trabajadores de la UBPC, de la CCS Luis
Ramírez, del Consejo Popular, de la escuelita Enrique Villegas y de la Casa de
Cultura, todos guaracabullenses, por garantizar asientos, audio, opciones
culturales y almuerzo para tantos visitantes. Y la callada entrega de choferes
y logísticos de uno y otro terruño. No olvido que las autoridades del Partido y
Gobierno de Placetas y la radio local se sumaron con entusiasmo a la idea que
va por 11 ediciones y promete apuntar al infinito. Tantos amigos, tantos
nombres, tanta emoción, como la de Nieves, que casi no pudo hablar, pero estuvo
allí para recordar que una década antes prometió a Guillermo
Cabrera Álvarez una
peña en Las Tunas y era, hace ya una década, vibrante realidad...
Y en medio de
todo, en esta tecla No. 500 después del reinicio de 2007, una certeza: aunque
«los sueños, sueños son», a veces, también, pueden ser la vida.
Algunos que comenzaron en esta familia mayor de JR siendo apenas niños, asistieron al encuentro de la mano
de sus hijos. Foto: Jesús Arencibia
La encantadora voz de la espirituana Ivet Echemendía Cepeda deleitó a los
amigos con temas clásicos y actuales. Foto: Jesús Arencibia
Versión
original: Sueños
al centro de Cuba
Yayabo y Holguín a todo tren
Con el placer
inefable de regalarse amigos y buenos momentos, las tertulias que multiplican
esta diminuta columna en varias provincias del país siguen acumulando
historias. Así, este julio, además de nuestra peña gigante en el centro del
caimán, festejaron sus cumpleaños las familias tecleras del Yayabo y Holguín.
En tierra espiritual y santa estuvo mi colega Mileyda
Menéndez, y de allá nos cuenta:
«En el museo
espirituano Serafín Sánchez, cuatro generaciones reunidas en el cariño hacia la
Tecla celebraron el onceno aniversario de su encuentro fundacional. Yanela,
Carlos, Yoania, Arminda y otras almas iniciadoras contaron las peripecias de
aquella primera tertulia, y entre todos recordamos anécdotas de entonces en
campismos del territorio y expediciones a otras provincias para realizar
hermanamientos o acompañarlas en sus respectivas festividades, así como los
lauros obtenidos en certámenes literarios, como el concurso Cartas de amor, y
las convocatorias de esta propia sección.
En Sancti Spíritus ocurrentes de cuatro
generaciones renuevan sus afanes. Foto: Mileyda Menéndez
«También se
honró el vínculo provechoso con la UJC provincial, varias instituciones
culturales y la Cátedra del Adulto Mayor, y se agradecieron los gestos
favorables de muchas personas que, sin ser “tecleros activos”, han contribuido
a perpetuar los teclazos en esa ciudad. Como evidencia risueña se mostraron
fotos de las pasadas aventuras y se intercambiaron regalos en la tradicional
rifa misteriosa que caracteriza a la peña espirituana».
En la Ciudad
de los Parques, la cita de duendes también fue mucho con demasiado. El Club
Siboney, con sus más de cien sillas en el salón, quedó pequeño para acoger a
los entusiastas y sus acompañantes. Cary, guardiana de la disciplina y el
cariño, tomó la batuta de inmediato. La tarde tuvo de todo: desde juiciosos
reconocimientos a instituciones y organismos de la provincia que apoyan las
aventuras de esta guerrilla —PCC, Gobierno, UJC, Ómnibus Escolares, Servicios—
hasta el despelote del «dímelo cantando», que tanto gusta al pequeño Jorgito.
Cake, almuerzo delicioso, regalos para los niños, recordatorio de cumpleaños
individuales, complicidad del programa radial Tiempo de plenitud (y, al día
siguiente, del televisivo A buen tiempo); remembranza feliz de una larga lista
de empeños y logros que colmaron los 12 meses desde julio de 2016; recibimiento
a dos «embajadoras» gozosas de Guaracabulla; y planes, muchos planes para
ahorita mismo. Cuentan que hasta quien no sabía (ni sabrá) bailar, terminó
seducido por una bailadora divina. ¿Acaso se puede pedir más?
Versión
original: Yayabo y Holguín a todo tren
En la cita de
Guaracabulla, Juventud Rebelde reconoció el
trabajo del periodista y poeta Jesús
Arencibia Lorenzo al frente de este movimiento, el cual incluyó la
siguiente estrofa de la joven y talentosa periodista y poetisa repentista Yunet
López Ricardo:
MIL TECLEROS
Y UNA ESTRELLA
Cuando
Guillermo se fue,
el Duende
nació en Jesús.
Dos hombres:
la misma luz
diez años
después se ve.
Rebeldes
trillos y un pie
que dejó
ocurrente huella.
Y ante cada
frase bella
que escribió
Guillermo un día
Jesús por él
lograría
mil tecleros
y una estrella.
Encuentros similares de “Tecla con Ala” se produjeron antes en mayo
del 2009 y en febrero
del 2010, este último como parte del programa
por el décimo aniversario del Grupo Ala Décima, así como en febrero
del 2011, en junio
de ese año, por el Día de los padres, en febrero
del 2012, en marzo
del 2014, cuando los tecleros de JR celebraron dos cumple, el 13 de la La
tecla y el noveno de las tertulias de los seguidores de esa sección del periódico Juventud Rebelde, y en julio
del 2015, durante el noveno encuentro nacional de las tertulias de JR con sus
lectores, en Guaracabulla. Y en febrero de este 2017, cuando los tecleros
se encontraron en el patio del
Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) para festejar los 16 años de
la columna y los 12 de sus peñas ocurrentes en diversas provincias: Periodismo
de familia.
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