miércoles, 13 de diciembre de 2017

Edel Morales, un poeta moderno


En El autor y su obra

Viene de la Cuba profunda y es por sobre todas las cosas un poeta que posee como oficio de pan ganar la gestión y la promoción de la literatura. Un comentario de Madeleine Sautié. Ampliado del periódico Granma



Edel Morales viene de la Cuba profunda y es por sobre todas las cosas un poeta que posee como oficio de pan ganar la gestión y la promoción de la literatura.

El retrato anterior es un extracto tomado de las semblanzas que un grupo de colegas suyos, honrando al escritor espirituano que firma sus libros como Albem Fuentes, expusieron en la última edición de El autor y su obra —espacio mensual del Instituto Cubano del Libro, ICL— a un público reunido en la Biblioteca Rubén Martínez Villena, del Centro Histórico habanero.

Roberto Manzano —primer ponente del panel, integrado además por Basilia Papastamatíu, Virgilio López Lemus y Alex Pausides, y moderado por Yanelys Encinosa, joven creadora que agradeció la suerte de haberse formado como poeta y promotora cultural a la sombra de Edel Morales—, tras recorrer en apretada síntesis el comportamiento de la poesía en el entorno de la literatura cubana, precisó que el autor, que asomó en el segundo lustro de la década de los 80 a las letras nacionales, se incorporaba teniendo ya una manera propia de escribir, en la que pudo armonizar lo más tradicional de las formas castellanas con los moldes vanguardistas.

Con un tono conversacional característico, capaz de ajustar lo habitual a los nuevos temas, preocupaciones e insurgencias espirituales, su poesía —explicó Manzano— siguió transitando otros derroteros estéticos sin abandonar su manera de hacer.

En su obra, continuó, es muy importante el origen y a la vez la permanente necesidad de partir. Obseso con el mar, el poeta atiende a un tiempo la vida civil y el yo interior con un lenguaje coloquial que no desdeña la metáfora y describe con acierto la angustia de nuestra época.

Como también lo hiciera Papastamatíu —cuya intervención encomió la labor publicitaria y ejecutiva de Morales, quien se desempeña actualmente como vicepresidente del ICL—, López Lemus lo señaló como uno de los impulsores de su grupo promocional: «Estamos ante un poeta, pero no ante uno solitario en misión contemplativa del mundo, pues junto al hacer escritural, Edel ayuda a forjar en torno suyo condiciones para que la poesía brote en él y en otros y para que ella tenga su natural función social expresiva».

Para Lemus fue oportuno reconocer la fascinación del autor por la mujer, que en su poesía «no es solo un tema, sino un fuerte motivo de canto, integración de su manera de ver la vida» así como los dos rasgos distintivos de su poesía: pensamiento y emoción. También destacó que «Edel es uno de esos poetas espontáneos, que lo iba a ser de todos modos, fuesen cuales fuesen las circunstancias de su vida», y le reconoció la capacidad de conservar en libros posteriores la fragancia juvenil exhalada de Viendo los autos pasar hacia Occidente (1993), su primer libro.

Impresionado con la escritura misma de Morales, Pausides no alberga la menor duda de que este autor es «tal vez uno de los mejores dotados para lidiar en los escenarios actuales», sin que se trate de mostrar «un inventario de técnicas y recursos de las nuevas modalidades de la comunicación».

La aseveración fue ilustrada con una de las dos novelas escritas por el agasajado, Un byte de adolescencia, que te vuelva a encontrar, una «muestra del ejercicio pleno de las posibilidades expresivas de un autor que asume la modernidad para despiezar, deconstruir las nociones tradicionales de la literatura, sin que por ello se pierda ese timbre humano que exige toda historia».

Tratándose de una narración que exige una lectura activa que busca la maniobra, la novela es, dice Pausides, «un registro excepcional de cómo un autor puede integrar géneros, disciplinas, puntos de vistas, técnicas, herramientas, visitaciones, homenajes o guiños a escritores, personas y personajes de todo tiempo y lugar, posicionamientos disímiles frente al lenguaje y la historia narrada».

Sorprendido por el dominio de las formas y el esplendor lingüístico, el poeta considera que las bondades de la modernidad son en esta obra un campo de batalla donde salen a flote con absoluto éxito «las calidades de un autor auténticamente moderno».


Versión original:


Alberto Edel Morales Fuentes (Albem Fuentes) —Cabaiguán, Sancti Spíritus, 1961— ha publicado entre otros los poemarios Viendo los autos pasar hacia Occidente; Escrituras visibles; Lejos de la corriente; Otro color, otras figuras geométricas; El juego de la memoria (o Bajo el árbol del mango); y Con cierta elegancia, así como las selecciones de jóvenes poetas cubanos Cuerpo sobre cuerpo sobre cuerpo (coautor Aymara Aymerich) y La Estrella de Cuba. Inventario de una Expedición. Como narrador ha dado a conocer el relato testimonial Los pies en la tierra y la novela Que te vuelva a encontrar. Textos suyos aparecen en antologías, publicaciones periódicas y sitios digitales de la isla y otros países.

Entre sus numerosos lauros, en el X concurso nacional Ala Décima (2010), Edel mereció el segundo lugar del certamen y el premio colateral de tema social —que lleva el nombre de Wilfredo Sánchez y otorga el periódico Trabajadores— con su obra Pájaros en la pantalla. En nuestros archivos, puede ver su décima de saludo al surgimiento en Guatemala de dos nuevos blogs relacionados con la poesía en estrofas de diez versos, así como el poema en décimas con que mereció el primer premio en el XII concurso nacional de poesía Regino Pedroso (2008). Otros acercamientos a su obra poética, mediante los siguientes enlaces, en la antología on line Arte poética. Rostros y versos, del poeta André Cruchaga, así como en el blog AlasCUBA.







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