En El autor y su obra
Viene de la
Cuba profunda y es por sobre todas las cosas un poeta que posee como oficio de
pan ganar la gestión y la promoción de la literatura. Un comentario de Madeleine Sautié. Ampliado del
periódico Granma
De
izquierda a derecha, los poetas Yanelys
Encinosa, Basilia Papastamatíu, Edel
Morales, Alex
Pausides, Roberto
Manzano y Virgilio
López Lemus. Foto: Madeleine Sautié Rodríguez
Edel
Morales viene de la Cuba profunda y es por sobre todas las cosas un poeta
que posee como oficio de pan ganar la gestión y la promoción de la literatura.
El retrato
anterior es un extracto tomado de las semblanzas que un grupo de colegas suyos,
honrando al escritor espirituano que firma sus libros como Albem Fuentes,
expusieron en la última edición de El autor y su obra —espacio mensual del
Instituto Cubano del Libro, ICL— a un público reunido en la Biblioteca Rubén
Martínez Villena, del Centro Histórico habanero.
Roberto
Manzano —primer ponente del panel, integrado además por Basilia Papastamatíu, Virgilio
López Lemus y Alex
Pausides, y moderado por Yanelys
Encinosa, joven creadora que agradeció la suerte de haberse formado como
poeta y promotora cultural a la sombra de Edel
Morales—, tras recorrer en apretada síntesis el comportamiento de la poesía
en el entorno de la literatura cubana, precisó que el autor, que asomó en el
segundo lustro de la década de los 80 a las letras nacionales, se incorporaba
teniendo ya una manera propia de escribir, en la que pudo armonizar lo más
tradicional de las formas castellanas con los moldes vanguardistas.
Con un tono
conversacional característico, capaz de ajustar lo habitual a los nuevos temas,
preocupaciones e insurgencias espirituales, su poesía —explicó Manzano— siguió
transitando otros derroteros estéticos sin abandonar su manera de hacer.
En su obra,
continuó, es muy importante el origen y a la vez la permanente necesidad de
partir. Obseso con el mar, el poeta atiende a un tiempo la vida civil y el yo
interior con un lenguaje coloquial que no desdeña la metáfora y describe con
acierto la angustia de nuestra época.
Como también
lo hiciera Papastamatíu —cuya intervención encomió la labor publicitaria y
ejecutiva de Morales, quien se desempeña actualmente como vicepresidente del
ICL—, López Lemus lo señaló como uno de los impulsores de su grupo promocional:
«Estamos ante un poeta, pero no ante uno solitario en misión contemplativa del
mundo, pues junto al hacer escritural, Edel ayuda a forjar en torno suyo
condiciones para que la poesía brote en él y en otros y para que ella tenga su
natural función social expresiva».
Para Lemus
fue oportuno reconocer la fascinación del autor por la mujer, que en su poesía
«no es solo un tema, sino un fuerte motivo de canto, integración de su manera
de ver la vida» así como los dos rasgos distintivos de su poesía: pensamiento y
emoción. También destacó que «Edel es uno de esos poetas espontáneos, que lo
iba a ser de todos modos, fuesen cuales fuesen las circunstancias de su vida»,
y le reconoció la capacidad de conservar en libros posteriores la fragancia
juvenil exhalada de Viendo los autos
pasar hacia Occidente (1993), su primer libro.
Impresionado
con la escritura misma de Morales, Pausides no alberga la menor duda de que
este autor es «tal vez uno de los mejores dotados para lidiar en los escenarios
actuales», sin que se trate de mostrar «un inventario de técnicas y recursos de
las nuevas modalidades de la comunicación».
La
aseveración fue ilustrada con una de las dos novelas escritas por el agasajado,
Un byte de adolescencia, que te vuelva a
encontrar, una «muestra del ejercicio pleno de las posibilidades expresivas
de un autor que asume la modernidad para despiezar, deconstruir las nociones
tradicionales de la literatura, sin que por ello se pierda ese timbre humano
que exige toda historia».
Tratándose de
una narración que exige una lectura activa que busca la maniobra, la novela es,
dice Pausides, «un registro excepcional de cómo un autor puede integrar
géneros, disciplinas, puntos de vistas, técnicas, herramientas, visitaciones,
homenajes o guiños a escritores, personas y personajes de todo tiempo y lugar,
posicionamientos disímiles frente al lenguaje y la historia narrada».
Sorprendido
por el dominio de las formas y el esplendor lingüístico, el poeta considera que
las bondades de la modernidad son en esta obra un campo de batalla donde salen
a flote con absoluto éxito «las calidades de un autor auténticamente moderno».
Versión
original:
Alberto
Edel Morales Fuentes (Albem Fuentes) —Cabaiguán,
Sancti Spíritus, 1961— ha publicado entre otros los poemarios Viendo los
autos pasar hacia Occidente; Escrituras visibles; Lejos
de la corriente; Otro
color, otras figuras geométricas; El
juego de la memoria (o Bajo el
árbol del mango); y
Con cierta elegancia, así como las selecciones de jóvenes poetas
cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo (coautor Aymara Aymerich) y La
Estrella de Cuba. Inventario de una Expedición. Como narrador ha dado a
conocer el relato testimonial Los pies en la tierra y la novela Que
te vuelva a encontrar. Textos suyos aparecen en antologías, publicaciones
periódicas y sitios digitales de la isla y otros países.
Entre sus
numerosos lauros, en el X
concurso nacional Ala Décima (2010), Edel mereció el segundo lugar del
certamen y el premio colateral de tema social —que lleva el nombre de Wilfredo
Sánchez y otorga el periódico Trabajadores— con su obra Pájaros
en la pantalla. En
nuestros archivos, puede ver su décima
de saludo al surgimiento
en Guatemala de dos nuevos blogs relacionados con la poesía en estrofas de
diez versos, así como el poema en décimas con que mereció el primer
premio en el XII concurso nacional de poesía Regino Pedroso (2008).
Otros acercamientos a su obra poética, mediante los siguientes enlaces, en la
antología on line Arte
poética. Rostros y versos, del poeta André
Cruchaga, así como en el blog AlasCUBA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario